GRANADA (REINO DE)

uno de los cuatro de Andalucía, que establecieron los árabes, y el último que se conquistó por los reyes Católicos en 1492. Al espirar el siglo XIV, estaba reducido con poca diferencia al territorio que hoy comprenden las tres provincia de Almeria, Granada y Málaga; confinando por N. con el de Jaén y una pequeña parte del de Toledo; E. con el de Murcia; S. y SE. con el Mediterráneo, y O. con los reinos de Córdoba y Sevilla. Comenzaban los límites en las márgenes del r. Guadiaro, junto á Gibraltar y seguían por las vertientes occidentales de la sierra de Ronda.

Los campos de Jimena, Hardales, Antequera, Archidona, Iznajar, Alcalá la Real, Torre Campo, la Guardia, Bedmar y Quesada, formaban la linea fronteriza desde el Mediterráneo hasta las faldas de la sierra y adelantamiento do Cazorla; proseguía por Huesear y el Chirivel, hacíalos confia nes de Lorca y remataba en las playas de Mojacar, término

hoy del reino de Murcia, como lo fué en tiempo de los romanos, de las provincia Bética y Tarraconense. Comprendía este territorio una estension de 25 leg. de N. á S., desde Cambril hasta el Mediterráneo y puerto de Almuñecar; 60 de E. á O. desde Bonda hasta Huesear, #0 de costa y 8 0 5 ; cuadradas de superficie y según el Nomenclátor ó Diccionario formado en tiempo de Floridablanca é impreso en 1789 contenia las ciudad, v., L. etciudad, q ie espresa el siguiente estado (Ver en el original)

Las nuevas provincia de Almeria y Málaga, fueron segregadas del antiguo reino por ley de las Corles del año de 1 8 22 y definitivamente por el real decreto de 3 0 de noviembre de 1 8 3 3 .

Las revoluciones y vicisitudes de la guerra, habían confundido ó modificado las demarcaciones geográficas de los climas, coras y tahas en que los árabes tenían dividido el país granadino, para su sencillo régimen administrativo.

Los climas cuyos nombres eran de Biat ó de Rute, de Elvira, Begaya y Albujarrate, se subdividian en coras, y algunas de estas en tahas. Los árabes al repartirse en los primeros años de su dominación la tierra conquistada, asignaron límites á sus respectivas colonias, cada una de las cuales obtuvo títulos de señorío, que sirvieron de base á sus denominaciones topográficas.

El CLIMA en lo general es templado y sano, y su terreno la mayor parte montuoso; de forma que el calor correspondiente á su lat. bastante meridional, se templa con el friodesu elevada situación, particularmente en las sierras. Las mas notables de estas y su elevación en varas castellanas sobre el nivel del mar, según los trabajos hechos por D. Simón Rojas Clemente, se espresan en la siguiente relación. (Ver en el original)

Picacho deMulahaccn, en sierra Nevada. 4,254 Picacho de Veleta, en la misma sierra. 4 , 1 5 3 Cerro de la Alcazaba, en id 4,100 Cerro de Machos, en id 4,046 Cerro de la Caldera , en id 3,936 Cerro de los Tajos Altos, en id 3,930 Picón de Jerez, en id. 3,700 Sierra del Pinar 2,650 Sierra de Tejeda 2,600 Sierra de Gador 2,600 Cerro de San Cristóbal en la sierra del Pinar 2,500 La Sagra de Huesear 2,500 Alta Colomba. . . . » 2.450 Cala de Sta. Bárbara, en sierra de Baza. 2,400 Ni mar ó Tetilla de Bacares, en sierra de Filabres 2,300 La Torrecilla, en la sierra de Tolox, Blanca ó de la Nieve 2,300 Sierra de Lujar , . . 2,287 Sierra Jarana ó Arana 2,200 Sierra de Alfacar 2,100 Torcal de Antequera 2,100 Sierra de Zafarraya 2,100 Sierra del Aljibe 2,000 Sierra de Maria 1,900 El Cao, en la cordillera de Ubrique. . 1 , 8 00 Picacho de Alcalá de los Gazules. . . . 1 , 8 00 La Contraviesa 1,800 Sierra de Loja 1,700 El Calar de Güejar 1,700 Cerro do Jabalcol, cerca de Baza. . . . 1 , 7 00 El Mencal 1,600 Sierra de Mijas , . . . . 1,600 Sorra do Marbella L.600 Sierra de Almagro, en Huercal 1,500 Sierra Bermeja de Coin 1,500 Sierra de Casares ó Cristeliina 1,450 Sierra Bermeja , de Huesear 1,300 El Alcornocal, en la loma do Jolucar. . 1 , 2 02 Sierra de Elvira 1,070 Estas sierras, de las que nacen multitud de r., arroyos y fuentes, ya de agua común, ya medicina’es, forman de trecho en trecho los valles mas deliciosos, si bien no se ha lan en el dia tan aprovechados como lo estuvieron en tiempo de los árabes. Toda la parte montuosa está llena de árboles silvestres, de minas de varios metales, salinas, yerbas y aguas medicinales, canteras de csquisitos laqies, alabaslios y marmoles ; innumerable multitud de fósiles que aun conservan las formas de las familias á que pertenecieron; escelentes pastos y caza. La campiña es abundante de plan’.as, cereales y leguminosas, vinos, aceites, seda, lino, cáñamo, algodón, soaa, barrilla, azúcar, esparto y muy sibrosas frutas.

El tercio occidental de la provincia es singularmente áspero, y si se suaviza alguna vez, es solo en algún trozo perteneciente mas bien á lo llano de las limítrofes, como continuación suya, que no propio y pecu’iar, según sucede por el lado de Antequera. El tercio central, aunque tan insigne por la gran cordillera de Sierra Nevada y sus estensas dependencias, lo es también por su llanura interior llamada vega do Granada, la primera de la provincia en valor y la segunda en magnitud ó áiMa. A él pertenece también la vega de Berja con sus adyacentes.

El tercio oriental, aunque no se puede decir que sea escaso en eminencias de segundo orden, es mucho menos quebrado que los otros por causa ele la Hoya de Baza y por los llanos que la pertenecen, cuando se la considera físicamente en el partido ant. de Baza y en los de Guadix y Almeria también ant. , hasta dentro de las provincia de Jaén y Murcia. Ademas de estas plañidas interiores, merecen citarse como litorales la vega de Motril, el campo de Dalias, el de Nijar con cabo de Gata y vega ele Almeria y el de Vera.

Los rios mas notables que corren por este territorio son el Adra, Almanzora y Almería, en la actual provincia de este nombre; el Genil, Darro, Guadalfeo’, Fardes, Barbata, Cachi, Alhama y otros en la de Granada, y los de Guadiaro, Guadalmediua y Gualhorce en la de Málaga ; cuyas descripciones pueden verse en sus respectivos lugares. Tampoco insistimos en otros pormenores que pueden consultarse en los artículos de dichas 3 provincia y en el de Andalucía; limitándonos á decir algo acerca del carácter de los habitantes de esto antiguo reino.

Aunque los naturales en general son valientes, sobrios, festivos y generosos, y las mujeres llenas de gracia, de chiste y de belleza , se nota sin embargo entre los del tercio oriental y los habitantes del esntro y occidente del reino, la misma diferencia que llevamos observada en cuanto á su terreno.

Son, digámoslo asi, menos .andaluces y mas parecidos á los murcianos, con quienes tienen una comunicación mas espedita, mas continua y estensa que con los granadinos.

No solo se manifiesta esta uniformidad en sus usos y trages, sino también en su pronuncincion, pues rara vez hacen sentir el sonido de la h. aunque usan muy hiende la z .

También es muy notable la robustez y soltura de miembros mejor color y mas hermoso aspecto de los serranos, res- tiecto de los habitantes de las llanuras, y principalmente de a costa, llegando á advertirse la diferencia de pueblo á pueblo, como entre los de Güejar y Roquetas, y entre Huesear y Vera. Verdad es que contribuye á que desaparezca semejante desventaja, la afluencia de forasteros y estrangeros ó mas bien la mezcla de razas, particularmente en Málaga y algunos otros pueblos mas frecuentados