MADRID

partido judicial para la administración de justicia en primera instancia, se halla dividida la corte en 6 juzgados cuyos nombres, distritos municipales, barrios que comprenden y población en vecinos y almas constan del siguiente e s t a d o (Ver en el original)

E s pues la población de Madrid de 202.570 hab.; y siendo el total de los acusados en los 6 juzgados 1,232, resulta éntrelos primeros v los segundos la proporción de 164’i 25 a I de los procesados en todo el año 1843 fueron absueltos «e la instancia 112, libremente 8 1 ; penados pt escotes 976; contumaces 6 3 ; reincidentes e n el mismo delito 8 1 , v en otro diferente 54; 203 contaban de 10 á 20 años de edad; «13 de 20 á 40 v 163 de 40 en adelante; 1,020 eran hombres ? 206 mujeres;» 723 solteros v 485 casados; 546 sabían leer ) escribir; loO egercian profesión científica ó a r t e liberal y o87 artes mecánicas. No consta la edad de 51 procesados, el sexo de 6 , el estado de 7 4 , la – instrucción de 686 ni el ejercicio de 399.

En el mismo período se p e r p e t r a r o n 291 delitos de homiciflio y dé heridas v siendo como se ha dicho 202,570 los m t ) . , la proporción de estos con los delitos es 690’048 á 1; ios instrumentos empleados e n l a ejecución de los delitos ‘nerón 5 armas de fuego de uso lícito v 3 de ilícito, 83 armas blancas permitidas, 14 prohibidas, 60 instrumentos contundentes y 33 instrumentos ó medios no espresados.

Los precedentes resúmenes son lo único que podemos dar siguiendo los datos estadísticos publicados por el Gobierno, porque comprenden en sumas unidas los acusados, sus diferentes circunstancias, los delitos de homicidio y heridas y los instrumentos empleados para su comision en los seis partidos judiciales. No puede por tanto hacerse demostración alguna acerca de la mayor ó menor criminalidad que se advierte en los respectivos cuarteles para llenar este vacio, que en verdad debe considerarse de alguna importancia, hemos formado el estado que sigue, sacado de la e s tadística criminal del mismo año de 43 remitida por la aud.

del t e r r . de Madrid al Supremo Tribunal de Justicia , comprensivo de la población en vecinos v almas, del número de causas y acusados y la edad, sexo’, estado y ocupación de estos con las oportunas proporciones.

La primera observación que del precedente estado emana es, que la población se halla con las causas incohadas en proporción de 308’796 á 1 y con los acusados enla de190’394 á i ; los de 10 á 20 años con los de 20 á 40, en la de ó 238 á 1 y los segundos con los de la última edad de 5’27 á 1; que los hombres se hallan con las mujeres en relación de 4’81 á 1; los solteros con los casados de 1 ’50 á 1; los casados con los viudos de 4’86 á 1, y los que ejercen profesión científica ó arte liberal con los que ejercen artes mecánicas en la de 0’06 á L. bi de las observaciones generales pasamos á la comparación entre los juzgados, tomando por término de ella la población, las causas y los acusados, se ve que el juzgado menos criminal es el de Lavapies, donde la proporción de la población con las causas es 522*897 á 4 , y con los acusados 423’298 á 4 , al cual sigue el de Maravillas que da la proporción de 394’250 á 4 en las causas y de 280’652 en los acusados; y que el máximo de la criminalidad se encuentra en el juzgado del Rio, en el cual la relación entre la población y las causas es 208’626 á 4 y conlos acusados 445’498 á 1 pequeñ a diferencia presenta con este el del Barquillo, en el quelarelacionconel primer término de la comparación cs 263’504 ú \ y con el L.° 462’454 á l .Sorprende enver dad este r e sultado inesperado, si se considera que los dosjuzgados en que sesustanciaron mayor número de causas y hubo mayor número de acusados, son aquellos en que se halla la población mas acomodada y mejor instruida de la corte, y los otros dos ademas de encerrar multitud de familias jornaleras, tienen la nota de abrigar en su seno crecido número de vagos, y gente de vida airada, mas prontos (según suele decirse) de manos que de lengua.

Considerada la criminalidad de la capital de las Españas por los delitos, presenta un cuadro en verdad menos oscuro que lo que es común en las cortes de todas las n a ciones y en los pueblos de gran radio y de crecido número de habitantes. En todo el año 43 según los datos de que nos servimos , no se cometió ningún envenenamiento, ningún parricidio, ninguno de aquellos grandes crímenes que por sus circunstancias horrorosas, pasan á la posteridad el siguiente estado nos da á conocer el número de delitos de inmoralidad, homicidio, suicidio, infanticidio, heridas y contusiones, golpes y malos tratamientos, y r o b o , hurto y estafa que se perpetraron en cada uno de los juzgados y la proporción que guardan con la población La primera observación que del precedente estado emana, es que la población está con el total de los delitos de 1 1 2 ‘ 66 á 1 ; con los delitos de inmoralidad y escándalo de 3 3 7 6 ‘ 1 7 á 1; con los homicidios de 2 8 5 3 ‘ 1 0 á 1 ; con los suicidios de 1 0 , 1 2 8 ‘ 5 0 á 1; con los infanticidios de 2 5 , 3 2 1 ‘ 2 5 á 1; con las heridas de 5 7 3 ‘ 8 5 á 1 ; con los golpes y malos tratamientos dé 1 3 6 8 ‘ 7 2 á 1 ; y con los r o b o s , hurtos y estafas de 2 1 6 ‘ 4 2 á 1 . La segunda, que en Madrid predominan los delitos contraías cosas,resultado satisfactorio, pues cualquiera que sea la gravedad que á l o s atentados de e s t a especie se a t r i b u ya, siempre es menor que la de aquellos que se dirigen cont r a la vida délos ciudadanos, y sus consecuencias no son t an fatales. La tercera viene confirmando lo antes ya dicho; que, sin poder dar una esplicacion satisfactoria, en los juzgados mas céntricos, y donde en consecuencia se halla la población mas culta y mejor acomodada; es mayor el número de delitos y mayor su gravedad para justificar este aserto véanse las casillas correspondientes á los juzgados del Barquillo, Prado y Rio, y compárense con las de los de Lavapies, Maravillas» y Vistillas. ¿Podrá deducirse de aqui la consecuencia de que la criminalidad se halle en razón directa de la c i vilización?

De ningún modo-, convendremos, si se quiere, en que entre las clases mas civilizadas es mayor la relajación de las costumbres, porque, como se dijo eñ el artículo aud., la civilización acorta las distancias entre las diferentes clases de los ciudadanos, aproxima mas los sexos y rebaja la etiqueta y los r e s p e t o s ; porque en las mayores comodidades que disfruta, halla mas medios de saciar sus apetitos ; pero e s t o q u e , bien puede llamarse desarreglo, rara vez pasa á atropellar los principios sagrados de moralidad hasta el e s tremo de convertirse en crimen, y menos en crímenes de aquellos que presuponen bajeza de alma com endremos en que los pocos delitos perpetrados por las espresadas clases van generalmente acompañados de la premeditación, y que se hallan por lo común revestidos de circunstancias agravantes ; pero jamás admitiremos la proposición de que la criminalidad se halle en razón directa de la civilización, por mas que los estados precedentes aparezcan justificándola.

La esperiencia viene todos los dias demostrando lo contrario y no seria tampoco buena lógica, atribuir á laclase civilizada mayor propensión á delinquir, porque en los puntos donde ella habita se abrigue mayor número de delincuentes la causa de este hecho es muy n a t u r a l ; los criminales buscan siempre para morada aquellos puntos que les ofrecen mejor medio de eludir la vindicta pública, é indudable es que h a llan esta garantía mas fácilmente en los juzgados del Barquillo, Prado y Rio que en los o t r o s , por cuanto la vigilancia de las autoridades es mas • descuidada en ellos, por la confianza que la posición social de la generalidad de los h a bitantes les inspira.

En el artículo audiencia (V.) hemos esplicado las causas de la mayor criminalidad en la c o r t e ; creemos que reproducirlas á nada conduciría, mucho mas cuando son de todos t a n c o nocidas.

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ant. intendencia compuesta de las c , v. y L. de que habla el a r t . anterior, pertenecientes en otra época á cinco divisiones administrativas, á saber provincia de su mismo n o m b r e , Avila, Guadalajara, Segovia y Toledo. Fácilmente se conoce que una p r o v . , para cuya formación han debido hacerse tantas agregaciones y segregaciones en la división t e r r . de 30 de noviembre de 4833, ha de presentar g r a v e s , gravísimas dificultades al examinar y apreciar datos de tiempos a n t . , ó mas bien dicho, datos anteriores á la organización administrativa que actualmente tiene el terr.

español. Pero por lo mismo que este trabajo ofrece un e s tudio detenido, espuesto, lo confesamos francamente, á errores de bastante consideración, creemos de nuestro deber principiar esta enojosa tarea. No una, sino muchas vec r , „ „ ‘ . J.-JI i .iJ t„ . i . t ;mhemos dicho que el dato estadístico mas imr>pmo-rtitnaint.tfei npaarra. il.a administración de un p a i s , es el dc p o b l . ; y siquiera – gamos el sentimiento de seguir observando que se n muy poco por adquirir con toda clasificación la tan n e ^ ‘ ria noticia del número dc los h a b . , nosotros, en e s t e1 en los demás art., insistiremos en ocuparnos con pretere del examen de la hemos POBLACIÓN. Cinco divisiones administrativas,, ne dicho, han contribuido á formarla provincia de Maarm, cual hov es conocida; y este hecho sencillo demuestra j hasta llegar al 30 de noviembre de 1833, es necesario, prilaian ? } » e í ; c ! l t a r I a P o b l – d e l a s ant. provincia de Avila, Guada- Pronr’ • ,, (*’ S e 8 o v i a Y Toledo; segundo, separar la parte que ,1 ° ( I u e c a d a u n a d c l a s c i n c o n a t r a i d ° a l a Ptov- mer t í?- D 0 S 0 C U P a – Dedúcese de aqui, que nuestro p r i vación ?J ° e s m a r c a r » c o n I a Posible esactitud, las agreflntien* » «»»»F» J C L i i u m c i u u c i ^ u t – i i u s y tssios que nuevas p r o v m c i a d e Madrid han pasado á formar otras u el art, anterior hemos presentado dos estados que demuestran los pueblos que de otras provincia han venido á formar la actual de Madrid, y los que de la ant. de este nombre han pasado á otras. Réstanos pues , ocuparnos solo en conocer, por el número de h a b . , la proporción de estas agregaciones y segregaciones. Un examen detenido de datos antiguos v modernos buscando lapoblación varia de los pueblos y ele las divisiones administrativas, (porque es muy difícil hallarla igual aun cuando se tengan documentos de una misma época, de un mismo año, de un mismo dia), nos ha hecho conocer L.°, que la ant. provincia de Madrid ha conservado para la nueva ó sea la del real decreto de 30 de noviembre de 1833, el 94’33por 100 del número t o t a l d e sus hab,; 2 . ° , que h an sido agregados de ]a de Guadalajara el 8’93 por 100 ; de la de Toledo» el 5’82; de la de Segovia el 1,38, y de la de Ávila elO’22 por 100. Ya adoptando este resultado, al que como hemos dicho, ha precedido un estudio escrupuloso, comparando población de distintas épocas y admitiendo por fin un termino medio, podemos con mas facilidad principiar el examen de los datos que poseemos. Los pueblos que hoy forman la provincia de Madrid, tenían en la época á que se refieren las noticias dc que vamos á ocuparnos , noticias oficiales u n a s , particulares otras , el número de hab.

que aparece del siguiente estado (Ver en el original)

Primera población. Este dato se refiere al censo dicho del siglo XVI publicado en el año 1829 de real orden. El señor I ) . Tomas González, Maestrescuelas de la cated. de Plascncia, fue comisionado por el r ey en el año de 181*5 para reconocer y coordinar el archivo de Simancas, ácuyo establecimiento asistió hasta el año 1828 este respetable eclesiástico. Entre otros trabajos, y en ‘i irtud de autorización que al efecto recibiera por real orden de 30 de setiembre de 1817, preparó la publicación del censo ó plantas de población de las provincia y partido

de la corona de Castilla, tomadas de los libros de las Rentas v Derechos Reales, desde el primero hasta el último tercio de! siglo XVL. No satisfecho el señor González con su obra, procuró completar, con varios apéndices , la población de la Península en el último siglo, haciendo ademas important e s comparaciones de los vecindarios de España e n t r e el r e sultado que ofrecía su trabajo y los publicados en 1787 v 4 8 0 3 , aquel por la secretaria de E s t a a o , fcste por el Departamento del Fomento General del Reino y balanza mercantil.

En esle censo , que hemos examinado siempre con m u cho gusto, reconociendo el celo y la inteligencia de su autor, figuran las provincia que han contribuido á formar la actual de Madrid, con los v e c . pecheros y hab. que marca el s i – guíente trabajo. (Ver en el original)

Este resultado no nos satisface., porque , examinado d e tenidamente el estado comparativo que el señor D. Tomás González presenta al fin de su o b r a , se v e , que figuran, como precisamente debían de figurar, separadamente otros territorios que en el orden administrativo aparecían y d e bían aparecer en alguna de las cinco provincia de que ahora nos ocupamos. Por eso en los a r t . de Ciudad-Real (pág. 440 tomo 6.°) ; en el de Cuenca (pág. 243 tomo 7.°); y en el de Guadalajara (pág. 612 tomo 8.»), hemos abandonado este t r a b a j o , agotadas entonces nuestras fuerzas, y convencidos de que no e ra posible ofrecer á nuestros lectores una noticia exacta. Hoy escribiendo en el r e t i ro del campo (Zarauz provincia de Guipúzcoa), que se presta á estos estudios mas que el bullicio y la agitación de las grandes poblaciones , y tratándose del a r t . de Madrid, que será sin duda mas leido, v con razón tambien mas c e n s u r a d o , creemos conveniente hacer algunas observaciones, y admitir , después de ellas, el número de hab. que á las 3 divisiones administrativas señala el señor González. Nótase desde luego, que el resultado que ofrece el trabajo del señor Maestrescuelas de Plasencia, se aproxima bastante á la v e r d a d , si se le compara con el número de individuos señalado á otras p r o v . , y 600 el que definitivamente se fija para toda España. Sí aun de este modo algun error resultase, nuestros l e c t o r e s , nuestros ilustrados lectores podrán conocer la proporción de aumento que á la población pudiera corresponder, por la agregación que debiera hacerse á ant. provincia administrativas de t e r r i t o r i o s , que figuran separadamente en el trabajo del siglo XVL. & Provincia de Madrid. Comprendia la villa y tierra de su nombre, el condado de Punon-Rostro (*); el sesmo de Casarrubios; la Alcarria ó partido de Zorita y tierra de Maqueda , figurando con 31,932 vecinos pecheros y 139,660 h a b . , hallándose la relación de estos de 1 á 5. Para dar á nuestros lectores una idea de la confusión que aparece en los datos que hubo de presentar el señor González , diremos desde luego, que la villa de Madrid figura en el estado con 7,300 veciudad pecheros, al paso que en una nota se leen las notables palabras siguientes «en el año de 1530 tenia Madrid 748 veciudad p e c h e r o s , siendo 12,399 los de toda la provincia» Cotejando estos números,aparece desde luego, que Madrid figura en el estado con el 23’48 por 100 de la p r o v . , al paso que en la nota representa únicamente el 6 0 3 por 100, con una diferencia notabilísima. Entre los apéndices que acompañan á la obra del señor González, hay u n o , cuyo encabezamiento dice asi ¡ « Planta de la población de» la villa de Madrid en el año 1597, formada por las matriculas oritjinales del cumplimiento pascual en dicho año», Y es~ tractando este t r a b a j o , se obtiene el resultado que sigue (Ver en el original)

Después de esla relación, hallada entre los espedientes de la secretaria de Hacienda, hay una nota en que se j c c n / a \ 5^ labras siguientes «Computando pues cada familia ele a» – »drid á razón de 5 personas por familia, resulta, que en «espresado año de 1597 habia en dicha villa 57,28a ainn..«año 1 646 ascendió su población á 74,435 vecinos, inclu- »sos 1,134 clérigos, y habia ademas por cima de 20,000 p e r – »sonas fuera de matricula. Toda la provincia de Madrid s u – »bia en dicho año de 164G á 88,000 vecinos. Calculando que «Madrid tuviese en el año 1330 s ó b r e l o s 748 vecinos p e – »cheros hasta 1,000 vecinos de todos estados , su población «seria entonces de 5,000 almas, y 110 años después 302,175, »de suerte que se aumentó en poco mas de un siglo en 387,173 almas.

(Continua en el original)

MADRID

provincia central de primera clase, una de las 5 en que se halla dividido el t e r r . de Castilla la Nueva, y la primera de la nación en el orden administrativo en lo judicial depende de la audiencia t e r r . que reside en la c a p .  en lo militar de la ciudad g. de Castilla la Nueva , formando tambien una de las comandancias generales del d i s t r . ; y en lo eclesiástico de la diócesis de Toledo , escepto el pueblo de Valdequemada, que pertenece á la de Avila, y los de Aran juez y el Pardo á la j u r i s d . exenta de la p a t r i a r c a l , como sitios real e s el Escorial de Abajo y San Lorenzo del Escorial, ó sean los dos Escoriales, que correspondían antes á la jurisd.

abacial del monasterio del mismo nombre, han vuelto á la diócesis de Toledo. Se compone la provincia de 13 partido judicial, de los cuales 6 se hallan en la capital con los nombres del Rio, Maravillas, Barquillo, Vistillas, Lavapies y P r a d o , y los 7 restantes en Alcalá de Henares, Chinchón, Colmenar Viej o , Getafe, Navalcarnero, San Martin de Valdeiglesias y Torrelaguna (*), que forman 197 avunt. en 225 población, de las que son 134 v . , 81 L. y 1 ciudad, cuyos nombres se especifican en los artículos de los respectivos partido judicial

Las dist. de las cap. de estos entre sí y á las provincia colindantes , se espresan en leg. en la siguiente escala (Ver en el original)

SITUACIÓN. Está situado la provincia en el centro de España, éntrelos 41» 7′ 46″ y 39» 53′ 48″ l a t . , O» 35′ 15″ y O» 50′ 22″ long. del meridiano de Madrid, teniendo por límite N . el Alto de Somosierra, y al S. el término de Aranjuez ; al E. el r. Tajo, y al O. las primeras vertientes del r. Tietar. Considerando para la diferencia de long. el meridiano de Cádiz, sus grados son en el límite E. 3.» 11′ 50″, y en el O. L.» 46′ 13″ CLIMA. Pocas provincia gozan en general de un cielo tan hermoso como la de Madrid, donde aparece siempre puro y sereno. Sin embargo, las cordilleras cuyosjmntos culminantes forman su h o r i z o n t e , casi todo el ano cubierto de nieves, y que se desparraman por la superficie, hacen muy variada su temperatura. Los aires son sutiles y penetrantes en todas las estaciones, y principalmente en el invierno; influyen poderosamente en el sistema nervioso, ocasionan é las veces supresiones repentinas de la transpiración, y esto les hace muy peligrosos para los pechos débiles y para los que tienen el sistema nervioso demasiado sensible.

No pierden su sutileza ni aun en el estío, cuyos calores son por lo común abrasadores, y momentos hay en que, pasando repentinamente del sol á la sombra, se sienten los calofríos precursores del catarro pulmonar ó de la pulmonía aguda. La causa de estos fenómenos es la elevación del terr.

sobre el nivel del m a r , y su situado entre las montañas que describen sus límites. La parte del SE. y S., que forman los partido de Alcalá y de Chinchón, se halla exenta de aquel inconveniente ; pero en cambio no es tan saludable su clima.

Los vientos que reinan con mayor frecuencia son el N. en el invierno, los del O. y-S. en la primavera los primeros son muy frios, los segundos calientes y húmedos. Las primaveras son en lo general templadas, algunas cálidas y con frecuencia lluviosas; los estíos abrasadores; los calores de julio y parte del mes de agosto son por lo regular sofocantes.

El otoño es la estación mas agradable , y el invierno rigoroso, haciéndose tanto mas sensible cuanto mas r e cios son los vientos N. El clima es sano, y apenas se conocen otras enfermedades endémicas que las que se esperimentan en la corte , efecto de las pasiones de animo propias de las grandes poblaciones.

. TÉRMINO Y CONFINES. Ignoramos cuándo empezó á existir la provincia de Madrid, como una división de t e r r . En los nomenclátores oficiales del siglo pasado la vemos figurar ya entre las que formaban la monarquía, componiéndose de ms partido de Madrid, Casa-Rubios del Monte, Maqueda y Villaviciosa, con otra porción considerable de pueblos en míe no se espresa el p a r t . á que estaban sujetos, cuyo t o tal de poblaciones era 92 en los términos siguientes. (Ver en el original)

Por la división territorial en intendencias mandada hacer por S. M. á propuesta del Consejo de Hacienda, y que empezó á observarse en L.» de enero de 1801, se organizó la provincia de Madrid en dos p a r t . administrativos, que lo fueron Madrid y Alcalá de Henares, y para ello se extinguió por real orden de 8 de diciembre de 1799 el partido de Colmenar Viejo, que era uno de los t r e s que componían la de Guadalajara, incorporándolo al de Madrid se unieron al mismo otros pueblos de los ant. partido de Segovia, Toledo, Alcalá y Ocana, y se pasaron á los de Alcalá, Guadalajara y Huete los que parecieron convenientes. El partido de Alcalá» era de la ant. provincia de Toledo, y quedó comprendido cn su mayor parte en la de Madrid. De s u e r t e , que componiéndose la primitiva provincia de este último nombre de 92 pueblos se le separaron 24 y se le añadieron 27 del p a r t . de Colmenar Viejo, 11 del de Guadalajara, 22 del de Segovia, 39 del de Alcalá , 8 del de Toledo, 2 del de Ocaña, que todos eran de otras provincia, y los 3 sitios reales de San Fernando, San Lorenzo y el Pardo, que no tenian provincia señalada, y componen 112 agregados ; quedando organizada con 179 pueblos los 122 del partido de Madrid y 57 del de Alcalá. El Sr. Miñano propone en su diccionario como pertenecientes al partido

de Madrid 124 pueblos, y al de Alcalá 63 , lo cual consiste en haber considerado como pueblos las ventas y caseríos denominados del Portazguillo, Santa Catalina, Campillo, Encinar, Vilches, la Cabeza, Peradilla y Vaezuela.

Asi continuó la provincia en los primeros 8 años de este s i glo, hasta que en abril de 1809 el Gobierno Bonapartista mandó formar el proyecto de división en departamentos, que hemos citado en las anteriores provincias, denominándose del Manzanares el que tuvo á Madrid por su capital, y los límites siguientes. Confinaba al NE. con el departamento del Tajo-alto, su cap. Guadalajara, del que le separaba una línea que cortaba el r . Tajo , un poco mas arriba del l. de Estremera, dejando á Mondejar al E . ; atravesaba el r. Tajuña por un puente situado al S. de Loranca, seguia dejando al O. á Pozuelo ; al E. Pioz y el Pozo ; cortaba el r. Henares próximo al puente que se halla en el camino del Pozo á Azuqueca; de allí pasaba al N. de Meco entre este l. y Buges, cruzaba el r. Torote, el Sarama en Pesadilla , y subia por el arroyo que pasa por San Agustin, hasta su origen en la sierra de Guadarrama y límite del departamento del Duero y Pisuerga (Valladolid). Desde este punto le rodeaba por NE.

y S. el departamento del Tajo y Alberche (Toledo), determinando los límites una línea cuyo origen estaba algo mas al N. de San Agustin, en las orillas del arroyo que pasa por e s t e l . ; seguia casi en línea recta á encontrar el r. Guadarrama un poco mas arriba del puente que se baila en el camino de las Rozas á Galapagar; bajaba luego en la dirección del Guadarrama hasta cerca de Gasa-Rubios; desde allí atravesaba el puente largo de Jar ama, pasando antes al N. del Viso, Illescas, Yeles y Esquivias. subia por el Jarama, y seguia la dirección del Tajuña hasta los confines que antes hemos establecido del departamento de Tajo-alto sobre el mismo rio.

A este proyecto siguió la división decretada por José Napoleón en Sevilla á 17 de abril de 1810, llamándose esta provincia Prefectura de Madrid, y sus límites fueron los mismos que acabamos de señalar; pero tales variaciones subsistieron solamente durante el Gobierno i n t r u s o , y las c o sas volvieron á su anterior estado en 181 i .

Las Cortes estraordinarias, según lo prevenido en la Constitución, hicieron la nueva división del t e r r . , que se publicó en la ley de 30 de enero de 1822, y en ella empezó á existir la provincia de Madrid , tal cual hoy la conocemos, con insignificantes variaciones. .La reacción de 1823 deshizo aquella obra, hasta que por el real decreto de 30 de n o viembre de 1833 se constituyó en los términos siguientes.

Confina al N. y NO. con la de Segovia; E. Guadalajara ; S. Cuenca y Toledo, y O. Avila. Sus límites N. y O. son la gran cordillera délos montes Carpetanos, empezando un poco al S. del puerto dc Arcones , sigue por los de Lozoya, Peñalara, la Morcuera, Fonfria y Guadarrama; por entre Cereceda y Zarzalejo , quedando éste para Madrid y aquel para Avila; por el O. de Valdequemada v San Martin de Valdeiglesias, por entre Cadalso y Majadiflas, Rozas de Puerto Real y la Adrada, perteneciendo e s t a y Maiadillas á Avila, y Rozas de Puerto Real y Cadalso á Madrid. Su lím. S. empieza aqui y sigue por el S. de Cenicientos y el Prado , á cortar el r. Alberche por el N. de Méntrida, que queda para la provincia

de Toledo; continúa después por entre Navalcarnero y Casa-Rubios, y atravesando el Guadarramaral S. de Batres y N. de Carranque y Ugena, va por entre Espartinas y por el N. de Seseña á buscar el Jarama por mas abajo de su conr fluencia con el Tajuña, dirigiéndose luego (después de dejadentro de la provincia todas las posesiones de Aranjuez) por el N. de Oreja , provincia de Toledo , S. de Colmenar de Oreja al Tajo, cuya orilla der. sigue hasta mas arriba de Eslremera.

El lim, E. empieza en este sitio, y se encamina á atravesar el Tajuña por el SO. de Mondejar; pasa entre Loranca y Pezuela, por el O. de Pioz , entre el Pozo y Santorcaz , y atravesando el Henares, va por el O. de Azuqueca y Buges», aquel de Guadalajara y este de Madrid; E. de Camarma y Rivatejada, O. del Casar; E. de Palazuelos, Valdepie- Iagos y Yallunquera, y cortando el Jarama entre Uceda y Torremocna, este de Madrid y aquel dc Guadalajara, se dirije por su orilla derecha hasta el punto llamado Pontón de la Oliva , ó sea algo mas arriba de la confluencia de aquel r . con el Lozoya , donde principia el canal de Gabarros ó de Torrelaguna sigue luego por el E. de Atazar, Puebla de la Muger-muerta, hasta Somosierra , quedando estos pueblos dentro de la provincia Según esta división, comparada con la de 1801, han entrado en la provincia y han dejado de pertenecer á ella los pueblos que se anotan cn los dos siguientes estados. (Ver en el original)

CORDILLERAS. Desde los confines E. de la provincia de Guaoalaiaravpor el SE. de la misma vienen las ramificaciones de dos de los grandes brazos en que los geógrafos estimaron conveniente dividir el sistema de montanas interiores, después que, mediante un largo tiempo de meditación . «le grandes investigaciones y de estudiar la naturaleza geológica de aquellas^ abandonaron la antigua v muy vulgar o p i – n’on, deque las ramificaciones de las sierras que por todas partes rodean y cercan el suelo español, traían su origen del 1 trineo. El primer grande brazo, conocido en su origen Por sierra de Molina’, toma luego el nombre de Solorío, que cambia después en el de sierra Ministra, con el c u a l , y también con el de Alcolea del Pinar, penetra hacia el centro 0 0 ‘ a provincia de Guadalajara en dirección SO. No lejos de la ^presada v. se reúne con este brazo dc las montañas I b é – , ‘ £ a s , el otro que se desprende del Moneavo . y junto á Ulereóles toma el nombre de sierra dc Muedó. Juntas anidas s i e r r a s forman va una sola cordillera en dirección ().. cuyos i i , ? s ruluñnantes»se conocen con los nombres de Cuesta «Vj Cuerno, Cuesta de Prade, Torremochuela, Torreplazo, fierra Pela y Sierra de Aillon , que cambia en el de Somo- ^erra cuando llega á su mavor elevación v principia á for- ««r-el lím. \ o . de la provincia de Madrid, ó sea la línea que la separa de la de Seeovia. Desde el nacimiento del r . Janana, que se halla en el espresado punto, describí una gran curba » e s p e c i e de honda, en cuyo eslremo mas occidental se halla n – Pu e r to de su nombre, elevado sobre el nivel del mar 3,230 Pl e s , por el cual pasa la c a r r e t e r a real de Francia. Vuelve á levantarse la cordillera, cubierta de nieve casi todo el a ñ o , y p r e senta un pico mas elevado en perfecta dirección al N., desde el cual vierten infinita multitud de arroyos y manantiales que dan origen á diferentes r. Principia luego á descender al SO., siempre igualmente áspera y fragosa, pero transitable en muidlas épocas del año por los puertos de la Aceveda, el de los Aviones, el de la Ciñera y de Navafria ó de Lozoya, s i t u a dos en los t é r m . de los pueblos de que toman las espresadas denominaciones. Ca configuración de la sierra e n t r e el pico de Somosierra y el que forma el puerto de Malagosto describe otra curva de mayor estension que la mencionada antes, con algunos salientes, la cual marca con toda exactitud la división de las aunas entre los r . Duero y Tajo, concurriendo al primero las que vierten al NO., y al segundo las que se precipitan hacia el S. y el E. Apesar de la dificultad (pie envuelve distinguir en esta inmensa serie de montañas basta el punto que llegan los cabezos de la de S o mosierra ; donde principian las d e los montes Cárpetenos y el sitio en que tiene su origen la sierra de Guadarrama, porque basta los mismos naturales confunden las tres con indistinta denominación; sin embargo , no vacilamos en asegurar que la sierra propiamente denominada Somosierra, termina en el referido puerto de Malagosto, y que desde el lado mas meridional-occidental de e s t a , principian losmontes Carpetanos, divisorios como los otros, de las provincia de .Madrid v Segovia, v que conservan aquel nombre entre los geógrafos hasta él pico llamado Montón dc Trigo, Pan de Azúcar ó Tirabarra. No dan origen á menos arroyos y m a nantiales que el Somosierra los montes Carpetanos, siendo los parases mas notables de estos el puerto de Reventón, que conduce a la Granja por un camino de h e r r a d u r a , el de Peñalara, tambien camino de herradura, el pico de las Doshermanas, el mas saliente de toda la cordillera, el puerto del Paular, camino c a r r e t e r o , pero lleno de pasos peligrosos por lo fragoso del terreno y por el abrigo que en sus e s pesuras hallan los malhechores»; el de Navacerra, elevado s o bre el nivel del mar 6,012 pies, intransitable durante la e s tación del invierno, pero fácil de acceso, y el mas cómodo y mas seguro de t o d o s , luego que queda transitable con el deshielo de las nieves; v los Siete-picos, d é l o s cuales el mas saliente cuenta 7,982 pies de elevación. En el cerro Montón de Trigo principia, como hemos dicho, la sierra dc Guadarrama, cuya dirección mas meridionales el último lím. por este lado entre la provincia de Madrid y la de Segovia, el cual termina en el cabezo denominado Cabeza-Lijar. Los sitios mas conocidos de este trozo de montana son la Peñola ó cerro de Tres-picos , el puerto de Guadarrama (colocado á 5,094 pies sobre el mar) por el cual pasa la carretera general de Castilla la «Vieja, y donde se halla el león de las dos Castillas incrustado de hielo la mayor parte del año; el alto de los Gamoños y el cerro de San Macario. Continúa siempre la cordillera de Guadarrama en la misma dirección 5 0 ., describiendo como se ha insinuado, desde el cerro Cabeza- Lijar, la línea divisoria entre las provincia de Madrid y Avila hasta poco mas abajo de la Peña de los Cientos , donde está la denominada labranza de la Parra , origen del arroyo del mismo nombre, en el cual y límites NO. de la provincia de Toledo termina la sierra de Guadarrama. Lo mas notable que se encuentra en este último trozo de montañas, ademas del Cerro-Lijar va mencionado, es el de Cascahuevo, el risco de los Avantos y el peñasco de la Torrecilla, desde cuyo punto se inclina» la línea divisoria de la provincia de Avila y con ella la cordillera hacia el O., donde se halla la Hoya de la Hija.

Vuelve á tomar otra vez la dirección SO. en el t é r m . del L. d é l a s Herreras, y en su proyección siempre meridionaloccidental , se decubren como puntos mas elevados el c e r ro de San Benito, las Peñas del Cortés , el Picorzo , junto á este la Serrezuela, mas adentro el cerro de la Pela, y aun mas al E. los del Cristo y Santa Catalina; siguen después el risco del Águila, el cerro de Valdecatones, y en una misma dirección con el primero, el monte de Cofio y con el segundo el de la Zapatera se llega después al sitio denominado el Guindal, se pasa luego al Quejigar, el risco del Chaparral y las Cabreras grande y chica; monte de Ituero, cerro de San Esteban, monte y monast. de Guisando y los Toros de este nombre dentro ya d é l a provincia de Avila; la peña de los Cenicientos y el cerro de Costanita, estremos meridionales ambos de la cordillera al lado del O. el L.° y al E. el 2.°

(Continua en el original)

MADRID

audiencia t e r r . . en cuya capital residen los tribunales superiores de la nación, c*g. de Castilla la Nueva, arz.

de de Toledo y de Santiago, arcual corresponde la provincia de Avila. La componen la provincia dc Segovia, que e s la mas sept.; la de Guadalajara, que se prolonga por el E . ; la de Toledo al SO.; la de Avila, al NO. y la de Madrid de la que toma nombre , y ocupa casi el centro de las o t r a s . Su s i t . es e n t r e los 39° 19′ 41° 34′ lat. y los 4° 34′ long. occidental 2o 44′ oriental del merid. de Madrid, con clima en lo general estremado t a n t o en frió como en calor , pero sano por la pureza de los aires y las aguas, y por la buena calidad de los alimentos.

Confina por el N. con la audiencia de Burgos y sns provincia de Burgos y Soria; por el NO. con la de Zaragoza, por la provincia

de este nombre; por el E. con la espresada audiencia y su provincia

de Teruel, y con la de Albacete por su prov» de Cuenc a , si bien esta es el límite S. de la de Guadalajara , pues por debajo de ella viene á formar el límite E. de una pequeña parte de la provincia de Madrid, y de toda la de Toledo; por el S. confina con la mencionada audiencia de Albacete y su provincia de Ciudad-Real; al O. con la de Cáceres por la’provincia de e s t e nombre, y con la de Valladolid por su provincia de Salamanca, y al NO. con esta misma audiencia y provincia de su nombre. Tiene de superficie 4544 leg. cnadradas con 7 c . , 678 v . , 932 L. y 68 a l d . , cas. y d e s p . , que al todo forman 4540 ayuntamiento divididos en los partido judicial y con la población que resulta del siguiente estado. (Ver en el original)

Elevado el t e r r . de la audiencia de Madrid, mas que otro a l guno de la península, se levantan en él muchas cordillera, parte unas y prolongaciones otras del grandioso sistema de montanas ibéricas las principales empezando por el SE., son la de Molina qne cruza de E. á O. todo el partido de su nombre; de ella se estienden algunos brazos hacia el interior de la provincia de Guadalajara ; es notable por los muchos bosques de pinos niaderales que la pueblan, junto con otros árboles y arbustos (levarías especies, gran cantidad de plantas medicínales y aromáticas, y sus ricas y abundantes yerbas de pasto,’ (¡ue mantenían antes numerosos hatos de ganado lanar merino, muy reducidos en el dia por la devastación de las guerras, y por la baja de precio que han esperímentado nuestras lañasen el e s t r a n j e r o . Por el Ñ. dc la referida provincia de Guadalajara, y desde el O. de la de Zaragoza, vienen derramándose en dirección S. los e s tribos áeiMoncayo, en cabezos áridos y sin otra vegetación que algun tomillo, plantas y yerbas de especies diferentes, y con el nombre de sierra de Muedo, que toma á c o r t a dist.

del L. de Chercojes, provincia de Soria, formando una pequeña reyuefta va á unirse con la anterior c o r d . , recibiendo por los del pais en su’conjuncion, el nombre de sierra Ministra y de la naturaleza la vegetación arbórea que negó álos cabezos de que t r a e su origen; por la p a r t e de Alcolea del Pinar se ven muchas encinas y carrascas, con cuyo fruto se mantienen numerosas piaras de cerdos en e s t e mismo púntese parten las aguas dirigiéndose las unas al S. y las otras al N.; desde aqui vuelve á adquirir nuevo impulso la elevación del t e r r e n o , presentando sucesivamente cerros mas elevados y mas poblados de árboles que los anteriores, V describiendo los límites divisorios de la provincia de Soria con las de Guadalajara v Madrid, se corren hacia el O. con el nombre de s i e n a Pela, desde su arranque de la denominadaMfnistm, que cambia luego por el de sierra de Bello, el cual abandona también al llegar á su mayor a l t u r a , por cuya razón se lo da el nombre de Somosierra entonces parece habe m jr adquirido nueva fuerza la vegetación, viéndose sus cías, faldas y declives cubiertos de árboles de distintas c i . – fértil de la monarquía. Con el espresado nombre penetra distintas direcciones por la provincia de Segovia, la cual llena de asperezas y cortaduras, al paso que proporciona á sus habitantes los mejores pinos, hayas, robles y otros árboles y arbustos, indefinible colección «de plantas, y yerbas de pasto, las mas sabrosas y finas que se conocen. Por la p a r te del NO. forma la división dé aguas entre el Duero y Tajo Sigue siempre la misma dirección con diferentes ondulaciones y se prolonga de NO. á S. con el nombre de Montes Car pétanos, tan ricos en árboles, arbustos, plantas y y e r bas, como los cerros de la parte anterior. Otra vez vuelve á cambiar de nombre, aunque conservando la misma vegetación, desde el cerro denominado indistintamente con los nombres de Montón de Trino, Pan de azúcar, ó Tira barra, desde cuyo punto en toda su dirección al S . , se denomina Sierra de Guadarrama. Espárcese esta desde su origen en diferentes brazos, de los cuales el primero y mas oriental forma los cabezos arenosos, en que se halla situado la capital y corte de la monarquía; otro se dirige al real sitio del Escorial, y atraviesa, cambiando su dirección al O. , la parte mas rherid. de la provincia dc Avila , y o t r o , prolongándose en línea casi recta de E. á O . , cruza por el centro la espresada provincia, estendiendose por todos lados en ella se la conoce primero con el nombre de sierra áaMalagon.y después con el de sierras de Avila, á la que hacen no menos rica que á la de Segovia, en árboles maderables y pastos sustanciosos.

El mismo origen que las cordillera que atravesando todo el N. del t e r r . , se esparraman hacia e l S . , reconocen las que se limitan por este lado , aunque llevan diferentes nombres.

N’o es fácil distinguir con exactitud donde concluye la s i e r ra de Molina y principia ‘la de Cuenca, ni es dable fijarlo, aun con la mas detenida inspección del lugar; pero no es del caso esponer ahora las razones en que se apoya esta proposición.

Lo oportuno es d e c i r , que desde el punto de la confluencia de ambas cordillera ó desde aquel en que los montes de Albarracin toman el nombre de sierra dc Cuenca, se estiende de E. á O . , describiendo un arco, otra cordillera no muy elevada, por todos conocida con el nombre de sierra de la Alcarria-, abundante otro tiempo en espesos bosques de á r boles de distintas especies, ha sufrido grande detrimento con el carboneo, quedando en el dia reducidos los pinares a tres ó cuatro pueblos; abundan en cambio los arbustos, uiatabaja de romero, madroño y sabina, infinita variedad de plantas, que proporcionan á las muchas colmenas, que en todos los pueblos existen, fabricar la mejor cera y la nuel mas blanca y agradable al paladar; abunda también» cn pastos que en nacía ceden á los otros de que se ha hablado.

Por el declive O. del a r c o , d e q u e hemos hecho mérito, se introduce esta cordillera en la provincia de Cuenca por su estremo NO.; y pasando por Tarancon, penetra en la oe Toledo, y va á unirse con los montes dc este nombre, mas ásperos y fragosos que otro alguno, y Henos d e intrincados laberintos y espesuras de árboles. en a’gunas de las que jamás ha penetrado la planta del hombre, tstasmontañas, ricas en vegetación natural, y que tampoco son ingratas, cn los pequeños valles que forrñan aun en sus mayores alturas, á la mano del cultivador son muy esrasas e n Productos minerales; solo en la sierra de Molina y aun en algun punto de la Alcarria se encuentran minerales. La primera es muy abundante en minas de hierro y de lápiz y lene una de cobre en la de Ministra hay minas de plata ó j . 0 ^ 0 argentífero, especialmente en Hiendelaencina, donde Sueit i m i , y a c r e d i t a d a s de Sta. Cecilia, v las llamadas alí/nn y l a f , ° r í « » a ; también en la de Bordera se han abierto do o t r o s ^ e cobre, mas de poca importancia; pudienu .° atribuuiirrssec mmnuvy bhiioenn áí un c,s„u>re,Vnvo , Khijo^ ,Id„e Il„a ciega ambi- C l°n, las minas de plata que se cuenta existen en e s t a provincia

tanto en las espresadas cordillera como en las r e s t a n t e s en la de Alcarria también se ve alguna mina de plata y de carbón, abundando en canteras de piedra de f á b . , caliza y de veso; •os jaspes v los mármoles son muy escasos. Tampoco faltan en ellas las» bolsas ó depósitos de» aguas, que infiltrándose P 0 r las entrañas de las mismas, descienden á los valles foro n d o multitud de fuentes de aguas potables do la mejor calidad las minerales frias v termales son muchas; á la p r i o r a especie Corresponden la fuente de Alameda de la Sagra (4 leg. distante de Toledo), salada y p u r g a n t e ; la de Colmenar Viejo y Vacia-Madrid, saladas también, v purgante muy eficaz; entre las segundas son las mas notables las de Sacedon, las de Buendia, las de Trillo, las de Fuente del Toro ó del Molar y las de San Agustín. Tienen asimismo su origen en las espresadas cordillera multitnd de r i o s , entre los cuales nos contentamos con nombrar el Henares, el Gaya, el Oliana, el Huecar, el Canda, el Luya, Bedija, Ciqueta, Lozoya, Guadarrama. Alberche Molina, Jar ama, Manzanares, Tietar, Tajuña, Tortoles, Guadiera y Moscas, de los cuales los que se deslizan por la p a r t e N. desaguan en la cuenca del Duero, y los que se derraman por el S. van á la cueuca del Tajo, que es el r . drincipal de todo el t e r r. El TERRENO que cubre esta superficie es escelente, y las tierras generalmente buenas y fértiles, si se esceptuan a l gunos cerros ; pero se las ve consumidas por la sequedad, a causa de la poca ventaja que se saca del considerable número de corrientes de agua que la surcan , y de las cuales la mayor parte, sin grandes sacrificios, proporcionarían r i e gos abundantes. Desde los arranques de los cerros que forman las cordillera de que hemos hablado, y aun enmedio de e s tas se ven llanuras espaciosas y grandes valles susceptibles, si se les beneficiase con algunos riegos, de todo género de p r o d . ; de esta clase cs la gran llanura que divide a Guadalajara y Alcalá de Henares; la que se prolonga por encima de esta última ciudad hasta las puertas de Madrid; el t é r m . alto y bajo déla c o r t e ; los Cigarrales y la Sagra de Toledo; cas»í todo el t e r r . de esta provincia y los muchos valles y cañadas que á rada paso se encuentran en las o provincia á que se esliendo la jurisd. de la a u d . ; mas por aquella causa solo producen t r i g o , cebada, cáñamo y lino en corta cantidad, algo de vino,aceite y azafrán,y frutas con escasez. Otras dos causas concurren á t an funesto resultado ; la rutina estacionaria de la agricultura que rechaza todos los adelantos por mas q ue la espericncia haya acreditado su bondad, y la enemiga al Elantío de árboles, único medio que queda para atraer la umedad á la t i e r r a , ya que se miran con t a n t a indiferencia las ricas corrientes dé agua que cruzan todo el t e r r . Si se esceptuan las márg, de los r . donde crecen naturalmente los chopos y los álamos blancos, las nuevas plantaciones muy escasas que hermosean los paseos, y algunas cióles y plazas de la c o r t e y los sitios r e a l e s , apenas se encuentra un árbol en todo el t e r r . , donde el caminante pueda ponerse al abrigo de los rayos del sol. Sensible es que antiguas preocupaciones y consejas mal urdidas sean bastante poderosas para dest r u i r lo que el buen juicio y la ciencia enseñan. Solo una e s – plicacion admite el descuido con qne se miran los riegos y los arbolados, v el ningún progreso en la agricultura; y es que Castilla la Nueva fué siempre esencialmente pastoricia.

En efecto, casi hasta los principios de e s t e siglo la ganadería lanar constituyó la principal riqueza del t e r r . Admiración causa el ver el inmenso número de cabezas de ganado lanar 3ue en él se mantenía de la clase trashumante. En el censo el siglo XVI se ve que solo de las provincia de Segovia y Avila se dirigían á Estremadura 3 millones de reses merinas a g r e gúense á este número los de las otras 3 provincia del t e r r . , no menos ricas que aquellas en esta granjeria , el ganado lanar churro, el c a b r í o , el caballar, y se verá la causa de quedar sin cultivo inmensos espacios de t e r r e n o , á pesar de su b u e na calidad. También es abundante el ganado de c e r d a. No ofrecen hoy los CAMINOS los inconvenientes que hace 40 años presentaban-, en esta época el paso de ciertos p u n tos, por desgracia muy frecuentes , ponía á cada momento en inminente peligro la vida y la propiedad de los viajeros.

Nadie pasa aun en el dia sin que se conturbe su e s p í r i t u , por el Pico del Diablo en la sierra Ministra, por la venta del P u ñal, por los muchos puertos del Guadarrama y Somosierra, por los montes de Toledo, por los de Avila y o t r o s , al recordar la funesta historia de los atentados en» ellos cometidos, y ver las muchas cruces que todavia se conservan, como otros tantos siguos de víctimas sacrificadas por infinitas partidas de salteadores y asesinos que tenían en ellos sus guaridas. Afortunadamente los caminos han recibido incalculables mejoras; y aunque no exentos del todo dc riesgos por el descuido con que se mira su reparación, el establecimiento de la guardia civil, institución digna de todo elogio, asegura el t r a n s i to cn los parajes mas peligrosos.

La iNUfSRTiA. manufacturera ocupaba autes muchos autos de brazos Toledo reunia en su centro multitud de fáb. de agujas, mas de 600 fabricantes de gorros é infinitos telares de lana, en los cuales se consumían al pie de 7,000 q. eran famosas sus fáb. de seda, principalmente las de Talavera de la Reina, cuyos tejidos llaman todaviala atención por sufinura y bondad,»asi como la de las famosas espadas de la capital, única que con algunos telares de paños ordinarios se conservan en la misma. Los paños finos de las fáb. de Segovia o b tuvieron siempre marcada preferencia en los mercados e s tranjeros; pero hace mas de siglo y medióse presentaron en decadencia, llegaron á perder su»cstimacion, y en el dia apenas se fabrican otras manufacturas de lana que paños ordinarios, bayetas , sargas y sayales. Mas recientemente llamaron la atención délos estranjeros las fáb. de paños finos de San Fernando , Guadalajara y Brihuega, cuyos prod. especialmente los tejidos de vicuña, escedian en calidad á los mejores de Sedan y de Inglaterra, si bien les faltaba alguna mayor perfección en los colores pero el ningún método en la adm., el lujo con que se sostenían los establecimientos, el no haber adoptado los agentes moy diarios que proporcionan grandes economías en la fabricación, daban á las manufacturas de estas fáb. un precio mucho mas elevado que el que tenían las estranjeras, y no pudiendo sostener la competencia principiaron á decaer, y últimamente se cerraron; de modo que en el dia ningún a r t . se elabora en las de San Fernando, y las de Guadalajara han quedado reducidas á la elaboración de paños entre finos y ordinarios, buenos en su ciase, pero que ceden en calidad á los de Tarrasa, Alcoy, Ezcaray y otros puntos. La provincia de Avila fué en tiempos antiguos íina de las mas industriosas de la monarquía, y los prod. de su fabricación hallaban la mejor acogida eñ los principales mercados la espulsíon de los j u d i a s , que eran en este pais los manufactureros, puso término á aquel ramo de riqueza, que permaneció en tal estado hasta los primeros años del rey D. Felipe V ¡ muchos esfuerzos hicieron este y D. Carlos IÍ1 por volver á reanimarla fabricación de paños grandes sumas se invirtieron con esle objeto, y grandes ésenciones y privilegios se concedieron á los fabricantes, gero todo fué ineficaz. Viendo esta contradicion el Señor ‘on Carlos III concibió el pensamiento de establecer en Avila una gran fáb. de tejidos de lino y algodón; pero tampoco fué mas feliz, y tuvo el disgusto de ver consumida la e s c e – siva suma de 7 ú 8 millones de r s . invertidos en la construcción del edificio y primeras materias sin resultado. D. F e r nando VII continuó dispensando todo género de protección á la grandiosa fáb. de Avila, y bajo su reinado, habiendo pasado del Estado a l a especulación particular, consiguió verla en su apogeo en el ano 2 3 , aunque muy distante t o davia de las manufacturas estranjeras del mismo género.

Con la caída del gobierno constitucional en la espresada época volvió á decaer la fáb. al último grado de postración.

En el año 1832 por disposición real se entregó gratuitamente por término de 23 años á D. Francisco Mazarredo , quien obtuvo la propiedad en 4844, mediante el canon de 2,500 r s . anuales. De esperar es que los esfuerzos del propietario la eleven á la altura que el primer autor de este pensamiento se propuso. Por lo demasía fabricación en la provincia de Avila se reduce á tejidos ordinarios de lana y lino para el consumo de las familias; pero en compensación sus lanas merecieron siempre la preferencia entre todas las de Castilla, sin embargo de corresponder el mayor número de estas á la clase fina de ganado merino. Como poco ha se dijo, la ind.

de las 4 provincia que se han mencionado desapareció casi enteramente en sus ramos principales con el último siglo eu el dia puede decirse se conservan solo brillantes las fáb. de s e da de Talavera y la de armas de Toledo , puesto que los demas ramos de fabricación, que sin ningún desarrollo se mantienen , son fáb. de jabón, algunas de cueros, de sombrer o s , de s a l i t r e , de papel y otras de escasa importancia. En la provincia de Madrid apenas habia 60 años atrás otras manufacturas quo la rica china del Retiro, la porcelana de la Moncloay las fáb. de cristales de Aranjuez y la Granja; pero de pocos»años á esta parte la fabricación en la p r o v . d e Madrid y principalmente en su c a p . , va adquiriendo notable impulso. El detenernos en hacer una relación del espíritu fabril que se desarrolla en la cap. de la monarquía española, nos separaría del objeto principal de este a r t . , y por ello remitimos á nuestros lectores al de Madrid v. y corte, donde hallarán datos interesantísimos acerca de este particular.

La situación central del t e r r . , la falta de canales de navegación que enlacen las relaciones mercantiles de Madrid con las provincia litorales en el Océano y Mediterráneo hacen muv reducido su comercio ; de modo, que propiamente hablando, puede asegurarse que carece de él el terr.

de la provincia de Madrid.

Si de los datos geográficos y principales elementos que constituyen la riqueza pública», pasamos á considerar los diversos medios que sirven para conservar y fomentar la moralidad de los pueblos, hallaremos en el terr. de la aud.

de Madrid un cuadro á la verdad poco alhagüeño.

La educación, primera fuente ue la moralidad, se halla desgraciadamente, hablando en general, muy descuidada como sucede en las restantes prov». de la monarquía apenas salen los niños de la edad infantil, sin haber recibido quizás la menor instrucción, cuando se ven dedicados á las faenas del campo, ó al oficio que sus padres ejercen surge de aqui, como es natural, aquella libertad en el trato con los mayores, la familiaridad con los padres que rompe el saludable freno de la obediencia; la prematura costumbre del uso de palabras mal sonantes, de licores espirituosos , del juego y las otras pasiones, que preparan un porvenir desgraciado. Ni son tampoco los jóvenes de esta clase los que menoscaban en mayor grado los principios de moralidad; hay otra que produce mas fatales consecuencias , y es la que trae su origen de familias proletarias, que nada debieron á sus padres sino la existencia que disfrutan, quienes se creen exentos de atender á la educación de sus hijos, y aun tienen por un mal que frecuenten las escuelas.

Examínese la historia de esos seres, mas infortunados que criminales á los ojos de Dios, que terminan cn los patíbulos y en los presidios la carrera de sus atentados Gontra la vida y la propiedad de sus conciudadanos, y se verá corresponden casi todos ellos á la expresada cíase.

Dos elementos se conocen en las naciones capaces por sí de neutralizar los efectos del descuido cn la educación; la instrucción pública y la religión. La primera ha recibido, hace algunos años, notables «mejoras ; cuenta con grandes establecimientos bien entendidos cn todas las capitales de p r o v . , sobre todo en las enseñanzas superiores y las intermedias ó preparatorias, y se han multiplicado las escuelas de instrucción primaria superior y elemental. También en algunas cabecera de partido se han establecido colegios de humanidades y otras escuelas de interés particular, perfeccionadas, asi como las públicas, con los adelantos que eu este importante ramo na adquirido y adquiere de nuevo cada dia; mas á pesar de esto, falta mucho para que aparezca satisfactorio el estado de la instrucción primaria. Son muchos los pueblos que carecen de escuelas ; no pocos los que las tienen solo temporales; y grande el número de las que se hallan dirigidas por maestros sin título, faltos de instrucción, y lo que es mas deplorable poco apropósito para inspirar buenas ideas á sus discípulos. Las escuelas de párbulos, institución la mas filantrópica de todas y de mejores resultados morales, no se encuentran en la mayor parte de las capitales, ni menos las de adultos, tan útiles como las anteriores ; pues en ellas se recompensa en poco tiempo la educación desgraciadamente descuidada en los primeros años de la vida. No seria justo inculpar al gobierno por el estado en que se halla la instrucción primaria ; hace muchos años se ocupan cuantos ministerios se han sucedido en fomentarla por todos los medios imaginables , y en vencer la repugnancia que se opone á sus bien meditadas disposiciones por parte de los mas interesados en prestarle su apoyo. Mucho se ha adelantado de 40 anos á esta p a r t e , aun «en medio de la guerra civil y los embates de las opiniones políticas; publico es el ardor con que se trabaja y los esfuerzos que se hacen para perfeccionar y generalizar la instrucción primaria es de esperai que tanto celo no quede ineficaz.

(Continua en el original)

MADARQUILLOS

riach. en la provincia de Madrid, partido j u d . de Torrelaguna es el mismo ya descrito con el nombre de la Acebeda (Y.), el que al pasar por Madarcos le t i tulan Madarquillos cria alguna trucha.

MADARCOS

Lugar con ayuntamiento de la provincia audiencia t e r r . y ciudad g. de Madrid (44 leg.), part». judicial de Torrelaguna (5), diócesis de Toledo (26) SIT. al pie y ál N. de un cerro llamada Majada la Peña, le combaten los vientos N. y NE., su CLIMA es frío y sus enfermedades mas comunes tercianas é intermitentes tiene 35 CASAS de mala construcción, distribuidas en 3 calles estrechas y desempedradas, y una plaza hay casa de ayuntamiento una fuente de buenas aguas, y una iglesia parr.

(Sta Ana) , aneja de la de Horcajo ( Y . ) el término confina N. Horcajo; E. Hórcajuelo; S. P a r e d e s , y O. Piñuecar se e s tiende 3/4 leg. de N. á S. y 4 de E. á O., y comprende un cas. titulado la Casa de la Nava, en el que habita un guarda; una deh. boyal de pasto y monte de roble de 400 fan., aue se utiliza en’su mayor parte para carbón, y varios p r a – os naturales de buen heno á 4/8 de leg. del pueblo y al lado O. pasa el r . Madarquillos, que nace en la sierra de la Acev e a a , corre de N. á S. y se une al Lozoya el TERRENO en su mayor parte es de secano, CAMINOS los que dirigen á los pueblos limítrofes en mal e s t a d o el CORREO se recibe de Buitrago todos los dias. PROD. c e n t e n o , algo de lino y pat a t a s ; mantiene ganado lanar, cabrío y vacuno; cria»caza de perdices y otras aves, y alguna truena, IND. y COMERCIO la agrícola, un molino harinero y la importación de carbón para Madrid, PORL. 23 v e c , 437 almas CAP. PROD. 462,730 r s . IMP. 24,053 r s . CONTR. según el cálculo general y oficial de la provincia 9’65 por 400.

Galería de pinturas del marqués de la Remisa

Esta galeria, sin duda la mas selecta que hay en Madrid en clase de particulares, consta de 400 cuadros de los primeros autores de las escuelas italiana, española, flamenca, holandesa y alemana.  Entre los que componen la primera hay varios del Ticiano, otros de Paulo Veronés, y algunos de los discípulos de Rafael de Urbino: en la española se cuentan 8 cuadros de Murillo, 4 de ellos de primer orden; 3 de Juan de Juanes, 3 de José Ribera ó sea el Españoleto, 4 tablas de Luis Morales, llamado el Divino, 2 de Velazquez, y una gran porción dc los demás autores de las escuelas sevillana, valenciana y madrileña: en la flamenca se ven 2 cuadros de Rubens de primera clase, 2 de Van-dik, algunos de Teniers, y un número considerable de b a t a l l a s , de crecido tamaño, que representan hechos de guerra de las tropas españolas en Flandes, originales firmados por Esnayers; habiendo además otra porción de cuadros de los autores mas acreditados de esta escuela.  Finalmente, de la alemana cuenta varios cuadros de Alberto Durero y de sus contemporáneos y discípulos.

LOZOYUELA

c o n ayuntamiento de la p r o v . , audiencia terr. y ciudad g. (le Madrid (12 leg.), partido judicial de Torrelaguna (2 1 / 2 ) , d i óc ue l o l e d o ( 2 4 ) . SIT. sobre la carretera de Burgos á Madrid, en un llano dominado por S. y O. de una sierra bamada Rio oe la Miel; y circunvalado de otros cerros le combaten con mas frecuencia los vientos N., y su CLIMA frió, es propenso á tercianas tiene 111 CASAS de mediana construcción ; la de a y u n t . , cárcel, escuela de instrucción primaria á la que concurren niños de ambos sexos que se hadan á cargo de un maestro dotado con 1,300 r s . , y una iglesia parr. (San Nicolás) servida por un párroco cuyo curato es de primer ascenso y de Provisión en concurso; tiene un anejo en Siete Iglesias, servido Por un teniente que nombra el párroco de la matriz , hay una ermita, Ntra. Sra de la Soledad, a unos 100 pasos de la P°.D’ , tocando al camino real; y el cementerio se halla en pa- *’*Je que no oféndela salud pública se surten ios v e c de ^ouas potables de varios manantiales que brotan en el término

j!s te confina N. Garganta a u n a leg.; E. Cabrera á 1 1 / 2 ; S. uiirago á igual d i s t . , y O. Siete Iglesias á 1 / 2 ; comprende ‘ c a s . de Reíanos , una deh. de fresno alto , y disformes pea s de g r a n i t o , de las que llaman piedras d e acarreo y le atraviesa el r . Javalo que corre de O. á E . y desemboca en el Lozoya el TERRENO es pediegoso y de mediana calidad CAMINOS los que dirigen á los pueblos limítrofes ; y la carretera de Madrid á Francia que pasa por el centro del pueblo .• el CORREO se recibe de Buitrago por un balijero que nombra el ayuntamiento PROD.  centeno , garbanzos y patatas ; mantiene ganado lanar y vacuno; y criacaza de liebres, conejos y perdices.

IND. y COMERCIO la agrícola, algunos telares de lienzo, un molino harinero, y esportacion de lo sobrante, POBL.  incluso el cas. de Reíanos 101 v e c , 380 almas CAP. PROD. 2 . 7 2 1 , 8 8 7 reales

IMP. 158,697. CONTR.  según el cálculo general y oficial de la provincia 9’65 por 1 0 0 .

LOZOYA

r. en la provincia de Madrid, partido j u d . de Torrelaguna , tiene su origen en el puerto de Peñalara , de una elevada sierra que domina el real sitio de S i n Ildefonso, provincia de Segovia, por la parte de SE., corre primero en dirección de O. á E., sigue después la del N. hasta las inmediaciones de Buitrago, desde donde inclinándose ya hacia el E . , y a hacia el SE. desemboca en el J a r a m a , al N. de Uceda, provincia de Guadalajara durante su curso que es de 8 leg. atraviesa los término de Rascafria , Oteruelo , Alameda del Valle, Pinilla del Valle , Lozoya, Pinilla de Buitrago , Buitrago , Siete Iglesias y Navas de Buitrago , y da movimiento á una fáb. de papel continuo, y á 4 molinos harineros tiene un puente en la v. de su nombre con un solo ojo cuyos estribos son peñas que le hacen solidísimo y sin temor délas grandes avenidas que so breyienen á los copiosos deshielos; y otro en Uceda , llamado de la Oliva, el cual cubre un insondable y cavernoso pozo que oculta en sus aguas peces de 3 0 libras, y desde cuyo punto toma principio el útilísimo pero corto canal de Cabarrús; cria pesca de ricas y abundantes truchas , anguilas , barbos, bogas y cachos

LOZOYA

v. con ayuntamiento de la p r o v . . audiencia t e r r . y ciudad g. de Madrid ( 1 5 l e g . ) , partido j u d . de Torrelaguna (2 1 / 2 ) , diócesis de Toledo ( 2 6 ) . SIT. á la entrada del valle del mismo nombre entre las sierras y cordilleras que van á los puertos de Guadarrama y la Fonfria y en terreno bastante húmedo; la combaten los vientos N., S. y O., y su CLIMA frió es propenso á ter cianas y estacionales tiene como 130 CASAS de mediana construcción ; la de a y u n t . , cárcel, escuela de instrucción primaria común á ambos sexos á la que concurren 20 niños y 12 niñas que se bailan á cargo de un maestro dotado con 1,400 r s .  una fuente de piedra pero sin agua, y una iglesia parr. (El Salvador) servida por un párroco, cuyo curato es de primer ascenso y de provisión en concurso los vecinos se surten de aguas potables de varias fuentes de buenas aguas que se encuentran esparcidas por el término este confina N. Garganti Ha; E. Garganta y Canencia; S. Pinilla, y O. Castilla la Vieja se estiende una leg. poco mas ó menos en todas direcciones; y se encuentra en él un monte de r o b l e ; 2 ermitas, la de Fuensanta entre O. y N.; y la de la Virgen de las Vegas, al S. le atraviesan á 500 pasos E. de la v. el r. Lozoya en el que hay un hermoso puente, y un arroyo que nace en las sierras y se une al Lozoya, á poca dist. de su nacimiento el TERRENO es frió y húmedo, pero de buena calidad para granos y pastos, CAMINOS los que dirigen á los pueblos limítrofes en mal estado , y la mayor parte con arbolado. El CORREO se recibe por Buitrago por babjero los martes y sábados, saliendo en los mismos dias. PROD trigo tremesino, cebada, centeno, mucho lino, y escelente hortaliza, mantiene abundante ganado lanar, vacuno y yeguar; cria caxa de liebres, conejos, perdices y algun jabalí; y pesca de truchas y barbos, IND. y COMERCIO la agrícola, 2 molinos harineros, y esportacion de carbón , madera y alguna lana, POBL. 130 v e c , 2,072 almas CAP. PROD. 2 . 9 1 8 , 2 5 3 reales IMP. 1 9 0 , 9 5 7.

CONTR. según el cálculo general y oficial de la provincia 9 ‘ 65 por l o o .