REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA (HISTORIA DE MADRID)

(Plaza Mayor núm. 30 y 32). Este interesante cuerpo , que tiene por objeto aclarar la verdad de los sucesos que la ignorancia ó la malicia han oscurecido, debió su origen á la casual reunión de varios amigos aficionados á las l e t r a s , que en conferencias privadas, trataron de investigar los diversos ramos de la Literatura, especialmente el de la Historia. Se constituyeron en cuerpo por el año 1735, organizándose interiormente ya adoptando las reglas que pudieran servirles de guia en el desempeño de su oujeto, aunque sin atribuirse carácter alguno público; consiguirron en 1736 que el célebre señor Navarro, bibliotecario mayor de S. M., les cediese una pieza d é l a Biblioteca Real para celebrar sus reuniones, hasta que aumentando el número de sus individuos, y aprovechando la feliz disposición que Felipe V mostraba por los establecimientos hteratios, determinaron solicitar su real protección. El éxito fue sin duda favorable, pues con fecha 18 de abril de 1738 , espidió este rey en Aranjuez 3 decretos , mandando por el L.° la creación de la Academia, .con aprobación de sus estatutos; concediendo por el 2.° á sus individuos el fuero de criados de la Real Casa, con todos sus privilegios, y disponiendo por el 3.° que continuase la Academia celebrando sus sesiones en la Biblioteca Real.

Permaneció allí algunos años, hasta que por decreto de 25 de junio de 1773, dispuso D. Carlos III se trasladase al piso principal de la casa Panadería, que acababa de comprar la Academia de Nobles Artes de San Fernando, en cuyo sitio continúa todavía. La esperiencia y el cambio de las circunst a n c i a s , enseñaron muy pronto que los estatutos antiguos necesitaban reforma, y en su consecuencia se dedicó la Academia á la formación de otros nuevos que fueron aprobados por real orden de 15 de noviembre de 1792. Estos son los que al presente r i g e n , si bien la corporación ha ido haciendo después algunas aclaraciones y aun adiciones, que bajo el nombre de acuerdos generales, forman una segunda parte de aquellos. Dichos estatutos establecieron 4 clases de académicos los de número, que debian ser 24; los supernumerarios que debian ser otros t a n t o s ; los honorarios y los corresponsales. Para entrar en estas dos clases no se exijia trabajo alguno literario; pero para ser admitido enla de supernumerario, debia el aspirante solicitarlo y presentar una muestra de su ilustración y conocimientos en los ramos del instituto, bien en alguna obra que hubiese publicado, bien en algun escrito, discurso ó disertación. Los supernumerarios ascendían á la clase de número en las vacantes que ocurrían, pero no solo necesitaban haber dado pruebas de aplicación y asistencia á las j u n t a s de la Academia y sus comisiones, sino también presentar un trabajo, nuevo y especial, escrito al efecto. El real decreto de 25 de febrero de 1847, ha dado una nueva organización á este importante cuerpo por él se ha aumentado el número de los académicos hasta 36; se ha suprimido la clase de supernumerarios; la de honorarios solo corresponderá en adelante , á los estranjeros, á quienes la Academia tenga por oportuno dispensar esta h o n r a , por sus méritos literarios o por otras circunstancias especiales. En real orden de 20 de marzo siguiente, y á virtud de lo espuesto por aquella, sobre el modo de llevar á efecto la reorganización del cuerpo, se .determinó que los españoles que lo eran honorarios, fuesen entrando en la clase de número, unos por antigüedad y otros por elección, conservándose la clase de individuos corresponsales , no mencionados en el decreto de 25 de lebrero , en el cual se disponia tambien que la Academia propusiese las variaciones que en su consecuencia hayan u nacerse en los estatutos vigentes de 1792. , Fija siempre esta corporación en su principal instituto a aclarar la verdad de los sucesos, desterrando las «buia* introducidas por la ignorancia ó la mala fé, y deseando con un laudable celo desembarazar el camino que conduce ai co nocimiento de muchas cosas oscurecidas por su antigüedad ó sepultadas por el abandono y el descuido; ha intentado desde su creación los mas atrevidos planes, que en un principio fracasaron por falta de medios pecuniarios , pues que entonces la Academia solo estaba sostenida con los esfuerzos de sus propios individuos. Algo mejoró en los años sucesivos , pero habiendo perdido después la mayor parte de aquellos y no pudiendo contar va con su apoyo ni con su influencia, estuvo á punto de desaparecer de la escena pública.

Tan lamentable estado no podia continuar por mas tiempo, y en su consecuencia, recurrió á la liberalidad de S. M., quien condescendiendo con lo que se le proponía r e fundió en la Academia, por el año 1743, los oficios de cronistas de estos reinos, dándole por via de dotación los sueldos que aquellos disfrutaban, y ascendia á 4,000 ducados; agregándole después en 1756 el oficio de Indias, dotado con 12,000 reales anuales, y que habia desempeñado el P. Sarmiento.

Con estos fondos v gobernada por los estatutos que se le habian dado, siguíó sus tareas con nuevos brios, haciéndose un lugar honorífico entre los mas notables cuerpos literarios de Europa. Entonces d i o principio á la formación de su preciosa biblioteca, así de impresos como de manuscritos; a su monetario y á la reunión de algunos monumentos de antigüedad histórica, cuyos objetos han ido recibiendo un grande aumento con nuevas adquisiciones, que ha hecho y hace cada dia la Academia, por donaciones que ha debido a la generosidad de los reyes, sus protectores, á los cuerpos literarios de todos los paises, con quienes está en la mejor inteligencia, y á muchísimos particulares que la han favorecido con sus producciones literarias, con monedas y medallas, con copias de inscripciones y de varios documentos , y con otros materiales que le han suministrado y suministran los archivos generales del reino, autorizados al efecto por disposiciones superiores.

El monetario que ha podido formar la Academia , es s o bre manera interesante, no solo por el gran número de monedas, medallas y medallones que comprende, sino por lo raro y curioso délas mismas, bien sea en la parte relativa á la colección particular de España, bien á la general de todo el Orbe. Debió un grande incremento á la adquisición del monetario del conde la Cañada , y fue verdaderamente notable la que hizo en 1847 de un gran disco dedicado al emperador Teodorico, todo de plata de la mejor calidad y de peso de 533 onzas y 6 ochavas, descubierto el 25 de agosto en una heredad inmediata al pueblo de Almendralejo en la provincia de Badajoz.

Una de las tareas á que desde sus primeros años se ha dedicado esta Academia, ha sido la de la ilustración de muchos puntos difíciles y dudosos de nuestra historia, sobre los cuales tiene así mismo un gran caudal de disertaciones trabajadas por sus individuos. Con el objeto indi— cadoy para dar la mayor autenticidad á sus trabajos, dispuso en otro tiempo Viaje» Literarios, á fin de examinar y cotejar los códices antiguos, é inspeccionar los monumentos que pudieran conducir á la averiguación exacta de la verdad histórica. Varios de estos viajes se hicieron al Escorial, al colegio mayor de Alcalá, ala biblioteca de la Sta. Iglesia de Toledo, á Cártama cuando estaban ejecutándose las escavaciones que mandó hacer el r e y ; á Cádiz. Ceuta , Mecida, Salamanca y Priorato de líeles , habiendo sido el mas interesante el que la Academia encargó á D. José Cornide, para visitar las minas del sitio conocido con el nombre de Cabeza del Griego, en el término de Saelices cerca de Ucles y á Talavera la Vieja; cuyo viage se halla impreso en el tomo III de las memorias que publicó esta corporación. La necesidad de estos viajes disminuyó notablemente con el nombramiento de académicos corresponsales en las provincia, a quienes se cometen estos encargos cuando lo exije la necesidad.

Fruto de dichos viajes, de la diligencia de los individuos del cuerpo y de otras personas ilustradas , celosas del bien y honor nacional, son las muchas é interesantísimas colecciones que ha adquirido y formado la Academia así en la parte diplomática y litológica , como en el ramo de antigüedades é inscripciones , y en el de monumentos de antigüedad romana, gótica y arábiga. Componen todas ellas un total de 830 volúmenes, los cuales forman un caudal inmenso de literatura, particularmente histórica, de que con la mayor generosidad hace partícipes la Academia 8 2 5 á los literatos, tanto nacionales como estranjeros, que gustan ó necesitan disfrutar de los materiales reunidos con tanto afán y diligencia.

Con este acopio de materiales, con los interesantes discursos que los académicos supernumerarios leian antes de pasar á ser de número, y con el aumento que Carlos IV d i o á la dotación de la Academia, se dedicó esta á la p r e paración de varias obras que debia imprimir, á fin de que se reconociese por todos su laboriosidad. Las que hasta ahora han visto la luz pública son varios tomos de Memorias , entre los que se encuentran cosas de sumo interés; las Partidas de D. Alonso el Sabio ; los opúsculos legales del mismo rey, que son el Espéculo, el Fuero Real; las Leyes nuevas y las del Estilo, el Diccionario histórico-críticogeográfico de las Provincias Vascongadas y Rioja; el Diccionario de voces españolas geográficas; el Ensayo sobre alfabetos de letras desconocidas, que se encuentran en las ant. medallas y monumentos de España, por D. Luis José Velazquez , marqués de Miraflores; el catálogo de los nombres de pesos y medidas españolas; l a s c a r í a s de Gonzalo de Ayora escritas al rey D. Fernando V desde Rosellon; el Informe dado al Consejo sobre la disciplina ecl. antigua y moderna, relativa al sitio de las sepulturas; los Epigramas latinos de D. Casimiro Ortega; la Disertación del Sr. Llórente sobre la Inquisición; las diversas oraciones gratulatorias con que la Academia ha felicitado á l o s reyes en su advenimiento al t r o n o , nacimiento de los príncipes ó infantes y otros sucesos famosos en 1765, 1780, 1783, 1789, 1816, 1833; el tratado sobre las monedas del tiempo de Enrique IV y su correspondencia con las actuales por el señor Saenz; un apéndice á la crónica de D. Juan I I ; la colección de Cortes antiguas de los reyes de León y Castilla, de que van publicados 38 cuadernos; v la Disertación del Sr. Navarrete sobre la historia de la Náutica.

Los proyectos ó planes de trabajos que ha intentado la Academia desde sus primeros años , son muchos en número y muy interesantes por su naturaleza y objeto. El primero fue el de un Diccionario histórico-crítico-universal de España; otro fue el de reunir y coordinar los materiales para formar unos Anales del tiempo ; otro el de escribir una Historia ecl. nacional; un Catálogo cronológico-histórico de los reyes de España desde San Fernando hasta el dia ; y otro de los varones insignes de la nación en l e t r a s , armas y p o – litica desde los Reyes Católicos; una Historia metálica de los reyes de España; una Biblioteca cronológica de la historia de esta nación; un Diccionario de voces arábigas geográficas usadas en lengua castellana; una Paleografía y Bibliografía españolas, y como parte de esta obra, la Paleografía arábiga e inscripciones cúficas; una Diplomática española; una Historia de Indias y otra porción de obras de sumo i n terés.

La enumeración de todos estos proyectos basta por sí sola para dar una idea de los esfuerzos que ha hecho y está haciendo este cuerpo para corresponder debidamente á la confianza de nuestros monarcas, que le han protegido, y al compromiso que tiene contraido para con la nación, que todo debe esperarlo de los respetables individuos, de que se compone esta corporación. La multitud de empresas que ha querido abarcar y su gran entidad dan á conocer cuánto tiempo, cuánto trabajo y sobre todo qué caudales tan exhorbitantes se necesitan para realizarlas, y qué dificultades t a n invencibles no han opuesto y continúan oponiendo á su ejecución las desgraciadas circunstancias de los tiempos y los escasos caudales con que la Academia cuenta para cubrir todas sus atenciones. Sin embargo, piensa dar á l u z , según lo permitan los fondos que pueda ir facilitándole el Gobierno, el tomo 8.» de las Memorias, que tiene ya preparado; las Crónicas de Fernando IV y Enrique Ivimpresas ya en mucha parte ; los cuadernos de Cortes antiguas de León y Castilla ; la colección de nuestros cronicones; los tomos»de la España Sagrada y Viage literario de las ;gl. de España, que tambien están preparados; la Historia de Indias de Gonzalo Fernandez de Oviedo, notablemente aumentada y corregida , y otros trabajos de diversa especie, pero todos concernientes á los objetos de su i n s t i t u t o . Fuera prolijo enumerar los nombres de los dignos españoles, que con sus vigilias y su material trabajo contribuveron á la formación de tan rico depósito , como posee la Academia baste indicar que ha tenido la gloria de con tar en su s e n o , como individuos suyos, á los varones mas insignes y á los mas célebres literatos