VALLADOLID

audiencia t e r r . compuesta de la provincia de su nombre y de las de León, Palencia, Salamanca y Zamora; se halla S I T . al NO. de la Península entre los 40° 12’45» y 43° 5’57» de latitud N . , y los 0- I4r52″ y 3 o 24*30″ de longitud al ,Q. del Meridiano que pasa por el observatorio astronómico de Madrid; se estiende su circunferencia 1,735 leg. cuadradas, divididas en los partido j u d . que del estado que sigue resulta, asi como la» c , v . , L., a l d . , c a s . y desp. y el núm.

de ayuntamiento y h a b . do cada una de las p r o v i n c i a s.

Confina al N. con la de Asturias, y la de Burgos por su provincia de Santander; al E. con la última, y la de Madrid por su provincia de Segovia; al S. también con la de Madrid por su provincia de Avila y con la de Cáceres; al O. con el veciudad reino de Portugal, y al NO. con la d e Galicia y su provincia de Orense.

Su CLIMA es en lo general sano, pero frió y húmedo e n trecortado el terreno por diferentes sierras presenta dilatados valles, regados por muchos r. abundantes en pesca; los principales son el Duero, en el que desaguan por el N. el Esla, enriquecido con las aguas del Tera, Orbigo , Cea y otros; y por el S. el Eresma, reunido con el Adaja, el Zapardieí, el Tormes y el Águeda, el Sequillo y el Pisuerga, con el cual confluyen el Carrion, Arlanza, Arlanzon y Esgueva.

Corre por el t e r r . el Canal de Castilla, unido con el de Campos, navegable ya en el dia desde Alar del Rey hasta Valladolid. Tambien’se hallan en él diferentes manantiales de aguas medicinales y termales con muchas fuentes de esquisitasaguas potables. Son fértiles sustierras y producen muchos granos , de los que hace considerable esportacion, | legumbre.-,, garbanzos, frutas, vinos, lino y cáñamo en sus \ estensos pradds, cubiertos de ricas yerbas de p a s t o , mantiene mucho ganado de toda clase, con especialidad vacuno.

Tie*ne grandes bosques poblados de buenas maderas de c o n s trucción civil y naval, y en sus montes abundantes mármoles pintados de variedad de colores, y se hallan minas de cob r e , hierro y carbón de piedra. Su COMERCIO interior y e s – tenor consiste en granos , harinas y otros frutos, y en los prod. de su IND. esta se reduce á tejidos de lana, hilo, queso, manteca y prod. de sus ferrerias y martinetes.

Dos universidades la de Salamanca, la mas famosa de la Península hasta nuestros dias y contemporánea de las mas célebres y ant. de Europa, y la de Valladolid, siempre a c r e ditada por los buenos profesores que en todo tiempo tuvo y por los hijos eminentes que desde su creación ha dado en todas las ciencias, son los dos principales establecimientos de instrucción pública que se cuentan en el t e r r . ; posee también cinco seminarios conciliares y muchos colegios, institutos y sociedades económicas; pero la primera enseñanza se halla en el t e r r . al mismo nivel que en los otros de la monarquía.

Tampoco se ve desmentido en él, el celo caritativo y filantrópico, que por todos los ángulos de la Península animaba á nuestros mayores, como lo acreditan los muchos establecimientos de beneficencia y las muchas fundaciones de igual naturaleza que se conservan en las cinco provincia Aunque ios usos, costumbres y carácter no sea uniforme en t o dos los hab. de la j u r i s d . , pues estos accidentes varían s e gún la s i t . topográfica de las p r o v . , so observa en sus moradores religiosidad sana y pura ; obediencia á las leyes ; r e s peto á las autoridades;»juicio maduro; disposición para las c i e n c i a s ; hospitalidad y buenas.costumbres. Hemos dicho en resumen cuanto conviene para estimar la influencia de las causas geográficas y morales en los r e s u l tados de la criminalidad para adquirir mayor conocimiento del t e r r . , de su ind. y comercio y demás que proporciona un examen geográfico, físico y civil, remitimos á nuestros lectores á los a r t . d e las respectivas p r o v . , y vamos á ocuparnos de lo que tiene relación con el establecimiento del t r i bunal superior del terr.

Sabido es de todos que hasta la publicación del real d e creto, espedido por los reyes Católicos en Medina del Campo el año de 1489 , la audiencia del Rey, tribunal colegiado el mas antiguo que en España se conoció, creado por el r ey D. Enrique II en 1371, seguía continuamente á la c o r t e con todos Jos inconvenientes que esta movilidad llevaba consigo lo;espresados reyes Católicos, que tuvieron el mas decidido empeño en regularizar la administración de j u s t i c i a , dispusiemaíz ron por el mencionado decreto que la audiencia del rey residiera continuamente en Valladolid, tomando el nombre de Chancilleria A ella se llevaban en apelación todos los pleitos del reino de Castilla y León , hasta que persuadidos los mismos reyes de los perjuicios que se originaban de acudir todos los litigantes á Valladolid, crearon en 30 de setiembre de 1494 la chancilleria de Ciudad-Real, que se trasladó después á Granada, dividiendo entre ambas todos sus reinos y señoríos, sirviendo por lím. divisorio el r. Tajo; de modo que todas las ciudades, villas, lugares, castillos, fortalezas, granjas , caseríos y cortijos , situados allende del Tajo con el Andalucía, reino de Granada y el de Murcia con el marquesado de Villena y con lo que las órdenes de Santiago, Alcántara, Calatrava y San Juan tenían en dichas comarcas y las islas Canarias acudiesen á la chancilleria de Granada, y que todos los hab. sit aquende el Tajo y los puertos hasta el mar, con lo que restaba del reino y arz.

de Toledo, y los ob. de Cuenca, Sigüenza, Plasencia y Coria , llevasen sus apelaciones á Valladolid. El número de oidores consignados á esta chancilleria fue el de 46 y un Í>residente distribuidos en 4 salas con 4 oidores cada una y a facultad en el presidente de alternar en ellas, si bien se le obligaba á asistir á aquella sala en que en revista se tratasen pleitos de 100,000 mreales arriba y se comenzasen por demanda de caso de c o r t e e n las audiencias.

No atendieron los reyes Católicos solo al mejoramienlo de la administración civil de justicia, al crear la chancillería de Vadadolid ordenaron que ademas del presidente v oidores, hubiese laminen 3 ule. que conociesen de iodos los pleitos criminales, asi por casos de c o r t e , como por apelación y suplicación ante ellos mismos y sentenciasen j u n tamente, debiendo ser suplidos en caso de ausencia, impedimento, ó recusación por los oidores. En o de noviembre de 1092 ordenó D. Carlos II que presidiese la sala de alcaldes un oidor y á estos presidentes, generalizados on todas las audiencia so les dio el nombre de gobernadores de las salas del crimen por decreto de 8 de noviembre de 1700. No e s timando suficiente Carlos III una sola sala de alcaldes en las chancillerias, dispuso por resolución consultada de 13 de octubre de 1770 que las salas de hijos-dalgo se convirtiesen en salas del crimen, formando asi 2 salas en la de Valladolid con un gobernador que asistiese á entrambas. Ademas del p r e s i d e n t e, oidores, alcaldes y j u e z mayor de Vizcaya, había en la chancilleria de Valladolid lo mismo que en otras audiencia 2 fiscales, uno para lo civil y otro para lo criminal, y un alguacil mayor con 2 tenientes.

Como se ha visto por lo hasta aqui referido, las audiencia e s taban regidas por un presidente de la clase de letrados, y asi continuaron hasta que ü. Carlos IV por real decreto dé 30 de noviembre de 1800 confirió las presidencias á los capitanes generales, y en ausencia de estos á los gobernador e s , segundos cabos, vanándose la denominación de los primeros presidentes, que conservaron las mismas preeminencias y atribuciones judiciales que antes tenian, en la de regentes. Por lo relacionado se viene en conocimiento que la chancilleria de Valladolid, hasta el arreglo provisional de justicia, se compuso de un presidente (el capitán general de Castilla la Vieja , un r e g e n t e , 46 oidores repartidos en 4 salas, un gobernador de las salas del crimen, 0 alcaldes d i vididos en 2 salas, 2 fiscales, un alguacil mayor y 2 t e n i e n t e s , con el competente número de relatores y procuradores, escribanos, receptores, canciller, tasador, repartidor, porteros y alguaciles. En la espresada época perdió por último el nombre de chaucilieria, que habia recuperado en las dos restauraciones de 14 y 2 3 , y el número de sus salas quedó reducido á 3 , como la generalidad de las a u d . , habiéndose creado con los ministros sobrantes de ella la audiencia de Alba~ cete. El estado que sigue da razón del personal de la audiencia y de los juzgados de L.» instancia, con el haber de cada uno y el gasto ordinario y estraordinario. Conocidos los principales accidentes geográficos y morales del t e r r . y la historia de la fundación de este tribunal superior, vamos á ocuparnos de su estadística criminal, á cuyo efecto presentamos como base de los cálculos y observaciones que hayamos do h a c e r , los estados que siguen.

El número 3 t r a t a de las personas, esto e s , del número de acusados, absueltos libremente y de la i n s t a n c i a , de los penados presentes y contumaces, y de los reincidentes en el mismo delito, ó en otro diferente; esplica también las circunstancias especiales de los acusados a s a b e r su edad, sexo, estado, instrucción y ejercicio, y refiere las proporciones que las indicadas clases guardan entre sí, y mas particularmente la población con los acusados, dato preferido por todos los estadistas como el mas propio para estimar la criminalidad.

Siguiendo estos antecedentes, se ve que los acusados de 40 á 20 años, están en relación con los de 20 á 40 de 0’298 á 4 , y estos con los del último período, ó sean los de 40 años en adelante de 3’483 á 4; los hombres con las mujeres de 9′ 142 á 4; los solteros con los casados comoO’746 á 4; los que saben leer con los que á esta circunstancia unen la de escribir como 0’695 á 4 ; los que saben leer y escribir con los que carecen de toda instrucción como 0’695 á 4; y los que ejercen profesión científica ó a r t e liberal con los que se hallan dedicados á artes mecánicas como 0’058 á 4. Se ve igualmente que los absueltos están con los acusados en razón de 0’4 40 a 4 ; los penados con los acusados de 0’860 á 4; los contumaces con los presentes de 0’083 á 4 , y los xeincidentes con los penados de 0’4t)O á 4 ; y por último, manifiesta la proporción, como ya se dijo, en que la población

se halla con los acusados. El t e r r . judicial contiene 970,315 a l mas, y siendo el número de acusados 3,256, la relación de los primeros con los segundos es de 298’008 á 4 , resultado que coloca á la audiencia de Valladolid en proporción mas favorable á la moral que las audiencia de Pamplona, Madrid, Cácer e s , Albacete, Granada, Burgos y Sevilla, y en mas desventajosa que las de Valencia, Coruña, Canarias, Mallorca, Barcelona y Oviedo. Si conducidos por este mismo dato b u s camos la proporción en que cada una de las provincia concurrió á la formación de la suma total de procesados, hallaremos el máximo en la de Valladolid, á la cual sigue la de Zamora.

Menester es convenir en que no es el estado normal de la criminalidad de la provincia el que manifiesta el estado. No son los h a b . de la provincia de Valladolid, ni por causas físicas, ni morales, mas inclinados á los delitos que los h a b . de otras provincia; pero tuvo por espacio de muchos años en su t e r r . el canal de Castilla, al cual se destinaban los reos de atentados mas a t r o c e s , y su crecido número atrajo á la provincia las familias de ellos con todos los vicios inherentes, debiendo agregarse á esto la facilidad con que desertaban para e n tregarse á nuevos delitos tan funestos ejemplos relajaron algún tanto las costumbres honestas del p a i s , y á estas circunstancias debe atribuirse el crecido número de procesados en la provincia No presentan iguales motivos las de Z a – moray Salamanca, si bien contribuye otra causa no meaos impulsiva de los delitos, á s a b e r su proximidad á la frontera de Portugal, lo que proporciona a los delincuentes el burlar con facilidad la vindicta pública; la relación entre la población y los acusados en la provincia de Patencia es mas favorable que en las a n t e r i o r e s , escediendo el término de la comparacioncoalade Salamanca en 46 unidades; la de León aventaja á todas las demás, siendo su relación 433 449 á 4. En la escala comparativa proporcional de t o das las provincia de la monarquía la de Valladolid ocupael 4 6.° lugar, Ta deZamoraeH7,la de Salamanca el 22, la de P a tencia el 29 y la de León el 42.

El estado núm. 4 se contrae á los delitos de homicidio y de heridas y á los instrumentos empleados en su comisión.

Aunque muy importantes los dos objetos de que se ocupa, no se presta por sí solo á todas las observacionesque-debieran esperarse, pues ni se puede apreciar por él la gravedad d é l o s delitos, ni la proporción mayor o menor’á lasque afectan á las personas ó alas cosas- nos ceñiremos, pues, á comparar el primer estremo que el estado abraza con los otros t e n . .en el cuadro que va á continuación < o crResulta , pues, del cuadro que precede, que el número de atentados contra la vida ha sido menor en el terr. de Valladolid que en los de Burgos, Cáceres, Cortina, Granada, Madrid, Sevilla y Valencia, y mayor que en las de Albacet e , Barcelona, Canarias, Mallorca, Oviedo y Pamplona.

Pero ea la generalidad de los a r t . de audiencia, hemos procurado llamar la atención acerca de la diferencia notable que existe entre aparecer un t’irr. con mayor ó menor número de delitos de sangre y la gravedad relativa de estos, deducida de la clase de instrumentos empleada en su perpetración.

Guiados por esta observación, notamos con oportunidad que habían sido menos graves, que habia concurrido menos encarnizamiento, que los ca os de alevosía, y por último, que las consecuencias de los crímenes de sangre habian sido menores en los t e r r . de Cáceres , Burgos y la Coruña , sin embargo del crecido número de ellos , que en los de Albacete, Pamplona y otros, y mas que en los de Barcelona, Oviedo y Canarias,» á pesar del mucho menor número de delitos de homicidio y de heridas ocurrido en estos t e r r . Vamos por tanto á examinar á qué altura se halla en el terr. de Valladolid la relación entre el número de atentados contra la seguridad personal y su gravedad, lle^.

vando por medio de averiguación la clase de instrumentos ocupados como cuerpo del delito, para hacerlo después de solo los homicidios, en comparación con las demás audiencias.

En el t e r r . de Valladolid se advierte mayor número de armas de todas especies que en las demás audiencia , escepto la de Granada; y también prevalece mas que en todas el uso de armas blancas de uso licito, y en las de ¡lícito de la misma especie solo le preceden las de Granada , Valencia y Pamplona de las de fuego de uso licito se ocuparon en mayor número en los t e r r . de Albacete, Cáceres, Granada y Valencia; mas en las de uso ilícito, solo se cuentan en menor número en las de Barcelona, Canarias, Coruña, Mallorca y Oviedo.

Por la regla que generalmente hemos sentado, debiera decirse, que no solo prevalece en el t e r r . d e Valladolid la proporción á los homicidios y heridas, sino también la gravedad y encarnizamiento en los a t e n t a d o s , puesto que el número de armas escede á la mitad de los instrumentos , y que con ellas fueron consumados mas de la mitad de los d e litos.

Sin embargo no es a s i , faltando en esta parte la exact i t ud de la observación, como lo demuestra el estado com parativo que sigue, el cual comprende el número de acusados por homicidio en cada aud., y la proporción que la pobl guarda con ellos.

Acusa• dos por AUDIENCIAS. Población. homiciProporción.

dio.

986,236 475 2,076’29 á 4 4 63 6,387’65 á 4 Burgos 966,543 456 6,495*79 á 4 Cáceres 547,420 475 3,428’41 á 4 499,950 42 16,662*50 á 4 4.474,982 489 7,788’26 á 4 4.211,124 405 2,990’43 á 4 L.022,074 258 3,963″X5 á 4 Mallorca 229,197 5 45,839*40 á 1 434,635 45 28,975*67 á 1 230.925 450 4,649’46 á 1 Sevilla 4.4 40,935 268 4,257*22 á 4 956,940 420 2,225’44 á 4 970,318 467 5,84 0’27 á 4 Por la demostración que precede, se ve ser menor la g r a vedad de los delitos de que se ocupa el estado número 4, que en las audiencia de Albacete, Cácere«, Granada, Madrid, Pamplona, Sevilla y Valencia, á pesar de contarse mayor número de armas de fuego y blancas en su t e r r . que en casi todas las otras audiencias.

Después del examen comparativo general hecho del estado núm. 4 parece conforme inquirir la razón con que caria una de las provincia concurre á la suma total de delitos y de instrumentos. La de Valladolid presenta el máximo de, los delitos , resultando en ella la proporción de uno por cada 596 hab. é igual proporción sino mas exagerada se encuent r a en las armas de toda especie-, la sigue en ambos e s t r e ñios la provincia de Zamora que da un delito por 7S9 ahn. en la de Salamanca la relación de los delitos con la población, es uno á 943. También es comparativamente menor en ella el núm de armas que en las dos anteriores la de Patencia aventaja á las otras cuatro en la proporción de las armas en la de los delitos, resulta uno por 4,408 hab La provincia de León tiene la proporción mas favorable respecto á los homicidios y h e ridas 4 á 4,386 en las armas jcede á la de Patencia; En la escala comparativa general de las provincia , la de Valladolid ocupa el 4 0.» lugar, la de Zamora el 48 , la de Salamanca el 22, la de Patencia el 31 y la de León el 38.

El estado núm. 5 contiene los acusados por toda especie de delitos, divididos por clases y comprendiendo en cada una de ellas aquellos que tienen mas relación entre s i , y las penas impuestas por cada clase de delitos. Este es verdaderamente el estado en que puede con mas exactitud observarse la cuestión de propensióná los delitos contra las personas y las cosas, y la gravedad de los atentados, por la intima relación que la misma tiene con las penas impuestas.

Para ventilarla primera nos circunscribiremos á las clases de crimines que mas directamente afectan á las personas y á las cosas. Siguiendo este dato , en el t e r r . de Valladolid prevalece la propensión á los delitos contra la propiedad. El número de procesados es de 1,302 y el de acusados por delitos contra las personas 1,118, diferencia 484. Preciso es convenir que este resultado , que da una idea de los progresos de la civilización, no se encuentra sino en muy pocas audiencias.

Procedamos ahora al examen de las diferentes clases de delitos los acusados por delitos políticos fueron 231 y habiendo sido absueltos 21 quedaron 210 penados , 18 á presidio correccional, 11 á peníncular , 3 á destierro , 51 á cárcel, 5 á inhabilitación ó privación de empleo , 14 á prisión sufrida, 70 á multa, 29 á redención pecuniaria, 17 a vigilancia y 8 á apercibimiento. No se debe estrañar el crecido núm. de penados por delitos políticos atendida la época á que los estados se refieren, ni puede menos de confesarse la poca importancia de ellos , cuando de las penas impuestas, s f se esceptuan los 1 1 de presidio peninsular y los 5 de inhabi – litación, los demás pertenecen ala clase de menores, y ño se castigó a ninguno de los procesados con alguna de las p r o piamente llamadas mayores.

Los acusados por delitos de defraudación á la Hacienda y connivencia de empleados fueron 488, número eiis verdad sorprendente, si se atiende á que las circunstancias que favorecen el contrabando en esta provincia se hallan reducidas á las corlas fronteras de las provincia de Salamanca y Zamora con el vecino remo de Portugal.

Por inmoralidad fueron acusados 443 individuos, de los cuales fueron absueltos 1 5 , quedando reducido el númeio de penados á 128, castigados con 32 penas de presidio correccional, 4(¡ de peninsular, 41 de destierro , 38 de c a n a l , 4 4 de prisión sufrida , 42 de multa y 5 de apercibimiento.

Por delitos correccionales ó de policie resultaron procesados 9 4 , absueltos 10 v penados 8 4 , á presidio correccional 28 , á peninsular 3 , á cárcel 20 , á prisión sufrida 4 3 , á mull a . ~ , á redención pecuniaria G, á vigilancia 2 y á apercibimiento 4.

(Continua en el original)

VALMASEDA

v. con a y u n t . , cabecera del partido judicial de su nombre en la provincia de Vizcaya (á Bilbao 5 leg.), audiencia terr. de Burgos (22), ciudad g. de las Provincias Vascongadas (á Vitoria 12), diócesis de Santander (14). Está SIT. en un paso angosto y preciso entre la orilla izquierda del r. Cadagua y el lado menor de la base de una pirámide irregular prolongada y t r u n c a d a , de muy difícil acceso y s u b i d a , y apartada de los montes mas altos que de no muy lejos la dominan, por los profundos barrancos escavados por los arroyos Salecillo y Abeduiar , que á los dos estremos N. y S. de la v. se introducen en el espresado r .  es el primer pueblo de Vizcaya que se encuentra yendo de Burgos á Bilbao por. Villarcayo y valle de Mena, y á su salida hacia la costa se apartan los caminos de Castro-Urdiales y Bilbao. Hasta la última guerr a con D. Carlos, en que fue demolido, coronaba la cima de la susodicha pirámide un ant. cast. con su foso y barbacana, de cuyos flancos partían las murallas, que ciñendo á la v. por entre los arroyos y el r. ,*al paso que la defendían militarmente , la protegían contra los aluviones y avenidas. El CLIMA es húmedo, como se observa generalmente en la p r o ximidad de la costa cantábrica- los vientos reinantes NE. y S . , y las enfermedades mas comunes anginas, constipados y algunas afecciones de pecho.

PUERTAS. En lo ant. correspondían á las 4 calles de Valmaseda 2 puertas al N. y 2 al S . , abiertas en sus murallas, y otras 2 al r., ademas de la salida por la puente llamada vieja , que servia para el camino a n t . , y sobre la cual se levanta una torrecilla que con el mismo puente y 2 leones r a pantes en guisa de contener la t o r r e , forman las armas ó blasón actual de la villa.

INTERIOR DE LA POBLACIÓN. No son muchos los pueblos que en su interior presentan una planta mas regular que Valmaseda. Fórmanla 4 calles paralelas entre sí y con el r., cortadasperpendicularmente por otras 3mucho mas angosi rectángulos muy ‘les por N . se ena muy irregular, o mal aspecto y ó portal cubiertas lluviosos En la t a s , que dividen toda la v. en cuac proporcionados, A la estremidad cuentra el mercado ó plaza mayor¿ en la que se hallan la casa de la vasta ostensión , con una galeriaj t o , para tener aili el mercado misma plaza está también la iglesia mayor, de bella construcción en el interior y de no desagradable vista al esterior, aunque con su torre y fachadas del siglo pasado, casi del mismo tiempo que la casa de la v . , no se puede decir que presenta orden alguno de arquitectura conocido. Al estremo S. de las calles se ve la plaza vieja, en la que antiguamente se corrían los novillos, y la cual, en uno de los lados de triángulo que forma, ofrece á la vista el ennegrecido, destechado y ruinoso palacio edificado por D. J u a n O r t i z de Valmaseda, de quien mas adelante se dará razón, en la a c t u a -lidad perteneciente á los condes de Bornos. Las casas, que en lo general son de dos pisos, no corresponden de modo alguno á la planta tan regular que tiene la v. aunque hay algunas de magnifico esterior, las r e s t a n t e s , ademas de su antigüedad y de la oscuridad consiguiente de un clima lluvioso, están muy mal construidas. S e a d v i e i t e mucha desigualdad en la altura, demasiada salida en los tejados, balcones y pisos, con algo mas que desluce y no recrea la vista.

A tal irregularidad han contribuido en gran parte dos incendios ocurridos, el uno en 3 de diciembre de 1608, y el mas voraz el 8 de noviembre de 1808, en que los franceses, persiguiendo al ejército de la izquierda, abrasaron lo mejor de la v. También ha sido causa, y quizá la principal, la multitud de censos ecl., aniversarios y capellanías, impuesto.- sobre las casas, asi como el ser varios los dueños de las mismas; de suerte que aunque ha mejorado algo la población, con lo que se ha reedificado después del último incendio, todavía en partes se descubren los restos y en partes ofende al transeúnte el aspecto d e a’gunos edificios ruinosos.

ESCUELAS. NO las.¡tuvieron olvidadas los valmasedanos en los siglos anteriores, contribuyendo alguna vez los discípulos para la manutención del maestro. En el día es del todo gratuita la escuela que existe dotada por la v. con 3,000 reales

anuales, y concurren á ella 120 niños y 70 niña?. Hay ademas otra de niños y una de niñas, dirigidas por maestro y maestra particulares, á los que retribuyen los alumnos con 2 reales mensualmente. También paga la v. 200 ducados al preceptor de latinidad, por no cobrarse en los Cinco Gremios .Mayores de esta corte el rédito correspondiente al capital en ellos impuesto por el piadoso Juan de la Piedra, de que hablaremos mas adelante.

IGLESIAS Y BENEFICENCIA. Hay en Yalmaseda una igle- VAL ¡ sia parroquial con su ayuda de parr. dedicada esta á San \ Juan Bautista y aquella á San Severino ob. ó arzob. de Coj lonia, que también se cuenta haberlo sido de Burdeos, en j cuya c . , asi como en la de Paris, hay parr. que también lo tienen por titular. Esta circunstancia , y la de haber sido San Severino contemporáneo de Sau Martin, de quien fueron muy devotos los godos; y suevos , inclina á pensar que quizás lo fuesen los primeros pobladores de Valmaseda, ó tal vez de la Aquitania ó gascones, pues que San Severino, como hemos dicho , es celebrado en Burdeos como uno de sus mas venerables prelados. El patronato de las iglesia de Yalmaseda corresponde á la villa por los privilegios de los señores de Vizcaya, D. Lope Diaz de Haro y su muger Doña Urraca, de L.°»de julio de 1234 , y del rév D. Alonso el Sabio, de 24 de marzo de 1256. Con dificultad se citarán patronos que con mas celo y desprendimiento desempeñaran su encargo que los ayuntamientos de Yalmaseda , á pesar de la resistencia que por lo pasado hallaron en la pueril vanidad de un clero , que siendo todo hijo de la v., disputaba á sus padres y hermanos b á s t a la inocente autoridad de disponer de las varas del palio. Asi e s , que admira cómo un veciudadndario tan reducido e n « l número como en los recursos . pudo emprender á fines del s i glo XIV ó principios del XV, pues no hay memoria que lo indique, uu templo tan bello como es la iglesia mayor, del género gótico decadente , con tres naves y bellas ventanas caladas, que cuando tenían las vidrieras de colores, cuyos vestigios aun se observan , causarían un efecto admirable.

Por fortuna, aunque en los altares é imágenes no hay ninguno que admirar, considerados como objeto artístico, sino que por el contrario, para dar al templo mas ensanche y belleza, convendría quitar los altares pegados á los pilares,. BO h ay tampoco que deplorar la abundancia de capillas y enterratorios que suelen deslucir otras iglesia Solo hay dos de aquellas en la iglesia mayo- de Valmaseda, y ninguna de las dos ofende ni por la situación ni por su arquitectura. La de Juan de Urrutia, edificada, ó mas bien concluida en 1545, es tradición que el plano y el altar con sus imágenes vinieron de Sevilla, en donde vivió y murió aquel, dejando al Hospital de la sangre las casas de su morada. A principios del siglo pasado, habiendo cundido la voz de que el campanario amenazaba ruina, se trató primero de su repara- G , 0 , n Y después de edificar una torre nueva; la que se efect u ó siguiendo los planos y dirección del arquitecto D. Lázaro de Ainsera , vecino de Azpeitia. A esta obra sucedió la de las fachadas déla misma iglesia, siguiendo los planos de un baile , que creemos fuese el mismo hermano Marcos de Sta. Teresa , carmelita descalzo, á quien el ayuntamiento comisionó en 1730 para reconocer la obra. En aquel tiempo, y con el mismo género de arquitectura, se levantó también la torre de San J u a n , cuya iglesia debió su origen á mediados del siglo XV á Juan López de la Puente. En ella nada hay de notable , como no sean los restos del cuerpo de San Bonifacio, mártir, que á principios del siglo pasado trajo de Roma el P. Manuel Joaquín Ortés de Velasco , j e s u i t a , que algunos titulan predicador del rey. Nada tampoco ofrecen de particular las dos e r m i t a s , una á corta distancia de la v. sobre el ¡mL. camino de Bilbao, dedicada á la Magdalena, y la otra á San Sebastian eu la cúspide del elevado pico de Colisa. Una y otra sin embargo, merecen llamar la atención por la antigüedad, que no remonta al año de mil ciento y once, como se lee en este art. del Diccionario de las tres Provincias etciudad d é l a de San Sebastian, sino á tiempos muy posteriorc-;, y es bastante. Por que la de San Sebastian exist í a ya con rentas y mucha consideración en el año de 1453, en que el célebre oh. de Burgos D. Alonso de Cartagena la unió para siempre á la iglesia de San Severino. La de la Magdalena , aunque también existia en el mismo siglo, y que se sabe haber sido fundada por una muger, por las pretensiones que á principios del siglo XVI tuvieron los comendadores ó religiosos de San Lá;aro, se infiere que pudo ser una de aquellas leproserías que en lo a n l . , cuando la lepra era mas común y se la miraba como castigo del cielo, se establecieron fuera de los pueblos. Para el servicio, asi de jas iglesia corno de las ermitas , hay en Valmaseda un cabildo de 8 beneficiados que deben ser patrimoniales, y obtener los beneficios por concurso ante el ob. de Santander ó su sínodo, y desempeñan después alternativamente todas las cargas del ministerio pastoral. Entre las personas señaladas que formaron parte de tan respetable cabildo, se han contado en menos de un siglo al lllmo señor D. Martin Delgado y la Piedia, ob. de Valladolid , en donde falleció en 4753; al muy Iltre. señor D. José Antonio de Arecbe, magistrado intégérrimo, que fue beneficiado antes de ser oidor de Filipinas, fiscal de la audiencia de Méjico, visitador general de todos los tribunales de Justicia, y superintendente general y subdelegado de Hacienda de los vireinatos del P e r ú , Chile y Provincias del Bio de la P l a t a , del consejo de Indias, e t c . , que falleció en Bilbao en 1798, declarando en su testamento, que las casas que dejaba en esta v. y e n B o r t e d o las habia heredado de su padre, porque otra cosa tal vez no se creyera; y al lllmo. señor D. Manuel Gómez de las Bivas , actual a r z o b . d e Zaragoza. Solo hay en Valmaseda en el dia un hospital muy reducido.

Consta que también existia en el siglo XV . y que en su origen fue destinado como tantos otros al hospednge y albergue de los peregrinos. Su administración está á cargo del cabildo ecl.. que por medio de uno d e s ú s individúes distribuye sus escasas rentas en socorros domiciliarios en dinero á unos y en costear las medicinas á o t r o s , acogiéndose solo á los que por falta de asistencia ú otras causas no pueden permanecer en sus casas. En este si-lo , sin hacer mención de otros bienhechores ant. son dignos de la grat i t u d general, D. José Antonio de Beti , que le dejó , aunque después han sido reclamados por sus h e r e d e r a . cinco ó seis mil duros que valian sus bienes , y D Manuel de Cari a ga , hijo de Valmaseda y vcciudad de la Habana, que en 4848 le ha legado también 4,000 duros Ademas de estos y otros benéficos valmasedanos , que por la brevedad omitftimos , hubo otros en lo a n t . , especialmente en el siglo XV, que tuvieron mny presentes á los pobres. Entonces veíamos que al paso que se fundaban memorias y aniversarios en la i g l . , era muy común acompañarlos de otra tanta limosna ó de comidas en los mismos dias para los pobres. Pero desde la segunda mitad del siglo XVI, y principalmente en el XVII, se advierte mucho empeño en fundar capellanías, pasando de 30 las que hubo en Valmaseda , alguna de las cuales lo fueron por hijos de ella que fallecieron en América.

En medio de eso, sin embargo, es digno de memoria Juan de la Puente, que por su testamento otorgado en 4555 eu Arica, jurisd. de Arequipa, ademas de varios legados para la reducción y conversión de los indios, y para las iglesia y ermitas de Valmaseda, mandó 400ducados de oro, para que en ella se emplearan todos los años en trigo por julio o cuando valiese mas b a r a t o , y se repartiera á las viudas, huérfanos y pobres necesitados al mismo precio cuando valiese mas caro. A D. Francisco Ortés de Velasco, que aunque natural del contiguo L. de Aedillo en Mena, dejó por su testamento otorgado en el año de 1600 en Cartagena de Indias, un pósito de 100 fan. de trigo , para ayudar á los labradores al tiempo de la sementera; ademas de otras limosnas y piadosas fundaciones para pobres y parientes, que hoy dignamente administra el señor D. Iñigo Ortés de Velasco, marqués viudo de la Alameda; y á Juan de Elguer a , q u e por su testamento, otorgado en Valmaseda en el año de 1608, ordenó, que el producto de una media casa que tenia en Bilbao se repartiera anualmente en pan á los pobres. A tan benéficos valmasedanos , agregaremos á Juan de la Piedra, no porque en su testamento, otorgado en Panamá en el año de 1643 mandara fundar el conv. de monjas de Sta. Clara, que en el dia existe en Valmaseda , sino porque de los 3,000 ducados de renta que les dejó, mandó que se separaran 200 para un preceptor y 150 para el r e pasante que le ayudase á enseñar gratuitamente la gramática , y que se admitieran 8 religiosas indotadas, tomadas de entre sus parientes y las hijas de vecino, á las cuales diera la comunidad 200 reales anualmente para gastos estraordinurios.

A Juan de la Piedra seguirán D. Francisco de la Puente Verástegui, caballero de Alcántara y vecino de Sevilla , que en 1664 mandó el quinto de sus bienes, que pasó de 6,000 pesos á la iglesia de San Severino; el capitán [). Martin de Asunsolo , que de la misma ciudad de Sevilla y de la de L;ma. hizo varias remesas de alhajas de plata y temos para la misma iglesia, y entre ellas una lámpara de plata de cerca de 100 libras para la capilla mayor , y 300 pesos ademas para que con su rédito se alumbrase á D. Lucas de Hor casi t a s , que gasto 7,000 ducados en la obra y adorno del altar mayor, imponente en su género churrigueresco á 1). Agustín de Bado y Vedia que en el afio de 1693 en que fue alcalde , después de haber estado en Indias, donó á la iglesia una custodia, un frontal de plata maciza para el altar mayor, una silla de respaldo torrada de lo mismo, un palio con ocho varas forradas también de plata , cuatro cálices, un terno de oro y otras cosas; al capitán D. Miguel de Villa, veo. de Uuaiícavelica, que en 1699 envió una custodia y 1,100 pesos para una memoria al capitán don Francisco de Herv.oso, que en 1696 envió de Lima una custodia grande de plata sobredorada, una cruz y otras alhaj a s á D. José de Horcasitas, tesorero general del reino, que en 1747 envió la imagen de Ntra. Sra. del Pilar , toda de plata, que está en el altar mayor al lllmo. señor Delgado, ob. de Yalladolid , que envió en 1752 un riquísimo terno de oro tejido en Toledo; y á D. José Larra/aba . veciudad

de Lima , en donde falleció en 175L. dejando ademas de una multitud de alhajas de plata para adorno del a ‘ t ar y monum e n t o , que todas pesaban 400 marcos de á 8 onzas , un riquísimo y muy completo terno de tisú de oro fabricado en León de Francia, etciudad PUENTES. Con razón puede envanecerse Valmaseda por sus puentes y caminos. Tres de los primeros tiene sobre el r. Cadaijua en el mismo límite de la v . , sin contar con los de los arroyos á la entrada y salida de la misma. La puente llamada Vieja , que servia para la antigua calzada, está situado

casi al estrémo S. de la v.. representando con un arco c e n tral muy elevado v otros dos muy pequeños á los lados la edad media, en que ni el a r t e ni el acarreo habían progresado todavía. No es posible señalar la época en que se const r u y ó , aunque de algunos documentos y noticias se infiere ser anterior al siglo XV. A principios del último, cuando antes de abrirse el camino de Orduña las lanas se trasportaban desde Burgos á Bilbao por Valmaseda, para «vitar á los carros la penosa subida de este puente, se habilitó y empedró un paso del r. por enfrente ¿el conv. de las monjas.

Viene luego el segundo p u e n t e , comunmente llamado Nuevo , que se edificó el año 1G69 en el centro de la v. y en donde habia unos pasos ó atrancos para el servicio de las h e redades, cas. y tenerías. Aunque con sus arcos mas bajos ya manifiesta algún adelantamiento en el a r t e , la pesadez de sus pilares y el mal enlace de sus arranques ofrece gran desventaja, de cualquier mcdo que se le compare con el tercer puente q u e , atendida su edad y comparada con la de los anteriores, podemos llamar novísimo. Edificóse en 1843 á la salida N. de la v. y para enlazar con ella el camino que á la sazón se abria para Bilbao. Lo bajo y ligero de sus arcos sin declive á la entrada ni á la salida, contrasta notablemente con la elevación de los otros dos pueBtes que desde él se observan solo le falta esperimentar las grandes y estraordinarias avenidas del Cadayua, .semejantes á la de 480L. Fuera de la v. al S. y no muy distante, se ha construido para que nada falte, en el ano 1848, otro puente de madera y cantería está destinado para el camino que abierto por la provincia de Álava hasta su térro., lo ha continuado la v. de Valmaseda en medio de tanta desgracia y atraso como la cupo en la pasada guerra civil y en la de la Independencia; no habiendo temido desprenderse hasta de 11,000 duros para construir la parte de su jurisd. y enlazar aquel camino con el que por ella pasa á Bilbao y Castro-Urdiales.

Estos desembolsos bien merecían llamar la atención del gobierno supremo hacia un pueblo no muy rico, cuando en otros opulentos se ha invertido casi enteramente un empréstito de 200.000,000 r s . con objeto de abrirles buenas c a r r e t e r a s ; mucho mas si se tiene en cuenta que Valmaseda contribuye anualmente con 33,000 reales para el rédito que le corresponde del capital que tomó á préstamo con dicho obj e t o . Lo demás relativo á caminos se halla en el art. del p a r t . judicial

(Continua en el original)

VALENCIA

audiencia t e r r . , comprende la provincia de su nombre y las de Alicante y Castellón de la Plana; situado al E. de la Península entre los 37° 49’20» de l a t . N . , que es la de la parte S. de la provincia de Alicante; y 40°44’25» latitud de la parte N. de Castellón y entre los 4 o 10′ 48″ de long. E. de Madrid, que es la de la punta oriental de Castellón y los 2 o 19′ 35″, que es el lím. occidental del Rincón de Ademüz, correspondiente á la provincia de Valencia; abraza 631 leg. cuadrad a s , divididas en los p a r t . j u d . que del estado que sigue r e sultan, en los cuales se cueulan las c . , v . , L., a l d . , cas. y desp. y el núm. de h a b . que el mismo estado demuestra.

Confina por el NE. con la audiencia de Barcelona y su provincia

de Tarragona ; por el N. propio , con la de Zaragoza y su provincia de Teruel; por el E. en toda su ostensión con el mar Mediterráneo; por e! S. con la audiencia de Albacete y su provincia

de Murcia en un corto t r e c h o , y por el O. con la misma aud.

y sus provincia de Murcia, Albacete y Cuenca y otra vez con la de Zaragoza y su provincia de Teruel» Inoportuno creemos entretenernos en trazar su descripción geográfica, después de la grande estension que se la dio en los artículos respectivos de cada provincia En ellos pues, se encuentran cuantos detalles son indispensables para c o nocer la topografía del terreno y su clima; la posición y n a turaleza geológica de sus montañas, el número, curso y caudal de los r . que le bañan; las diferentes especies y calidades de las t i e r r a s de cultivo; el progreso de la agricultura y de la ganadería; las ordenanzas de sus r i e g o s , tan necesarias en un pais, en que escasean las aguas pluviales, y la que conducen los r . es insuficiente para las necesidades» de los campos; las producciones de la tierra, tanto naturales como debidas á la laboriosidad é inteligencia de los labradores; el comercio y la ind. fabril y manufacturera; el estado de la beneficencia y de la instrucción públicas , y las costumbres y carácter de»los valencianos; en fin , con «la lectura de los espresados art. se adquiere una noticia estensa de todas aquellas concausas, que si muchas veces no esplican la moralidad de los hab. de un t e r r . , deciden con frecuencia de las acciones que reconocen las pasiones como causa impulsiva á ellos pues, referimos á nuestros lectores, pasando á ocuparnos de la creación de esta audiencia.

Sabido es de todos los que se han ocupado de la historia, que á pesar de los.sucesos políticos ocurridos durante los reinados de D. Carlos I y de su hijo D. Felipe II, las diversas provincia españolas, que formaban la’ corona de Aragón, continuaron gobernándose, tanto civil como criminalmente por su legislación especial y sus magistrados particulares. Asi siguieron los valencianos hasta que con la muerte deD. Carlos II se dividió la España en bandos entre la casa de Austria y la de Francia, habiéndose decidido por la primera con el mayor empeño de los hab. de la corona de Aragón.

Aun continuaba la guerra entre las partes beligerantes, ya sacando sus armas victoriosas el señor rey D. Felipe V, ya vencido por sus c o n t r a r i o s ; pero habia conocido bien el espíritu que animaba á los aragoneses y que hallaría siempre opuesto el ánimo de ellos al afianzamiento de su dinasfia, mientras no destruyese aquel foco de nacionalidad tan contrario á la mira política de la monarquía por esto derogó la legislación especial, civil y penal del reino de Valencia, sujetando á sus h a b . á la común de Castilla. Consecuente con esta disposición, ordenó por su real decreto, dado en el Buen Betiro á 29 de junio y por real cédula, espedida en Madrid á 10 de setiembre de 1707, la creación de una c n a n cillería en Valencia, mandando se gobernase y manejase en todo y por todo como las dos chancillerias de Valladolid y Granada. Transcurridos pocos años, en el de 1716, por r e soluciones á consultas del Consejo de 16 de mayo y 11 de junio, se acordó, que la cnancillería de Valencia quedase r e ducida á audiencia.

No hemos encontrado antecedentes para presentar á nuestros lectores la época en que en la audiencia de Valencia se creó la segunda sala para lo civil y el segundo fiscal, ni tampoco acerca de las asignaciones que se hicieran á su regente, oidores y alcaldes del crimen ó jueces de provincia, ni á los d e pendientes del tribunal.

Entrando ya en el siglo a c t u a l , la audiencia de Valencia ha s u frido las mismas vicisitudes que en las r e s t a n t e s ocasionaron los sucesos políticos de los años 12, 1 4 , 20 y 2 3 , y lo que acerca de ellas han dispuesto los decretos publicados desde el año 33 hasta el dia. Su personal y el de los juzgados de primera instancia que de la misma dependen, el h a -her del personal y los gastos ordinarios y estraordinarios, aparecen del estado que sigue (Ver en el original)

Dada la idea ligera que precede de la época de la formación de la audiencia t e r r . que nos ocupa, vamos á entrar de lleno en el objeto principal de este artículo que es la estadística criminal.

Con las mismas dificultades tropezamos para hacerlo que las que hallamos en las otras aud., cuyas estadísticas criminales van publicadas, á s a b e r , la falta de datos de época mas reciente al año de 1843, y la variada redacción que se observa en las diferentes audiencia entre los que poseemos y se refieren á aquel año. Por esto nos vemos obligados á no hacer de los últimos mas que ligeras indicaciones, contrayéndonos en cuantas comparaciones, deducciones y observac i o n e s , surgen de las noticias que contiene la estadística publicada por el Gobierno, porque asi evitamos por lo menos incurrir y hacer incurrir en graves equivocaciones. A estos datos podemos auxiliar en la audiencia de Valencia con los que relativos al mismo año posee el Tribunal Supremo de J u s t i cia y que nos ha facilitado como ha hecho en las demás audiencias.

Por lo que en los a r t . de provincia llevamos dicho, y diremos acerca del carácter , usos y costumbres de los valencianos, de lo ligero é. insustancial de sus alimentos y de la calidad de sus aguas, debia esperarse que la audiencia de Valencia fuese quizás aquella, que presentase mayor número de acusados, mayor numero de delitos y de mayor gravedad. Sin embargo , no es a s i , como lo demuestran los estados que siguen y entre los cuales van á girar nuestras observaciones.

El primero ó sea el número 3, se refiere á las personas, esto e s , al número de acusados, de absueltos, penados presentes y contumaces y reincidentes en un mismo delito, ó en otro diferente, v á las varias circunstancias de los procesados, ó sean su edad, s e x o , estado, instrucción y ejercicio y ofrece el cuadro comparativo ó la proporción en que se hallan entre sí los comprendidos en cada uno de los datos espresados.

Dejando el número de acusados para las comparaciones entre las audiencia y p r o v . , observamos que los de 40 á 20 años, se hallan con los de 20 á 40 en proporción de 0*551 á 4 , y los últimos con los de 40 en adelante en la de 3*523 á 4; los hombres con las mujeres de 44’492 á 4; los solteros con los casados de 4*014 á 4 ; los que saben leer y escribir con los que no saben de 0’125 á 4; resultado tristísimo y que prueba el decadente estado en que se hallaba en el terr. la instrucción pública en la época á que los antecedentes se refieren , puesto que siete octavas partes de los procesados carecían de toda instrucción; y de los que ejercen profesión científica ó arte liberal con los que ejercen artes mecánicas de 0’023 á 4. Se ve por el mismo estado que los absueltos son á los acusados , como 0’097 á 1; y los penados también á los acusados como 0’903 á 1 ; los contumaces á los reos presentes, como 0’091 á 1; los reincidentes á los penados como 0’047 á 1 ; y por último que siendo el número de hab. del t e r r . 950,940, y los procesados 2,928, la proporción de aquellos con estos es 326’823 á 1, lo que hace que la a u d . d e Valencia ocupe el 10.° lugar *m la escala comparativa de la criminalidad entre las audiencia de la Península é islas adyacentes.

Partiendo pues de este dato, preferido por todos para apreciar la mayor ó menor moralidad de los pueblos y apoyados en é l , pasamos á examinar la proporción en que cada una de las provincia que abraza la jurisd. de la a u d . , na contribuido á la suma total de los procesados y las causas que á ello han contribuido. El máximo se halla en la provincia de Valencia con 388,759 hab. ha dado 1,513 acusados, esto es , 98 unidades mas que las otras dos provincia reunidas. No es difícil esplicar este resultado, y lo haremos con tanto mayor gusto, cuanto lo que se diga hará conocer que no hay bastante fundamento para creer mas propensos al crimen á los naturales de esta provincia que á los de las otras dos , ni á los de las otras provincia de la monarquía antes por el contrar i o ; si desaparecieran las causas especiales que concurren á suministrar tan crecido número de acusados y que vamos á referir, la provincia de Valencia, á pesar de no estar a la altura en que debe encontrarse la instrucción primaria, sería de las menos criminales. En el art. de provincia se dice que los dos objetos principales que constituyen la riqueza de esta provincia, son el cultivo del arroz y la cosecha de la seda; la primera llama á Valeucia crecido número de jornaleros de las provincia inmed i a t a s , gente en su mayor parte ignorante y no escasa de vicios; ambos prod. ocupan á toda esta población ambulante y á los naturales del paisuna pequeña parte del año; consecuencia de esto es, que terminadas las operaciones de la recolección , y no siendo suficientes las otras labores é industrias á proporcionarles ocupación, mucho mas después de la decadencia del comercio esterior é interior , quedan ociosos, consumiendo en las tabernas y aguardenterías el producto de su trabajo con las consecuencias naturales de las riñas y el robo. Si bien es cierto que el carácter valenciano es algún tanto ligero, también lo es que generalmente son industriosos y aficionados al trabajo; y bien puede asegurarse que j no se les veria mano sobre mano sentados en los umbrales !

de sus cabanas si la tierra les proporcionase ocupación. Mas I que el resultado proporcional de la provincia de Valencia nos J admira el de la de Alicante, en medio del cruel azote de las frecuentes sequías de que es víctima esta provincia, origen de la crecida emigración de sus hab. á África; su suelo, á p e sar de la buena calidad de las t i e r r a s , ó queda erial, ó no produce, sumiendo en la miseria á multitud de familias, á pesar de que su puerto, frecuentado por multitud de embarcaciones de todos los estados, sirve de residencia accidental á gran número de hombres de mar, en los cuales las pasiones son mas libres y mas relajadas las costumbres por ello da la proporción mas aventajada entre las t r e s provincia, á saber •. 435’609 almas por cada acusado, lo que la coloca en el 38 lugar de la escala comparativa general de las provincia de la monarquía. La de Castellón de la Plana es menos favorable que la anterior en 84’870 unidades; y en verdad que no era esto de esperar de su situado topográfica, de su alejamiento de las grandes población, y de la sencillez de costumbres de sus hab. En esta provincia la guerra civil ejerció mas que en las otras su_influencia, y á la desmoralización general que la acompaña es á la que deben atribuirse los resultados que su estadística criminal presenta.

El estado número 4 se contrae á los delitos de sangre y á los instrumentos empleados en su comisión. Con mas detenimiento que en el anterior procederemos al examen de los datos que contiene primero, porque esta especie de delitos puede considerarse como la general de atentados contra las personas; segundo, porque esplica mejor que aquel la propensión á delinquir como efecto del arrebato de las pasiones los crímenes contra la propiedad reconocen á las veces causas, en que el hombre obra con una voluntad forzada en los delitos de sangre caben circunstancias a t e n u a n t e s , cuales son el calor en una contienda, el amor propio herido, la honra vulnerada, e t c . ; pero ninguna de estas causas prevalecen contra la voluntad, ni escluyen la deliberación.

Nos esplicaremos mas claramente con ejemplos ^in hombre rodeado de familia , pero sumido en la miseria, y que con ánimo constante ha buscado por todos los medios susceptibles el adquirirse el sustento necesario y no le halla, puede cometer un robo contra lo que sus inclinaciones naturales le dictan, y habrá cometido un delito, pero un delito en cierto modo disculpable, puesto que la necesidad fue superior a su voluntad; pero el que ha sufrido un agravio, una injuria, tiene los tribunales de justicia donde buscar la satisfacción que le es debida con el castigo del agraviante ó injuriador, y cuando ciego de amor propio prefiere á estos medios sencillos y propios la venganza personal, obra con deliberación, y ía sociedad no puede perdonarle, porque de otro modo dejaría de existir.

Dos estremos abraza el estado en cuestión, como va dejamos indicado el número de los delitos de sangre» y los instrumentos empleados en su ejecución. Procedamos al examen del primer estremo á 1,077 ascienden los homicidios y las heridas perpetradas en el t e r r . de la audiencia de Valencia, número sorprendente en verdad, pero menor que en la audiencia de Burgos, Cáceres, Coruña, Granada, Madrid y Sevilla, y del cual resulta una proporción mas ventajosa que en las referidas a u d . , como se ve por el estado que sigue, demostrativo del número de h a b . , de los acusados por homicidio y heridas, de los delitos y de la proporción que con estos guardan la población y los procesados.

Sin embargo que el resultado proporcional entre la población

y los delitos e s , como se ha dicho, mas ventajoso en el t e r r. d e j a audiencia de Valencia, que en los de Burgos, Cáceres, Coruña , Granada, Madrid y Sevilla , concurren circunstancias que patentizan , sino mayor propensión á los delitos de sangre en la audiencia que nos ocupa, mayor premeditación y encarnizamiento en la ejecución y mayor gravedad en las circunstancias.

Justifica la mayor premeditación, ó mas bien la alevosía , el número de a r r m s . tanto de fuego como blancas ocupadas como cuerpo de delito (443), á cuya suma no •alcanzan las audiencia de Sevilla y Granada, que como en sus respectivos art. se d i j e , son aquellas en que mas prevalece el uso de armas de todas clases; y esto.aun sin buscar la proporción de las armas prohibidas, ni con la p o b l . , ni con los delitos, pues si á este dato recurrimos, el esceso se eleva considerablemente, como lo vamos á demostrar con b r e vedad por medio de los dos cuadros que siguen

(Continua en el original)

VALDEGOMIA

hermandad de la cuadrilla de Zuya, en la provincia de Álava. Consta de los pueblos que forman el actual ayuntamiento do su nombre y del l. de Villanañe. Para su gobierno hay un alcalde de hermandad y un procurador que asiste á las j u n t a s de provincia

VALDEALGORFA

v. con ayuntamiento en la provincia de Teruel (33 horas), partido judicial de Alcáñiz ( 3 ) , diócesis y audiencia t e r r . de Zaragoza (27) y ciudad g. de Aragón Se halla SIT. en terreno quebrado y montuoso, gozando de un CLIMA suave, benigno y muy sano. Se compone de unas 300 CASAS de mediana construcción , repartidas en diferentes calles rectas y de mediana anchura, y 3 plazas; hay una escuela de instrucción primaria concurrida por 30 n i ñ o s , y una enseñanza de niñas; iglesia parr. situado en medio del pueblo, con una t o r r e muy elevada. En la parte mas prominente del pueblo se ve un conv. de monjas claras , y extramuros se encuentra el c e menterio de moderna construcción. Confina el término municipal con los de Alcañiz, Torrecilla, Castellserás, Valjun quera y Codoñera , y en él existe una fuente de abundant e s aguas, que conducida por una cañeria de 450 pies de longitud van á depositarse en un gran pilón de donde se surten los veciudad del pueblo. El TERRENO es s e c o , montuoso y de mediana elevación. Los valles que en él se forman tienen su curso hacia Alcañiz, y las aguas que despiden van á parar al r. Guadalope. CAMINOS el principal y casi único por donde pueden transitar carruajes, es el que desde Valdealgorfa va á Alcañiz, los restantes son de herradura. La CORRESPONDENCIA se recibe dos veces en la semana de la cap. del partido

jud, PROD.  la principal es la del a c e i t e el trigo es escelente en calidad pero poco en cantidad. Autes de la guerra civil se cosechaba en gran cantidad la almendra , pero en la actualidad se recoge poco de este apreciable fruto.

Hay algún ganado lanar y cabrío y caza menor en abundancia IND. la principales la agrícola hay algunos telares para lienzos ordinarios y cuatro molinos de aceite, POBL.

350 v e c , 1,400 almas RIQUEZA IMP. 220,775 reales

El 4 de febrero de 1834 trató de penetrar en esta población el cabecilla Montañés, pero fue rechazado. El 6 de febrero de 4836, fusiló Cabrera al alcalde, por la exactitud con que c o municaba al Gobierno noticias de la posición y fuerzas de los carlistas

UTRERA

v. con a y u n t . , cabecera del p a r t . judicial de su nomb r e , en la provincia, d i ó c , audiencia t e r r . y ciudad g. de Sevilla (5 leg.) tiene com. de armas, vicaria ec!.*, estafeta de correos y adm. subalterna de rent. estancadas , á la que están sujetos los pueblos de Molares, Villafranca y los Palacios.

SITUACIÓN Y CLIMA. Está situado a f S . , 36.° E. de la cap., en un ameno y frondoso valle, entre dos cerros que dominan las inmediaciones, y á la dist. de 2 1/2 leg. de la márg.

izquierda del Guadalquivir goza de alegre y despejado cielo, de estenso t é r m . , cuyas fértiles tierras son escelentes para la vegetación de toda clase de plantas, y de agradables vistas , descubriéndose desde las t o n es de las iglesia muchos pueblos , y los buques que surcan las mansas aguas del espresado r. Su salubridad es generalmente buena, á causa de la suave temperatura , aires puros, alimentos sanos, y conveniente s i t . topográfica que r e ú n e , por lo cual no se p a d e cen enfermedades endémicas, y si solo las propias de las estaciones.

INTERIOR DE LA POBLACIÓN Y S I S AFUERAS. Rodrigo Caro en su Convento jurídico dice, que Utrera contaba á la sazón 3,000 edificios, cuyo número habia sido mucho mayor a n t e riormente , según otros autores. Hasta 1784 no aparecen en los padrones las casas por orden de numeración ; y cotejado el de aquel año con el de 1848, resulta, que en los últimos 59 años han desaparecido 268 edificios, de que solo existen los solares, y la memoria de mas de 20 calles enteras que con anterioridad á la época que referimos, consta haber desaparecido enteramente, merced á las pestes, guerras, monstruoso sistema de hipotecas, al pósito , y estraordinario número de t r i b u t o s que pesan sobre esta clase de riqueza. Don Clemente de la Cuadra (á quien es deudora la población de considerables mejoras), siendo alcalde en 1844 , estableció el sistema único capaz de remediar esta clase de m a l e s , por medio de suscriciones y rifas , y aun construyó dos bonitos edificios en uno de los sitios mas públicos, cuya-deformidad los reclamaba con preferencia, á fin de justificar prácticamente los ventajosos resultados que podrían esperarse de su proyecto; pero, aunque sorteadas las fincas entre los v e c , tes tocaron á dos pobres, que en su consecuencia mejoraron de fortuna, y no quedó duda acerca de la bondad del pensamiento los ayunt, sucesivos no han seguido aquel provechoso ejemplo. En el d í a , dentro de su circunferencia de 4,924 pasos, inclusos los arrabales , hay 91 calles, la m a yor parte anchas v bien empedradas, porque desde el año 4 842 todos los ayuntamiento han cuidado de esta mejora, en las cuales se cuentan 1,570 CASAS, y de ellas 21 graduadas de primera clase, que son tan magníficas como las mejores de la c a p . ; 67 de segunda, 295 de t e r c e r a , 598 de cuarta , y 589 de quinta hay ademas 42 ruinosas, 41 b o d e g a s , 24 accesorias, 39 molinos de a c e i t e , 2 máquinas hidráulicas y los demás establecimientos de que vamos á ocuparnos. Se cuentan 7 plazas y plazuelas; la del Altozano, hoy de la Constitución, es la principal, y en ella se celebran las corridas de toros y todas las funciones públicas , porque está rodeada de dos órdenes de balcones de h i e r r o , que contribuyen á la comodidad de los espectadores su estado era malísimo antes de 4 844; mas el ayuntamiento de este año invirtió en su composición y ornato 15,0*25 r s . , cuya cantidad obtuvo sin gravar los fondos municipales, y desde entonces presenta un aspecto agradable. En esta plaza se hallan las casas consistoriales, edificadas en 1840 en el lugar que ocupó la ant. carnicería , y mejoradas en 1844, haciendo una espaciosa y cómoda escalera en vez de la primitiva, que era muy estrecha y de escesiva pendiente también se arregló entonces el archivo, en términos que desde el año 1401 á 3ue se remontan los escritos mas ant. que existen hasta el i a , todos los legajos se colocaron por materias en la estantería dispuesta al efecto, bajo un escrupuloso inventar i o , depo-itado en la secretaria.» La cárcel era un miserable y hediondo edificio, donde hacinados los presos en habitaciones estrechase inmundas, respiraban una atmósfera corrompida , hasta el punto de peligrar constantemente su existencia; pero el ayuntamiento de 1844 logró desenterrar un espediente formado para adquirir él conv de religiosos carmelitas; y una vez hecho suyo, y venciendo mil dificultades, consiguió trasformar un conv. declarado ruinoso por varios arquitectos, en edificio sólido,alegre, ventilado, espacioso, capaz para 300 presos con todas las separaciones necesarias para sexos,edades, detenidos, enfermos, incomunicados, delitos diversos, t r a n s e ú n t e s , y últimamente para ejercer varios oficios en que, á pesar de la magnitud del local, e s – tan bien entendidas la vigilancia y la seguridad los aposentos para empleados, para admiuistrar justicia, prestar audiencia y atender á la parte moral y religiosa, guardan entre sí tal armonía, que constituyen un conjunto capaz de competir con las mejores obras de su clase que existen en el reino. Su coste fué de 41,435 reales 26 mis. Si se ensayara, como se habia propuesto, el establecimiento de alguna ind., seria completo el interés y la importancia de esta cárcel anualmente se gastan en su conservación, sueldos de empleados y manutención de los presos (el año 1844 fueron 45) pobres de todo el partido que encierra , mas de 30,000 r s . ; y si estos proveyesen á su subsistencia con el trabajo de sus manos, para ellos, para el establecimiento y para el Estado, seria de una ventaja inmensa. Hé aqui la cuota impuesta á los pueblos del partido para el sostenimiento de la cárcel (Ver en el original)

Hasta el año de 4 844 los comestibles se vendían en una calle que , por la proximidad al encañado, por cuyas roturas habia la costumbre de arrojar basuras, mas parecia muladar que sitio destinado á la venta de los artículos necesarios á la vida. La concurrencia, las lluvias, el c a l o r , los animales asquerosos y euanto podia contribuir á hacerlo repugnante, se hallaba junto con los p u e s t o s , diseminados ‘ y en desorden por el suelo, en los mismos sitios q u e , la noche antes habían llenado de inmundicia las personas y las caballerías. Tanto abandono no pudo menos de llamar s e riamente la atención del ayuntamiento de dicho año ; y aunque la falta de recursos era un óbice poderoso á toda clase de meo r a s , acometió y llevó á feliz término la ardua empresa de orm3r una hermosa plaza de abastos, sobre arquería de columnas , en donde con el mayor orden y aseo se venden los Wm UTR comestibles, unos bajo del cobertizo, y otros sobre poyos en el patio , con sujeción al reglamento , formado también entonces. Por la cantidad de 83,248 r s . que tuvo de costo la obra , y con el generoso auxilio del vecindario, ha adquirido el caudal de propios una finca que vale 40,000 duros, y que reditúa al año 44,600 reales Hay dos fuentes públicas, una que llaman Vieja y sirve para el ganado , y otra de la Alamedilla, donde se abastece el pueblo esta es de hermosa y sólida fáb., con 8 pilares que tienen otros tantos c a ñ o s , los cuales se surten de un copioso manantial que nace á 4/4 leg. de d i s t . , y viene por un acueducto subterráneo de atanores de tanta antigüedad, que se ignora la época de su construcción. Asi es que , á causa de su mal estado, todos los años se invertían crecidas sumas en remediar sus frecuentes quebraduras, las cuales ocasionaron mas de una vez escasez de agua por la gran cantidad que se perdía.

Ensayada con buen éxito en 4840 la sustitución de tubos de plomo al ant. acueducto, en 4848 ha empezado á llevarse á efecto esta útilísima mejora. Esta fuente tiene para su servicio 62 aguadores, y el sobrante del agua va a un gran pilón donde beben las b e s t i a s , y á un lavadero. Una linda alameda en el i n t e r i o r , y un delicioso paseo en las afueras , sirven al propio tiempo de bello ornato á la población, y de honesto esparcimiento y desahogo á s u s moradores. La primera, mas ant. que el segundo, tiene la ventajosa circunstancia de ocupar el centro de la v . , próxima á la plaza principal, y por eso es el punto de reunión en las noches calurosas del e s t í o tiene cómodos asientos con respaldo de hierro , un arbolado frondoso , y barandillas de madera pintada.

El paseo esterior se formó en 4844 sobre el camino de los puertos, y costó 44,469 r s . Consta de 588 árboles en dos espaciosas calles sobre las líneas laterales del mencionado camino, precisamente en el sitio mas ameno de los ruedos del término; á su estremo hay una elegante glorieta, rodeada de cómodos asientos con respaldo de h i e r r o , coronando un montecillo, cuya vista pintoresca se estiende a muchas leg.

por los olivares y campiña. D. Clemente de la Cuadra, asociado de otros v e c , presentó en 4840 al ayuntamiento las bases de un proyecto de alumbrado , porque hasta entonces no lo habia. A todos pareció imposible á primera vista su realización , porque ofrecía mil tropiezos ; pero el celo y actividad de aquellos señores triunfó constantemente de las dificultades que se presentaban y el resultado coronó sus esfuerzos; puesto que con general admiración se vieron iluminadas sus principales calles y plazas con faroles iguales á los de las mejores ciudad del reino, sin que costasen cosa alguua al fondo de propios. La Diputación provincial en el año siguiente gravó con un 3 por 400 el arrendamiento de las casas para s o s tenerlo, cuyo arbitrio importó (en 4 844) 24,4 38 r s . En dicho año se aumentaron hasta 445 el número de los faroles, que era de 7 5 , se renovaron la mayor parte de e s t o s , y se puso en arrendamiento este servicio que antes estaba administrado por la municipalidad, con grave perjuicio de los i n t e r e ses de la misma, en términos de rivalizar el alumbrado con el de la cap. de provincia El empedrado, que algún día fue completo, según los vestigios que se conservan en algunos puntos de los barrios mas dist., ha estado en tal abandono des de tiempo inmemorial, que hasta los últimos años á duras penas eran practicables las principales calles. Un celoso y distinguido v e c , que antes hemos mencionado, en unión de otros contribuyentes, promovieron é impulsaron á su costa, de acuerdo con algunos concejales del ayuntamiento de 4842 , el pensamiento de mejorar este importante ramo de conveniencia geneíal; y aunque no faltaron obstáculos que venc e r , se ¿fió principio á las obras, que después han continuado los ayuntamientos sucesivos. El de 4844 invirtió en el empedrado de varias calles 38,625 r s . , de cuya cantidad solo abonó el fondo de propios 5,469 r s . , pues los 33,456 restantes fueron dados por los v e c En el ramo de limpieza dictó eficaces providencias para que desapareciese la perniciosa costumbre de arrojar la basura y desperdicios de las casas en los sitios mas públicos 4 0,000 reales ó á lo mas 4 5,000 anuales bastarían para establecer una limpieza periódica de todo el pueblo, empleando dos ó t r e s carros bien construidos t i rado cada uno por una caballeria. Pasan por él dos arroyos que i sirven en cierto modo para el objeto que nos ocupamos; el u n o , llamado Calzas-anchas, atraviesa la plaza principal por un encañado de bóveda de ladrillos, muy sólida ; y el otro, conocido por de la Antigua, ha empezado á cubrirlo la municipalidad de 1847. Hay un colegio de instrucción primaria, absolutamente gratuita, en que se enseña religión, lectura, escritura, aritmética y nociones de geometría y geografía, á que concurren de 325 á 330 alumnos , de los cuales saben escribir 180 la dotación del primer maestro es 4,500 r s . al año; 3,000 la del segundo y 2,000 la de un ayudante.

(Continua en el original)

URRIALDO

mortuorio ó desp. en la provincia de Álava, partido judicial de Vitoria, ayuntamiento de Mendoza , hermandad de los Huctos.

Habia una ermita, donde se reunían los v e c de los 2 L. ue forman la hermandad, el día 1 d e l año para la elección e alcalde y demás asuntos generales de la misma.

Existia la población de Urrialdo en el siglo XL.

URIBE

merindad de Vizcaya , y una de las mas estendidas, mas fértiles y menos montuosas del infanzonado ó t i e r ra llana comprende 32 anteiglesia con voto, á saber •. en el centro las de Begoña , Abando, E)eusto, Lujua , Sondica, Zamudio, Gamiz , Derio, Lauquiniz , Urduliz , Gatica y Maruri; en la circunferencia las de Meacaur deMorga , J i c a , Lezama, Galdacano, Echabarri, Arrancudiaga, Arrigorriaga,Baracaldo, Erandio, Lejona, Guecho, Berango, Sopelana, Barrica, Gorliz, Lemoniz, BasigodeBaquio, Munguia, MeñacayFruniz.

También hay en su t e r r i t . 4 v . , que son Munguia , Bilbao, Miravalles y P l e n c i a , pero no son parte de la merindad.

Su término confina N. el Océano Cantábrico y p a r t e de las Encartaciones, que son su límite O . ; por E. con la merindad de Busturia, y por S. con las de Arratia y Zornoza; siendo su estension de 49 leg. cuadradas. Tiene un alcalde de fuero.

URCABUSTAIZ

valle y hermandad de la cuadrilla de Aval a , provincia de Álava, compuesta de los mismos pueblos (pie el ayuntamiento de su nombre (V.), Nombra alcalde de hermandad y un procurador provincial para representarla enlas j u s t as de provincia.

TORRELAVEGA

jurisd. ant. en la provincia de Santander, p a r t . de Laredo, compuesta de los pueblos de Barcena do Cudon, Barreda, Campuzano, Cohicillos, Cuchia, Cudon, Dualez, Ganzo, Gornazo, Lobio, Miengo, Mogro, Montaña (la), Polanco, Sierrapando, Taños, Torrelavega (cap.), Torres, y Viernoles, para los cuales nombraba el duque del Infantado alcalde mayor y procuradores pedáneos. Actualmente forman parle del p a r t . judicial de Torrelavega.