SEGURA

v. cou ayuntamiento, cabecera del partido judicial de su nombre (el juzgado reside en» Montalban, 2 leg. de -dist. de aquel pueblo) eu la provincia de Teruel (12 leg.), diócesis y audiencia terr. de Zaragoza (14) y ciudad g. de Aragón. El pueblo que nos sirve de epígrafe para este art. presenta en el dia las señales indestructibles de la guerra civil montones de escombros y de ruinas testifican por todas partes los estragos que durante aquella época desastrosa para la nación sobrevinieron á este pueblo , que fue completamente destruido por convenir asi á los intereses de uno de los partidos beligerantes; solo quedó como testigo del llanto de tantas familias , que en un dia perdieron su fortuna y la de sus hijos, un elevado cast.

que á su vez fue reducido á escombros por otra de las partes contendientes. Pacificado felizmente el pais se pensó en reedificar á Segura, pero lo que fue aniquilado en pocos momentos necesita muchos años para que vuelva á su primitivo estado asi pues, los edificios que hoy se están levantando , y que dan nombre al pueblo, se encuentran SIT. á 1 leg. N. de uno de los nacimientos que dan origen al rio Martin, en una colina perfectamente ventilada; goza de un CLIMA saludable, pero muy frió. Tiene en la actualidad (1848) de 80 á 100 CASAS de regular construcción, y el ayuntamiento se ocupa en levantar un edificio para los usos de la corporación con cárcel para el juzgado; la iglesia parr., que estaba dedicada á San Juan Bautista , se halla a medio reedificar, y su curato es de término y de concurso y provisión ordinaria; en el dia se ha habilitado un pequeño edificio para el culto de los fieles. Confina el término municipal por el N. con el de Maicas ; al E. con el de Armillas; S. Vivel, y O. Torrecilla del Rebollar; hay en él algunos manantiales de buenas aguas y el tan célebre que da nombre á los baños de Segura, que aunque muy concurridos se encuentran en mal estado por haber sido destruidos cuando el pueblo. Ei TERRENO participa de llano y monte; tiene algunos trozos de regadío y algún arbolado de pinos y retoños de carrasca, varios arbustos, monte bajo y pastos. Los CAMINOS generalmente son de herradura; y aunque á Segura llegan carros, es con bastante dificultad y no poco riesgo. El CORREO se recibe de la cap. de»la provincia tres veces á la semana PROD.

trigo, legumbres y algún azafrán; hay ganado lanar cuyo vellón es muy estimado por su íinura, y caza no solo menor sino de ciervos que se crian con abundancia, PORL.  hoy apenas cuenta esta v. con 100 v e c . ; la matrícula catastral de 1842 le asigna 102 y 407 almas; antes de su destrucción ascendía el número de aquellos á unos 400 y el de estas á cerca de 2,000. La RIQUEZA IMP. consiste en 82,238 reales

HISTORIA. Esta población ha sido muy célebre en la guerra civil seguida á la muerte de Fernando VIL Hasta la ultima época de aquella no ofrece sin embargo cosa remarcable.

Fue muy de notar entonces el ardid de que se valió el célebre caudillo carlista D. Ramón Cabrera, para completar la fortificación de Segura sin SEB atacado por las tropas de la reina. Supo que Van-Halen habia puesto en movimiento parte de sus tropas para efectuarlo entonces fingió Cabrera una carta en nombre de cierto sugeto del pais, reputado por adicto de la reina, y la dirigió por medio de un espía á dicho general con todas las precauciones necesarias, avisándole que Cabrera iba á atacar á Onda, lo que hizo aparentasen al mismo tiempo algunas de sus tropas.

Esto pudo distraer algún tanto la resolución de Van-Halen dando lugar á que las fortificaciones se completasen (marzo de 1839). Pronto sufrió esta fort. los mas recios embates de las tropas de la reina, pero sus valientes defensores supieron sostenerla con el mayor denuedo. Fueron notables el arrojo bizarría con que el 23 de marzo se disputaron entre Carera y Ayerve las posiciones tan fuertes que ofrece el camino de Cortes á Segura, robustecidas con gran número de parapetos. El 6 de abril Van-Halen y Ayerve hicieron un reconocimiento sobre Segura , y Cabrera» distrajo nuevamente su atención, llamándola sobre Villafamés. Él fuerte de Segura era considerado como de la mayor importancia, y del éxito de su conquista se hizo depender la suerte del reino de Aragón.-, mas cuanto fueron grandes los esfuerzos del general deja reina para conseguirla, tanto lo fueron los de Cabrera y de su distinguida guarnición para conSEBvarlo. En 18 de febrero’de 1840, ocurrió entre esta guarnición una escisión que dio por resultado inmediato, la muerte del gobernador D. M. Macipe, el mayor de plaza, y otro oficial que los acompañaba. En 23 se «presento delante de este fuerte el duque de la Victoria, practicando un detenido reconocimiento, y disponiendo las operaciones del sitio. Cinco baterías rompieron el fuego á las dos de la tarde del 27 contra las fortificaciones y cesaron llegada la noche habiendo tocado á parlamento los sitiados el 29, dias de Espartero, tomó este posesión de la plaza, habiéndose rendido á discreción sus defensores en número de 273 individuos de tropa, 14 oficiales, y su gobernador interino, nombrado por los amotinados del 18, D. José Méndez, capitán del6.° batallón de Aragón.

SEGOVIA

ciudad con ayuntamiento, cap de la provincia. partido judicial y diócesis de su nombre, audiencia terr. de Madrid (16 leg.), ciudad g. de Castilla la Nueva residencia del gefe político, intendente , com. g. , corporaciones y oficinas provinciales; cap. del 3.° departamento de artilleria, con un general subinspector , maestranza , regimiento y baterías del arma, brigada de montaña y parque correspondiente.

SITUACIÓN Y CLIMA 1 leg. al ONO. de las faldas de las montañas de la Fuenfria y Guadarrama, que dividen las dos Castillas, y en terr. de Castilla la Vieja, se levanta una loca de 300 pasos de altura y 4,000 de cerco en su corona, en forma de galera, la popa al E. y la proa al O.; rodeada de un valle que por el N. riega el r. Eresma. y por el S. el arroyo Clamores, uniéndose los dos al O.; sobre esta roca se halla la c , descendiendo por las faldas sus arrabales, particularmente al SE., en el cual vive la mitad de la población El clima es en general bastante rigoroso, húmedo y frió desde mediados de diciembre hasta fin de abril las nevadas son harto frecuentes y copiosas en estos meses; los fríos intensos, húmedos y continuados; los dias poco claros y á veces pasa un mes sin ver el sol. desde primero-! de mavo á últimos de junio suelen SEB las lluvias abundantes y el tiempo variable en su temperatura, que tan pronto hace calor como frió desde primeros de julio hasta mediado setiembre el calor es bastante sensible durante el dia, y las noches bastante frescas de mediados de setiembre á igual época de octubre, vuelven las lluvias y alguna nevada, y desde este tiempo hasta diciembre los dias son muy claros y despejados, en los cuales no se siente ni frió ni calor; pero las noches se vuelven frescas y húmedas. En los meses de enero, febrero y marzo suelen reinar los vientos SO., NO. y algunas veces el S E . ; en abril, mayo y junio son muy comunes los vientos fuertes del S . , SE. y SO.; en j u lio, agosto y setiembre Jos del S . , SO., N. y NNO., y eq los restantes meses el SO., S. y NO. Ademas de las estacionales son comunes en el invierno las afecciones catarrales (que muchas degeneran en afecciones crónicas del pulmón) reumas agudos, v crónicos y muy escasas las pulmonías y pleuresías; la odontalgia, ó dolor de muelas es muy frecuente en todas las estaciones, ocasionada por las supresiones de la traspiración y por los cambios bruscos de temperatura; es uno de los paises en que se padece mas de la dentadura, apenas hay persona que no la tenga careada.

En la primavera, adémasele las propias de su estación, son muy comunes y endémicas las intermitentes de varios tipos, de carácter inflamatorio; las vicisitudes atmosféricas, el paso repentino del frió al calor y vice versa, las supresiones de traspiración y el alijerarse demasiado pronto de ropa son las causas de esta entermedad, que por otra parte se cura fácilmente en el verano abundan las calenturas gástricas, gastro-cerebrales, gastro-epáticas y gastro-iulermitentes; son muy comunes las tercianas y cuartanas muy pertinaces que se prolongan las mas durante el invierno, y en algún año se presentan de carácter pernicioso muy grave-, ademas de las causas generales, de que hemos hecho mención poco há , es otra «de las principales la perniciosa costumbre de bañarse al aire libre en el r. Eresma, cuyas actúas son muy frias , como procedentes de la inmediata cordillera de los montes de Valsain y Navacerrada en el otoño se padecen las gástricas, intermitentes, afecciones reumáticas y catarrales.

INTERIOR DE LA PORLACION Y SUS AFUERAS célebre S egovia en los fastos de las ciudad de Castilla, algo tenemos que hacer presente sobre los restos de su antigüedad, que enlazados con la actual población ofrecen la única importancia por la que puede SEB considerada en el dia el inmenso número de sus templos, la cated., el alcázar, el magnífico acueducto, los muchos caballeros de nobles linages que tenian sus casas en esta c . , su intervención en los sucesos mas notables del reino, sus manufacturas y muy principalmente la acreditada fáb. de paños de que’se surtían nacionales y estrangeros, eran mas que suficientes razones para que la ciudad fuese estimada de todos; hoy casi nada de esto ha quedado- hé aqui el examen que hemos podido hacer de su existencia actual. Divídese la {)obl. ene. propiamente dicha y arrabales; la primera se íalla cercada de una ant. y bien reparada muralla, que se estiende 4,075 varas lineales, cuya altura por término medio desde el pie de la cresta de la roca hasta sus almenas es de 34 pies, y su espesor 9 pies; está defendida en todo su recinto por 83 cubos , repartidos en proporcionadas dist.; 6 fuertes ó baluartes sobre algunas de sus puertas, y el elevado y bien dispuesto alcázar y sus cast., inespugnable en el tiempo en que se hizo; esta muralla tiene 5 puert a s , 2 portillos y 3 postigos; las primeras son las llamadas de San Martin y San Andrés, ambas al S .  San Juan al E.; San Cirvian al N., y Santiago al NO..- atendidos los rendimientos es la mas importante la de Santiago como de mas comunicación con los pueblos de la provincia; pero por SEB la entrada de Madrid y SEB la mejor comunicación entre el arrabal y la ciudad se tiene por mas principal la de San Martin, sobre la cual en su parte interior se hallan las armas de S e govia; los portillos son los llamados del Sol y de la Luna, ambos al S. dando salida al paseo principal; y los postigos se denominan del Consuelo al S E . , de San Juan al NNE., y Postigo-picado (hoy cerrado) al N\ estos ingresos dan entrada á la ciudad que consta de 51 calles, 17 plazuelas y la plaza de la Constitución; las primeras estrechísimas, tortuosas y mal empedradas; en estos últimos años se han puesto aceras á un lado solamente, en las de mas tránsito, tales como las que conducen al gobierno político, al alcázar y al teatro, y en la calle real que dirige desde la puerta de San Martin á la plaza este local es bastante espacioso, pero irregular y de mal aspecto; las casas solo presentan un cúmulo informe de maderages en sus balcones y tapias, sin lucir la mayor parte; algo mejor vista ofrece el lado que mira al E . , adornado con un buen soportal y las casas consistoriales, de que hablaremos después en el centro de la plaza se ha construido una especie de glorieta con 8 asientos y 4 faroles de reverbero- no tiene árboles ni fuentes, á pesar de la abundancia de aguas de la población Dentro del recinto de la muralla hay 747 casas particulares; eDtre ellas son importantes por su nombre, circunstancias notables y empleo que tienen; la llamada de Segovia, que se cree la primera y mas ant. de la c . , situado en la puerta de San Juan, donde está hoy el instituto de 2 . a enseñanza-, la de Uceda en la calle de San Agustin, donde está el Liceo; la de los herederos de D. Frutos de Alvaro, donde está el gobierno político; el palacio de Enrique IV, que es hoy la casa número 6 de la plazuela de las Arquetas, con vuelta á la de los Espejos, donde tiene otra puerta con el núm. 9 , y continúa por los locales que ocupan la biblioteca provincia que era la capilla, escuela de nobles artes y casas particulares, hasta volver á la plazuela de las Arquetas.- la fachada de esta plazuela está medianamente conSEBvada, pero por el lado de la de los Espejos no es mas que tapias y rumas; le fabricó de nuevo aquel rey , que vivia en él cuando su hermana Doña Isabel (después reina católica) vino á Segovia en principios de enero de 1474 la de Juan Brabo, gefe de los comuneros de Segovia, que hoy tiene los números 40 y 42 de la calle real, trente a la cuesta de San Martin, que todavía ostenta el escudo de armas y su ant. fachada de piedra, cuyo segundo piso es una especie de galería cubierta, con 4 grandes ventanas en forma de arcos rebajados y sostenidos por pequeñas columnas sencillas; la del conde de Villares, plazuela de Guevara, donde está la intendencia y sus oficinas; la del marqués de Lozoya, plazuela de San Martin, y la del parador de Diligencias, en la calle Ancha, por las altas fort. que ambas tienen; la de la calle de la Trinidad donde está el casino; la del Marqués del Arco, calle de los Leones, núm. 2 , notable por la seguridad y ornato de su linda fachada, y por la arquitectura del patio, que por no hallarse á la vista daremos de él una pequeña idea se halla elevado 6 pies sobre el nivel del zaguán, y consta de 3 lados abiertos (aunque tapiado el de la izquierda) formados por 10 columnas delgadas, cuyos capiteles con variedad de cariátides y cabecera de animales sostienen los arquitrabes, y entre cada uno de estos se ven medallas con bustos de emperadores y reyes la galería superior tiene un balaustrado de piedra muy enlazado entre sí, con igual número de columnas, figuras y bustos, y remata con un friso en el que también hay mas en pequeño cabecera de reyes; toda la obra es de piedra cárdena, escepto las medallas que son de piedra blanca , y por esto sin duda están bastante destrozadas sin embargo, se conocen bien las figuras de Vespasiano, Vitelio, Carlo-Magno, Julia, una reina cuyo nombre está destruido y presumimos sea Doña Isabel, D. Alonso rey, D. Pedro, Julio César, Carlos emperador y otros; y debemos hacer mención por último de la casa llamada de los Picos, núm. 49 en la calle real, la cual toma este nombre porque en cada una de las piedras de su fachada sobresale en efecto una punta de la misma piedra, y como este género de construcción á nada se parece, supimos que habia para ello una razón especial. Habian vivido judíos en esta casa, y adquiriéndola después los marqueses de Quintanar ( continuaba sin embargo llamándose la Casa de los Judíos, por lo cual disgustado su poseedor, consultó con los jesuitas, qué haria para hacer perder á su casa aquella denominación estos PP. siempre felices en recursos, le aconsejaron que derribase la fachada y la construyese de algún modo raro, que llamase la atención el marqués siguió el consejo, y naciendo la fachada segun está, vino á llamarse Casa de los Picos. También es edificio particular el alcázar ó ant. palacio de los reyes, por cuanto hoy pertenece á los condes de Chinchón, pero considerándole mas bien por sus fort y cast. y por el uso constante que ha tenido en todas épocas, le enumeraremos entre los edificios públicos del Estado.

La población extramuros se comprende con el nombre genérico de Arrabales, los cuales se distinguen por los barrios en que se hallan divididos, á saber barrio de San Lorenzo; de San Marcos; de Sta. Eulalia ; de Sto. Tomas; de San Millan; del Salvador y de San Justo, y comprende una plaza llamada del Azoquejo; 7 plazuelas y 58 calles , no tan estrechas como las de la c ; pero pendientes en lo general y mal empedradas hay distribuidas en los diferentes barrios 1,098 casas entre las que son notables; la llamada de la Tierra en la plazuela de este nombre, donde se hospedaban las suprimidos procuradores generales de la ciudad y sus sexmos, ocupada actualmente por la Diputación provincial, el colegio (pie fue de Ondategui donde está la escuela normal de maestros; la llamada del Sello de paños, calle de San Francisco, del tiempo de Felipe II, de muy buen gusto en sus fachadas, pero muy derrotada por dentro; y es también digno de verse el patio de la que se halla enfrente de la anterior núm. 19, en la cual se han conSEBvado 6 recuadros que representan en relieve, pasages de la historia de Roma, combates, carreras de caballos etciudad; están labrados en piedra blanca, pero el dueño les ha dado un color bronceado oscuro que causa cierta novedad la casa en su totalidad es antiquísima y t e nia una alta y fortísima torre que el mismo dueño ha rebajado 27 pies. A pesar de que estos arrabales no están cercados por ninguna clase de tapias, tienen á sus estremos SE. y N. dos puertas notables la L.a llamada de Madrid, al final de la larga calle del Mercado en la que principia el camino nuevo ara la corte, es un arco de triunfo construido de piedra lanca; sobre las pilastras que decoran este arco hay dos estatuas armadas de lanza, significando que guardan aquella entrada los insignes capitanes D. Dia Sanz y D. Fernán Garcia, que tomaron á Madrid con los tercios segovia nos.

La 2 . a á la entrada del camino de Valladolid, consta igualmente de un arco con pilastras que terminan en cabecerade genios; en el frente y espalda hay 2 hornacinas , en la esterior representa en bajo relieve á Ntra. Sra. de la Fueneisla, patrona de la c , y en la interior el milagro de la mora , del que daremos razón mas adelante.

Toda la población indistintamente se halla dividida en tres distritos para la adm. de justicia ó juzgados de paz, con un solo juez de primera instancia, 12 cuarteles para la adm.

municipal de policía urbana y sanidad , y 3 celadurías de protección y seguridad pública, el SEBvicio de empedrado y aceras, limpieza de las calles, alumbrado y SEBenos, es igualmente general en ciudad y arrabales, en los términos siguientes Empedrado y aceras. Estando empedradas todas las calles se destina anualmente una cantidad en el presupuesto para su reparación, acudiendo con preferencia á las mas principales el empedrado generalmente dura poco, vapor impericia de los operarios, porque no hay ninguno dedicado exclusivamente á este oficio, ya también porque la piedra ue se usa, que son los cantos sacados del r., se acomoda dicilmente por su lisura que se resiste á la unión entre sí la operación se hace por tapias ó cuadros de 50 pies y está graduado su coste de 11 á 12 reales cada una. Hasta el año 1840 no se ha empezado á colocar aceras en las calles , en cuya obra se continúa con bastante esmero á costa de los fondos municipales; y aunque los precios han sido varios está calculada la vara cuadrada por los pagos que se han hecho á 30 reales de saca, labores y asiento.

Aseo y limpieza.» Este SEBvicio se hace por contrata, barriendo las plazas , plazuelas y calles mas principales y transitadas y aseando los puntos destinados á verter un cuarto diario que pagan los que tienen puestos públicos de venta en las plazuelas y calles, igualmente que de los que se establecen los dias de mercado, y el aprovechamiento de las basuras es el premio adjudicado al contratista de la limpieza, en cuyo SEBvicio se ocupa generalmente él mismo y dos peones ó braceros con un carro ó 4 caballerias á su cargo está también el riego en el. verano del paseo llamado salón de Isabel IL.

Alumbrado y SEBenos. Se hace también por contrata, la cual es variable segun el precio del aceite ; la obligación es alumbrar 18 noches en cada uno de los seis meses que se llaman de invierno á 6 horas cada una, y 16 noches en los restantes meses á 4 horas cada noche; en una y otra estación las de mas oscuridad hay repartidos en ía ciudad y arrabales en los puntos mas necesarios 66 faroles de reverbero y 181 comunes. Se hallaná cargo de 6 SEBenos, incluso el cabo, á cuyas órdenes están los demás; su obligación ademas de la vigilancia nocturna, con arreglo á su instituto, es cebar los faroles y cuidar de su limpieza y aseo. El cabo de SEBenos tiene de sueldo anual 2,007 reales, y los demás 1,825 reales cada uno.

Conocida la distribución y demás circunstancias de locnlidad pasamos á hacernos cargo de todos los edificios públicos que la población comprende los destinados á objetos civiles son muy escasos es el L.° la casa de ayuntamiento situado en el centro del largo portal que ocupa todo el frente de la plaza que mira al E.; su fachada es una de las mejores que tiene la c , forma un pórtico de 10 columnas y 5 arcos , pareadas aquellas en los estremos y sencillas en el c entro; tiene después dos cuerpos superiores con un balcón corrido en el primero y ventanas en el segundo, con pilastras de orden dórico sencillo, que dividen sus vanos en los mismos términosque los de la planta baja á la cual corresponden , sobre los cuales hay recuadros y cornisas á cada lado se eleva una torre cuadrada con un balcón pequeño en su frente y rematan con un chapitel empizarrado y una veleta. No hay documento que acredite que esta fachada sea de Herrera, como dice Ponz, ni de otro alguno; pero habiendo estado once años en esta c , desde 1587 hasta el 9 8 , D. Francisco de Mora, es muy verosímil que este célebre arquitecto diese el diseño para ella. Lo cierto es que esta casa se estaba edificando en el año 1621, y como por aquellos tiempos estaban en la ciudad los arquitectos que trabajaban en la igl cat., no s e rá estraño que alguno de ellos ejecutase la obra , que como se ve es muy posterior a Herrera y Mora. Toda es de muy buena piedra berroqueña.- la portada y rejas de los lados confrontan con los 5 arcos de la plaza y la escalera también de piedra es espaciosa y de buenas proporciones.

Cárcel. Se halla en ía calle real, inmediata á la parr. de San Martin es un fuerte edificio aislado cuya fachada principal es de berroqueña en su totalidad, ven los demás lados hasta el primer cuerpo las cuatro esquinas figuran cubos sobre los cuales se eleva una torrecilla con las armas de Castilla y de la c ; en el centro de la parte superior hay una campana.

Cuartel de San Juan. Sit. en la plazuela de este nombre, es de construcción propia para su instituto y le ocupaba el extinguido regimiento provincial de e s l a c ; pero habiendo padecido un incendio hace algunos años se arruinaron sus tejados, aunque están corrientes todas sus cuadras y departamentos las tropas que dan la guarnición ó se establecen en la ciudad por algún tiempo ó se acuartelan en los edificios de losex-conv., como veremos mas adelante.

Palacw episcopal. Estuvo antiguamente junto á la cated.

vieja, muy cerca del alcázar, y con la continuación de alborotos y guerras se hallaba tan mal parado que no podían habitarle losob. el que lo era en 1472 D. Ju;in Arias, habia fabricado aliado E. de la misma cat., unas suntuosas casas, y estando en Turógano en 12 de julio de este año, hizo donación de ellas á la mesa ob. erigiéndolas en palacio pero tampoco continuaron en este sitiólos prelados, pues en tiempo de D. Felipe H se fabricó el actual en la plazuela de San Esteban. Tiene su fachada principal al O., y consta de planta baja y un cuerpo superior, todo de piedra berroqueña de grano grueso , almohadillada y siii adornos la portada de arco redondo, con una columna arrimada á cada lado tiene en su parte superior las armas episcopales en el piso bajo hay siete rejas, 4 á la der. de la puerta y 3 á la izquierda en dist.

desiguales; en el alto 9 balcones, 5 á la der. y 4 á la izquierda

con guardapolvos el patio escuadrado con 5 arcos redondos á cada frente, sobre cada uno un balcón, y encima del que hace el centro las armas de los ob., todo de piedra cárdena y parece posterior á la fachada, la escalera y el interior es cómodo y bien distribuido.

El alcázar. Bajo dos conceptos debemos tratar de este edificio como un monumento de las artes que se conSEBva incólume entre los restos de la ant. grandeza de esta c , y como actual colegio de caballaroo cadetes de artillería, en cuyo destino subsiste hace cerca de un siglo.- en ambos entra» bajo la jurisd. de nuestro examen. Pasado el primer fu ror de la conquista, en que tan horrorosos estragos hicie ron los ejércitos mahometanos, dejaron de SEB bárbaros lo árabes, y en el siglo XI, época de la primera fumdacion del alcázar por el rev D. Alonso el VI que lo empezó á manera de fortaleza por los años 1075 ó algo mas adelante, ya ti nian en España las célebres escuelas de Córdoba, Sevilla Granada El rey D. Alonso habia obSEBvado la fortificacic de Toledo y quiso en Segovia, después que la conquistó, opc ner otra fort. semejante á aquella al ímpetu de los moros, Sit. en la punta O. de la ciudad le precede una gran plaza, defendida por una verja de hierro entro pilastras de canteria, colocada en el año 4817, sobre cuyo ingreso se hallan las armas de España con varios emblemas militares-, al costado der. de esta plaza se estiende una calle de álboles bastante crecidos, yá la izquierda se ha puesto nuevamente una fila de los mismos árboles para dar también sombra por este lado á ambos costados corren largos antepechos con balaustradas de hierro, que dominan los barrancos adyacentes la forta- » leza se ostenta al frente en la llanura de esta plaza, y por los demás lados en una altura formada por un gran peñasco, en cuyo profundo asiento se juntan los r. Eresma y Clamores, á% varas sobre el nivel de sus aguas, y 1,203 sobre el del mar la rodea por la parte de la población una honda cava abierta en piedra viva y se presenta después el primer lienzo de la muralla, en lo que hay tres pequeños cubos en el centro y dos grandes á los estremos, comprendiendo todo su trente la galeria llamada de los moros, defendida de cristales de c o lores sobre esta galeria so eleva la torre llamada del rey D. Juan, sin duda por haberla hecho construir el segundo de este nombre, la cual es cuadrilonga, presentando á los costados los lados cortos y es la mas elevada de todo el edificio en su centro se halla la esfera del reloj, cuya campana está en la plataforma y en su cima se ve adornada de 12 pequeños cubos, distribuidos en los ángulos y en los centros, i en uno de los cuales se eleva el asta-bandera desde lo pro- I fundodel foso hasta el estremo de la torre puede haber 400 | pies de elevación siguen á los lados de esta torre las gale- j rias de las habitaciones del alcázar, con veutanas y baleo- i nes a ambos costados, y á la parte posterior se eleva una segunda torre llamada del Homenaye ó bien del reloj, porque allí estuvo esta maquina antiguamente, cuya esfera de piedra aun permanece, la cual defiende el último cuerpo del edificio cuyas vistas caen al O. Todos los ángulos y cubos repartidos por los frentes del alcázar terminan con torrecillas y chapiteles cubiertos de pizarra, y sobre todos ellos giran grandes veletas que hacen una vista muy agradable las t e chumbres y galenas están cubiertas en los mismos términos sobre un puente levadizo se entra al primer zaguán y cuerpos de guardia, sobre cuyo ingreso están las armas de Castilla-, sigue poco después el primer patio edificado donde estaba el ant., por D. Francisco de Mora, segun consta de su relación firmada en San Lorenzo el real á 31 de agosto de 1598 en este patío se hallan las habitaciones principales del alcázar.

(Continua en el original)

SEGÓBRIGA

ciudad de la España antigua. Plinio menciona á los segobrigenses entre los pueblos adscritos al conv. jurídico de Cartagena, espresando la aprecíable circunstancia topográfica de que formaban el principio ó cabeza de la Celtiberia ; caputque Celtiberia? Scgobrigensis; lo que equivale á haber dicho que los segobrigensis ocupaban el punto ó territorio de la Celtiberia, considerado como mas inmediato á Roma. Ptolomeo reduce luego esta espresion á su verdadera localidad, colocando á Segóbriga en la región misma, con 13″ 30′ long., 40° -30′ lat., que vienen á caer al límite SE. de ella, y cerca del monte Idúbeda , que la terminaba por el Oriente ( Estrabon), tocando por sus estremos en parte de los 14° long., 41° 3 0 ‘ l a t , y de los 44° 20′ long., 39° lat. (Ptolomeo). Los montes idúbedos formaban la cordillera que hoy resulta del encadenamiento de los llamados Espadan, Peña-Colosa, Herrera y Moncayo. Al pie del Idúbeda estaba Sagunto Segóbriga distaba del Idúbeda por la parle que Ptolomeo dice tocar este en los 44° long., 41° 30’ lat., 3 0 ‘ long. menos y 1° lat., mas, y por donde alcanzaba á los 14° 20’ long., 39° lat., 1 5 ‘ long. menos, 1° 3 0 r lat. mas. Cortés afirma , sin embargo , que Segóbriga distaba del Idúbeda 20′ occidentales, resultado que obtendría sin duda de la aplicación que este erudito escritor hiciera de la antigua doctrina geográfica á las localidades.

También Estrabon mencionó á Segóbriga , pero solo para decir que esta ciudad y Bílbilis eran celtíberas, y haber tenido lugar cerca de ellas la guerra de Metello y SEBtorio; cuya espresion, tan lata por lo menos como distantes se hallaban entre sí Segóbriga y Bílbilis, 1° 15’ long. y 4 ° lat. en las tablas ptolemáicas, poco puede ilustrar la cuestión topográfica, sino es en razón de que por Floro se sabe haber andado SEBtorio por la parte de Valencia, peleando con Pompeyo junto á Lauro y Suero, ciudades que no cabe duda estaban próximas al Júcar. Todos estos antecedentes de Segóbriga, que son cuantos resultan de los escritores antiguos, conducen afortunadamente, con mas ó menos puntualidad, hacia una parte misma, y antes de pasar á ella para buscar la precisa situación de aquella c , conviene examinar aun otra clase de memorias, que pueden también dar mucha luz topográfica para el hallazgo de la apetecida correspondencia.

Estas son las medallas de Segóbriga; pues ¿ pesar de lo poco que acostumbra á SEBvir esta clase de monumentos para determinar la situación de la ciudad á que pertenecen, son de grande utilidad respecto de la presente; y tanto, que parece bastarían á puntualizarla, cuando faltasen documentos mas terminantes. La primera,copiada por Florez, presenta unos peces á modo de delfines, lo que señala haber sido Segóbriga ciudad de inmediata comunicación con el mar. Esta medalla ofrece ademas una palma, teniendo en medio de ambos geroglíficos, en la parte opuesta la cabeza de Augusto que mira al lado de los peces. En otra medalla se ve también la palma y i un buey con el lucero de Venus encima, y en medio el nombre Segóbriga. La palma hubo de indicar ó que esta ciudad era exaltada ó encumbrada, oque se criaban en ella muchas palmas. En este segundo concepto, por la disposición de la cabeza de Augusto entre la palma y los peces, se podría comprender que esta se criaba al O. de la c , y el r. corría por su E. Conducido ahora el obSEBvador por estos precedentes no puede menos de ir á buscar las cercanías occidentales de la sierra de Espadan con Ptolomeo, Plinio y aun con Estrabon; y en ellas una población ó sus restos con antigüedad romana, con un r. que desagüe en el mar, y con muchas palmas en su término, ó que se halle encumbrada para satisfacer á las medallas.

Pocas veces obtendrá mejor resultado, su diligencia; pues aquí no solo encontrará una ciudad que satisfaga cumplidamente á todos estos indicios, sino una ciudad que le presenta aun otros mas terminantes, cuales son el mismo nombre de Segóbriga, conSEBvado en una inscripción geográfica,y en el nombre de la población misma muy ligeramente cambiado, cual aparece en el de Segorbe. Colocado en esta ciudad ocupará el punto de la Celtiberia mas inmediato á Roma. llamado en esta atención cabeza ó principio del pais celtíbero por Plinio.

Este mismo naturalista habló también de Segóbriga con ocasión de tratar de las piedras especulares, y dijo, que antiguamente solo se hallaba en la España citerior, y no en toda ella, sino á los contornos de la c de Segóbriga, en una estension de cien millas de estos talcos ó espejos de asno, que son la piedra especular de Plinio, hay abundantes canteras cerca de Segorbe, y en muchos lugares dentro de las cien millas espresadas. Segorbe se hallainmediata á Lauro, Suero y Sagunto, en cuyas ciudad batallaron entre sí SEBtorio y Pompeyo. Reunidas las doctrinas geográficas de Polybio, Livio, Estrabon y Ptolomeo,las ciudad que formaban la linea occidental de la Edetania , eran Sagunto, Artalias ó Artana, Oleastrum ó Eslida, Castra Aelia ó Morella, Osicerda ó Mosqueruela etciudad Segorbe, principio déla Celtiberia, está lindante con Sagunto, Oleastrum y Artalias. Los indicantes de las medallas se hallan esplicados con la mayor minuciosidad por la situación de Segorbe por el E . , hacia donde está vuelta la cabeza de Augusto, un r. que entra por sí mismo en el mar, cual es el Palancia por O. palmas con dátiles, aunque hoy no son tantas como acaso SEBian en la antigüedad si la palma indicaba la posición encumbrada de Segóbriga, también Segorbe se halla en un alto.

El buey que se ve en las medallas con el lucero de Venus encima, y especialmente cuando aparece con una media luna en creciente sobre el cuello, y debajo una inscripción celtíbera que D. Miguel Cortés lee, por el abecedario del señor Rayer, lí DS. IL. TR. Sanctus et Deus Taurus, puede SEB también otro indicio exactamente contestado este buey debe SEB entendido por el Apis ó SEBapis, símbolo de la tierra para los ant. egipcios, que deificaron la luna con el nombre Isis, viendo en la conjunción de ambos planetas el principio de la fecundidad. Mela dio el nombre de SEBabis ó SEBapis al r. Palancia, y no SEBia estraño que los ant. celtíberos segobrigenses, habiendo participado de la adoración egipcia dada á estas divinidades , y de la ciencia de los geroglíficos hubiesen denominado de este modo su r. No hay ciudad celtíbera alguna que aune estas circunstancias respecto de las palmas con dátiles dice el Sr. Cortés, SEB cosa que no se habrá jamás verificado en alguna otra ciudad de la Celtiberia sino en Segóbriga y en Segorbe. Estos antecedentes bastaban ya por si solos para determinar la correspondencia de aquella ciudad á esta; pero ya hemos dicho haber mas, y mas poderosos todavía. El Sr. Cornide se espresó acerca de Seóbriga en estos términos «en honor de la verdad debo ecir que la situación de esta ciudad tiene todas las apariencias de romana, situada á la falda oriental de los cerros, de los cuales el del N. estiende su rápida pendiente hasta el r Ofrece en lo mas alto de este fragones de argamasa romana .» Bien pudo decirlo así ‘aquel ilustre académico, pues son innumerables las antigüedades, no solamente romanas, sino anteriores al dominio de Roma en Espana , que se han encontrado en Segorbe y sus cercanías.

Entre ellas debe copiarse como argumento decisivo, pues se halla en armonía con todos los demás antecedentes geográficos , con el nombre de ia población, Y su antigüedad, la inscripción siguiente L. AEMIL. L. F. GAL.

FLAM. ROM.ET DIVOR AVGG. STATVAM AER.

E Pvn. PATRIAE DECR.

E Pvn. ETIAM PECVN.

SEGOBRIGENS. EREXERE.

Esta inscripción se leyó en la base de la estatua de bronce que en la misma se manifiesta haber sido erigida por decreto y á espensas de la república Segobriense, a Lucio Emilio, hijo de Lucio, de la tribu Galeria, flamen de Roma y de los divos augustos aun se conSEBvaba á mediados del siglo XVI, y la copiaron dos hombres doctos cuales eran, D. Francisco Llansol de Romani y el bachiller Molina, en cuyos libros manuscritos la vieron Escolano y otros escritores valencianos, quienes la publicaron en sus obias. También la copiaron Scoto, de cuyas memorias la tomó Grútero y Florez , Masdeu, e t c . ; sin que ninguno haya dudado de su autenticidad.

Pocas ciudad de la España ant. ofrecen una reducción mas segura ni mejor fundada que esta. Sin embargo pocas reduccioneshay tambienquehayan sidomasdisputadasquela de la célebre Segóbriga. El error de los que no acertaron á comprender debidamente la espresion de los geógrafos ant., respecto de la situación de esta c . , ni las demás memorias de ella; la noble emulación de un espíritu de provincialismo escitado entre aragoneses, castellanos v valencianos por la fama de la antiquísima Segóbriga; y sobre todo, el interés de los que se han creído en estado de aspirar á los derechos que esta ciudad algún dia poseyera , hubiesen conseguido oscurecer la correspondencia «de Segóbriga , si los testimonios que deben apoyarla fuesen menos terminantes y pudieran SEB dominados por alguna opinión moderna. Pero felizmente nada que se separa de los principios de la ciencia puede SEB duradero en opinión de válido el error en que se incurre por mala inteligencia de una memoria ant., se rectifica por medio de su comparación hecha cou otras; y si es el interés , sin distinción de clases, lo que producé estos errores, cede igualmente desde que se acude á aquellos principios con la independencia necesaria. La verdad geográfica da por resultado la reducción de Segóbriga á Segorbe en los términos espuestos. Siendo esta reducción tan autorizada podríamos prescindir va de tomar en cuenta opiniones contrarias, que también hemos calificado; pero la consideración que nos merecen los diferentes hombres insignes de quienes las vemos prohijadas , nos obliga á examinar aun sus conceptos y las razones que les lian inducido en el error.

Gerónimo Zurita y Ambrosio de Morales, á quienes han seguido otros muchos, niegan la correspondencia de Segóbriga á Segorbe estos respetables literatos pensaron que mencionando Estrabon (cuyo testo tampoco tradujeron con la precisión debida) á Segóbriga y á Bílbilis como ciudad cetíberas, entre las que coloca la guerra de SEBtorio y Mételo (según estos escritores solamente una memorable batalla) no podían hallarse á tanta dist. como la que hay de Calatayud á Segorbe. Vieron ademas que Ptolomeo coloca una región llamada de los lobetanos , al S. de los celtíberos orientales, y sitúa su ciudad denominante en los 13° 30′ long.

40° 20′ l a t . s e g ú n lo que no podía alcanzar la Celtiberia hasta Segorbe, cayendo esta ciudad tan fuera de ella, que Albarracin donde calculan pudo haber estado Lebotum, creían hallarse ya al S. de los celtiberos orientales asi creen áSegorbe metida bastante dentro de la Edetania. Hallan á S e góbriga y á Lobetum en la misma long. v con solo 10 minutos de lat. mas la primera por ello cree» Zurita poder afirmar que apenas distaría Segóbriga unas 20 millas de la ciudad de Albarracin , siguiendo la ribera del Tajo. Tales son las razones que produgeron esta opinión, la mas atendible asi por los nombres que la autorizan como por sus orígenes.

Pero ya hemos manifestado que Estrabon no dijo haberse dado una batalla SEBtorio y Metello entre las ciudad Segóbriga y Bílbilis, sino que entre ellas se hicieron la guerra estos caudillos aunque Estrabon se hubiera espresado conforme lo entendió Zurita , tampoco se puede dar tanta precisión á su testo Plinio, hablando de las piedras especulares, entendió cerca de Segóbriga lo que podia distar de ella 25 leg.; pues dijo que aquellas piedras se encontraban intra centrum millia passum circa Segóbrigam urbem, y E s trabon pudo dar la estension misma a l a voz cerca, ó la voz entre [inter) adoptada por Zurita, y muy repugnada por Cortés, sin que sea de la mayor entidad la diferencia, siendo de todos modos vaga la esposicion de aquel geógrafo pero lo principal contra este concepto de Zurita adoptado por Mayans, es, que para aproximar en su conse- \ cuencia la o*de Segóbriga á Calatayud , era preciso aproxi- • mar también el r. Suero ó Júcar . y no menos las ciudad Suero, !

Laurona y Sagunto, por donde batallaron en efecto aquellos caudillos, y despedazar las relaciones históricas por solo atribuir unaprecision completa á la indicación vaga hecha de paso por Estrabon. Respecto déla cita que se hace de Ptolomeo , debe advertirse también que indudablemente hay error en este geógrafo aqui se hizo una región distinta de la Celtiberia con una ciudad celtibera , y la numeración ¡ de sus graduaciones tampoco es exacta. Ya vimos en el artículo de Cuenca lo muy difícil que es reducir á su verdadera situación la ant. Lobetum, y por un indicio tan dudoso, contradicho por los mejores documentos y hasta por la espresion del mismo Ptolomeo . no debe SEB removida Segóbriga de la situación á que todos los principios de la ciencia la reclaman. Decimos hallarse contradicha por la espresion del mismo Ptolomeo la existencia de la región Cobetana en los 13° 30′ long. , 40° 20′ lat., porque, según resulta de este geógrafo , hallándose Mr cesa 1° 50′ al O. y 35′ al S. Isloitium 1° al O. con 5′ al S . , y el estremo del monte Idúbeda divisorio de los pueblos celtíberos y edelanos 50’ E., 1° 2 0 ‘ S . , no podia menos de hallarse aquella ciudad en territcrio celtíbero y haberse debido contar con Segóbrigay hasta , que sehallan en la misma long., teniendo solo 10′ de lat. masque ella, diferencia admisible, si se encontrase algún punto donde poder situarla, mayormente adoptando la numeración de los grados, como lo hizo Rui Bamba, esto es, con 30′ de long. menos. Asi se desvanece la opinión del ilustrado Zurita , que dijo SEBle desconocido el sitio de Segóbriga , y que debia estar distante apenas 20 millas de Albarracin, tomando, sin duda esta ciudad por la ant. Lobetum, como Mariana, Traggia, Ferraris, Baudrand y otros aun dudó Zurita si pudo set el L. de Celia. Con las mismas razones se íesuelve sobre la respetable espresion de D. Gregorio Mayans , que siguiendo generalmente la opinión de Zurita, se separó solo para saltar toda dificultad, y decir que «Segóbriga á cada paso se nombra en los monumentos ant.; pero su sitio en ninguna parte se descubre.» Traggia y Masdeu concuerdan también , en cierto modo con Zurita, suponiendo que Segóbriga estuvo en Albarracin ó no lejos de ella, hacia donde cáela muela de San Juan en cuyo sitio la fija Traggia.

Puede obSEBvarse aun contra estas opiniones la poca dist. que hemos visto mediaba entre Segóbriga y el Idúbeda, y la considerable áque se halla Albarracin. Si hubiera sido la sierra de esta ciudad parte del Idúbeda, como también se ha pensado, ademas de no cumplirse entonces la doctrina de los geógrafos mayores, tampoco lograba su objeto Zurita; pues Celia hubiera pertenecido entonces á la Edetania , lo mismo que suponía de Segorbe. Albarracin, donde se ha querido formar la desconocida región Lobetana, pertenecía á ios celtíberos tusones, que según Estrabon, llegaban desde el Idúbeda hasta las fuentes del Tajo.

Cristóbal Celario padeció el error de citar á Ptolomeo para decir que Segóbriga no distaba mucho de Numancia, cuando en la espresion de este geógrafo, que nos detalló las diferentes regiones comprendidas en la Celtiberia , una era celtíbera propiamente dicha , y otra era arévaca , distando 1° de long. y 2° con 20’ de lat. entre sí. Harduino quiso conciliar la inteligencia de Celario con las exigencias geográficas que reclaman á Segóbriga en Segorbe, y dijo que ademas de esta Segóbriga ,habida existido otra no lejo=> de Numancia.

El anticuario numismático Vaillant, esforzó esta opinión vio que la Segóbriga mencionadada por Plinio era c estipendiaría, y creyó incompatible esta circunstancia con el derecho de acuñar moneda que habia gozado la S e góbriga de las medallas; pero este principio de Vaillant ha sido reconocido ya como falso por la ciencia numismática Toletum, Callet y otras muchas ciudad estipendiarías batieron moneda como Segóbriga la opinión de de Vaillant, combatida fuertemente por Mayans y Flores, ha sido ya abandonada.

La dualidad de Segóbrigas sobre carecer de todo apoyo SEBia un argumento de inexactitud contra todos los historiadores que hablaron de Segóbriga , y de los segobrigenses, por no habernos dicho á cual de ambas ciudad pertenecían los hechos historiados.

Cítase aun, sosteniendo la opinión de haber existido dos Segóbrigas, una medalla del monetario de San Isidro de Madrid, con la inscripción.- SEGOB EDET. Léese aqui Segóbriga Edetanorum vel Edetanim; y como Vaillant dijo, hubo en la Celtiberia dos Segóbrigas otros con el testimonio de esta medalla así espíicada hacen una celtibera y otra edetana. Pero semejante inteligencia es sumamente viciosa si es cierta la autenticidad de esta medalla (que lo dudamos) debe leerse Segóbriga Edeta; espresándose de este modo, como se verifica en otros casos, que hubo una concordia entre estas dos ciudades, lo que es tanto mas natural en razón de haber sido ciudades limítrofes , cuyos términos se tocaban enet monte Mayor y Portacili son muchas las medallas que nos han conSEBvado así noticia de semejantes alianzas. Cornide, y últimamente Cean, no han podido tener otra razón que es la inexacta deducción para decir que Segorbe fue cierta Segóbriga Edetana. De este modo habrán querido armonizar la necesidad , que no podían menos de sentir, de dar á Segorbe el antiguo nombre de Segóbriga, y la equivocada doctrina corográfica de la Celtiberia , con que Zurita la escluyó indebidamente de esta región. (V. Celtiveria, y Edetania).

(Continua en el original)

SEGISAMA JULIA

ciudad de la España ant. nombrada por Plinio en la región de los turmogos ó turmódigos, y por Ptolomeo en la de los vacceos, cuya diferencia indica que era Turmódiga , limítrofe de la región vaccea, pues Ptolomeo se detuvo poco ew la adjudicación de la ciudad que hallaba en el confín de las regiones los vacceos y los turmódigos se hallaban divididos por el r. Pisuerga, junto al que se hallaría esta ciudad Todavía nos suministra Floro otro indicio topográfico de ella-, según este historiador lindaba también con los cántabros orientales; pues partiendo contra ellos César desde Tarragona, él mismo vino d Segisama donde colocó sus reales y se metió por la Cantabria, buscando á sus habitantes como el cazador busca d las fieras. La actual v. de Amaya satisface á todos estos indicios, que pueden SEBvir á situar la ant. Segisama Julia, v su mismo nombre ofrece otro, habiendo podido muv fácilmente formarse este <,v’M<-Ai)iajulia Amaya (V.).Garibay, y con él Mariana, Harduíno y otios se equivocaron en la reducción de Segisama julia llevándola á Beizama. Nebrija, Juan Estadio y Cobarubias padecieron aun mayor error llevándola á Tordesillas.

En el art. Sasamon, puede verse cuan desacertados anduvieron también sobre este punto los redactores del Diccionario geográfico universal de Barcelona

SEGÉSTICA

ciudad de la España ant., que no puede SEB confundida con ninguna de las Segedas, ni con la Segesta ó Segelesta de Estrabon y Plinio ; pues todas eran occidentales al Ebro v Segéstica debia estar al E. de este r . ; según Tito L.i vio á quien debemos su memoria. Este historiador nos dice que el cónsul Catón queriendo afianzar la obediencia de las ciudad subditas de Roma en la España oriental al Ebro ique esto significaba con referencia á Catón la espresion intra lb»rum no intra Bcetim, como equivocadamente escribió Plutarcho), y asegurarse de que no se revelarían durante su espedicion á la Turdetania, escogitó un medio por el cual todas desmantelasen sus fortificaciones ó un mismo tiempo sin saber que esto era una medida general. Algunas correspondieron á su esperanza; pero otras se negaron á obedecerle; y Catón se dirigió contra Segéstica que^se encontraba en el número de las últimas, para batir sus muros con máquinas de guerra. Ningún geógrafo ha hecho mención de esta c , por lo que, no sabiéndose otra cosa de su situación, mas ue caia á la izquierda del Euro, es muy incierta su corresponencia moderna. Sin embargo, derivando su nombre de la raiz Seges, que significa la cosecha de trigo, y hallando cierta sinonimia con el de Camarasa, que se trae del hebreo Rama, se ha congeturado SEB esta v. ó la de Granollereales

SEGEDA

ciudad insigne de la España ant., y uno de los mas altos timbres de esta nación. Era de la región de los pelendones , consanguínea y socia de Numancia, como dice Floro, y sus nombres corren unidos á la acción del mismo sentimiento, de libertad é independencia, llenándose de gloria, que á una con sus desgracias inmortalizase sus nombres, cuando la tiranía romana las desmantelara hasta los cimientos.

Habiéndose opuesto á esta tiranía la gran confederación celtíbera, desde que se la vio asomar en la Península, los segedenses, partícipes de los hechos heroicos de aquella guerra, lo fueron también de la catástrofe sufrida en las faldas del Moncayo, y comprendidos en la paz que produjo, firmada con Gracho, por la cual quedaron tributarios de Roma y comprometidos á no edificar nuevas ciudad fortificadas. Levantados después estos tributos por el Senado, se vio á S e geda emprender con el mayor empeño el ensanche de sus murallas, hasta darlas el ámbito de 5 millas ¿SEBia esto un pensamiento general de la confederación, antes subyugada, que lo creyese oportuno para alzarse un dia y contrarestar el poder estranjero? Cabe sospecharlo así; mas no lo apunta la historia; y en las obras de Segeda no se sabe trabajasen mas que los Tithios, fuera de los v e c de la misma ciudad y sus dependencias. Roma, noticiosa de esta empresa, mandó al momento que cesasen los trabajos exigiendo ademas á la ciudad el pago de los tributos firmados con Gracho. Segeda espuso la injusticia de estas órdenes , fundándose respecto de los tributos, en que le habian sido dispensados por el Senado ; y por lo que hacia al ensanche de sus fortificaciones, en que si bien se habían obligado á no edificar nuevas ciudad fortificadas, en nada se oponía esto á que ella dilatase sus antiguos muros. Pero Roma no hizo mérito de su justicia pudo haber penetrado un pensamiento hostil en la determinación de Segeda, y sin esto también pudo moverla otro impulso Roma no adoptaba siempre las justas inspiraciones de los Catones y Grachos, que á pesar de su severidad, dejaron perpetuos recuerdos de respeto y cariño en los mismos pueblos españoles que habian inundado con su sangre mascomunmente prevalecía la voz de los que ansiaban pretestos para abrir campañas, por medio de las cuales allegar riquezas. Como quiera, Roma envió fuerzas considerables contra Segeda, al mando de Fulvio Nobilior. Los segedenses nombraron por su general á cierto Caro, y saliendo al encuentro del cónsul consiguieron vencerle, con muerte de 6,000romanos. Tan señalada victoria sembró el desorden en los confiados vencedores, y consiguiendo rehacerse en su retirada los romanos, vieron que lejos de amenazarles ya el ímpetu irresistible de la primera acometida en el sistema de guerra propio dei pais . la fortuna les brindaba con una sorpresa , y volviendo sobre estos, los batieron completamente-, su general murió en el trance y los segedenses corrieron á ampararse de su aliada Numancia, que les abrió sus puertas y los acogió como á hermanos (año 453 antes de Jesucristo)». Ya vimos en el art. de esta ciudad como los romanos cuanto habian sido injustos antes con Segeda, vinieron á SEBlo entonces con Numancia, pues de esta generosa conducta tomaron pretesto para declararle la guerra Apiano atestigua la injusticia de Roma contra los segedenses, dándoles la razón en sus contestaciones dirigidas á aquella república; Floro dijo, no haberse visto motivo de guerra mas injusto que el tomado contra Numancia. Ya vimos también én el citado art. como el cónsul reclamó la entrega de los fugitivos segedenses, y que resuelta la defensa numantina, estos eligieron por su capitán á cierto Leucon para contribuir al lo- • gro de los laureles numantinos, hasta que arrancada la paz al cónsul Marco Claudio Marcelo, con la integridad de los derechos de Numancia, obtuvieron también su libre restitución á sus ant. hogares (452 antes de Jesucristo). ¿Habrían sido estos arrasados hasta los cimientos por Q. Fulvio Nobilior, después de la mencionada derrota, y mientras que los segedenses se acogían á Numancia? Es muy verosímil; pero tampoco asoma en la historia. En los 1 9 años que aun fue combatida después Numancia, no vuelve á sonar Segeda, y siendo inverosímil que sus esforzados hab. viesen á su generosa valedora hecha el blanco de la tiranía y crueldad romana, sin acudir en su apoyo, debe pensarse que, ó lo hicieron y su nombre corre envuelto en el glorioso de Numancia, ó los astutos romanos previendo esta determinación para romper la paz firmada por Marcelo, empezaron por apoderarse de Segeda, cual pudieron hacerlo sin dificultad alguna después de tantas calamidades. Tampoco apunta esto la historia; pero nada mas congeturablc desgraciadamente mientras la historia ha recibido sobre sí un tejido de repugnantes consejas, ha descuidado los mas interesantes pormenores, y por ello , apenas puede darse hoy un carácter congetural, á los hechos que presentan como necesarios, asi el aspecto de las épocas, como el encadenamiento de aquellosotros hechos que por SEBlos culminantes , no se han condenado al olvido por el descuido de los historiadores.

¿Qué estraño es que los escritores griegos y latinos se limitasen á apuntar la empresa de Segeda sobre el ensanche de sus muros, la victoria de Caro soVire el ejército consular, su derrota y muerte por este, la fuga de los segedenses á Numancia, el asilo que hallaron en esta, ios triunfos de los numantinos y segedenses sobre los romanos, y la vuelta de los segedenses á su ciudad por la paz de Marcelo, cuando apenas hay españoles que, tratando de citar pueblos ejemplares, no se limiten á Numancia y Sagunto, olvidando ó desconociendo á Segeda, cuya c s i bien es cierto que, á pesar de haber empezado matando 6,000 romanos en el primer encuentro campal, no ofreció tan admirable resistencia como aquellas otras dos ciudades escede á la segunda y no es menos en virtud que la primera, habiendo hecho como ella y mas espontáneamente quizá el sacrificio de sí misma por mero civismo? Sagunto fue conducida á hacerlo por una cuestión local sabiamente elevada á un carácter universal por la política de Aníbal; Numancia hubo de resistir desde luego á una orden estrema é inadmisible para hombres de honor, cual era la que les imponía la violación no solo del derecho de gentes, pues Numancia era una república libre y en estado de SEBvir de asilo á todos los pueblos que á ella acudieran, sino hasta las obligaciones de consanguineidad entregando los refugiados segedenses al vencedor implacable; y se la exigió ademas la entrega de sus propias armas.

Segeda llamó sobre sí la tiranía romana por solo poner en ejecución un pensamiento probablemente nacional, y no cedió en valor á las otras; pues buscando el encuentro de los romanos y matando 6,000 de ellos dieron los segedenses una prueba indubitable-, allí obró el valor si en la confianza y descuido de la victoria fueron sorprendidos y puestos en luga hasta los muros de Numancia, esto fue falta de disciplina; ni Numancia, ni Sagunto, ni por consiguiente ciudad alguna, hubiera resistido tampoco inaugurándose sus guerras con un golpe semejante.

Repuesta con el tiempo Segeda de su catástrofe y demás padecimientos que se le siguieran en la guerra numantina, brilló nuevamente por su espíritu de independencia y por ello también, socia del gran SEBtorio, que hacia la causa de los españoles, fue atacada y sometida por las armas de Pompeyo.

¿ Habría dicho mejor Paulo Orosio al referir este acontecimiento que fue Segeda nuevamente destruida para ya no volver á restaurarse nunca ? Asi se podría sospechar; viendo que desde entonces no vuelve á sonar en la historia; pero apenas hay geógrafo que no haga mención de ella; por donde consta su existencia después cíe aquella guerra. Estrabon la nombró atribuyéndola á los arévacos, ío que nada tiene de estraño, siendo arévacos y pelendones todos celtíberos.

Con la misma variedad se nombró á Numancia. Pumo la contó, aunque sin nombrarla entre las ciudades pelendonas que iban á ventilar sus pleitos al conv. jurídico de Clunia. También hizo mención de ella Ptolomeo, y su nombre aparece escrito con error en este geógrafo Savia. Aun existía en tiempo delRavenate (siglo Y I í ) , en cuya obra, adulterando como en Ptolomeo el nombre, se lee Segla; tan completas son estas adulteraciones, que se podrian creer nombres de ciudad distintas; pero habiéndonos dicho el diligente Plinto, que los pelendones enviaban cuatro ciudad al conv.

jurídico de Clunia, entre las cuales nombra solo á Numan cía, si ademas de esta ciudad lo era Segeda, como consta por Floro, y lo hubiesen sido Visontium, Augustúbriga y Savia, nombradas por Ptolomeo resultarían cinco las ciudad pelendonas (pie eran cuatro. Si Ptolomeo no hubiera querido espresar á Segeda bajo el nombre que se lee Savia, SEBia muy estraño que aquel gran geógrafo no hubiese tenido presente una ciudad tan insigne; pues tampoco la nombra entre las arévacas como lo hace Estrabon. Y sobre todo es de advertir, que no es tanta la dificultad que hay en que se haya escrito Savia por Segeda, como parece por su disonancia; el cambio de las vocales es poco notable en los ant.; en Estrabon y en Stcphano se ha escrito Segida; Ptolomeo pudo escribir’ Sagida, y por supresión de la d muy natural valiendo la a por a y o Sagia, de donde tomada la g por v, que son muy semejantes en la escritura griega Savia. La adulteración resultiva del Ravenate no merece atención alguna , cuando apenas hay nombre en este geógrafo que no se halle igualmente corrupto; son numerosísimos los desconocidos que ofrece, y que necesitan de mucho mas difíciles correcciones para SEB reducidos á su verdadera ortografía.

Después de estos escritores no vuelve á aparecer ya mención alguna de esta memorable ciudad por la cual vuelva á asomar su existencia; sita, según lo congeturaron Loperraez y y otros con el M. Florez, y se ha esforzado en probar don José Cornide en sus Memorias, tomo 3.a de las de la Academia, en una eminencia junto á la v. de Canales, no lejos del conv. de Yalvanera, cuyo terr. fue el confin mas batallado en las sangrientas y asoladoras guerras de cristianos y musulmanes por los siglos VIH y I X , probablemente vino á sucumbir á aquellos obstinados combates. Antes ya se habría menoscabado en su ancianidad su importancia política, de modo que preponderasen las memorias de otras poblaciones en el pais por mas conocidas, aunque de menos entidad, por lo betustas que se habian hecho ya las de esta cuando se trató de la repoblación del pais, y no mereció la atención de los reyes para quienes tan poco podian valer los ignorados timbres de la antigüedad histórica y geográfica.

SEBASTIAN (SAN) Ó SAN SEBASTIAN

ciudad con ayuntamiento, cabecera del partido judicial de su nombre en la provincia de Guipúzcoa, diócesis de Pamplona (45 leg ) , audiencia terr. de Burgos (38) r o .

ciudad de Navarra y Provincias Vascongadas, com. g. de la provincia con ministro principal de hacienda militar para el servicio de la misma , id de marina , id. de ingenieros, id. de artillería, id. del resguardo; intendencia, adm. principal d* aduanas, de correos, con junta y tribunal de comercio, junta de sanidad del partido y municipal de beneficencia, y residencia de los cónsules y agentes consulares de Francia, Inglaterra, Bélgica, Suecia, Noruega, Portugal, Países Bajos, Estados Unidos de América, Ecuador y Mégico; con colegio de abogados instalado en junta general de 10 de setiembr-Me 1838, compuesto M de 22 individuos, siendo su decano nuestro apreciable compañero y amigo D. Eustasio Amilivia.

SITUACIÓN. La plaza de San Sebastian, considerada desde el punto mas céntrico de la c , está situado á los 43a 19′ 34″ de lat. N . , y 4° 4 4 ‘ 38″ long. E. de Madrid , al pie de la falda meridional del monte Urgull, llamado comunmente del Castillo, por la fortaleza que con magestad se ostenta en su cúspide. Corre por el E. de la ciudad el r. Urumea , que desemboca en el Océano Cantábrico al pie del citado monte muy próximo á la población. formando una barra, que se conoce con el nombre de Zurrióla, sinduda por las muchas olas que se rompen en aquel banco de arenas es vadeable frente á población en baja marea; pero en la creciente, las aguas cubren parte de las murallas de que mas adelante hablaremos, y se estienden también por la orilla opuesta ó der., aunque no todo lo que convendría á las condiciones defensivas de la población Al O. se ve unabahia que en forma de concha cubre con sus aguas una estension prolongada basta el monte Igueldo, según después en mas pormenores esplicaremos.

La planicie’en que está fundada la c , se estiende por el S. hasta el pie de la colina de San Bartolomé, situado á mas de un tiro de fusil y desde este punto se va elevando el terreno, según se aleja de la costa. Hallándose pues á tan corta dist.

los dos brazos de mar que bañan los muros E. y O., queda reducida la población y el monte Urgull á una verdadera península , aunque es muy probable, que en sus primitivos tiempos se cruzaran las aguas de la concha y del Urumea, convirtiendo en isla al indicado monte Urgull y su planicie meridional.

Tero hoy se comunica la ciudad por una lengua de tierra firme con el interior del pais en cualquier estado de las aguas.

CLIMA. Los vientos que reinan frecuentemente, son el SE. que sopla entre el cast. de la Mota y Montefrio, y el NE., que lo hace entre el mismo cast. y el monte Ulia. La corriente de estos vientos es una barredera tan continua que hace de esta población una de las mas sanas de la costa cantábrica.

Esta circunstancia es á no dudarlo, la causa de que sea preferido este puerto en tiempo de baños por la inmensa concurrencia que acude á él todos los años. Por otra parte la campaña pasada ofrece un egempio de su salubridad mientras las población de las Provincias Vascongadas se hallaron infestadas del tifus, no se conocia en esta ciudad tal enfermedad , á pesar de encontrarse en ella mas de 2 0 , 0 0 0 hombres entre españoles y la legión inglesa. Por lo demás, las enfermedades mas comunes son los catarros, reumas y afecciones gástrico-mucosas.

FORTIFICACIÓN. La situación misma do San Sebastian que acabamos de describir forma una parte muy principal de la fortificación de esta plaza. Su posición litoral con un buen puerto , debió naturalmente inclinar á sus moradores al comercio marítimo; y bien sea la conveniencia de preservar de un golpe de mano los intereses creados, ó la s i tuación peninsular de esta c . , al pie de un promontorio tan susceptible de defensa, debieron influir en el ánimo de Don Sancho el Fuerte de Navarra para hacer construir un muro que le cubriera. Todos los que conocieron la ciudad de San Sebastian antes de su incendio el año de 1 8 1 3 , conservan el recuerdo de este muro, que con el nombre de muralla de D. Sancho, subsistía en todo el frente occidental y parte del meridional hasta el arco ó puerta que servia de entrada á la calle Mayor. Aun queda un pequeño vestigio suyo en el •^uro que separa la huerta del conv. de las monjas de Sta.

Teresa, del Callejón que conduce al camino del cast., y quizá lo sea también una parte del actual frente oriental de la pinza. Hoy seria un cuadrilátero bastante regular, si el chaflán, que con bien poca previsión varióla configuración, na lo hubiese convertido en un pentágono irregular. Desde la mitad del pie de la falda meridional del monte Urgull, y en dirección casi perpendicular á la misma, se prolonga la nueva muralla en una estension de 1 , 0 0 0 pies, cerrando el frente occidental de la plaza unos 1 0 0 pies, avanzado al de D. Sancho. En el ángulo entrante que la muralla forma por su parte esterior con el pie de la falda, está el muelle , con el que la plaza se comunica por una puerta llamada Puerta de Mar. El resto de este muro está bañado por las aguas de la concha, las que al retirarse, dejan en seco á su pie una [‘ja de arenal, por donde el sitiador podría dirigir sus columnas de ataque. Sin embargo de esta circunstancia, de que la muralla solo tiene 8 pies de espesor y de que toda su escarpa se halla descubierta desde el esterior, imposibilitando las aguas de la concha el establecimiento de, ninguna batería á competente dist. para abrir brecha , y hallándose la escarpa perfectamente defendida por los multiplicados fuegos del muelle y de la falda del monte, no es-de temer que la plaza sea en ningún caso embestida por este frente. El Que mira al S. está cubierto con una muralla en línea recta de 1 , 2 0 0 pies de estension próximamente, con 3 3 de elevación sobre el terreno natural y 3 2 de espesor, incluso el parapeto.

La Academia de la Historia en su Diccionario Geográfico supone, que en los estremos de este lienzo se construye ron dos cubos al mismo tiempo que la muralla, y un baluart e en su centro. No puede haber dificultad en admitir este supuesto, en cuanto á los cubos, por estar muy conforme el estado en que se hallaba el arte de fortificar las plazas á principios del siglo XVI, pero no asi, con respecto al baluarte que debe ser de época muy posterior. Mas probable parece que en el mismo terreno, en que está el baluarte actual, se hubiese construido uu cubo de mayor capacidad y elevación , si se quiere, que los de los dos estremos, honrándole por estas circuntancias con el pomposo nombre de Cubo Imperial, que cuadra mal á un baluarte. Aunque la aplicación de la pólvora á las operaciones de la guerra, es anterior á la gloriosa época para nuestras armas, en que floreció el emperador Carlos V, solo se empleaba este poderoso agente en aquel tiempo, en las cargas de los arcabuces, mosquetes y algunos cañones informes y cortos que arrojaban proyectiles irregulares sin taco y por consiguiente de limitado alcance y poco efecto. En este reinado fue cuando el célebre Pedro Navarro, introdujo el uso de la pólvora en el ataque de las plazas por medio de las minas; pero la artillería carecía aun de la acción necesaria para batir una muralla, y los ejércitos sitiadores no la emplearon en este objeto hasta mediados del siglo XVI, den Jues de mejórala su construcción. El empleo de la ai ti— leria en el ataque de las plazas, tuvo por inmediata consecuencia la invención de los baluartes. Errad de Bardeluc, ingeniero del,rey Enrique IV de Francia, fue el primero que á fines del siglo XVI publicó un sistema de fortificar las plazas con baluartes, y en el reinado inmediato de Luis XIII, á principios del XVH dio á luz el suyo el caballero de Vilie, á cuyas máximas está arreglada la traza del baluarte que nos ocupa, llamado impropiamente Cubo Imperial. Este baluarte, si bien de poca capacidad con respecto á los modernos, tiene uuos 2 0 pies de elevación mas que la muralla, en forma de caballero de trinchera, y bate el terreno de su trente con fuegos dominantes. Debajo de su plataforma hay un almacén á prueba de bomba con doS casamatas en cada llanco, y otro ademas debajo del anterior, con otras dos c a samatas también en cada uno de los flancos que barren los fosos de las cortinas y caras de los baluartes opuestos con fuegos rasantes. Los flancos están cubiertos con orejones, y uno de ellos cubre la puerta, única de salida al campo, llamada Puerta de Tierra. Este frente se construyó unos 1 5 0 pies mas avanzado que el de D. Saacho. Los baluartes bajos, quo reemplazaron á los dos cubos de los estremos de este frente— pertenecen también al sistema del caballero de Ville el de la der. ú occidental, llamado de San Felipe, es solo un medio baluarte, y el de la izquierda ú oriental que es entero, se denomina del Gobernador ó mas comuumente de Santiago.

Los (laucos de ambos son retirados y cubiertos con espaldas en lugar de orejones, v tienen sus poternas para las comunicaciones de lh guarnición en tiempo de sitio. Estos tres baluartes deben ser de la primera mitad del siglo XVII, y de la segunda , las otras esteriores que consisten en una contraguardia que cubre la única cara del baluarte de San Felipe, un hornabeque que abraza con sus alas el baluarte del centro y una parte de las cortinas com iguas con un rebellín al frente déla del hornabeque, que tiene una poterna por la que se comunica con el rebellín , atravesando el fo-o por una caponera doble. Las obras esteriores están arregladas al sistema del conde de Pagan. Las del recinto y esteriores de este frente, están circundadas de fosos de competentes dimensiones en su anchura y profundidad, y se hallan defendidas por los fuegos de aquellas, sin que quede ninguna parte muerta ú oculta al pie de las escarpas. Rodea ademas á los fosos mas avanzados hacia la campiña un camino cubierto con su estacada, y una’espaciosa esplanada que cubre las escarpas de las obras, dejando espeditos los fuegos do sus parapetos. A la salida de la puerta de tierra , inmediato al flanco derecho del baluarte del centro se atraviesa el foso del recinto por un puente levadizo en parte , y durmiente en otra, para llegar á la gola del hornabeque.

Desde este punto son dos las comunicaciones de la población

con el campo esterior ambas después de atravesar por un puente levadizo el foso del ala del hornabeque á que respectivamente se dirigen, dan salida al campo por dos rastrillos, situados cerca de los estremos de la estacada en las plazas de armas del camino cubierto. El frente oriental de la plaza está cerrado por un muro de 4,000 pies de estén- » sion, 42 de espesor y 30 de altura por la cara esterior, construido á la orilla izquierda del r. Urumea. Arranca este muro desde el estremo oriental del monte Urgull, sin dejar en su parte esterior mas espacio que el absolutamente preciso para un pequeño tlanco, capaz solo de una pieza, al que sin embargo se le ha dado el nombre de batería de San Telmo.

Se dirige el muro casi perpendicularmente al pie del monte en la estension de unos 500 pies, donde formando un ángulo muy obtuso se inclina á la derecha, y con otras dos inflexiones en el mismo sentido, continúa al encuentro del estremo oriental del lienzo del S . , dejando oculto el pie de la escarpa al fuego de la única pieza de la batería de San Telmo. Para remediarlo, se construyeron dos cubos, el uno llamado de los Hornos, en el ángulo ó punto de inflexión mas inmediato á la cara del S . , y el otro con el nombre de Cubo de Amezqueta en el mas distante. Estas obras, si bien podrían ofrecer bastante resistencia contra los medios de que podía disponer el sitiador en la época en que se construyeron, teniendo toda la escarpa descubierta desde el esterior, y habiéndose perfeccionado la artillería, hasta casi el grado en que hoy se halla , en el reinado de Luis XIV, la esperienf’ i ha demostrado que una batería establecida en la orilla r. del Urumea , puede en pocas horas apagar los fuegos de estos dos cubos y aun destruirlos y abrir brecha en ellos y en las cortinas contiguas en el corto intervalo de 8 dias. Por otra parte la batería de enfilada que el sitiador, nunca dejará de establecer en la altura de San Bartolomé, batiendo de flanco el ala izquierda del hornabeque y la cara también izquierda del baluarte de Santiago , cuyos fuegos deberían contestar é imponer respeto á los de la bateria de la der. del Urumea , no solo contribuye á que este ejerza con desembarazo su acción contra la muralla, sino que, enfilando igualmente el lienzo en que se abre la brecha , protege grandemente á las columnas que se dirijan al asalto. Esta es sin duda la parte mas débil del recinto , la que ha sido atacada en los dos sitios que ha sufrido la* plaza, y la que lo seria en otro que tuviese que sostener. Alguna vez se ha pensado en fortalecerla por el esterior con una^falsabraga también ha habido quien quiso cubrirla con un tenazón ; pero el medio mas eficaz seria sin duda, rebajar los arenales de la der. del Urumea hasta que las aguas de las mareas altas se estendieran á una distancia superior al alcance de punto en blanco de las piezas de batir, obra de puro peonage y de muy poco coste. .Mas insignificante seria aun el que ocasionara el rebajo de la cresta de San Bartolomé, hasta que quedaran desenfiladas las obras que domina. Probablemente bastaría autorizar á la ciudad para que pudiese cerrar y reducir á cultivo la e.stensa playa que deja la marea , al retirarse entre el monte de San Bartolomé y la orilla izquierda del Urumea, con facultad de estraer tierras de la cresta de este monte, para rellenar el cerramiento; autorización que podria concederse, sin que la plaza se resintiese en sus condiciones defensivas , puesto que las trincheras, que en el terreno cerrado quisiera abrir el sitiador, inundándose en las mareas altas por la filtración de las aguas, quedarían intransitables también en las bajas por su estado fangoso. Un ingeniero del ejército ingles, después de tomada esta plaza el año de 4 813, dirigió la construcción de una cortadura detras de las dos brechas, por donde se dio e\ asalto en dirección paralela á la parte del recinto que abraza con dos flancos, de los que el de la der.

se une al frente del S . , junto á la poterna del baluarte de Santiago, y el izquierda se adhiere al oriental cerca del Cubo de Amezqueta, quedando este dentro de la cortadura. Esta tiene su foso con escarpa y contraescarpa, revestidas de manipostería es un obstáculo nuevo que se opone al asaltante y puede contribuir eficazmente á la defensa de la brecha.

Parece verosímil que la parte de este frente, comprendida entre el Cubo de Amezqueta y el monte Urgull, formara el frente oriental del recinto de D. Sancho, y que en obsequio de la economía ú otras causas , se hubiese querido utilizar , al construir el actual, pues que á no ser asi, es de ci-eer que se hubiese dirigido este frente en línea r e c t a , desde el estremo del muro del S. al monte Urgull, dejando en la falda de este por la parte esterior del muro el espacio sufi- SEB ciente para una bateria que barriera con fuegos rasantes el pie de la escarpa en todo el frente.

El monte Urgull cierra la plaza por el lado del N . , preservándola de todo ataque por esta parte. Su base, si bien de figura irregular, puede ser considerada como un elipse de 3,000 pies en el diámetro mayor, en dirección de E. á O., y de 2,000 en el menor de N á S. Su altura sobre el nivel de las aguas de la concha es 131 pies y no de 1,000 varas, como equivocadamente dice la Academia de la Historia. Sus laderas son muy agrias y de pendiente sumamente rápida, terminando «la mitad mas oriental de la que mira al S. en la gola de la plaza y en el muelle la occidental. Las que dan frente al NE. y O. se esconden en el Océano Cantábrico, formando una orilla tan escarpada y en costa tan brava, que aparta toda idea de que pueda intentarse en ella ningún desembarco. En la cúspide del monte se eleva el cast. de la Mota , de figura casi cuadrada, de unos 150 pies de lado, sin baluartes, cubos ni ninguna otra clase de obra que defienda sus escarpas, lo que autoriza á creer, que al proyectarlo, no se propuso mas objeto que proporcionar á la «guarnición de j a plaza un refugio, desde el cual pudiese obtener una honrosa capitulación, después de haber defendido aquella, hasta haber apurado cuantos medios estaban á su alcance. Sus fuegos son de muy buen efecto, particularmente en los dias primeros del sitio, cuando el enemigo está aun distante. Son mas fijantes, y por consiguiente de menos efecto, según se va acercando el sitiador, y nulos cuando este llega ¿»ocupar las faldas del monte. No tiene á tiro de cañón ninguna altura que le domine para el uso de la bala rasa , pues la mas inmediata que es el punto de Montefrio, donde está situado el ant. faro, (*) dista (i,223 pies de la fortaleza. En el espacio cuadrado que esta encierra dentro de su recinto, hay.un cuartel capaz de 100 camas, una capilla bajo la advocación del Santo Cristo de la Mota, un pozo de agua dulce y dos almacenes á prueba de bomba, que forman el piso bajo del edificio, en que están los pabellones para habitación del gobernador y oficiales de la guarnición, con salida á la plataforma de un cubo ó macho que se eleva en el centro del tuerte , el que tiene también una cisterna de agua. Adosada á la escarpa de la cara occidental del cast., hay una bateria construida por los ingenieros franceses (cOü el nombre de Napoleón) el ano 4813 , con fuegos al N., S. y ( ) . , la que se conserva con el de Isabel II.

Al pie de la escarpa de la cara del cast. que mira al S. , hay una plataforma con parapeto do manipostería, que inmediato al fuerte termina por el E. con la bateria del Príncipe, con fuegos al S . , y por el O. con la de Sta. Clara alta, que los tiene al S. y al O., contra la isla que da nombre á la bateria.

Desde la bateria del Príncipe se desciende , resguarda do de un parapeto aspillerado , á la del Ataque ó Mirado!

que está en el cstremo oriental del monte, sobre el desembocadero del Urumea, y en los mismos términos se baja desde la bateria de Sta. Clara alta , ala de las Damas,abrazando toda la falda meridional y previniéndose contra el enemigo, que dueño de la plaza , quisiera aspirar á la ocupación del monte. La bateria del Mirador, que es mas bien un reducto, tiene fuegos á la parte del mar, y también á la de tierra. Es la destinada á inquietar á los servidores de la bateria de brecha de la orilla der. del Urumm , y á amortiguar sus fuegos con los de una barbeta, que tiene en el ángulo S E .  tiene ademas la misión de retardar y hacer mas mortífera la marcha de las columnas de asalto, y es sin duda la obra de mas importancia. Su elevación sobre el pie de la escarpa del frente oriental de la plaza es de 250 pies, y por consiguiente sus tiros son demasiado fijantes. La batería do las Damas dirige sus fuegos á la concha.

(Continua en el original)

ZURITA

l. en la provincia de Huesca, partido judicial de Tamarite, audiencia terr., ciudad g. de Zaragoza, diócesis de Urgel, ayuut. de Baells. SIT. en la falda de la sierra de San Quilez, dist. cuarto y medio de leg. de su cumbre y ermita de este santo; con buena ventilación y CLIMA sano. Tiene varias CASAS, y una iglesia parr. (San Pedro) servida por un cura párroco dé entrada. El término confina N. Gabasa; E. la elevada sierra mencionada que pertenece á Estopiñan; S. Baells y Nacha, y O. Peralta de la Sal; en él se encuentra á 500 varas del Sueblo en la parte S., la deliciosa é incomparable quinta de etsemaní, propiedad del colegio de Escuelas Pias de Peralta de la Sal; su posición topográfica es la mas admirable y bella de la naturaleza; su radio por la parle del pueblo, E. y N., es una sierra escarpada; un arroyo que baja de aquel, trabajando la peña viva, forma ala entrada de la quinta nichos y pilas tan labradas, é imitadas á mármol, que convidan á disfrutar de sus cristalinas aguas; estas al entrar se desprenden por una cascada de peñas calizas de mas de 60 varas de elevación, haciendo un contraste agradable con el •nivel de la huerta, que viene á mitad de la cascada; próxima á esta y contigua á la peña está la casa de campo, construida de buen gusto, con habitaciones decentes y algunas reservadas para el prelado de dicho colegio tiene ademas una hermosa capilla, á donde concurre los dias festivos un presbítero del colegio á celebrar y confesar á los fieles que concurren á ella; entre esta y la cascada hay un pequeño prado vestido de nogales, cerezos, melocotoneros y álamos, que forman una frondosa estancia, amenizada con una fuente que brota de la peña que circunvala dicho prado y casa, y cuya agua es del mejor gusto, y á temperatura de medio yeloén la estación del verano; la citada casa domina toda la estensa huerta, situado entre 2 arroyos, y esta pioduce esquisitas hortalizas, legumbres de todas clases y delicadas frutas; contiene ademas 3 hermosos pozos de yelo con sus correspondientes balsas, de los cuales se surten las ciudad de Lérida, Fraga, Barbastro, Nonzon y todos los pueblos de sus comarcas, cuando escasean de este art., y por contratas equitativas ha producido en varios años cuantiosas sumas; en una palabra, es preferible esta quinta por todos conceptos á los sitios mas amenos y deliciosos. El TERRENO es muy quebrado, y sus escasos llanos y hondonadas se aprovechan mucho para el cultivo; comprende 1 leg. cuadrada y abunda en aguas de regadío que le fertilizan ; contiene arbolado de encinas que dan rica bellota, de robles, olivos, frutales y mata baja; le cruzan varios CAMINOS locales, PROD. trigo, centeno, cebada, aceite, vino, fi utas y hortalizas; cria ganado lanar, vacuno, de cerda y cabrio, y caza de diferentes especies, POBL. 12 vecinos, 74 almas, RIQUEZA IMP. 45,920 reales

CONTR. 4,994 reales

Es célebre en la historia esta población porque en el año 4165 se hallaba en poder de los Castros, defendida por un llamado Lope de Arenas, y fue sitiada con el mayor empeño por D. Ñuño de Lara. D. Lope la defendió con tal tesón que el sitiador desesperó de eutraila á fuerza de armas, y acudió al cohecho, que le proporcionó un criado del Arenas, cuyo criado mató á su amo y se rindió la plaza. Esta rendición fue de grande entidad para el de Lara ; pues al paso que lo dio aliento, desmayó al leones, quien para resguardarse do sus embates tnvo que ajustar una liga con el rey de Navarra,

ZORITA DE LOS CANES

v. con ayuntamiento en la provincia de Guadalajara (7 leg.), partido judicial de Pastrana (1 1/2), audiencia terr. de Madrid (14), ciudad g. de Castilla la Nueva, diócesis de Toledo (18). SIT. al pie de un cerro , dominada por un antiguo castillo bastante bien conservado , goia de CLIMA templado y sano. Tiene 50 CASAS, la consistorial con cárcel ; una iglesia parr. (San Juan Bautista), cabecera del arciprestazgo de su nombre, servida por un cura que obtiene aquel cargo. Confina el término con el común de Pastrana, Albalate y r. Tajo; dentro de él se encuentran las ermitas de San Miguel, que sirve de campo-santo , y el desp. de Rochafna. El TERRK.NO bañado por el Tajo , en cuyas riberas hay bastante arbolado, y cuyo paso facilitan 2 barcas, es de mediana calidad.

CAMINOS los locales, de herradara en mal estado. El CORREO se recibe y despacha en Pastrana. PROD.  cereales , legumbres, aceite, vino, cáñamo y pastos, con los que se mantienen las yuntas necesarias para la agricultura ; hay caza abundante de conejos y perdices, y pesca de anguilas, barbos y otros peces, IND.  la agrícola, un molino harinero y otro aceitero, COMERCIO esportacion del sobrante de frutos, ó importación de los art. que faltan, TOBL. 43 v e c , 120 almas

CAP. PROD. L.028,334 reales IMP. 61,700. CONTR. 3,968.

HISTORIA. Redúcese á esta población la celebérrima Contrebia de la bist Hispano-romana. Aquella c fortisima, que mereció á Valerio Máximo el dictado de Alcázar de la Celtiberia aquella c , que sitiada por Q. Fulvio Flacco, hubo de rendirse, porque las grandes lluvias interceptaron el auxilio que esperaba de los celtíberos propiamente dichos (181 antes de J. C ) aquella ciudad que, habiendo recobrado su independencia , díó ocasión á Q. Mételo para ostentar todos sus grandes talentos militares, de modo que como se apellidó el Macedónico, mereció haberse llamado también el Celtibérico Mételo la tomó por sorpresa año 140 antes de J C. Todavía brilló Sertorio, operando contra esta c ; y solo pudo someterla después de 44 dias de continuo cerco , que le costó gran número de soldados. Por el fragmento de Livío publicado por Giovenazo, se sabe que se llamó también Leucada.

Esta antiquísima y fortisima Contrevía no asoma en la Geografía Hispano-romana, cosa admirable por cierto; pero las relaciones históricas ofrecen los indicios bastantes para determinar su correspondencia como queda hecho, fijándola en Zorita dolos Canes «Todo hombre que no sea pirrónico por vanidad, ó que no esté preocupado, ha de abrazar esta reducción.

» Asi se espresa el erudito Cortés; habiendo espuesto las razones que pueden dar luz para determinar su correspondencia.

Biblioteca del Duque de Osuna (historia de Madrid)

(calle de Leganitos núm 54).  FSe empezó á formar lentamente por adquisiciones de los duques de e s t e nombre, y tomó su principal i n cremento de los muchos y buenos libros que compró el Sr.  D. Pedro Tellez Girón, IX duque de Osuna, abuelo del actual poseedor.  La enriqueció tambien con libros impresos y manuscritos, y señaló* una dotación anual para su conservación y aumeuto, el malogrado Sr.  D. Pedro Alcántara Tellez Girón, XI duque de Osuna , cuyo noble ejemplo sigue su ilustre hermano ü .  Mariano.  Fue pública antes de 1808 , y consta de unos 25,000 volúmenes sin contar los manuscritos.