SIERREZUELA

partido de campo con tres pequeños cortijos enla provincia de Sevilla, partido judicial y término jurisd. de Estopa.

SIERRAS BLANCAS

arroyo en la provincia de Sevilla, partido judicial de Salucar la Mayor, término jurid. del Castillo de las Guardas.

SEVILLA

ald. en la provincia de Albacete, partido judicial y término jurisd. de La Itoda

SEVILLA

L. en la provincia de Oviedo, ayuntamiento de Quirós y feligresia de San Vicente de Nimbra (V.).

SEVILLA

cortijo en la provincia y partido judicial de Granada, término jurisd. de Dilar.

SEVILLA

provincia interior, aunque muy bien podria considerársela como litoral por su inmediación al Océano, y por la facilidad con que se comunica con este mar por medio del caudaloso r. Guadalquivir. Es una de las tres en que esta dividido el antiguo reino de Sevilla en lo civil y administrativo es de primera clase en lo judicial depende de la audiencia terr. de su nombre en lo militar de la ciudad g. de Andalucía-, en lo marítimo corresponde al departamento de Cádiz; y por último en lo ecl. al arz. de Sevilla, esceptuando la abadia veré nullius de Olivares , enclavada en su terr SITUACIÓN, 9′ 32″ y 38′ long. occidental del meridiano de Madrid. Lá superficie de la provincia de Sevilla es de 299 leg. cuadradas; su mayor long.

SITUACIÓN, 9′ 32″ y 38′ long. occidental del meridiano de Madrid. Lá superficie de la provincia de Sevilla es de 299 leg. cuadradas; su mayor long.

de N. á S. de 26 leg. de 20 al grado, y su mayor lat. de E. á O. de 24 1/2 l e g . , medidas en línea recta. Segun otros datos que tenemos á la vista, cuenta su superficie258 leg.

cuadradas de 20 al grado, distribuidas en las porciones siguientes 96,000 aranzadasque ocupan los edificios, rios, arroyos, caminos y pedregales; 120,600 id. de arbolado mas ó menos útil; 316,062 id. de deh. ó tierras de solo pasto; 49,617 id. de viñas; 8,300 id. de h u e r t a s ; 332,786 id. de olivares, y 792,665 id. de tierras de labor cuyas cantidades componen nn total de L.686,030 aranzadas cuadradas de terreno.

Consta la provincia de Sevilla de los 12 partido judicial (*) que se marcan en la escala de dist.; y de 96 ayuntamiento, 4. c . 9 2 v., 33 L. y ald. , considerable número de grandes cas., q u e muy bien pudieran llamarse poblaciones; multitud de cortijos, y muchos desp. Las dist. que median entre dichos partido y las que de los mismas hay á la corte , aparecen en el siguiente estado.

CUMA. Se resiente esta provincia como generalnic t o ¡ s u c e – de en Andalucía , de la falta de lluvias, consecuencia’,’ – otras causas, de la disminución de los bosques y granan arbolados verdad que se han plantado muchos olivos, pues el cultivo de esta planta ha aumentado considerablemente; pero este árbol es de poca talla y no atrae con tanta energía los vapores acuosos, que nadan en la atmósfera, como los pinos, las encinas y otros análogos. El estado de enrarecimiento y sequedad de la atmósfera da origen á que el barómetro marque una gran parte del año, 27 pulgadas, líneas mas ó menos; algunos dias de invierno suele estar algo mas bajo, v en primavera y verano es frecuente que se eleve mas alia de aquel límite. Los dias lluviosos no llegan á la cuarta parte de los del año por punto general, incluyendo en ellos todos los que se observen, aunque el agua sea muy corta los de lluvia mas ó menos seguida y abundante puede asegurarse que no pasan de 50 á£0por término medio, cuando el año es húmedo, y que no esceden probablemente de 30 á 35 cuando es seco. En verano no llueve casi nunca, si no ocurre alguna tormenta de corta duración, pues rara vez son intensas en esto pais, particularmente en las llanuras.

Si en agosto se presenta una de ellas, ó en los primeros dias de setiembre, cuando la vegetación del olivo ha sido algo tardia, y llueven solo gotas mas ó menos gruesas, cada una que cae sobre una aceituna da origen al desarrollo de un gusanillo, que la corroe y hace desmerecer este precioso fruto si llueve bien y se lava la aceituna , no hace tanto daño generalmente, aunque siempre la fermentación, producida por la humedad y el calor de la estación hace picar la aceituna-, las lluvias posteriores á dicha fecha son beneficiosas para esta planta. Empero, como se observa en la naturaleza una especie de equilibrio, que se ha llamado ley de las compensaciones, la vid padece, si Hueve antes de recoger su fruto en setiembre para vendimiarlo, se abren las uvas, y el vino no es de tan buena calidad. Generalmente ocurren lluvias mas ó menos abundantes hacia el equinoccio de otoño y mas frecuentemente algunos dias después, razón porque el pueblo conoce el temporal de vientos y aguas que se observa en esta época del auo, con el nombre de Cordonazo de San Francisco. Si son abundantes las aguas, proporcionan la ventaja de que puedan empezarse las faenas agrícolas; algunos las hacen también, principalmente los que desean obtener cebadas para venderlas en berza, aunque la tierra no esté tan empapada de agua como se necesita para las grandes labores. Los inviernos y primaveras, son secos en su mayoría , respecto á las necesidades del pais, pues la elevación de-la temperatura es tal, como indicaremos mas abajo, que evapora con facilidad las aguas procedentes de lluvia, cuando estas no han sido muy abundantes hay algunos pocos años que sale el rio de madre varias veces y abrazan sus aguas masó menos estensiou de las tierras bajas circunvecinas, lo cual proceed á ocasiones, no solo de ¡a cantidad de aguas que ha llovido, sino del derretimiento de las nieves de las altas montañas , donde tienen sus fuentes el Guadalquivir ó algunos de sus afluentes, por sobrevenir el temporal de aguas en primavera, en que naturalmente se verifica el desyelo en estos climas, ó por otras causas estrañas á este lugar. Algunos otros años ocurre que no llueve nada ó casi nada en dos meses ó mas del invierno ó primavera, (tal ha sido el de 1848 á 49) y se presentan las aguas casi todas seguidas. Si la sequía es en invierno y las lluvias aparecen en primavera, perjudican á las cosechas, especialmente de los cereales tempranos, siendo á veces mas sensible la falta de paja, que la de grano. Pocos años se cuentan, en que las grandes lluvias vienen por junio, cuando ya están segados muchos cereales, y esto es un mal de consideración para la agricultura. Generalmente llueve menos de lo necesario; y st se estableciera el sistema de canales de riego, tan conveniente en todas partes y mas en estas provincia meridionales, y se procurara, por los medios que la ciencia reconoce como útiles, atraer las nubes y proporcionar sus naturales consecuencias, seria muy distinta la producción agrícola de Andalucía, y no se verían defraudadas las esperanzas del labrador con tanta frecuencia. Nunca se clamará lo bastante por esta mejora material, que baria progresar considerablemente la riqueza de este pais, agrícola por escelencia, redundando eficazmente sobre la general del reino.

Rarísima vez nieva en esta provincia, particularmente en las ¿ríyrras y terrenos bajos ; en las sierras de la parte setenrefiií ¿nue s A ‘ S ° m a s común , y siempre en corta cantidad; ocurrió ¿ o r f e ‘ 3 ‘ f o m o » n , P 0 r ° d T ‘ l a 8 r a f n n e v a d a 1 u e mente mas de c u ^ s 1821 a 2 2 , ía que no tenia seguradlas son repetidas y %*™ ^ d . ? J w A e ^ r » L a S e s C a r _ zadas, que suelen o c a ^ . n * ^ J Í S ^ n incurren granibien , no siendo el pais muy T ^ d a n o * los campos ; st (*) El de Sevilla está dividido en 4 juzgados de primera instancia.

metido de tormentas, son menos frecuentes, y ni tan estensas y duraderas , como se refieren de otros.

La temperatura de esta provincia es elevada, en algunos puntos superior á la de latitudes iguales del hemisferio boreal.

A la manera que en Méjico se dividen las tierras en calientes, templadas y frías, según su elevación sobre el nivel del Océano, su distancia de las costas y otras circunstancias modificadoras de los climas lisíeos , podrían dividirse también en la p-ov. de que tratamos. Las tierras bajas ribereñas del Guadalquivir y sus afluentes , que se llaman vegas en el pais, son las mas cálidas. Suele marcar el termómetro de Reaumur de 2o° á 30° sobre cero en verano, y algunos dias eu que corre el viento solano, principalmente los llamados de recalmones, se eleva dos ó tres grados mas á mediodía.

Ecija y su campiña es probablemente el punto donde la temperatura es mas alta, lo cual la ha grangeado el diotado de la Sartén de Andalucía. Sevilla y sus contornos y todos los puntos bajos disfrutan de una temperatura casi tan alta como Ecija el término medio es de 24° á 28° sobre cero, y es tal la constitución atmosférica del pais, que los años frescos son achacosos á enfermedades. Por las tardes se nota generalmente un viento mas ó menos fuerte del lado de O., de SO. ó del NO. que refresca la atmósfera y sirve para aventar las parvas en las eras, cuyo fenómeno conocen los naturales con el nombre de marea. En los inviernos rara vez baja el termómetro á cero por las mañanas por término medio es la temperatura de 3 o á 6 o sobre cero por las mañanas y de 7o á 12° á medio dia á prima-noche no es tan baja la temperatura como por las mañanas. El otoño y la primavera guardan un medio entre estos dos estremos. El primero es mas húmedo generalmente que la segunda , ya por las lluvias mas frecuentes en aquel, ya por las nieblas que se suelen notar en las inmediaciones de los rios por las mañanas, y que el sol deshace en el mayor número de casos.

Las primaveras son mas frescas cuando llueve bien , que en las secas , como es consiguiente la temperatura media es de 13° próximamente hasta 18° ó 20° que llega por mayo.

(Entiéndase que estas temperaturas son al aire libre y á la sombra). Los terrenos elevados ó de sierra ofrecen generalmente tres á cuatro grados de diferencia con las llanuras bajas de que hemos hablado, en todas las estaciones pocos son los dias en que hace mas frió ó mas calor, que el indicado, y si sucede, particularmente el calor, rara vez es duradero , y suele variar en el mismo dia , pues es frecuente que después de un dia casi tan cálido como en las llanuras, se presenta desde el ocaso del sol una temperatura tan fresca, que necesitan los hab. usar alguna ropa de abrigo.

Las tormentas son poco frecuentes en las llanuras, y algo mas en las sierras aunque predomina la sequedad en la atmósfera, lo cual favorece tanto la acumulación de la electricidad , con todo , se presenta pocas veces aquel meteoro y muchas de las que tiene lugar, viene acompañado de una lluvia fuerte y seguida ; habiéndose observado que son mas comunes en agosto, setiembre y los meses de mayor trio.

Respecto á terremotos, se cuenta esta provincia entre las mas favorecidas por la naturaleza, principalmente la parte baja; pues á mas de ocurrir con poca frecuencia, son leves oscilaciones del terreno, que pasan con rapidez y que casi nunca tienen funestas consecuencias.

VIENTOS. El viento que mas estragos causa en la salud y en las plantas es el que llaman solano en el pais , ó sea el de Levante ó E .  en invierno es generalmente seco, frió y de bastante velocidad á veces; cuandocorre con alguna inclinación al S., ó sea el ESE. ó SE. es frecuente que acarree lluvias , rara vez muy constantes, sino de chubascos, como dicen los naturales; pues como pasan las nubes con rapidez, arrebatadas por el viento, se fijan poco sobre el terreno, hasta que la atracción de las montanas las detiene, ocasionando el que la lluvia sea mas seguida en los terrenos elevados.

Cuando ol solano es duradero en invierno , también suele acarrear alguna lluvia; en primavera es cálido y seco, dando origen á que se acelere la granazón de los cereales, quedando en su consecuencia muchos granos sin desarrollarse , si sucede el dicho viento, cuando están atrasados , y otros se secan antes de tiempo, producieudo por lo tanto m e n o s pulpa ó fécula segun seadel que setrate elendoearpio y todas las diversas partes que constituyen el pericarpio (tomada esta palabra en su acepción general) se reseca y encogen y las semillas son semejantes á los hombres, á quienes los vicios han conducido á una vejez prematura este fenómeno es mas positivo y de peores consecuencias, cuando hay la desgracia de que el viento tenga poca velocidad , pues entonces sube la temperatura casi repentinamente 4, tí y á veces mas grados , ocasionando un calor sofocante, que suele destruir en tres dias las esperanzas del labrador. El arbolado, si está en flor, padece también considerablemente ; las violentas sacudidas que imprime a las ramas hace caer muchas flores, ó dispersa el polen fecundante de las que permanecen unidas á la planta; motivo que amengua la producciou, entre otras del olivo. Sin embargo, no es por fortuna el viento dominante el solano, aunque no deja de observarse en primavera y verano ; es mas frecuente en estas estaciones y en el otoño el SE. y el SO. que refrescan la atmósfera , y proporcionan una temperatura moderada ademas el último y el de O. cuando suceden en mayo y principios de junio , favorecen la granazón de los cereales, ya porque la permiten verificarse con despacio, ya por el movimiento suave que producen á las plantas cuando son de una violencia moderada. El viento S. ó SE.

en invierno y primavera acarrea generalmente lluvias ; con el primero sen mas seguidas, y de las que llaman témporales; mas por desgracia , no son tan frecuentes, cono necesita el pais. Eu el invierno es temible, y sucede con alguna frecuencia, la presentación de los vientos N. óNE. por la frialdad que proporcionan , y las escarchas que motivan; pues estas últimas queman las frutas pendientes , como la naranja, por ejemplo , reduciendo mucho la cosecha de este fruto , tan interesante en esta provincia , y haciéndolo de mala calidad , cuando son muy continuadas. En cambio hacen crecer las raices del trigo y otros cereales , pues no siendo tan fácil que el tierno vastago traspase la corteza de la tierra endurecida por las escarchas, se verifican los esfuerzos de la vegetación hacia abajo, digámoslo a s i , y á mayores raicillas, sucede el que se alimente la planta mas tiempo, estrayendo la humedad de la tierra de mas profundidad ; si la planta está ya fuera de la superficie terrestre , suele sufrir un efecto análogo al de las frutas; pero en cambio ahija mas, y derretidas las escarchas por el sol fuerte de estas latitudes, impregnan la tierra de humedad y esta sostiene la vegetación , aunque las lluvias no sean tan frecuentes en esta estación. El roció, que también es abundante en estos climas , sustituye á las lluvias basta cierto punto, como sucede en la costa O. de África y la América del Sud.

SALUBRIDAD. NO puede tampoco quejarse la provincia de haber escapado mal en la repartición de los males , ya que en la de bienes ha sido tan favorecida por el Criador pocas provincia de ¡a monarquia son tan sanas como la que nos ocupa.

Para proceder con alguna claridad , escusando los detalles científicos en cuanto sea posible, debemos hablar con separación de la cap. y los grandes centros de población, y de las localidades pequeñas rurales, pues la constitución y costumbres de sus hab. son distintas.

Pueden considerarse las enfermedades como endémicas, hijas de una causa inherente á la localidad en que se observan epidémicas, consecuencia de alteraciones atmosféricas, de los alimentos, aguas, que obran á la vez sobre muchos individuos; contagiosas, que se trasmiten por contacto mas ó menos íntimo, y esporádicas ó accidentales, que son resultado de las influencias estacionales, del abuso de los alimentos, bebidas ó cualquiera de los agentes modificadores de nuestra naturaleza.

No puede decirse con rigorosa exactitud que exista ninguna enfermedad endémica en esta provincia; solo en alguno que otro pueblo pequeño se observan algunos años fiebres intermitentes, efecto de los miasmas pantanosos, pues cuando ocurren las lluvias tardías ó en algunas avenidas del Guadalquivir suelen quedar en varios puntos aguas estancadas, que se descomponen y evaporan con el calor fuerte de verano , dando origen al mal indicado; pero ni esto sucede tados los años, ni tiene lugar, cuando ocurre, sino en muy corto número de terr. Enla cap. y en las otras grandes población

se observan los padecimientos del sistema nervioso, la tisis pulmonar, las escrófulas , la raquitis, ¿pero son por ventura efecto de causa especial inherente al suelo y estraña á cualquiera otra población? No ciertamente. El refinamiento de las costumbres, los vicios que minan las constituciones

mas robustas y siegan en flor tantas otras’, si son algo débiles, el uso exagerado de los corsés en muchas jóvenes, en suma , multitud de causas reasumidas todas en las palabras civilización, cultura y sus consecuencias, son las productoras de aquellos males, que muy lejos de ser peculiares á Sevilla , Ecija y otros pueblos grandes de la provincia, son comunes á todos los grandes centros de población del mundo, y están en proporción directa de esta misma, donde son mas abundantes los medios de gozar y los de destruirse. No son, pues, enfermedades endémicas de las grandes población aquellas, aunque se padecen con tanta frecuencia.

Respecto á las enfermedades epidémicas casi lo mismo puede decirse. Algunos años, pocos en verdad, suele presentarse una constitución catarral en invierno ó primavera, que da origen á males epidémicos de la misma índole tal ha sido el catarro conocido con el nombre de la gripp, que á aparecido á la vez en toda España, y de que se han resentido lo mismo las grandes que las pequeñas población, siendo mayor el número de los atacados en la cap. y pueblos grandes, y mas variable el iirupo de feuómenos que han presentado, efecto de la constitución impresionable y delicada de sus hab., mucho mas susceptible de ser modificados por cualquier causaque los campesinos, pues su sensibilidad es mas esquisita , su vida y costumbres muy diversas , y son materia mas dispuesta para conmoverse por las alteraciones atmosféricas.

También suele ocurrir en verano y otoño una epidemia de fiebres intermitentes, que reinansimultáneamente en toda la provincia. y que coinciden ó son consecuencia de haber sucedido grandes lluvias en primavera , mayo y junio.

En los pueblos pequeños se agrega á esta causa de* influjo general, el abuso de las frutas, la mala calidad de las nue come el proletario, pues las mejores son para los que pueden pagarlas ó para traerlas al mercado de la cap. ú otros grandes pueblos, donde obtienen mejor venta , el dormir al raso, sea por exigirlo asi las faenas agrícolas, sea por el gran calor que se esperimenta en las pequeñas habitaciones de los pueblos, sea solo por costumbre; lo cual es sumamente perjudicial, entre otras causas, por la humedad que producen las grandes rociadas; y por último, el beber agua de pozo, ya porque no hay otra en algunos parages, bien porque la desidia hace que no vayan mas lejos á traerlas de fuente. Estas son las principales causas de que en los pueblos haya mayor número de intermitentes que en las c . , de que se presenten antes, sean mas resistentes á todo plan de curación, y tengan peores consecuencias. La mayor parte de estas circunstancias unidas á la-alimentación de que se sirve el jornalero de campo, existe todos los años; y por estoen todos ellos hay algunas fiebres intermitentes en los pueblos y en los arrabales y barrios pobres de la cap.; pero no reinan epidémicamicamente, sino cuando se asocian las lluvias de primavera , Y sus consecuencias entre otras el perderse casi toda la fruta, y ser la que queda de mala calidad. También suele haber epidemias de viruelas, sarampión, escarlatina y otras erupciones análogas.

(Continua en el original)

SEVILLA

tercio naval del departamento de Cádiz; comprende la provincia marítima de su nombre y las de Huelva y y Sanlucar de Barrameda. Su estension alcanza toda la costa desde Avamonte, ó sea desde la desembocadura del r. Guadiana á la del Guadalquivir, si bien se interna por las márg de este hasta Alcalá del Rio. Estas provincia se subdividen en distritos en esta forma (Ver en el original)

En la cap. del tercio, que también lo es de la provincia y distr. de su nombre, reside la comandancia á cargo de un capitán de navio , con un ayudante y 2 oficiales la capitanía del puerto la ejerce un capitán de fragata con L.n ayudante hay un cabo de carpinteros de-ribera, otro de calafates , un pro-hombre y 2 cabos de matrícula.

El juzg. de la provincia se compone del juez , que lo es el comandante del tercio , con asesor, fiscal, escribano y dos alguaciles. La contaduría la desempeña un comisario de guerra graduado, hay en fin, un director honorario del cuerpo cíe médicos de la armada y un ayudante graduado de embarco.

En los distintos puntos que abraza la costa de este tercio naval, si esceptuamos los distr., solo arriban embarcaciones pequeñas ó de cabotage.

La construcción en la provincia de Sevilla se hace en la orilla del Guadalquivir, no muy dist. del puente, si los buques son de menor porte, y los demás en el sitio llamado Los Remedios, en el barrio de Tnana en este punto se construyeron algunos de los vapores que hacen la travesía desde Sevilla á Cádiz , y los que desde este punto lo verifican á los puertos Real y de Sta. Maria también se construyen algunas embarcaciones pequeñas en Coria del Rio, de cuyo astillero salió el ant. y hermoso vapor El Coriano.

En Huelva y su playa se construyen buques grandes y pequeños en mayor número que en Sanlúcar; porque allí está mas próxima ía madera y mas baratos «los jornales.

La fuerza de hombres de mar, la construcción y pesca en todo el tercio aparece de los siguientes cuadros. El número de embarcaciones y matricu\dos. ocupados en la pesca en la provincia de Sevilla, lo es por temporadas en el r. Guadbtouioir, solo desde Alcalá del Rio hasta T u T rr¿»»s • \ , l ^ » u-iüsc’ae pescado aioures, anguilas, DarDos róbalos, sábalos y sollos. En la de Sanlúcar se pesxó con parejas de bou, cazonales, la badas y jábegas, y se cogieron pescadillas, brecas\lenguado, salmonetes, asedias, ¡ dinas, corbmas y cazones. Y en Huelva se pescaron merluzas, corbinas v cazones, balos, doradas, pargos, caballas, atunes y sardinas; habiendo usado jábegas, cazonales, palangres , pichates y labadas.

SEVILLA

audiencia terr. de la Península, cuya jurisd. se estiende á la provincia de su nombre, las de Cádiz, Córdoba y Huelva y á las plazas ó presidios de Ceuta, Melilla, Alhucemas y el Pjeñon de la Gomera, situado en la costa de África.

Tiene de superficie 1,109 leg. cuadradas, que ocupan 374 pueblos y multitud de ald. y cortijos, los cuales componen los partido judicial y distr. municipales, que resultan del estado que sigue (Ver en el origininal)

Ocupa la parte mas meridional de la Península entre los 36» 2′ 20″, 3S» 46’15» lat. y los 0 o 16’30», 3» 37′ 30″ long. o c cidental del meridiano de Madrid. Confína por el N. en casi toda su ostensión con la audiencia de Cáceres, lindando por el estremo NE. con la provincia de Ciudad Beal del terr. de la aud.

de Albacete; por el E. con la audiencia de Granada y sus provincia

de Jaén, Granada y parte de la de Málaga; por ¿1 S. con el estremo occidental de esta última provincia y los mares Mediterráneo y Océano Atlántico, y por el O. con el vecino reino de Portugal. Es su clima en general el mas cálido de España, si bien le templan y le hacen apacible, en unos puntos los vientos que cruzan por las cordillera que desde el N. se prolongan hacia el interior, y en las costas las brisas del mar. Es sano en todas estaciones y preferible á los demás terr. de la monarquía para la estación del invierno, porque ni molestan los rayos del sol, ni la intensidad de los frios.

Se halla el terreno lleno de montañas mas ó menos elevadas, fértiles unas y susceptibles de todo género de cultivo, ricas las otras en pastos. Las dos principales son la denominada Sierra-Morena, que desde la provincia de Jaén penetra en la de Córdoba en multitud de brazos y forma el lím. N. de la de Sevilla, y la Nevada, que viene de la provincia de Granada, marchando en sus declives casi paralela con aquella, recibiendo una y otra distintas denominaciones de los naturales de las jurisd. por donde cruzan. La primera divide las provincia de Córdoba y Sevilla en dos zonas casi iguales. Declinando siempre hacia el SO. y sin abandonar la margen der. del Guadalquivir, penetra en la provincia de Huelva y va á terminar sensiblemente cerca de Ayamonte en la margen izquierda del r. Guadiana, desde donde continúa hasta que mueic del todo en Portugal en el Cabo de San Vicente.

La segunda ó sea la Nevada, después de atravesar de NE.

á SE. la provincia de Málaga, prolonga sus declives por la provincia

de Cádiz y va á terminar en las playas del mar, donde forma las puntas de Europa, de Tarifa,» de la Paloma, Caraminal, Sara y San SERastian, y los cabos de la Plata y Trafalgar.

De la primera nacen la sierra de Constan! ina, que ocupa casi el centro septentrional de la provincia de Sevilla y la sierra de Lcita; de la segunda la sierra de Ronda y la de las Cabras.

La naturaleza geológica de las espresadas montañas es varía, las de Córdoba son menos escarpadas y mas cubiertas de tierra vegetal; la mayorparle de las de Sevilla se componen de un fondo calcáreo , aquellas están cubiertas en algunos puntos de lentisco y encinas, también se encuentran en ellas algunos robles y alcornoques; en otros aparecen desnudas y sin arbolado; en las segundas se ven bosques e s tensos de robles. La historia de la dominación romana presenta las cordillera de Andalucía ricas en minas de diferentes metales entre ellos de oro y plata; pero en el dia no se conoce alguna interesante , y si existiera ó fuera agotada por los dominadores, ó se perdió la noticia de su situación, en términos de que á pesar de la monomanía del siglo en el dia es desconocida; los vestigios de una que se creía de oro y solos los vestigios se conservan cerca efe Morón en la sierra de Leita. En las prolongaciones de Sierra-xMorena que dividen la provincia de Sevilla y Extremadura hay minas plata que fueron esplotadas.- En el cerro de Fuente de la Mina, jurisd. de Constantina se halla la de este nombre, también de plata mezclada con hierro y plomo ; los pozos y galerías demuestran la inteligencia de los mineros de aquella época.

En el siglo XVIH continuó los trabajos un particular, pero los abandonó luego ó por mala dilección ó porque no correspondió á sus esperanzas. La mina de Constantina ha sido también objeto de nuestros mineros modernos, mas sin fortuna.

Pocas son las minas de plomo que se conocen en el terr.; mas frecuentes son los ejemplares de las de cobre; las hay de este último melal 2 leg. al O. de Cazalla, en Biotinto y en las cordillera inmediatas’;! Córdoba. En la provincia de S e villa se encuentran algunas minas de hierro, 2 de imán, una de blanco y otra de gris aplomado , y á 4/2 leg. de Cazalla cerca del sitio llamado los Castañares hay una de vitriolo.

Las sierras de Andalucía, tan ricas en mármoles, en las provincia de Granada, Almería y aun en las de Jaén y Málaga, no lo son tanto en el terr. de la audiencia de Sevilla.» Mas notable es en canteras de jaspe, pues es poseedora de 3 de las 4 mas famosas que se conocen en toda la Andalucía , la una en Riotinto , la otra en Valverde y la tercera por encima de Campofrio. Los r., riach. y fuentes son muy numerosos en el terr. El Guadalquivir y el Guadiana son los principales; el primero bajando por los confines orientales de la provincia de Córdoba, á la cual atraviesa desde el E. al O. dividiéndola en dos mitades, una montañosa y otra llana, se introduce en la provincia de Sevilla, y declinando al SO. riega los muros de la cap., constituyéndola en uno de los puertos mas concurridos; forma después las islas mayor y menor ó de Amalia, cortada por el canal Fernandinode 6,300 pies de largo y 24 de profundidad, y sigue después á desaguar en el Océano, entre los lindes de las provincia de Cádiz y Huelva por junto á los muros de Sanlúcar de Rarrameda. Es el mas tortuoso de todos los r. de la Península y formando la gran Cuenca que separa las dos sierras, Nevada y Morena; recibe las corrientes que descienden por las declinaciones meridionales de la primera y por las setentríonales de la segunda. El rio Guadiana constituye el mojón divisorio de Huelva y de los Algarbcs en Portugal, y tan solo penetra en aquella para desaguar en el Océano, formando el puerto de Ayamonte.

Los otros r. de segundo y tercer orden mas conocidos son el Guadalete, Tinto, Odicl, Chanza, Majaceite y Bembuzar enumerarlos riach. y arroyos seria casi imposible, asi como los manantiales de aguas potables, trabajo innecesario cuanto en muchos artículos se han descrito el nacimiento, curso y situado de todas y hasta los accidentes mas insignificantes.

Las balsas ó depósitos de aguas saladas son muy abundantes en la provincia de Cádiz. Las de Puerto Real en número de 60, se estienden por los bordes de la bahia de Cádiz desde el puntal del Puerto de Sta. Maria, se estrae la sal por evaporacion y con tanta abundancia que ellas solas punieran atender al consumo nacional, y dejar sobrante considerable para esportar al estranjero. Son pocos los nacimientos de aguas minerales; las hay trias en Chiclana y eu Colona, la Coronada, Ganalvill y elCuervo. De aguas termales no se conocen otras en el terr. que las de Bornos á 2 leg. de Arcos, con el nombre de fuente de la Sarna.

Las tierras son en general escelentes, no faltan sin embargo algunos puntos estériles en los confines de las provincia

de Córdoba y Sevilla; por debajo de Ecija hay 2 leg. de terreno cubiertas de lentiscos y encinas verdes de la especie pequeña; en el camino que conduce de Cantillana á Sevilla se halla un territorio de o leg., pobre, sin piedras , cubierto de palmitos y. de espeiges salvages, verdes y blancos, se ven algunos olivos, pero secos y mustios; el llano que inedia entre Chiclana y Algcciras de 44 leg. de estension no presenta mas que tierras blancas y de pastos , sin árboles, sin huertas ni jardines, casi enteramente desierto y sin mas poblaciones que varios cortijos; en la sola jurisd. de Utrera se encuentran masde 20,000 fan. de tierra inculta. Masa pesar de estos lunares, la Andalucía puede considerarse como uno de los terr. mas fértiles de España ; los terr. de Herrera y Estepa en la provincia de Sevilla rinden una cantidad prodigiosa de trigo, cebada y aceite ; los alrededores déla Alameda están cubiertos de bosques inmensos de olivos , el de Carmona abunda en trigo, vino y sobre todo en aceite; el de Alcalá de Guadaira produce mas granos y menos aceite que el anterior; los valles y colinas de Arcos se presentan poblados de viñas, olivos y de toda especie de frutas; las campiñas inmediatas al puerto de Sta. Maria (provincia de Cádiz) se ven cubiertas de viñas y de olivos y se hallan en ellas una continua serie de jardines ricos y hermosos, y de bosques de naranjos; pero nada iguala en todo el terr. al campo de Jerez de la Fronteía, que no es mas que un jardiu continuo, poblado de viñas, ele olivos, naranjos , limoneros y de toda clase de frutales.

La estensa llanura que se prolonga por las riberas del Guadalquivir al S,. de Córdoba es de lo mas fértil y ameno; aun ofrecen al viagero un aspecto mas risueño, los montes que dominan la espresada capital por el lado del N. hasta cierta elevación, y las cañadas que encierra cubiertas de jardines, de bosques de naranjos, limoneros y de toda especie de frutales. Largo seria enumerar los terrenos privilegiados por la naturaleza, y decimos por la naturaleza, porque la agricultura no se halla á la altura que debiera en muchos puntos, por no decir en todo el terr.; mucho contribuye á este mal lo poco dividida que se halla la propiedad; los grandes propietarios, señores de terrenos inmensos, les arriendan por 3 ó 4 años, y los arrendadores se dedican tan solo á sacar las mayores ventajas, con los menores desembolsos; asi es, que descuidan beneficiar las tieuas; nada do hortalizas, de jardines, ni de árboles frutales; el cultivo se reduce á granos y pastos. El clima , las aguas , todo contribuye á hacer á la Andalucía el terr. mas rico en todo género de producciones naturales; solo le es contraria la indolencia de sus hab.; mas apesar de esto, produce el terr. dobles granos de los que necesita para su consumo. Con raron puede llamársele la bodega vinaria de España y la mas rica de Europa por la buena calidad y variedad de sus vinos la cosecha de aceite es prodigiosa y debiera ser el mas apetecido sí se perfeccionarse su elaboración; las frutas son tan abundantes como variadas y agradables; antes se cultivó la morera , y la cosecha de la seda era de las mas grandes y de la mejor calidad; pero después de la conquista se gravó con escesivos impuestos esta producción y desapareció casi del lodo, mas protegida en el último siglo volvió á reanimarse en algunos pueblos, y probable es llegue con el tiempo á su ant. esplendor. Otra producción ha Regado á aclimatarse en el terr. con notable ventaja del comercio y la industria , la cochinilla , la cual da cada año mayores productos.

La cria de ganado lanar y vacuno es grande, la caballar llama por muchos siglos la atención de todas las naciones; pero languideciendo poco á poco en los dos últimos siglos ha casi desaparecido; los alrededores’de Córdoba, Arcos y Ecija es donde mas se crian; los primeros son los mas famosos.

Mucho se ha dicho acerca del estado floreciente de .la fabricación en los siglos XV y XVI principalmente en sedería, y aun se encuentran reglamentos para las fáb. de la espresada manufactura; pero ó bien sea que hubo mas de exageración que de reulidad, bien que las trabas que los gobiernos mal aconsejados impusieron á la industria retirase de ella los capitales y los brazos, lo cierto es, que en 4569 no se contaban ya en Sevilla sino 60 telares de huso, cuyo número fue sucesivamente decreciendo hasta el siglo XVIII, época de su resurrección. En la actualidad se encuentran en el terr. algunos telares de paños burdos y entrefinos , de sargas, muletones y estameñas, de lino y de algodón, de cuyo artículo se montó recientemente una brillante fábrica movida al vapor en la ciudad de Cádiz; hay también en Sevilla ! una fáb. famosa de tabacos, de cañones, otra de tiabucos, i y otra de loza fina, y en diferentes pueblos -del terr. fáb.

! de cueros y curtidos, de papel, de jabón, de sombreros y j otros artículos menos importantes.

La conquista de las Américas hizo de Cádiz y Sevilla en ¡ distintas épocas dos plazas notables por la grandeza de su ; comercio, y la emancipación de aquellas fue el principio de ¡ su decadencia sin embargo, aun se sostiene en el terr. el comercio esterior. Las cuatro provincia que le componen esj traen por sus dos puertos principales de Algeciras y Cádiz, I y por otros menos importantes como los de Sevilla, San- ! locar de Barrameda, Huelva y Ayamonte, para las Amé- • ricas , Italia , Francia , Inglaterra , Holanda y otros puertos | el sobrante de sus granos, frutas y caldos, y gran cantidad 1 de sal con los mismos efectos sostiene el comercio interior, ! fornentado ademas con los productos de la ind. inglesa, I francesa y de otras naciones que recibe en sus puntos, y I con los que venían de las posesiones de Ultramar.

I La imaginación casi oriental délos andaluces les hace mas aptos para la literatura que para las ciencias; sin embargo; en una y otra ha dado en todos tiempos hombres eminentes, y quizá en mayor número que los demás terr. de la monarquía también las bellas artes han sido cultivadas con los resultados mas felices, los pinceles de Murillo, de Alonso Cano de Céspedes, Castillo y otros muchos, han asegurado á los andaluces un lugar preeminente en las principales escuelas del mundo.

La instrucción pública superior é intermedia cuenta en el terr. muchos y muy acreditados establecimientos, pero la primaria, base de la civilización y déla moral, aunque muy mejorada en su dia, comparada con épocas anteriores, se halla en un estado poco grato, porque la subdivisión de la población en multitud de cortijos y alochuelas pone gran dificultad á la concurrencia á las escuelas, al propio tiempo que proporciona escusas aparentemente bien fundadas á los indolentes padres de familia.

De los mismos defectos que en el resto de la monarquía adolecen en el terr. los establecimientos de beneficencia; existe un crecido número; pero pocos de ellos inclusos los de las capitales, cuentan con las rentas necesarias para cubrir sus atenciones.

La pronunciación, eltrage, los usos y costumbres de los andaluces, presentan un tipo especialen toda la monarquía.

Carecen de la reserva algún tanto maliciosa del castellano, de la sangre fria del aragonés, de la rudeza no vituperable del catalán, y do la volubilidad del valenciano. Son naturalmente jactanciosos v en ocasiones dadas provocativos, distinguiéndose en sus discursos por lo estudiado desús frases y por la exageración de sus dichos hasta en su mirar parece que algunosamenazan. En sus conversaciones si hay algún cobarde, se demuestra valiente hasta temible no se crea por esto, que los andaluces son malos nada de eso, muy al contrario reúnen multitud de circunstancias que hacen desaparecer sus defectos y que los hacen apreciables son generosos hasta la esplendidez, buenos amigos, caritativos y religiosos. / Hemos hecho con rapidez la precedente descripción geográfica, civil y moral del terr. de la audiencia de Sevilla, porque en los art. ya publicados de las provincia de Cádiz, Córdoba y Huelva, y en el que sigue de la de Sevilla, hallarán nuestros lectores cuantos datos pueden apetecer para conocerá fondo su geografía física y civil. Nuestro objeto no es mas que presentar aquellas indicaciones, que bastan para formar una ligera idea de las cosas y de los hab. del terr., por la influencia que la situación, el clima, la naturaleza del terreno, sus producciones, el comercio, la industria, la instrucción y la beneficencia pública y el carácter, usos y costumbres, ejercen enla criminalidad. Procuraremos no estendernos mas en la reseña histórica de la fundación del tribunal de apelación del territorio.

El santo rey D. Fernando fue el que estableció en 1250, la primera forma de tribunal en Sevilla, creando dos alcaldes mayores ordinarios], que entendían en las causas civiles y militares, y de cuyos tallos se apelaba para ante el adelantado mayor de Andalucía, quien para oir las apelaciones tenia tres jueces que se llamaban alza vista y suplicación, por cuyo orden se les denominaba; también se les daba el nombre de jueces de grados, constituyendo cada uno por sí un tribunal separado. El rey D. Juan II se reservó el nombramiento de juez de suplicación, lo duplicó y se aumentó otro por los asistentes; de modo que con los de alza y vista se contaban ya cinco, que reunidos en tribunal tomara el nombre de audiencia de grados y oían las apelaciones. Así continuó siendo visitada algunas veces desde el año de 1525, porque se habia notado algún vicio, origen de las relaciones de parentesco y paisanage que unia á los jueces con las familias de Sevilla; y de la última visita, que tuvo lugar por el año de 1351, resultó, que en el de 53 mandase el emperador Carlos V , que cesaran en lajudicatura los alcaldes mayores, y en su lugar fueran á ejercer sus oficios con toda autoridad tres ministros de mucha esperiencia; pero se ofrecieron varias dificultades y reparos, por lo que el cabildo de la ciudad envió sus diputados á Flandes para que informasen al emperador, quien enterado, mandó en 10 de enero de 1556 en las ordenanzas de Bruselas y en las de Madrid, capítulos 2 y 3, que la audiencia se compusiese desde entonces de un re gente y seis jueces que entendieran en todas las apelaciones, mandando, que ninguno de los nombrados fuese natural de Sevilla, ni de su término, ni de la v. de Carmona, ni de su tierra. El mismo emperador por las ordenanzas de Madrid, capítulos 2, 6 y 10, y por las de Bruselas, capítulo s e gundo, dispuso que «en la audiencia de los grados hubiera dos salas con tres jueces cada una, y que eí regente pudiera sentarse en cualquiera de ellas.

Desde esta época quedó constituida la audiencia con tal nombre, y con el de oidores sus jueces. En el año de 1572 le crearon un fiscal y otros 2 jueces, fijando ya por otros capítulos de las ordenanzas el número de relatores, 2 para cada sala, 2 escribanos, i receptores y 4 porteros. Asi continuó el personal déla audiencia hasta el reinado del Sr. D. Carlos IV, quien en Aranjuez por resolución consultada en 21 de octubre de 1784 y pragmática sanción de 30 de marzo de 1790, mandó ampliar el terr. jurisd. de la aud., dividiendo entre la audiencia de Sevilla y la cancillería de Granada los cuatro reinos de Andalucía. Con este motivo se espidió por el mismo el real decreto de 14 de octubre de 1798, disponiendo se llevase á efecto lo acordado por otro decreto de 15 de abril, por el cual se creaba otra tercera sala civil, compuesta de 4 oidores, un segundo fiscal, un agente fiscal, un relator y un escribano para lo civil, y otro relator y otro escribano para lo criminal. También se ordenó por el decreto de 14 de octubre citado, la división de la audiencia y de sus ministros en salas, en la forma siguíeute 2 civiles con la dotación cada una de 4 ministros , y otro mas agregado para que con el mas moderno de cada una se constituya cuando sea necesario otra tercera sala para los negocios de menor cuantía, compuesta de solos 2 ministros, los cua’es podrán también en su caso dirimir las discordes; una sala del crimen con 5 ministros y el gobernador. Últimamente por real orden, espedida en Aranjuez á 12 de junio de 1799 , se facultó al regente de la audiencia para qué pudiera agregar un oidor á la sala de menor cuantía, para que indistintamente pudieran despacharse en ella negocios de mayor. Tal fue la organización de la audiencia de Sevilla hasta nuestros días. Después e s – perimentó las variaciones anejas al decreto de las Cortes de Cádiz, espedido en 9 de octubre de 1812, revocadas en la restauración del Sr. rey D. Fernando Vil por su decreto de 23 de mayo de 1814, que quedó sin efecto con el restablecimiento «de la Constitución en el año 20, y que volvió á ponerse en vigor en el año de 23. Las que introdujeron el real decreto espedido en Aranjuez- á 24 de marzo de 1833 y et 5 de enero de 1844, que es el que subsiste en vigor el personal de la audiencia terr. ele Sevilla y sus juzgados es el que resulta del estado que sigue, espresivo también del presupuesto ordinario y estraordinario fijado á la misma

(Continua en el original)

SEVILLA (REINO DE)

uno de los 4 en que estuvo dividido el terr. de Andalucía, y el mas notable de ellos SIT. al S. de la Península con inclinación al SO., sobre la superficie de unas 8 0 0 leg. cuadradas. Se hallaba subdividido en 8 partido con las poblaciones y en la forma siguiente (Ver en el original)

-**^\cHyas poblaciones dejamos comprendidas la isla de León»VC’ de la Higuer Ra. Su término confinaba por N. con Estremadura; al NE. el reino de Córdoba , interpuesta Sierra- Morena ; por SE. el reino de Granada hasta tocar en el Meditfrráneo; al S. las aguas del Estrecho de Gibraltar; al SO. el Océano, que lo bañaba basta encontrar en Ayamonte la desembocadura del Guadiana, y por O. el remolle Portugal.

Los lím. que acabamos de indicar eran los que comprendían á los 8 partido espresados segun la división terr. hecha en el año de 1785; entonces su población escedia de 220,000 veciudad y 830,000 almas; pero con posterioridad sufrió esta división de partido distintas modificaciones como hemos indicado al hablar de la provincia de Cádiz (V.); y últimamente se han formado de este reinólas de Cádiz, Huelva y Sevilla, y como quiera que en todas ellas hacemos una minuciosa descripción de su CLIMA, TERRENO, RÍOS, PROD. é IND., omitimos reseñar aqui el hermoso y fértil pais que comprendía el nunca bien ponderado reino de Sevilla.

SEVILLA

intendencia de ant. creación, compuesta, en sus tres partido administrativos de Sevilla , Ecija y Osuna, de l a s e , , v., L., ald., cas. y desp., de que habla el artículo anterior, todos correspondientes al ant. reino de su nombre.

Fácilmente se comprende que en el examen de datos antiguos no ha de presentar este artículo los obstáculos que han ofrecido otros de la misma naturaleza, puesto que no han de hacerse agregaciones de ninguna especie de terrenos que pertenecieran á otras divisiones administrativas colindantes. En los art. de Badajoz, Cádiz, Córdoba y Huelva hemos dicho, que estas cuatro provincia, tales como hoy son conocidas, se han formado con segregaciones de mayor ó -menor importancia del ant. reino de Sevilla, y por consiguiente , queriendo averiguar la parte del ant. reino que ha quedado para formar la’actual provincia, resulta ser el 34’79 por 400, proporción que hemos admitido después de examinar muchos datos ant. y modernos. No consideramos necesarias mas espiraciones, entrando desde luego en et examen de los diferentes elementos que constituyen U riqueza pública y principiando por la parte mas importante, á saber la POBLACIÓN. Los datos oficiales y particulares, ant. y modernos que hemos debido examinar detenidamente nos permiten señalar en la época á que cada uno se refiere el número de hab. que aparece eu el siguiente estado (Ver en el original)

PRIMERA POBLACIÓN. Varias veces hemos dicho que el censo de población de las provincia v partido de la corona de Castilla en el siglo XVI, fue publicado de real Jrden eu el año 4829, después de haber reunido los antecedentes necesarios el ilustrado eclesiástico D. Tomás González, consultado detenidamente y por largo tiempo el archivo de Simancas. Este trabajo señala á la provincia de Sevilla 4 4 4,748 veciudad (*) y 573,690 almas. La provincia se dividia en Sevilla y su tierra, en la sierra de Constantina, en la de Arroche (Arocbe), de Axarafe (Aljarafe), en la mitacion de San Juan y Sto. Domingo, y en la provincia propiamente dicha de Sevilla. En el territorio de Sevilla y su tierra figuraban como pobL. importantes la capital, Alcalá de Guadaira, Utrera y Lebrija en la sierra de Constantina, la población de su nombre y Cazalla de la Sierra en la sierra de Arroche, Aracena y Fregenal en Axarafe las población mas importantes eran Sanlúcar la Mayor y Alcalá del Rio ni una ni otra mitacion tienen localidades importantes.

La provincia propiamente de Sevilla contaba á Jerez de la Frontera, Ecija, Carmona, Medina-Sidonia, Bexel (Veger), Ximena (Jimena de la Frontera), Sanlúcar de Barrameda, Huelva , Marchena, Puerto de Santa Maria , Ayamonte, Antequera, Morón , Arahal, Osuna, Archidona, Arcos y Estepa. Para formar una idea de la población que tenian algunas localidades en el siglo XVI nos ha parecido conveniente publicar el siguiente estado. (Ver en el original)

Naturalmente notarán nuestros lectores una falta, á saber el silencio que se guarda respecto á la población de Cádiz. En los pormenores de los libros de las Contadurías generales, denominados Averiguaciones de vecindario, que obran en el archivo de iSimancas, Cádiz figura en lo que se llama propiamente provincia de Sevilla, y figura con 642 veciudad pecheros.

Pero en las notas comparativas que presenta el Sr. González , aparecen datos importantes respecto á Cádiz. En el año de 4394 Cádiz contaba 470 veciudad pecheros, 496 viudas, 5 menores y 2 pobres; mas en el año 4646 ya aparece con 4,492 v e c , y en 4694 con 5,491 también veciudad Sevilla contaba en el año de 1530, 32 parroquias, 6,634 veciudad pecheros, 2,229 viudas, 66 menores y 79 eventos, contando toda la provincia 73,522 veciudad En el año de 4646 los veciudad son 48,000, y en el de 4694 aparecen reducidos á 46,084. Gibraltar, que en el año de 4594 contaba 824 v e c , presentaba ya 4,357 en el trabajo de 4694. Carmona contaba 4,933 v e c en el año de 4594 en el de 4530 resultan 4,394 veciudad pecheros, 459 viudas y 39 menores esos 4,394 veciudad habian subido en el año de 4646 á 2,258, y bajado en el de 4694 á 1,860. Naturalmente nuestros lectores hallarán contradicción y la hallamos nosotros también en estas noticias, pues que por ejemplo, en el trabajo de 4530 y de 4594, aparece tai diferencia en la ciudad de Sevilla que llega á un 200 por 400 consiste esto, segun tantas veces hemos dicho, en la confusión con que se. presentaba en las diferentes dependencias del Gobierno, la palabra, la calidad y carácter de veciudad pecheros.

Como las Averiguaciones de vecindario tenian por obfeto la contr. de una cuota ó pecha, se descuidaba las mas veces la inclusión de aquellos veciudad á quienes no se les exigía por su situación y pobreza impuesto alguno. Presentados estos antecedentes y fijada lar población del año de 4594 en 573,090 hab., corresponden al 34’79 por 100 el número de 199,586 individuos. Hemos procurado buscar en este trabajo también la proporción en que resulta el territorio de la actual provincia de Sevilla, segun documentos ant. y modernos con el resto de España el resultado de esta operación nos da el 2’98 por 100. Siendo pues el número de hab., que contaba el pais en la época á que nos referimos, el de 8.206,794, corresponden al referido 2’98 por 400 el número de 244,562 individuos

(Continua en el original)