CANARIA (Gran)

una de las 7 islasque componen la provincia y ciudad g. de Canarias (su cap. Sta. Cruz de Tenerife), audiencia terr. de este nombre con residenria en la ciudad de Las Palmas , y diócesis de Canaria con igual residencia. Está Sit. a los 28″ 33′ de lat. setp., y 2″ 20′ de long. oriental del meridiano de Hierro , á las. 36 leg. E., 1/4 al N. de dicha isla , 41 al ESE. de La Palmas 28 al E. de la Gomera , 9 al SE. de Tenerife, 19 al OSO. de Fuerlereutura y 34 al SO. de Lanzarote. Ocupa una estension de 12 leg. de largo , II de ancho , 48 de circunferencia y 132 de superficie , en la que se encuentran entre otros los pueblos que aparecen en el estado de dist. que, como los principales,

insertamos á continuación.

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niendo del OE. no les permite el temporal doblar de una abordada la punta sel. de la Península: desde el ángulo de la bahia, la Atalaya y demás bocas devolcanes, parecen formar parte de una mediana cordillera en dirección NE. á SE. Ademas de los dos puertos indicados, merecen particular mención , y se cuentan como surgideros principales , el Contilal y el Juncal en el’ N.¡ Gando al E.; Juan Grande y Arguineguin al S., y Las Nieves y Aldea al O., habiendo como subalternos los fondeaderos de Galdar , Sardina, Puerto Rico, Tenefe y Melenera.

Por la parle dd S, estrechan el susodicho istmo las rocas escarpadas de la isla y su estéril playa de monlecillos de arena que las olas acumulan incesantemente , estendiéndose hasta la ciudad de Las Palmas y distinguiéndose á lo lejos alguna tierra cultivada, los edificios de la cap., su cated. é innumerables palmeras ; y si nos aproximamos mas por este Indo, las rocas escarpadas toman mayor desarrollo juntándose con las colinas del interior , pero en Las Palmas las corla el barranco de Giniguada. Al ralir de la ciudad es preciso pasar desde luego el terreno quebrado de dicho barranco, para llegar sobre la meseta del Lentiscal, y poder trepar hasta la cumbre de liandamn que domina todos «aquellos alrededores. Desdo liwiduma (V.) al hermoso lalle de la Vega, se levanta el suelo insensiblemente hacia las montañasyse pasa por los I. de Tafira y Sta. Brígida, sigue después San Mateo que se encuentra ya á 2,406 pies de elevación yluegosc atraviesa la Lechuza que lo está á 3,013; en cuyo punto el camino empieza ya mas áspero y escarpado á proporción que se aproxima el Saucillo que tieue de altura absoluta 5,300 pies , y muy salidas las rocas que le rodean , lo cual hace esto especie de corrisa sumamente peligrosa : aqui abarca la visla toda la costa oriental desde la isleta hasta el cabo de Tenefe: las colinas que eslan unidas al macizo central y limitan los valles ocupados por los pueblos agrícolas, tienen su dirección hacia el mar, ofreciendo tan selo crestas cortadas

bruscamente como los contrafuertes de las Cañadas y de la cordillera de Aliaga a Tenerife : sus prolongadas cumbres son sus ceptibles de cultivo , el arado lia roto sus vertientes , y en los valles inmediatos se lian prestado aun mejor al riego las aguas de los torrentes, constituyendo estas ventajas la riqueza de la Gran Canaria; de modo que sus prod. mas que suficientes para sus necesidades , se esportan diariamente á las domas ¡¿las. El valle de Tenteniguada , la vega de los Mochines y el lugarejo de Valsequillo, están situado entre los 2 ramales que se prolongan hacia Telde.

Avanzando hacia el O. del Saucillo, la cumbre, esta región culminante que forma la corona de la isla, adquiere mayor estension , y continúa (.’levándose basta el Pozo.de la nieve, cuya altura es de 5,8íi pies. LA acción de las fuerzas volcánicas , se manifiesta con toda su pujanza en los alrededores de este pico; crestas escarpadas parten de su base y se levantan aun para formar la aguja piramidal del Nublo : mas allá y siempre cu la misma dirección de rsle enorme monolito, aparece el cerro de ¡ienlairja (V.) desde cuyo punió se présenla la isla como minada basta sus cimientos : precipicios peligrosos prolongan las crestas que se acaban de subir y tollas las pendientes se inclinan rápidamente liácia el O. Por la parte del S. el barranco de Ayacata se interna en un desfiladero estrecho y cercado de rocas que parecen desplomarse , siendo también por olro lado todavía mas espantoso este abismo’: la vista se pierde en una de aquellas gargantas mas profundas , en la de Tejeda , que penetra en el centro de la isla estendiéndose luego hasta el mar. Las granjas cuya existencia no podía sospecharse, los grupos de chozas distribuidos por los ribazos mas accesibles , componen un distr. de t ,500 almas , y mas abajo los restos de ant. bosques ocultan las márg. de un torrente . cuyas aguas van á bañar las llanuras de la Aldea. Al N. de. Tejeda está también el suelo corlado por otro barranco , cuya dirección es ala costa sel., la mas espatosa soledad reina en este segundo recinto; en sus alrededores todo es trastorno y desvastacion, pero al llegar á la falda do las rocas que atajan el Thalbeg, la voz de los hombres y los gritos de los animales se oyen como por encanto, viniendo á resonaren el fondo del valle: la causa de tan estrado ruido se halla en el flanco de la montaña , donde aparecen la» grutas de Artenara como nidos de aves de presa; estas escavanónos habitadas por l,S00 trogloditas, se hsllan á 3,691 pies sobre el nivel del mar, ysohreellim.de un cortado cuya altura es de 500 metros. Un pueblo indus trioso eslá reunido en aquellas crestas aisladas, el pastor guia alb/us rebaños y manos emprendedoras han puesto en cultivo las piedras, las mesetas y ¡hasta las mas pequeñas cornisas.

Colocándose de nuevo en la cumbre de Bcnlaiga para comprender eda orogratia, casi incomprensible en medio del acinamifulo de rocas, se reconoce que el mnzizo de la isla, enteramente trastornado , eslá dividido en fragmentos; eslas partes desmembra las del sistema general, forman varias cordillera i|ue abrazan las grandes anfractuosidades del centro. Al salir del J’ozo de la Sieve se esliende la cumbre hacia el N. y comienza á inclinarse al O. por arriba de Artenara ; esta altura se llalla cortada masadelaute por un barranco que desemboca en la cosía de la Gaeta , y 6UH<jli« cu altura disminuye sensiblemente, sigue prolongándose al 0., lomando entonce», la cordillera el nombre de Tamadaba , cuv .is vorlionlos están cubiertas de pinares: en los confines de la ald. la montaña forma espolón , limitando el valle por E., que es uno de sus brazos principales, el cual termina bruscamente en la cueva del .Mediodía, dominada por la eslremidad de Altruista: las demás cordillera componen al NO. la meseta de Tirma, y se lanzan liácia la punta de la Aldea , donde las masas de rocas inaccesibles, defienden la oo>ta. Al S. del valle déla Aldea, los cortados que I nuil ni el litoral no son menos escarpados que los de la banda del N.: las montañas se elevan rápidamente en dirección de la parte culminante d« la isla , y tienen muy luego una altura de mas de 4000 pies; siguen después casi paralelas á las de Tamadaba; los bosques de l’ajonal cubren sus vertientes meridionales y la saliente de sus flancos ocasiona accidentes análogos á los de la cordillera opuesta , de modo que la Fuente Blanca constituye en el reverso septentrional la eslremidad de otro espolón que viene a parar frente á la espresada gruta del Mediodía ; dejando entre si eslos dos límites un pequeño estrecho, por donde ile de Tejeda, y los han. de la ald. comunican con

de la nieve , punto de donde parten los grandes fragmentos de este sistema destruido.

Cuando se desciende de la alia región para caminar hacia la banda meridional, se llega de repente á un valle profundo, cuya circunferencia describe cerca de 6 leg.: este circo imponente, que se llama la Caldera de Tirajana , ha sido considerado como un cráter primitivo que se levantó al mismo tiempo que loda la masa do la isla ¡ las crestas de su contorno, conservan mas de 4,000 pie, de altura en una gran parle de su long.; no faltan sin embargo, fuertes depresiones que rompen en varios estrenaos esta linea de circumbalacion , y abren senderos que facilitan la bajada á dicho valle, Pasando el barranco de Ayacata, se llega al primer-collado que llaman el Paso de la Piala , cuya altura vertical es de 3,04? pies : también puede penetrarse en la Caldera por las vueltas de Taidia; este largo Iwquete está en el limite oriental del circo , que solo tiene por aqutl punto 2,091 pies de elevación , el suelo de la caldera es muy desigual; la v. de Sta. Lucia , sil. al pie de este descenso, esla á los 2,109 pies sobre el niv el del mar, mientras que los I. de Tunle y San Bartolomé, agrupados en la base de los corlados del Ni tienen 2,5’JO: el centro del valle está levantado por la montaña de Urera llena de grutas iuhaUauan el distrito de, Tirajana varias fuentes que fori corriente de agua bástanle considerable , y desemboel barranco de la (¡allega , estrecho desfiladero , cuyas las es preciso seguir para pasar de este recinto á la costa meridional ; también puede pasarse por las montañas del circo al collado de Manzanilla, llamado vulgarmente La Degollada, tropezando entonces en la parte ocidenlal con muchos barraneos profundoscomo Chanioriean, las Palmitas, la Negra y Arquinequi que parten délos flaueos de la cumbre y desembocan en el mar ; 2 grandes accidentes que minaron la parte central de la Canaria, han impreso á esta reglón un carácter estraño y enteramente singular ; eslos hundimientos tienen entre si relaciones de homogeneidad, que es importante examinar, esplicadas y bien comprendidas una vez su posición y diversa» ramificaciones , es fácil conocer el resto de la isla , porque las alteraciones del terreno se asemejan á las de todas las verlientes marítimas : la pendiente de las montañas présenla por la parte del mar, la misma estructura con corla diferencia , y la que se observa es sobre detalles secundarios: los valles están siempre unidos al mazizo del interior, y separados unos de otros por cordillera que se prolongan hicia la costa. L;\ cumbre, esla cima elevada que abraza todas las estremidades culminantes, forma la linea divisoria entre las vertientes interiores y las an • fracluosidades del centro.

La isla de Canari,-, ó de la Gran Canaria, se parece en cierto modo á ¡a parte central de Tenerife, pero en vez de un circo inmenso y uniforme en sus contornos, desde el pico que se levanta tan majestuosamente en medio de aquel vasto recinto, ofrece una cordillera de montañas , casi circular, ensanchándose su cumbre en forma de mesóla. Los puntos culminantes dominan esla elevada región que prolonga la cordillera, consihuyendo la nnnbre de la isla: los valles laterales tienen su origen en los flancos de este macizo que modifican en algunos puntos eon profundas aberturas , y solo penetrando en eslos desfiladeros, ó remontándose á los collados superiores, se llega á los distritos del centro. Enlonces solamente las formidables rocas nen á descubrir al geólogo el origen de Canaria y los fenó nos volcánicos que determinaron su estructura: en medie los hundimientos del suelo, y de las masas aglomeradas quo le Ocultaban en un principio las formas primitivas, reconoce aun la linea de circunvalación de un ant. cráter menos vasto sin du.la que el de las cavadas, pero cuyo recinto cortado por barrancos de una espantosa profundidad, deja presumir las revoluciones que han trastornado enteramente su conjunto. Las mismas rocas que en Tenerife, abundan también en Canaria: el Traeliiln, que domina en todas parles, está cubierto muy pocas veces de lencosiitia y basalto; y solo en la cosía occidental, desde la Aldea hasta la cuesta de Silva; y en la banda septentrional de la islcla , se encuentra una formación completa de basalto. Algunas escorias aisladas en los valles lejanos , indican erupciones que no pueden sor muy ant., y esta última reerndencia de la acción volcánica , os aun mas notable en los alrededores- del pico de Bandama, en la costa la y en la península de la islela ; mas apesar de oslo,

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leralcs,no ofreciendo ya los cortados de la isla bruscas doiircsiones. A medida <|ue se adelanta h.icia la punta de Maspaioinas , se ensancha mas la ribera i y los barramos del Lefhu gal y de Argiiinegúi, son los únicos obstáculos que hay que vencer. Mas abajo se encuentra el arroyo déla Gallega. El liego ha verificado la llanura que domina esta corta pantanosa, sin cuyo beneficio Maspaluiuas seria todavía un desierto, mas ahora estos terrenos regenerados han cambiado de .aspecto, y los campos de maíz y algunas granjas, pueblan las uiarg. del camino que conduce á Juan Grande. En los alrededores de osla v., el país se convierte do nuevo montañoso , y us preciso aun trepar colinas y atravesar oíros barrancos para llegar al carrizal. Mas arriba de este lug.ircillo hay un valle prolundo , donde se encuentran otros 2 pueblecillos Aguimez y Temisas . ocupando el último la parle superior, cuya altura es de’í,108 pies. Al salir del carrizal empieza a subirse hacíala meseta de Telde, cuyo distrito recuerda por la estension de su cultivo y suavidad del clima los de la banda del N. Deleble á la ciudad el camino pasa cerca de la cima de Jinamar á lo largo del litoral: varios montes da escoria quo se ven á la izquierda, parecen formar parle del mismo sistema volcánico, uniéndose al pico de Bnndnma. En lia , cuando se llega al Salto del Castellano , una de las rocas roas escarpadas de esta costa , se descubre de nuevo la cap. y las abrasadas montanas do la isleta. Ademas de este camino principal que rodea toda la isla, hay otras varias sendas , que partiendo de la circunferencia al centro y ramificándose , ponen en comunicación cutre si y con la cap. todos los pueblos de la Canaria.

Cokri-os. Este servicio que como en todas las demás islas que componen la provincia de Canarias, depende de la espedicion que llega y se despacha en su cap., 81a. Gruz de Tenerife , no puede espresarse on la individualidad que quisiéramos manifestar á nuestros lectores. Todo lo que acerca del mismo podemos decir, se demuestra en el art. de provincia (V.)

Producciones. En el articulo general de provincia (V.): liablndmosde las producciones tanto naturales cuuio aclimatadas en esle suelo fértil , de bellas aguas y agradable temperie : se da también con abuudaucia el vino , miel, cera y lana: igualmente cogen aceituna , s«da y algodou , no se cuan fieras ni anímale.-, ponzoñosos, zorras, liebres ni venados, pero cu cambio es regalado el carnero , la vaca , las aves y la pesca: hay hueñis salinas, cuya sai se consume principalmente en la pesca de Berbería.

Industria Y Comercio. No pudicudo hallarse de estos dos objetos sino con relación ¡i todas las islas que constituyen la provincia de Guiarías, nos vemos asiniismi precisados a remitir á nuestros lectores al art. general, en el que hemos procurado estampar cuantos conocimientos son suficientes para conocer el estado en que se encuentran la ind. y el comercio de rada isla en particular, sin perjuicio también de hacerlo en la descripción de cada uno de sus puertos, s/guii los estados de aduanas que para ellos tengamos á la visla, y podamos añadir como complemento a nuestros artículos.

Poní Vcuin , Riqueza Y Contribución. Apesar de hallarse desp. casi la mitad de la isla hacia Arguinegui, tal vez por lo árido del terreno que antiguamente abrasaron los volcanes; con lodo , el número de sus veciudad asciende á 20,172 , yelde almas á 83,036. La Riqueza Imi>.: 4.688,800 reales, y la conír. por todos conceptos á l .:i7’J.2′.io reales

De esta isla tomaron <i nombre general de Canarias ludas las que hoy por él son conocidas. Ofrecieron tal resistencia sus naturales a los conatos de conquista de Juan de llthancourl, oponiéndole mas de 10,000 combatientes, que no logró apoderarse de ella cuando lo hizo de otras de estas islas, conservó su libertad hasta el tiempo de los reyes católicos que enviaron una fuerte armada al mando de Pedro de Vera, caballero natural d» Jerez para redondear esta conquista. Surtió esta armada en la Gran Canuda el año 1478 y una sangrienta KUírrrade tres años cosió á los castellanos su dominio (V. Canarias).

. De): se compone de las 7 islas de fuerleventura . Gomera , Gran Canaria, Hierro, Lanzarote, Palma y Tenerife , con otras menores en el Occéano Atlántico llamada» Hoque del Esle, Boque del Oeste, Alegranza, Graciosa, Montaña Clara y la isla de los Lobos : en lo c¡\ ¡I y administrativo es de tercera clase ; en lo judicial corresponde a la auil. Icrr.viilc en 2 diór. ú oh. sufragáneos del arz. de Sevilla, délos rúales el uno se titula diór. de Canarias , con residencia en la ciudad de Las Palmas, y el otro de Tenerife, cuya residencia esS.inCristov.il do la Laguna : la di.il. de las referidas 7 islas entre si, y de, ellas áC vibz , consta en el siguiente 4

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Sin Ación. Las Canarias ornpan indudablemente una de las posiciones mas ventajosa» del globo para merecer con justicia el epiteto de afortunadas: sil. en el Occéano Atlántico entre los Cabos liojador y Guor, trente de la costa Mnuritann,

Tiiijilana, provincia Beledulgerida, de 20 á 80 leg. NO. del continente africano , se hallan según las noticias de los mas célebres geógrafos, entre lo; Jf ?<>’ :io»y IT 4’J’ Int. N., tomando por puntos estreñios la punía norte en la isla de Alegranza y ¡a punta raslinua en la del Hierro; su ancho se esliendo entre los 14″ 30′ i5″ y 0″ 30′ 28″ long. del meridiano de Madrid, desde los lím. orientales del Roquttt del liste hasta la punta de la dril., lérm. occidental de la isla del Hierro. Este archipiélago que puede considerarse como el primer arco del puente , digámoslo asi , para la comunicación de la Europa con America, consta como hemos dicho de 7 islas y o islotes, siendo el mas sept. de eslns conocido con el nombre de Alegranza : sigue luego Montaña Clara , la Graciosa , los dos Roquetes y la isla de Lobos Marinos, llamada asi por habitarla antiguamente esta clase de anfibios. Hállame agrupados estos islotes desiertos al N. de Lanzarnte , escoplo el ultimo: separada de esta isla por el (vinal de Bocona, «c prolonga la de Knerteventura hacia el S. hasta el istmo de la Pared, pero vuelven desde aqui sus costas bácia el O. y forman la península de llandia, que es indispensable pasar para descubrir la Gran Canaria: poco después siguiendo el derrotero al O. se presenta Tenerife con su gigantesco pico de Teide ; llégase luego á la Gomera y últimamente á Palma y el Hierro, sil. casi bajo la misma lat., y terminando en ellas el archipiélago.

La posición de estas islas es de E. á O. casi unidas unas á otras, y su proximidad al continente, ha dado motivo á que se las crea como un desprendimiento del gran sistema de montañas del Africa Septentrional. En efecto , si siguiendo la direcion del ramal del Atlas que termina en el Calió de Guer, se lira una linea hasta Canaria , pasara por el Boquete del Este, Lanzarote, Tenerife y la isla del Hierro; Eucrteventura y la Canaria se hallarán tocando, y la isla de Palma un poco mas afuera (pie las dos últimas: su misma eslrurtura orogralicn puede serv ir también para persuadir íntimas relaciones entre ellas; casi todas sus montañas se prolongan en igual dirección: las de Kamaraal N. de Lanzarote, aunque rebajadas por la parte central, recorren la isla de NE. á SO., lo mismo que el grupo de llandia en Euertcv-entura ; la cordillera deAnayaen Tenerife, y la-do las Cañadas que divide la isla en dos partes. Este simple examen basta para confirmar que las montañas que nos ocupan, aunque aisladas ahora, han debido formar parle en otro tiempo de un mismo sistema. Cumulo se considera la posición de los cabos principales , se ve en todos ellos una dirección recíproca: estas salidas penetran en el mar como trozos desmembrados , presentando inequívocas señales del rompimiento (pie produjo su separación. Colocada Lanzarote á continuación de las 4 isletas quedan principio al archipiélago , parece querer formar una misma masaron el Cabo Farion y con la de l’uertevenlura por su parte meridional frente: las puntas de Pechiguera y del Papagayo están coloradas lio á las del Coralejoy Punlagorda , estremidades sept. de

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Si del mal régimen de las tierras pasamos á los montes, delie asombrarnos su abandono: al terminar la conquista se hallaban todas las islas cubiertas de arbolado alto en las medianías y cumbres, y de bajo cu las cosías, sirviendo su misma abundancia, y el corto numero de bab. á la mala distribución como babia sucedido en las tierras: mas al paso que lué aumentando la población se dio ensanche al cultivo, y el arbolado se retiraba sin plan perdiéndose muchos terrenos por habír corlado aquel sin las precauciones oportunas para contener las tierras; jamas se han replantado ni podado los monlcs, y ni aun se han hecho las visitas que previene la ordenanza de este ramo, debiéndose la conservación del que existe á su abundancia , á la facilidad con que retoña y á la escabrosidad y c evacion á (pie ha quedado reducido, lo cual le hace menos accesible al desbaste; en algunos puntos eslá disperso en talas términos que bien pudiera contenerse en’una cuarta parte de terreno: dan , sin embargo, brea, madera, lena y carbón; pero es muy probable que si pose corríjen tamonus cscesos, se eslinguírán con el tiempo lo¿ montes de dominio público: bien que entonces empezaran á eslenderse acaso con mas regó andad y abundancia , fomentados por e| interés individual; el ciudadano particular conseguirá sin duda lo que antes no pudieron obtener los ayuntamiento, corregidores, ale. m., ni posteriormente la jurisd. de marina : en este caso las muchas laderas útiles para el cultivo de que abundan las islas elevadas, proporcionarán cuantiosa? maderas para los usos públicos y privados : el brezo , el castaño, rl nogal, la mana, el roblo , el algarrobo , el lalbuzano, el álamo blanco, el viualigo , el tilo, el pino, que en esle pais se conserva casi incorruptible, el laurel y otros muchos que se dan perfectamente, empiezan á espiar el vivo interés de algunos hacendados.

Vui.nuoN Situadas las Canarias por su proximidad á los Irópicns bajo una de las iot. favorables á la vejetaciou , su clima participa á li vez Je la energía de la zona tórrida, y de la frescura de la templada : el calor del sol eslá combinado con los principios mas activos para fecundar la lierra que los volcanes parecía haber convertido en estéril; pero las nuevas condiciones de existencia han desarrollado nuevos gérmenes \ aquel suelo virgen ¿e halla cubierto de prod. csnecínles, halucudola.v influencias de la atmósfera naturalizado posteriormente las plantas de ambos emisferios. Las especies indígenas y espontaneare estas islas atlánticas pertenecen en su mayor partéala: europeas, diferenciándose tan solo por sumas piolita vrjet il ion, mayor tronco ) con freciicni ¡a también por su rain igc mas frondoso: sin embargo, te ven algunas con diferentes formas y aspee to , y varios monotipos únicos cn’su genero, mientras otras constituyen grupos de especies periódicas de una faeies notabilísima: estas llevan impreso su carácter africano, y aquellas , aunque en pequeño número, dejan laminen cnlrciccr algunos rasgos «le la vegetación de la -América : de este modo la de Cananas parece formar el camino por donde las plantas de los países templados pasan á las regiones intertropicales, si se considera pues la cantidad de las especies locales, y la novedad de sus formas, caraclcrjs, bulo mas bellos como que pertenece}! á la masa de plantas dominantes, el archipiélago canariense merece el titulo de Región biilánicd. I.os diferentes punios que ocupan los vejotales, aquella especie de sociabilidad que parece reunir á los unos, y de aislamiento que afectan otros, son consideraciones que aumentan la importancia de las investigaciones cuando después de haber examinado minuciosamente los diversos grupos , se estudia el orden de su distribución : las diferencias en [a orografía de cada isla que varia los accidentes de su suelo, Lis esposieiones y temperaturas lian multiplicado los contrastes y producido cambios notables en la liloclálica, habiendo resultado de estas diferencias otras tantas llores distintas como presenta cada localidad: ademas las plantas de las islas aunque compuestas de especies comunes á todas las parles del archipiélago , no se presentan nunca en las mismas propon-iones : asi por ejemplo, Alegran/a , Montaña clara , Graciosa y los demás islotes sil. al N. de Lanzamlc, abundan cu Clieiiopoile.is y l’olieorpi as , con las cuales >e mezclan otras varias de la región maritiuvi : en l.anzarole y l’iiertcvcntma, la vrgcl.u ion comienza á ¿tenderse, en mayor escalo; las capas de arena y las vastas llanuras recuerdan el Zallara de Africa occidental , y varias plantas del desierto, proveuMiilo piélago, la vejetacion es mas rica en especies que en Canarias que tiene á la vez sus leves y distribución ; y como los climas son tan varios, efecto dé las cordillera y faldas de las montañas, acontece lo mismo en las plantas qué siguen la altura de los lugares , y v enlajas de sus respectivos sitios; y á la manera que no todas las islas abundan en las mismas plantas, tampoco en cada una de ellas se observa una distribución proporcionada. S:n embargo los sabios naturalistas que las han visitado, procuraron en lodos liempos indicar las Zonas en que se producia cada planta , y entre otros Mr.de Buch hizo recíentemenle la designación de 5 regiones. 1.» región subtropical ó de formas africanas , desde la costa hasta 1,200 pies sobre el nivel del mar : 2.» región mediterránea ó de plantas europea» desde 1,200 basta 2,500 pies : 3.’ la región siempre verde ó de los bosques desde 2,ó00 hasta i,100: 4.* la región del pi unr ó de los putos de Canarias desde 4,100 hasta 5,000: y b ‘ la región de lit cumbre ó de las retamas blancas , desde ó.«00 hasta 10,380 ; pero no debe olvidarse que esta división sufru como todas las demás que se han hecho , varías modificaciones que deben atenderse en sus pormenores.

Itios ó ¿MOYOS. La topografía de las islas, la corla eslension de cada una de ellas , deja conocer no deben existir en su periferia ríos ni arroyos de consideración , ni por el caudal de aguas, ni por la prolongación de su curso. No faltan algunas corrientes de agua permanente alimentadas por las nieves, que la mayor parte del año cubren las crestas de las cordillera, pero la ni archa tortuosa que llevan precipitándose de corladura en corladura, las hacen útiles para el cultivo en solo el pequeno espacio de terreno que ocupan las costas. En general los arroyos de las islas, son mas bien aluviones intermitentes que corren únicamente con las aguas pluviales, y deslizándose por las faldas de las montanas, se recogen en los barrancos que las mismas describen . por donde se precipitan en el Océano sin producir utilidad alguna , anles si ocasionando á las veces con sus desbordaciones notables perjuicios. Las mismas aguas pluviales, y las que el deshielo do las nieves ocasiona inlillrandosc mas profundamente por entre la tosca y materias volcánicas , que los ant. cráteres arrojaron á sus alrededores , dan origen á diferentes manantiales, que en varios puntos brotan ya aguas cristalinas y dulces, las mas saludaliles para la bebida, ya salitrosas y ferruginosas que causan los mejores efectos en las enfermedades cutáneas , úlceras inveteradas V oirás dolencias. Sin embargo de ser tantos los arroyos , barrancos y manantiales de aguas que en la mayor parte de estas islas se encuentran, su cantidad no solo es insuficiente para el cultivo , sino aun para los uvos domésticos en las mismas ¡vías que la dan con mas abundancia , faltando absolutamente en otras , lo que ha puesto á sus hab. á las veres en el duro ooofliclo de abandonar su bogar doméstico. No fallaron hombres lilanlrópicos é ilustrados que se dedicasen á libertar su país de un mal tan grave en consecuencias. ¥..%tudiaron la geología de las islas , aquellas montañas cubiertas algunas de perpetuos hielos, y que por medio de sus elevados picos, y verdor de sus laidas Ilación descargar sobre sus erestas los espesos nublados: pensaron bien que por los barran( Oí abiertos en las mismas cordillera, y por los pocos arroyos perennes no salía lodo el caudal de aguas que allí se formaba, y con el mejor criterio supusieron<JU« en el esotro de las mismas moniañas debían formarse grandes depósitos de agua: la formación de este juicio fué seguida de. las espericncias mas atrevidas, pero acertadas; y trabajando con constancia, llegaron felizmente a encontrar varios de aquellos depósitos. No corresponde todavía la cantidad de agua a los gastos que las ulnas ocasionaron ; mas va se riegan diferentes trozos de terreno, ademas de haber obtenido lo suficiente para el consumo , y cada dio se consiguen mejores resultados ai propio tiempo que se disminuyen las impensas.

Ca.mimis. Sin que sea culpa del Gobierno ni de las corporaciones populares , el ramo de caminos se halla en las Canarias en el peor estado : la precisión de haber de cruzar eleva das jr difíciles cordillera pora comunicarse de un pueblo á otro, haceabsolutamente imposible la construcción de caminos interiores en ludas las islas sin la inversión de crecidos capitales , que no se conseguiría amortizar jamás, porque son muy poco importantes los especulaciones comerciales , corla también la afluencia de es| ra ligeros, y ninguno el transporte de

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I,i que produce la barrilla se introdujo en tes islas el nfio do 1752; pero no se generalizó so cultivo hnsla principios ile esle siglo eon molivo del sistema conlineiital adoptado por Napoleón, lloc’ia luegola paz,desacreditado el art. por haberla mezclado la codicia de los isleños con otras materias y la con correncia de otra; concausas , han hecho decaer su precio desde 140 reales ;’t que llegó á venderse el <|i|. , hasta 19 ó 20 reales á (píese despacha en el din. Hasta últimos del siglo anterior se cosechaba bastadle seda especialmente en Tenerife y la Palma, de la (pie parte estraian los inaltescs y la restante se destinaba ;i las manufacturas del pais que se despachaban únicamente en América ; pero escluidos los isleños de los puertos ocultados por lo^ disidentes americanos, desestimadas en ellos las manufacturas de las islas , prohibida por algún tiempo la cstraccion de la seda en rama para el estrnngero, y generalizado el uso de los tejidos de lana y algodón , ha decaido conside ■ rablemenle dicho ramo con particularidad en Tenerife donde se han arrancado casi lodos los morales. Posteriormente se lia alzado la prohibición , pero continúa cu decadencia el cultivo de la morera , cuyo inconveniente quizas se remediaría introduciendo el gusano de la China y eligiendo terrenos á propósito. Los vinos tan esquisitos que llevan el nombre délas is’as, constituyen una de sus mas ricas prod. , ipie como todas, ha pasado por varias vicisitudes: su estimación antigua en los mercados estrangeros , especialmente los de Inglaterra y Es.lados-Unidos, y la que tomaron con molivo de los aconlceimientosde Europa y su estado beligerante desdi- el añode 1789 hasta la paz de l’aris, los hizo subir hasta el escesivo precio de 1,500 r<. la pipa ; mis rolábanlas las relaciones con las potencias beligerantes , suplantados los vinos de Canarias en los mercados de Inglaterra por los itvl Cabo de buena Esperanza y rivalizados por los de Jerez y Madera, Francia y Portugal en los de ambo.-, mundos, decayeron casi simultáneamente desde aquel alto precio, al de ,’)¿o reales pipa; que es el mayor que sacan en el dii los cosecheros, después de la insurrección americana, habiendo en igual proporción bajado el aguardiente á 50 y 70 reales garrafón, desde 120 á 2i0 ¡i que se había vendido. Ademas de estas causas inevitables contribuyó también á la decadencia de los vinos , e! crecido derecho de su importación en Londres , que los canarios no han conseguido modificar apesar de sus continuadas gestiones para que el Cobierno español lo demandase, en justa retribución del módico impuesto (pie en aquellas islas tienen los algodones de Inglaterra ; impidiendo lo lo, el que hayan podido recobrar posteriormente su anligua preponderancia , apesar de los varios ensayos que se han hecho en iliferenles mercados, inclusos los do Prusia , lo que ha obligado á arrancar muchos viñedos y destinar sus tierras al cultivo de cereales. En cuan tóalos frutos coloniales, pueden todos aclimatarse en estas islas, pero ni el carácter de los hah., ni la falla de aguas y de tierras, ofrecen ventajas positivas. La caña de azúcar se generalizó poco después de la conquista; pero como la de estas islas fué coetánea con la de América , en donde á beneficio de la inmensidad delerrenos , de la aglomeración de esclavos, de la abondanei? de arbolado y de la riqueza del pais, se estendió rápidamente y proveía á precios muy cómodos los mercados lie Europa , se fueron abandonándolos ingenios en Canaria , y solo existen algunos cañaverales en la Palma, que apenas producen azarar y miel para el consumo de la misma, sin que sea dable fomentarlas , ya por la razón espuesta y ya también por la esrasez de arbolado que de día en dia se hace mas notable. Sobre el café han hecho cusa vos algunos propietarios, mas bien por curiosidad míe por un objeto de especulación, y los varios plantíos de dicha especie lo han producido muy bueno y de un gusto y aroma esqoísilo. Las islas de Lanzarole y Fiierleventura , y las rostas del S. de las demás, disfrutan de lierras cálidas y ligeras de poca sustancia, queal parecer son las mas propias para el cultivo del algodón, con tal que conserven alguna humedad. Dedichoarl. se han eslraido en varias épocas , algunas partidas á Inglaterra en clase de muestra del que se llama indígeno de islas; pero lejos de haberse propagado la especie, han disminuido los plantíos por efecto del mal resollado que han tenido los ensayos ; sin embargo, la empresa de D. Felipe Kavina ha aclimatado especialmente en Tenerife , el que se llama Herbáceo de Georgia ron bastante buen éxito, haciendo venir la semilla de los Estados-ruidos; el que también se llama Herbáceo de Siam, igual al que se culliva en Malta; el de árbol que se cree indígena de la quo contemplan la feliz posición de estas islas, y el nombro de afortunadas con que fueron conocidas desde la antigüedad mas remota, se persuaden, deben ser la mansión de las delicias, y que á la bondad de su temperamento , á la tranquilidad inalterable que en medio de las mas horrorosas convulsiones del globo ha disfrutado , y al carácter paeilico y laborioso de sus hali., debe estar unida la abundancia , la variedad y coujunio de las mas exquisitas prod. de todas las zonas, y de aquí los proyectos y las id<«as l.sonjeras de prosperidad y fomento que con razón se forma sobre ellas, y que acaso se hubieran realizado sin las causas que dejamos espucslas y que han impedido, y que aun en el dii impiden el desan udo de su riqueza territorial. Tan rico cuino la vegetación, loes también el reino animal ¡ criase en abundancia el ganado calino , mular, caballar, asnal, vacuno y lanar , mereciendo particular aprecio en lodo el mundo, el rico carnero de Tenerife: conóoensc ademas los camellos; la caza principal, sun perdices, conejos, codornices , palomas y palos ; en ■Iguana islas no hay sabandijas, lieras nigorrioncs, habiendo en su camino (Tirios pajaro, Cj mo los canarios que enriquecen la historia natural.

iNficsTHl.v i Ksui i-.n.v. El mar que baña la cosía occidental del Africa, desde el calió Cuer hasla la embocadura del Senegal , es indudablemente uno de los mas abundantes de pescado en el Occcano atlántico; tan ventajosa posición han sabido aprovecharla los pescadores de Cananas, situados en las inmediaciones de estos parajes , para csplotar uno de los ramos mas importantes de la ind. marítima. Conservando por medio de la salazón para venderlo después en losdiferenli s mercados de las islas el pescado que sacan en los surtidero» de Cabo Illanco y Bojador, ha llegado á ser el principal recurso alimenticio del pueblo. Pero limitados hasta ahora lo» prod. de la pesca á las necesidades del consumo , los isleños han despreciado todas las ventajas que podían sacar de su esportaeiou. La ind. que los alimenta , es sin embargo susceptible de gran desarrollo, y considerándola lujo este concepto , pudiera muy bien sostener la concurrencia y dar todav ía mas provecho que la de Terranova y los mares del Norte, si fuese dirigida por especuladores mas inteligentes, prot gida por el (iobicruo de la mello poli y menos vejada por la «din. local. No obstante, apesarde nuestras convicciones cuando se considera que la pesca del bacalao en los mares del N. no comenzó á prosperar hasta que las naciones comerciantes se apoderaron de esta ind. ó compartieron sus utilidades; que dicha concurrencia al escitar la emulación de los especuladores, les fué provechosa bajo varios conceptos, que la intervención de los gobiernos y su poderosa protección la han elevado á una altura colosal, no debe causarnos admiración que la pesca en los mares del Africa, ignorada por tanto tiempo de todos y entregada á la rutina de los isleños hace mas de 300 ano-, haya permanecido estacionaria. (VER MÁS EN ORIGINAL)