SEVILLA

provincia interior, aunque muy bien podria considerársela como litoral por su inmediación al Océano, y por la facilidad con que se comunica con este mar por medio del caudaloso r. Guadalquivir. Es una de las tres en que esta dividido el antiguo reino de Sevilla en lo civil y administrativo es de primera clase en lo judicial depende de la audiencia terr. de su nombre en lo militar de la ciudad g. de Andalucía-, en lo marítimo corresponde al departamento de Cádiz; y por último en lo ecl. al arz. de Sevilla, esceptuando la abadia veré nullius de Olivares , enclavada en su terr SITUACIÓN, 9′ 32″ y 38′ long. occidental del meridiano de Madrid. Lá superficie de la provincia de Sevilla es de 299 leg. cuadradas; su mayor long.

SITUACIÓN, 9′ 32″ y 38′ long. occidental del meridiano de Madrid. Lá superficie de la provincia de Sevilla es de 299 leg. cuadradas; su mayor long.

de N. á S. de 26 leg. de 20 al grado, y su mayor lat. de E. á O. de 24 1/2 l e g . , medidas en línea recta. Segun otros datos que tenemos á la vista, cuenta su superficie258 leg.

cuadradas de 20 al grado, distribuidas en las porciones siguientes 96,000 aranzadasque ocupan los edificios, rios, arroyos, caminos y pedregales; 120,600 id. de arbolado mas ó menos útil; 316,062 id. de deh. ó tierras de solo pasto; 49,617 id. de viñas; 8,300 id. de h u e r t a s ; 332,786 id. de olivares, y 792,665 id. de tierras de labor cuyas cantidades componen nn total de L.686,030 aranzadas cuadradas de terreno.

Consta la provincia de Sevilla de los 12 partido judicial (*) que se marcan en la escala de dist.; y de 96 ayuntamiento, 4. c . 9 2 v., 33 L. y ald. , considerable número de grandes cas., q u e muy bien pudieran llamarse poblaciones; multitud de cortijos, y muchos desp. Las dist. que median entre dichos partido y las que de los mismas hay á la corte , aparecen en el siguiente estado.

CUMA. Se resiente esta provincia como generalnic t o ¡ s u c e – de en Andalucía , de la falta de lluvias, consecuencia’,’ – otras causas, de la disminución de los bosques y granan arbolados verdad que se han plantado muchos olivos, pues el cultivo de esta planta ha aumentado considerablemente; pero este árbol es de poca talla y no atrae con tanta energía los vapores acuosos, que nadan en la atmósfera, como los pinos, las encinas y otros análogos. El estado de enrarecimiento y sequedad de la atmósfera da origen á que el barómetro marque una gran parte del año, 27 pulgadas, líneas mas ó menos; algunos dias de invierno suele estar algo mas bajo, v en primavera y verano es frecuente que se eleve mas alia de aquel límite. Los dias lluviosos no llegan á la cuarta parte de los del año por punto general, incluyendo en ellos todos los que se observen, aunque el agua sea muy corta los de lluvia mas ó menos seguida y abundante puede asegurarse que no pasan de 50 á£0por término medio, cuando el año es húmedo, y que no esceden probablemente de 30 á 35 cuando es seco. En verano no llueve casi nunca, si no ocurre alguna tormenta de corta duración, pues rara vez son intensas en esto pais, particularmente en las llanuras.

Si en agosto se presenta una de ellas, ó en los primeros dias de setiembre, cuando la vegetación del olivo ha sido algo tardia, y llueven solo gotas mas ó menos gruesas, cada una que cae sobre una aceituna da origen al desarrollo de un gusanillo, que la corroe y hace desmerecer este precioso fruto si llueve bien y se lava la aceituna , no hace tanto daño generalmente, aunque siempre la fermentación, producida por la humedad y el calor de la estación hace picar la aceituna-, las lluvias posteriores á dicha fecha son beneficiosas para esta planta. Empero, como se observa en la naturaleza una especie de equilibrio, que se ha llamado ley de las compensaciones, la vid padece, si Hueve antes de recoger su fruto en setiembre para vendimiarlo, se abren las uvas, y el vino no es de tan buena calidad. Generalmente ocurren lluvias mas ó menos abundantes hacia el equinoccio de otoño y mas frecuentemente algunos dias después, razón porque el pueblo conoce el temporal de vientos y aguas que se observa en esta época del auo, con el nombre de Cordonazo de San Francisco. Si son abundantes las aguas, proporcionan la ventaja de que puedan empezarse las faenas agrícolas; algunos las hacen también, principalmente los que desean obtener cebadas para venderlas en berza, aunque la tierra no esté tan empapada de agua como se necesita para las grandes labores. Los inviernos y primaveras, son secos en su mayoría , respecto á las necesidades del pais, pues la elevación de-la temperatura es tal, como indicaremos mas abajo, que evapora con facilidad las aguas procedentes de lluvia, cuando estas no han sido muy abundantes hay algunos pocos años que sale el rio de madre varias veces y abrazan sus aguas masó menos estensiou de las tierras bajas circunvecinas, lo cual proceed á ocasiones, no solo de ¡a cantidad de aguas que ha llovido, sino del derretimiento de las nieves de las altas montañas , donde tienen sus fuentes el Guadalquivir ó algunos de sus afluentes, por sobrevenir el temporal de aguas en primavera, en que naturalmente se verifica el desyelo en estos climas, ó por otras causas estrañas á este lugar. Algunos otros años ocurre que no llueve nada ó casi nada en dos meses ó mas del invierno ó primavera, (tal ha sido el de 1848 á 49) y se presentan las aguas casi todas seguidas. Si la sequía es en invierno y las lluvias aparecen en primavera, perjudican á las cosechas, especialmente de los cereales tempranos, siendo á veces mas sensible la falta de paja, que la de grano. Pocos años se cuentan, en que las grandes lluvias vienen por junio, cuando ya están segados muchos cereales, y esto es un mal de consideración para la agricultura. Generalmente llueve menos de lo necesario; y st se estableciera el sistema de canales de riego, tan conveniente en todas partes y mas en estas provincia meridionales, y se procurara, por los medios que la ciencia reconoce como útiles, atraer las nubes y proporcionar sus naturales consecuencias, seria muy distinta la producción agrícola de Andalucía, y no se verían defraudadas las esperanzas del labrador con tanta frecuencia. Nunca se clamará lo bastante por esta mejora material, que baria progresar considerablemente la riqueza de este pais, agrícola por escelencia, redundando eficazmente sobre la general del reino.

Rarísima vez nieva en esta provincia, particularmente en las ¿ríyrras y terrenos bajos ; en las sierras de la parte setenrefiií ¿nue s A ‘ S ° m a s común , y siempre en corta cantidad; ocurrió ¿ o r f e ‘ 3 ‘ f o m o » n , P 0 r ° d T ‘ l a 8 r a f n n e v a d a 1 u e mente mas de c u ^ s 1821 a 2 2 , ía que no tenia seguradlas son repetidas y %*™ ^ d . ? J w A e ^ r » L a S e s C a r _ zadas, que suelen o c a ^ . n * ^ J Í S ^ n incurren granibien , no siendo el pais muy T ^ d a n o * los campos ; st (*) El de Sevilla está dividido en 4 juzgados de primera instancia.

metido de tormentas, son menos frecuentes, y ni tan estensas y duraderas , como se refieren de otros.

La temperatura de esta provincia es elevada, en algunos puntos superior á la de latitudes iguales del hemisferio boreal.

A la manera que en Méjico se dividen las tierras en calientes, templadas y frías, según su elevación sobre el nivel del Océano, su distancia de las costas y otras circunstancias modificadoras de los climas lisíeos , podrían dividirse también en la p-ov. de que tratamos. Las tierras bajas ribereñas del Guadalquivir y sus afluentes , que se llaman vegas en el pais, son las mas cálidas. Suele marcar el termómetro de Reaumur de 2o° á 30° sobre cero en verano, y algunos dias eu que corre el viento solano, principalmente los llamados de recalmones, se eleva dos ó tres grados mas á mediodía.

Ecija y su campiña es probablemente el punto donde la temperatura es mas alta, lo cual la ha grangeado el diotado de la Sartén de Andalucía. Sevilla y sus contornos y todos los puntos bajos disfrutan de una temperatura casi tan alta como Ecija el término medio es de 24° á 28° sobre cero, y es tal la constitución atmosférica del pais, que los años frescos son achacosos á enfermedades. Por las tardes se nota generalmente un viento mas ó menos fuerte del lado de O., de SO. ó del NO. que refresca la atmósfera y sirve para aventar las parvas en las eras, cuyo fenómeno conocen los naturales con el nombre de marea. En los inviernos rara vez baja el termómetro á cero por las mañanas por término medio es la temperatura de 3 o á 6 o sobre cero por las mañanas y de 7o á 12° á medio dia á prima-noche no es tan baja la temperatura como por las mañanas. El otoño y la primavera guardan un medio entre estos dos estremos. El primero es mas húmedo generalmente que la segunda , ya por las lluvias mas frecuentes en aquel, ya por las nieblas que se suelen notar en las inmediaciones de los rios por las mañanas, y que el sol deshace en el mayor número de casos.

Las primaveras son mas frescas cuando llueve bien , que en las secas , como es consiguiente la temperatura media es de 13° próximamente hasta 18° ó 20° que llega por mayo.

(Entiéndase que estas temperaturas son al aire libre y á la sombra). Los terrenos elevados ó de sierra ofrecen generalmente tres á cuatro grados de diferencia con las llanuras bajas de que hemos hablado, en todas las estaciones pocos son los dias en que hace mas frió ó mas calor, que el indicado, y si sucede, particularmente el calor, rara vez es duradero , y suele variar en el mismo dia , pues es frecuente que después de un dia casi tan cálido como en las llanuras, se presenta desde el ocaso del sol una temperatura tan fresca, que necesitan los hab. usar alguna ropa de abrigo.

Las tormentas son poco frecuentes en las llanuras, y algo mas en las sierras aunque predomina la sequedad en la atmósfera, lo cual favorece tanto la acumulación de la electricidad , con todo , se presenta pocas veces aquel meteoro y muchas de las que tiene lugar, viene acompañado de una lluvia fuerte y seguida ; habiéndose observado que son mas comunes en agosto, setiembre y los meses de mayor trio.

Respecto á terremotos, se cuenta esta provincia entre las mas favorecidas por la naturaleza, principalmente la parte baja; pues á mas de ocurrir con poca frecuencia, son leves oscilaciones del terreno, que pasan con rapidez y que casi nunca tienen funestas consecuencias.

VIENTOS. El viento que mas estragos causa en la salud y en las plantas es el que llaman solano en el pais , ó sea el de Levante ó E .  en invierno es generalmente seco, frió y de bastante velocidad á veces; cuandocorre con alguna inclinación al S., ó sea el ESE. ó SE. es frecuente que acarree lluvias , rara vez muy constantes, sino de chubascos, como dicen los naturales; pues como pasan las nubes con rapidez, arrebatadas por el viento, se fijan poco sobre el terreno, hasta que la atracción de las montanas las detiene, ocasionando el que la lluvia sea mas seguida en los terrenos elevados.

Cuando ol solano es duradero en invierno , también suele acarrear alguna lluvia; en primavera es cálido y seco, dando origen á que se acelere la granazón de los cereales, quedando en su consecuencia muchos granos sin desarrollarse , si sucede el dicho viento, cuando están atrasados , y otros se secan antes de tiempo, producieudo por lo tanto m e n o s pulpa ó fécula segun seadel que setrate elendoearpio y todas las diversas partes que constituyen el pericarpio (tomada esta palabra en su acepción general) se reseca y encogen y las semillas son semejantes á los hombres, á quienes los vicios han conducido á una vejez prematura este fenómeno es mas positivo y de peores consecuencias, cuando hay la desgracia de que el viento tenga poca velocidad , pues entonces sube la temperatura casi repentinamente 4, tí y á veces mas grados , ocasionando un calor sofocante, que suele destruir en tres dias las esperanzas del labrador. El arbolado, si está en flor, padece también considerablemente ; las violentas sacudidas que imprime a las ramas hace caer muchas flores, ó dispersa el polen fecundante de las que permanecen unidas á la planta; motivo que amengua la producciou, entre otras del olivo. Sin embargo, no es por fortuna el viento dominante el solano, aunque no deja de observarse en primavera y verano ; es mas frecuente en estas estaciones y en el otoño el SE. y el SO. que refrescan la atmósfera , y proporcionan una temperatura moderada ademas el último y el de O. cuando suceden en mayo y principios de junio , favorecen la granazón de los cereales, ya porque la permiten verificarse con despacio, ya por el movimiento suave que producen á las plantas cuando son de una violencia moderada. El viento S. ó SE.

en invierno y primavera acarrea generalmente lluvias ; con el primero sen mas seguidas, y de las que llaman témporales; mas por desgracia , no son tan frecuentes, cono necesita el pais. Eu el invierno es temible, y sucede con alguna frecuencia, la presentación de los vientos N. óNE. por la frialdad que proporcionan , y las escarchas que motivan; pues estas últimas queman las frutas pendientes , como la naranja, por ejemplo , reduciendo mucho la cosecha de este fruto , tan interesante en esta provincia , y haciéndolo de mala calidad , cuando son muy continuadas. En cambio hacen crecer las raices del trigo y otros cereales , pues no siendo tan fácil que el tierno vastago traspase la corteza de la tierra endurecida por las escarchas, se verifican los esfuerzos de la vegetación hacia abajo, digámoslo a s i , y á mayores raicillas, sucede el que se alimente la planta mas tiempo, estrayendo la humedad de la tierra de mas profundidad ; si la planta está ya fuera de la superficie terrestre , suele sufrir un efecto análogo al de las frutas; pero en cambio ahija mas, y derretidas las escarchas por el sol fuerte de estas latitudes, impregnan la tierra de humedad y esta sostiene la vegetación , aunque las lluvias no sean tan frecuentes en esta estación. El roció, que también es abundante en estos climas , sustituye á las lluvias basta cierto punto, como sucede en la costa O. de África y la América del Sud.

SALUBRIDAD. NO puede tampoco quejarse la provincia de haber escapado mal en la repartición de los males , ya que en la de bienes ha sido tan favorecida por el Criador pocas provincia de ¡a monarquia son tan sanas como la que nos ocupa.

Para proceder con alguna claridad , escusando los detalles científicos en cuanto sea posible, debemos hablar con separación de la cap. y los grandes centros de población, y de las localidades pequeñas rurales, pues la constitución y costumbres de sus hab. son distintas.

Pueden considerarse las enfermedades como endémicas, hijas de una causa inherente á la localidad en que se observan epidémicas, consecuencia de alteraciones atmosféricas, de los alimentos, aguas, que obran á la vez sobre muchos individuos; contagiosas, que se trasmiten por contacto mas ó menos íntimo, y esporádicas ó accidentales, que son resultado de las influencias estacionales, del abuso de los alimentos, bebidas ó cualquiera de los agentes modificadores de nuestra naturaleza.

No puede decirse con rigorosa exactitud que exista ninguna enfermedad endémica en esta provincia; solo en alguno que otro pueblo pequeño se observan algunos años fiebres intermitentes, efecto de los miasmas pantanosos, pues cuando ocurren las lluvias tardías ó en algunas avenidas del Guadalquivir suelen quedar en varios puntos aguas estancadas, que se descomponen y evaporan con el calor fuerte de verano , dando origen al mal indicado; pero ni esto sucede tados los años, ni tiene lugar, cuando ocurre, sino en muy corto número de terr. Enla cap. y en las otras grandes población

se observan los padecimientos del sistema nervioso, la tisis pulmonar, las escrófulas , la raquitis, ¿pero son por ventura efecto de causa especial inherente al suelo y estraña á cualquiera otra población? No ciertamente. El refinamiento de las costumbres, los vicios que minan las constituciones

mas robustas y siegan en flor tantas otras’, si son algo débiles, el uso exagerado de los corsés en muchas jóvenes, en suma , multitud de causas reasumidas todas en las palabras civilización, cultura y sus consecuencias, son las productoras de aquellos males, que muy lejos de ser peculiares á Sevilla , Ecija y otros pueblos grandes de la provincia, son comunes á todos los grandes centros de población del mundo, y están en proporción directa de esta misma, donde son mas abundantes los medios de gozar y los de destruirse. No son, pues, enfermedades endémicas de las grandes población aquellas, aunque se padecen con tanta frecuencia.

Respecto á las enfermedades epidémicas casi lo mismo puede decirse. Algunos años, pocos en verdad, suele presentarse una constitución catarral en invierno ó primavera, que da origen á males epidémicos de la misma índole tal ha sido el catarro conocido con el nombre de la gripp, que á aparecido á la vez en toda España, y de que se han resentido lo mismo las grandes que las pequeñas población, siendo mayor el número de los atacados en la cap. y pueblos grandes, y mas variable el iirupo de feuómenos que han presentado, efecto de la constitución impresionable y delicada de sus hab., mucho mas susceptible de ser modificados por cualquier causaque los campesinos, pues su sensibilidad es mas esquisita , su vida y costumbres muy diversas , y son materia mas dispuesta para conmoverse por las alteraciones atmosféricas.

También suele ocurrir en verano y otoño una epidemia de fiebres intermitentes, que reinansimultáneamente en toda la provincia. y que coinciden ó son consecuencia de haber sucedido grandes lluvias en primavera , mayo y junio.

En los pueblos pequeños se agrega á esta causa de* influjo general, el abuso de las frutas, la mala calidad de las nue come el proletario, pues las mejores son para los que pueden pagarlas ó para traerlas al mercado de la cap. ú otros grandes pueblos, donde obtienen mejor venta , el dormir al raso, sea por exigirlo asi las faenas agrícolas, sea por el gran calor que se esperimenta en las pequeñas habitaciones de los pueblos, sea solo por costumbre; lo cual es sumamente perjudicial, entre otras causas, por la humedad que producen las grandes rociadas; y por último, el beber agua de pozo, ya porque no hay otra en algunos parages, bien porque la desidia hace que no vayan mas lejos á traerlas de fuente. Estas son las principales causas de que en los pueblos haya mayor número de intermitentes que en las c . , de que se presenten antes, sean mas resistentes á todo plan de curación, y tengan peores consecuencias. La mayor parte de estas circunstancias unidas á la-alimentación de que se sirve el jornalero de campo, existe todos los años; y por estoen todos ellos hay algunas fiebres intermitentes en los pueblos y en los arrabales y barrios pobres de la cap.; pero no reinan epidémicamicamente, sino cuando se asocian las lluvias de primavera , Y sus consecuencias entre otras el perderse casi toda la fruta, y ser la que queda de mala calidad. También suele haber epidemias de viruelas, sarampión, escarlatina y otras erupciones análogas.

(Continua en el original)