ALMERÍA

Intendencia d¿ nueva creación, compuesta de las población indicadas en el art. anterior, correspondientes antes de la división de 30 de noviembre de 1833 al terr. que comprendía el ant. reino de Granada. Las mismas dificultades que se han presentado para trazar el cuadro administrativo y económico de las provincia de Alicante y Albacete, aparecen ahora, y si se quiere mayores, para presentar en todos sus pormenores y en sus distintas y variadas fases la historia del movimiento de la riqueza pública de esta provincia Figurando los pueblos de ella, como queda dicho, en el terreno que abrazaba el reino de Granalla, no en uno, sino en muchos documentos ant. y modernos, aparecen confundidos los datos y englobadas las noticias de este con el dcJaen. Nuevas dificultades, al parecer insuperables, nacen de esta confusión, y si bien hemos procurado con celo y con constancia el vencerlas, acaso nuestros esfuerzos no hayan tenido el resultado que nos prometíamos .-‘sin embargo , en la población, en la riqueza, en los impuestos, á los datos precederán óseguirán las razones, para que al menos pueda conocerse que hemos estudiado la materia y presentado observaciones, por nadie, no vacilamos el decirlo, ofrecidas hasta el di.’. Persuadidos de que el método forma muy principalmente el mérito de esta clase de trabajos, principiaremos como en los demás art. de esta materia, por examinarla población de los pueblos de la actual provincia de Almería en ¿pocas ant. y recientes, ya confundidos en el in

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1.» 1595 115,896

2.» 1787 165,242

3.’ 1797 177,217

4.» 1826 270,677

5.» 1828 250,906

6.» 1831 221,058

7.» 1832 222,502

8.* 1833. 234,789

9.» 1836 227,200

10.. 1837 . 234,789

11 1811 232,645

12 1842 252,292

13 1843 297,975

14 1844 , 228,993

Primera población. Cuando docunientos oficiales del siglo XVI, hoy conservados en el archivo de Simancas, señalaban á España 1.641,358 veciudad y 8.206..791 hab., figuraba el terr. del reino de Cranada con 359,520 hab., y el de Jaén con 228,785, cuyas dos sumas forman la de 588,305 individuos. ¿Es posible conocer hoy la población que tenian enlomes los pueblos comprendidos en la actual provincia de Almería? Nuestros lectores comprenderán las graves dificultades que esta investigación ha de ofrecer naturalmente en un pais que ha sufrido tantas vicisitudes, en guerras en que ha campeado la idea de religión con el espíritu de independencia. Pudiera ciertamente presentarse un dato bastante exacto de la población del ob. de Almería, porque como es sabido, antes del año de 1787 las investigaciones se hacían generalmente con intervención y auxilio de los prelados y corporaciones eclesiásticas; pero como dcsgraciadamente.ha sido y es la demarcación civil distinta de la religiosa, los datos de esta nada sirven , ni para conocer el número de hab., ni para averiguar las riquezas de las ant. ni de las modernas provincia Ha sido, pues necesario apelar á la reunión de distintos datos, de rernota y reciente época, y á buscar en unos y en otros la proporción entre los pueblos que, perteneciendo antes á un mismo reino, hoy forman distintas provincia Esto examen, este estudio, nos ha permitido reconocer y admitir el 19′ 70 pg de la población de los ant. reinos de Granada y Jaén para los pueblos que forman hoy la provincia de Almería. Por esta razón, y refiriéndonos al siglo XVI, hemos señalado al pais cuyo examen nos ocupa, 115,896 hab.

Segunda población. Ya en otros art. hemos demostrado que existen razones muy poderosas para creer que los datos reunidos en los siglos XV , XVI y principios del XVII, contenían grandes ocultaciones, tanto si facilitaban las noticias los prelados ecl., como si las daban los empleados del Gobierno. Los que han creido que la población de España en 1723 era de 7.995,000 hab.; los que han asegurado que en el año de 1777, solo comprendía nuestro pais 9.307,000 Iiab. suponiendo que en un espacio de 100 años se ha duplicado la población española, han cometido gravísimos errores, porque han admitido como verdaderos, datos estadísticos que eran solo la espresion del engaño y del fraude. Al quo asegure magistralmente, como se nace con sobrada ligereza, que la España á principios del siglo XV11I solo tenia 7.925,000 individuos, y sostenga que en 1834 tenia 14.660,000, le debe ser permitido creer que en esc periodo , se ha doblado el número de habitantes en nuestro pais. Aun estrechando las distancias y reduciendo las épocas, el que admita la población referida del año 1834 y aseguro que apenas contaba la España en 1803 10.000,000 de individuos, habrá de creer en una mayor rapidez del aumento de individuos en nuestros dias. Cierto que la población se ha aumentado ; cierto que se ha observado un fenómeno que merece un estudio detenido , á saber, (pía el número de hab. ha crecido después de nuestros mayores desastres; pero no lo es menos que los datos ant, no representan la verdadera población, y que por consiguiente falla un término de comparación en que apoyar los cálculos y las observaciones. No debe , pues, causar estrañeza, que la polil. ilc 115,895 bah. correspondientes al año de 1594 aparezca elevada ya en los pueblos de la provincia de Almería en 1187 á 165,243 individuos: efectivamente, en los trabajos dispuestos por el conde de Floridablanca en 7 de junio do 1780 , que dieron por resultado el censo conocido con el nombre del año 1787, ya resulta que en las operaciones practicadas por las provincia» ó intendencias se señalaron á Es-‘ paña i. 100,075 hab. sobre el numero que habían presentado las relaciones remitidas por los oí). En los dalos de esto,s últimos figuraba la población española por 9.309,804 individuos y en los del Gobierno por 10.400,87’,), y es bien seguro que si la segunda operación se hubiera hecho con mas escrupulosidad, con mas fiscalización, mayor hubiera sido la diferencia. Va en aquella época (1787) los pueblos de .laen y de Granada contaban, según datos oficiales, 838,797 hab. correspondiendo de ellos 105,243 á los pueblos de la actual provincia de Almería.

Tercera población. En el censo del año de. 1797 lo mismo (pie en el de 1787 campean los errores hasta en la sencilla operación de sumar dos simples partidas: la comparación que se hizo de cstus dos trabajos marcando la diferencia ú el aumento de población no es admisible, porque las dependencias del Gobierno no incluyeron en las respectivas provincia á reinos á los eel. de todas clases; limitándose á presentar el resultado de las seis casillas que figuran en los estados, de solteros, casados y viudos de ambos sexos. Hecha esta aclaración deberemos decir, que los hab. de los reinos de Granada y Jaén, siempre con referencia á datos oficiales, en 1797 eran 899,731, figurando por 177,217 los pueblos hoy de la provincia (pie describimos, número que también presenta el censo de 1799 en que se trató , como es bien sabido, mas de conocer la riqueza, que la población de las respectivas localidades.

Cuarta población. En nuestra opinión el trabajo mas iraportante sobre esta materia que se ha hecho en esle siglo, es el de la policía en el año 1820, en que se elevó la población de España á 13.939,235 hab. Ya al hablar de esta época en el art. intendencia de Alicante pág. 634, dijimos, que á muy poco tiempo la misma policía había destruido su obra, porque ,i los pocos años redujo considerablemente el número’de hab. (pie anteriormente había señalado. Como quiera que sea, existe un hecho de gravedad, á saber, (pie en una época cu que los pueblos obedecían ciegamente de grado ó por fuerza alas mas ligeras indicaciones de los empleados de policía, estos, que .tenían montadas sus oficinas, que investigaban la población, que la clasificaban en diferentes categorías y estados, lijaban á sus respectivos terr. bajo la responsabilidad de sus firmas, un número de hab. el mayor que arrojan los documentos oficiales deant. y reciente fecha. En la época á que aludimos se señalaba al terr. que comprendíanlos ant. reinos de.Iaen y Granada 1.373.998 hab. de Iosquc2G0,0U7 pertenecían á la actual provincia de Almería.

Quinta población. Por aquellos tiempos y para publicar en 1828 su Diccionario gcográfico-histórico, reunía Miñano noticias sobre población, resgistrahdo, según nos ha dicho, los archivos del Gobierno. Con referencia, pues, á datos de 1826, bien (pie publicados después, señala esle escritor á España 13.098,029 hab. y á los pueblos que forman hoy la provincia de Almería en sus respectivos art. 250,900. De todos modos aparece que el Gobierno de aquella época tenia en sus dependencias dalos que justificaban por las relaciones de los mismos interesados, que la España tenía cerca de 14 millones de habitantes.

Scsta población. Asi sorprende, y lo hemos dicho ya en otro lugar, que la misma policía (pie tantos resultados ofreció en sus investigaciones catastrales de 1820, solo señalase á la España de 1831 11.207,087 hab. eslo es, 2.731,516 menos que los que había designados en los trabajos que en 1826 había presentado. Siguiendo casi la misma proporción se vé, que al paso que en 1826 á los reinos de Granada y Jaén se señalaban 1.373,998 individuos, en el año de 1831 se les designaba 1.122,122 conla’rebajacnlrcuna y otra época de 251,876; de modo (pie los pueblos de la provincia de Almería que tenían en 1820, según la policía, 270,677, en 1831, según las mismas oficinas, solo tenían 221,058 habitantes.

Sétima población. Aun hubo de parecerá la policía esce

sivo el núm. de individuos que señaló en sus trabajos de 1831, puesto que en los datos remitidos en el año 1832, solo aparece España con 11,158,274, eslo es,, 49,305 almas menos que en 1831, y 2.780,901 menos que en 1820, según aparece de. la simple comparación de las sumas. Pero si la población general de España resulta menor en 1832 que en 1831, la correspondiente al reino de Granada, ó sea la de las provincia do este mismo nombre, Almería, Jaén y Málaga aparece mayor en la época á quj en este instante nos referimos. En 1831 la población de este terr, era, como hemos dicho, de 1.122,122 , y la señalada en 1832 era de 1.129,452, diferencia de mas 7,330 hab. En la misma proporción, figurando Almería en 1831 con 221,058 individuos , aparece en 1832 con 222,502, aumentada su población en 1,444 almas.

Octava población. Se presenta por primera vez la división terr. tal como hoy es conocida, con escasísimas variaciones C), en el decreto de 30 de noviembre de 1833 en que se hizo en España la correspendienle demarcación de provincia, y en ella figura la de Almería con 234,789 hab. Con solo indicar la procedencia del dato que señalaba á España 11.962,707 hab., creemos bastante esplícacion, porque ya no es desdo esta fecha necesario examinar el número de hab. de la provincia de Almería con relación al de los pueb. de Jaén, Granada y Málaga.

Novena población. Reunía en el año 1836 el ministerio de la Gobernación dalos de alguna importancia para publicar una guia de sus propias dependencias; primero, y por desgracia último trabajo de esta clase. Defectuosos fueron sin duda los datos remitidos, pero cada año pudieron rectificarse las noticias y publicándose con oportunidad , las equivocaciones hubieran llegado á subsanarse paulatinamente. En estos trabajos aparece una población de 11.800,413, esto es, 162,354 menos que en el año 1833, presentándose Almería con 227,209 hab., rebajada su población desde el último censo en 7,589.

Décima población. En el año siguiente ya aparece España con 12.262,872 hab. en el censo que acompaña á la ley electoral de las Cortes constituyentes de 1837, correspondiendo A la provincia de Almería la misma población que le fue designada en 1833, que es la de 234,789 habitantes.

Vndécima población. Reuniéronse en la cap. de Almería en 8 de mayo de 1841 las autoridades , los diputados provinciales y otras personas notables, con muchas de las que nos unen lazos de amistad y de reconocimiento, para presentar la población y riqueza de la provincia de Almería en virtud del decreto de la Regencia provisional del reino de 7 de febrero de 1841: tenemos á la vista copia de estos trabajos, que analizaremos detenidamente al hablar de la riqueza, limitándonos por ahora á decir que personas interesadas en disminuir el número do los hab. del pais, hubieron de señalar á esla provincia 57,011 vec, y 232,645 hab. •

Duodécima población. Apremiaba por aquellos tiempos la pública opinión, ó al menos el senlir ele los hombres ¡lustrados, que ansian para su país un Gobierno que administre con acierto, no que camine ciegamente á espensas de su reputación y de los intereses nacionales, para que se reunieran dalos estadísticos, se examinaran y cotejasen , á fin do dar impulso á unos trabajos do perentoria necesidad para esle pais, si ha de promoverse con seguridad de acierto la riqueza pública en sus distintas clases, en sus variadas combinaciones. En el año de 1842, siendo ministro el Sr. Calatrava (D. Ramón), los intendentes, auxiliados por oíros empleados y algunos particulares, remitieron noticias que aunque inexactas, á no dudarlo, son útiles y curiosas. La población de toda España en los trabajos de las intendencias del año á que nos referimos, es de 12.051,008 hab., y los de la provincia de Almería de 252,292: ó sean 19,647 mas que los designados por la junta de 1841, de que hemos hecho mérito anteriormente. Y ya que se señala una población de alguna importancia, consideramos oportuno y conveniente indicar la procedencia y el apoyo de los trabajos remitidos por la intendencia. Valióse ésta de las relaciones de los mismos ayuntamiento enviadas para formar las matrículas de

(*) No hemos querido hacer mérito de la segunda época constitucional de 1S20 al 1823, porque la división terr. genéricamente hablando, no es la misma: nos limitamos, pues, i decir que la población oficial entonces mas acreditada, era de 11.661,865 hab. , de ellos 195,505 correspondientes i los pueblos que formaba:, entonces la provincia de Almería.

Riqueza. Aunque en terreno bastante quebrado y con frecuencia escaso de aguas en algunos puntos, puede decirse que el suelo do la provincia de Almería es en otros bastante fértil, bastante rico. Ya en el art. anterior hemos manifestado las pro4l. del país . ipic admite toda clase de frutos , indígenas y no pocos exóticos, ¡i pesar de que la agricultura pudiera <?star mejor dirigida y ilar por consiguiente mayores resultados. No cabe desconocerse que la riqueza pecuaria tiene algún valor, que el comercio ofrece .algún movimiento, que la navegación del catatase es de bastante interés , y (pie la minería tiene ocupados muchos brazos y no escasos capitales. Bien es cierto, y esto no es posible dudarlo, que al ver el país lanzado fon entusiasmo en los descubrimientos mineros, mas de una vez se ha visto abandonada y hasta despreciada la agricultura, creyendo que los tesoros metálicos que pueda entrañar la tierra son capaces de compensar las prod. ordinarias del suelo; asi, no en una, sino en varias provincia, y particularmente en Almería, han dejado ciertos hombres, obcecados sin duda, el cultivo de los campos, para recibir después de no escasos desembolsos, terribles y amargos desengaños.

Como conocerán nuestros lectores, no es posible presentar la riqueza de la provincia de Almería, remontándonos á época muy ant., porque ningún dalo poseen ni los particulares ni las autoridades, ni el Gobierno mismo, en el que en comparación con otros pueblos del ant. reino de Jaén y Granada, figuren los de la provincia que estamos describiendo.

Censo de 1799. Pertenecen según se ha dicho, los pueblos de la provincia de Almería al terr. que abraza el reino de Granada; pero como á la vez aparecen confundidas en ant. datos las relaciones de este reino con el de Jaén, hemos creído conveniente al hablar de época remota, estender nuestras observaciones y presentar nuestros cálculos sobre el resultado de las relaciones dadas por los ayuntamiento de los pueblos que forman hoy las provincia de Málaga, Almería, Jaén y Granada. Hecha esta esplícacion, debemos ante todo presentaren un cuadro ligero v desde luego sin ninguna complicación, el resumen ile la población y riqueza que tenían, según documentos oficíales, con referencia á declaraciones de los mismos interesados, los reinos de Granada y Jaén: este trabajo, que Comprende desdo luego el valor de diferentes clases de prod., se ve en el siguiente:

Estado de la población clasificada por familias y por habitantes, y del Taler total, 6 sin deducción alguna de los productos comerciales y fabriles, comprendiendo en los primeros» los reinos vegetal y mineral que presentan la riqueza que tenían los antiguos reinos de Granada y Jaén , al formarse el censo de 1« 1)9.

Volvemos á repetir, porque no queremos incurrir en un error de trascendental consecuencia, que el estado que acabamos de publicar, igual al que figura en la pág. 266 del tomo i.°, ni representa ni puede representar la verdadera riqueza iinp. de las provincia que antes estaban comprendidas en el terr. délos reinos de Jaén y Granada. Este dato, como todos los que en el siglo pasado se reunieron para conocer la riqueza del pais, rio representa la verdadera materia imp.; representará á lo mas el valor de las prod. de los diferentes reinos, según los precios de la época y las declaraciones de los interesados. Pero confundir este dato con la riqueza que debe servir de tipo para imponer las contr., es cometer uno de los mas graves errores económicos y administrativos, causando asi grave perjuicio á los pueblos. Estamos muy lejos de creer que el inmenso terr. que abrazaban los reinos de Granada y Jaén, á Unes del siglo pasado, con el valor que tenían entonces los frutos, solo representarán una riqueza bruta de 5U.9i5,243reales Las mismas personas que teman á la vista las relaciones de las intendencias hechas después de examinar los datos enviados por los ayuntamiento, hubieron de confosar que los esfuerzos de los hombres interesados en disminuir la riqueza por no verse perjudicados en la exacción de nuevos impuestos, lucron mas poderosos que la intervención de los dependientes del Gobierno, encargados particularmente de este trabajo. Es, pues, nuestra opinión , que era mucho mayor entonces el valor total de las producciones ; pero que debió ser rebajado considerablemente para presentarle por riqueza imp. ¿Cómo creer nosdtros que un terr. tan estenso, de prod. tan variadas, rico, genéricamente hablando, solo ofreciera el reino vegetal, elemento principal de vida para aquellos pueblos, 303 reales por hab. al año , ó lo que es lo mismo 28 mreales diarios? Si se tratara de un pais miserable, de un terreno de Ínfima clase, de un terr. sin riego, de unos reinos sin comunicaciones, sin movimiento, sin vida; de una de esas provincia centrales de España en que los r. son escasos, las prod. poco variadas, y aun estas sin salida por falta de mercados, ó por los precios exorbitantes del trasporte, pudiera decirse entonces que la riqueza no fue disminuida en las relaciones de los ayuntamiento dirigidas á las intendencias para reunir los materiales que dieron por resultado el censo dicho de 1799. Pero tratándose de un pais (pie comprende la provincia de Granada, con tantos elementos de prosperidad en aquellos tiempos, hoy tal vez en decadencia ; con un suelo generalmente fértil por naturaleza y por las buenas prácticas agrarias, conservadas religiosamente por tradición des de el tiempo de la dominación de los árabes; de un pais que abraza la provincia de Málaga, cuyo terr., aunque áspero y desigual (siempre generalmente hablando), ofrece lemperaturas propias para obtener variedad de frutos, no solo europeos , sino ecuatoriales; cuyos vinos , cuyas pasas , cuyas almendras, cuyos limones figuran en las mesas délos hombres mas poderosos de España y del estrangero; y que por

consiguiente , bajo concepto alguno, puede ser considerado como pais esclusivamente agrícola, puesto que tiene importancia mercantil, y por fortuna hoy también ind., merced á los esfuerzos de hombres eminentes, de ciudadanos distinguidos : el buen juicio no permite admitir la idea de que sea exagerada, por esecsiva , la riquezi presentada en el documento oficial que estamos examinando. Sabido es, por otra parto, que en las provincia que cuentan población importantes, donde sin ofensa alguna puede decirse, que no hay tanta sencillez, tanto candor , como en las pequeñas ald., como en los pueblos miserables ; las ocultaciones son mayores, porque los nombres de previsión, dirigidos á no dudarlo, por un interés mal entendido, causa principal de los vicios que la adm. pública presenta, disminuyen la riqueza délos contribuyentes, tomando todas aquellas medidas que puedan cohonestar el fraude cometido, y hasta cierto punto salvar la responsabilidad de los mismos que firman las relaciones de los ayuntamiento Con solo leer dos relaciones, una de ald. y otra de cap., es muy fácil convencerse, que son en.aquella mucho menores las ocultaciones que en ésta, prescindiendo de dos consideraciones muy importantes: primera, que la riqueza agrícola ó terr. en pequeño , siempre al alcance, siempre á la vista del fisco, sujeta á la prueba en un tiempo terrible del noveno y el diezmo, no se oculta tan fácilmente como el cultivo eslenso que á la vez presenta una población importante: segunda, que en las grandes ciudades, ademas de la riqueza agrícola, existe la industrial, no siempre de fácil averiguación; la comercial que se presta á toda clase de ocultaciones y fraudes, la urbana, que no ha sido fiscalizada cual correspondía. Todas estas consideraciones demuestran nuestra primera proposición, reducida á que no es posible disminuir ni un solo maravedí del valor del prod. bruto de los diferentes reinos que presentan los trabajos reunidos al terminar el siglo XVIII. A la ilustración de nuestros lectores no puede ocultarse que de esa suma que señala el prod. bruto de la tierra, hay que descontarse , no solo los desembolsos que representan las operaciones de la la branza desde la siembra hasta la recolección , sin olvidar el valor de la simiente; sino las cantidades que gravitan sobre estas sumas por los diferentes conductos con que para impuestos generales, provincia y locales tiene que contribuir el labrador, antes que pueda apreciar la renta líquida que la tierra le ofrece. Presentadas estas indicaciones, que sirven solo para apreciar la importancia que merece el dato que hemos publicado, vamos á contraernos á los pueblos que forman la actual provincia de Almería en la misma época á que nos referimos. Repartida con igual proporción la riqueza que resulta en los trabajos oficiales de 1799, entre todos los pueblos de la compren • sion de lo» reinos de Jaén y Granada, aplicando á la provincia de Almería el.19’70 por ciento, que proporcionalmente le corresponde, obtendremos el resultado que aparece del

IHíSUMKX de la riqueza territorial, pecuaria , mineral y fabril.

El Estado que acabamos de presentar señala á los pueblos de la provincia de Almería un prod. bruto de 53.702,628 en el reino vegetal, de 41.756,369 en el animal, 492,467, en el mineral y 11.360,829 á las fáb., artes y oficios, cuyas cantidades reunidas componen un total de 107.312,293 reales vn. Natural es que esta suma parezca exagerada á los bombres influyentes de la provincia de Almería, y muy particularmente á los que tuvieron parte en los trabajos estadísticos en los años de 1811 y 1842. Esto no impido que nosotros manifestemos que la prod. señalada á la provincia de Almería en el censo de 1799 es á no dudarlo, proporción guardada, menor que las de Álava, Albacete y Alicante; observándose que en datos recientes, á pesar de las ocultaciones , se fija mayor riqueza imponible al pais que describimos. No debe perderse de vista ante todo el modo como se formó el censo de 1799: la adm. central se dirigió á los intendentes, estos reclamaron la relación de los pueblos, quienes interesados en disminuir la riqueza, presentaron las relaciones alteradas, como se reconoce en la advertencia que figura al frente de estos trabajos. Entrando desde luego en el examen del cuadro de riqueza que acabamos de presentar, no vacilamos en decir que podrían darse por muy satisfechos los hab. de la provincia de Almería, sí admitiésemos hoy como cosecha del pais las mismas cantidades que figuran en el documento que tienen nuestros lectores á la vista. Aun suponiendo que la cosecha del trigo no escediera de las 478,238 fan. y sin descontar la parte forzosamente reservable para la simiente , aparece, que sobre la Í)obl. de 1842 correspondoria á cada hab. 1 fan., 10 ceemines y 2 cuartillos. Ahora bien , ¿ es posible pueda sostenerse una provincia que no tiene ningún art. importante de esportacion, donde la ind. es escasa y el comercio poco activo , cuándo se vé obligada á importar inmensa cantidad de cereales para su consumo? A la vista tenemos trabajos curiosísimos de las cosechas anuales pueblo por pueblo, de las principales prod. de la agricultura é ind. pecuaria por el prod. del diezmo en el término medio que ofrecen los tres trienios de 1801 á 1803 , de 1815 á 1817 de 1884 á 1826; trabajo costosísimo sacado de los importantes documentos que se conservan en el Tribunal Mayor de Cuentas. No es nuestro ánimo presentar para cada pueblo el re sultado obtenido; pero si ofreceremos á la consideración de nuestro lectores el resumen de la valoración de las cosechas en el estado siguiente:

PRODUCTOS AGRÍCOLAS.

Tierras blancas.

/Trigo fan. 321,095 á 32 10.275,040

[Cebada id. 259,457 191/2 5.059,41117

I Centeno id. 57,952 27 1.504,704

Cereales. < Maíz id. 115,051 27 3.106,377

I Garbanzos id. 3,195 61 194,895

[Habich.’yhabasid. 5,400 12 ‘ 64,800

U’cros id. 762 16 12,192

Seda lib. 1,460 46 1/2 67,890

Hortaliza y grangeria de

todas clases valor. • 13.512,170

Aumento de 1/30 parte por los pro-
ductos del Escusado 940,486

Plantíos.

Olivares. Aceite…. Arrobas. 56,436 á 421/2 2,398,530 Aumento de 1/36 por los productos del Escusado 66,625

Viñedos. vino Arrobas 14,665 á 11 161,315

Aumento de 1/36 parte por los
productos del Escusado 4,481

PRODUCTOS DE LA INDUSTRIA PECUARIA.

Lana Arrobas 9,992 á45 449,640

Corderos Número 32,060á 8 250,480

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Conviene ante todo tener presente que el término medio de los 9 años, cuyos datos hemos examinado, comprende una época en que se diezmaba con alguna religiosidad, otra en que se observaba ya bastante tendencia á disminuir los pagos, y otra en lin en que la resistencia rayaba en el escándalo. No debe tampoco perderse de vista quo no se hallan comprendidas en el estado las fincas del clero que no estaban sujetas al noveno, ni los terrenos comunales pertenecientes á los propios de los pueblos. Es útil también advertir que en la ind. pecuaria, las liquidaciones del noveno solo se refieren á los prod. del ganado lanar obligados al diezmo, sin incluir los de la parte destinada al consumo de carnes y pieles, ni los del ccrdal, caballar y vacuno, especialmente el número reservado para la cria que debe figurar en las utilidades de esta industria.

Que la agricultura no se ha estacionado en la provincia de Almería , es un hecho que nadie puede poner en duda, por que seria ofensivo al carácter de los hab. de aquel pais, el decir que no han contribuido al movimiento progresivo que se ha observado en España y al desarrollo constante para aumentar sus prod. No ya de los tres trienios á que nos hemos referido, sino de un quinquenio posterior á la guerra de la Independencia, cuyo dato lo debemos ala amistad de una persona cuyo nombre no estamos autorizados á revelar, y cuya residencia ordinaria es Madrid, aparece que la riqueza que representa lo que pagaron por noveno los pueblos de la provincia de Almería solo en la parte de prod. rústicos es de 57.732,425 reales sin hacer deducción alguna. ¿Pudo ser este el prod. del año de 1799 ó mejor dicho el último decenio del siglo XVII, época á que sujetamos nuestras últimas observaciones? Con solo recordar que el prod. bruto del reino vegetal asciende á 53.702,628 reales, se verá bastante uniformidad entre el trabajo oficial del censo de 1799 y el documento particular de que nacemos mérito, correspondiente á la época de 1814 á 1820. Todavia adelantamos mas nuestras observaciones, con el objeto siempre de justificar, que si bien en el censode 1799, y téngase muy presente esúi impostante declaración, podemos señalar á laprovincia de Almería una prod. mayor en alguna especie, porque esto no es posible evitarlo cuando se Dusca la proporción rigorosa entre pueblos de un terr. con terrenos diferentes, sujetos á distintas influencias atmosféricas, en la cantidad total lejos de haber alguna exageración por abultada, puede haberla por diminuta. La cosecha que se señala 4 la provincia de Almería en los art. del reino vegetal, sujetos al diezmo calculada álos precios del quinquenio presentado importa 49.735,560 reales. y su diezmo hubiera sido entonces 4.973,556; pero como también existían prod. del reino animal sujetas á la decimacíon, aumentándose por este concepto 6.166,260 reales aparece un total prod. de 55.901,820 reales, correspondiendo por ellos un diezmo de 5.590,182 reales y un medio diezmo de 2.795,091 reales Ahora bien, para conocer que esla cifra se halla muy lejos de representar el verdadero valor de la época á que nos referimos, séanos permitido comparar este ant. dato con otro mas reciente de épocas por cierto bien distintas, que una y otra representan ideas bien opuestas sobre el origen, naturaleza y obligación del pago de este impuesto. Hemos visto que al terminar el siglo XVIII la materia sujeta á diezmo presentaba un valor de 55.901,820 reales; hemos manifestado que por dalos oficiales de los tres trienios indicados, el prod. bruto por el mismo concepto, bien que faltando algunas sumas de importancia, era de 38.135,036 reales; hemos presentado la riqueza que el noveno señala en un dato irrecusable referente álos años del 14 al 20, y ahoracorresponde por su orden cotejar estos resultados con los que presentan los documentos mas recientes sobre diezmos. Du rantela última guerra civil era tal la resistencia al pago de diezmos, que en no pocos puntos las .autoridades se encontraban sin fuerza moral para realizar el pago de este tributo. No es esta ocasión oportuna de díscrlar sobre las ventajas ó desventajas de este impuesto: conocidas son las opiniones del autor de esta obra sobre esta materia: por eso como estadistas nos limitamos á manifestar un hecho ele importante aplicación ‘, reducido á que aun antes de la época constitucional de 1834 se pagaba por diezmos la menor cantidad posible. Durante la lucha y cuando el pueblo español estaba agobiado por el peso de las contr. que exigían uno y otro gobierno para sufragar los inmensos gastos do una guerra de funestos re

cuerdos, el diezmo se pagaba muy mal, como saben nuestros lectores. Suponemos que no querrán las provincia de Andalucía que hagamos una escepeíon de sus hab., puesto que la his toria nos enseña que en el mediodía de España se ha combalido siempre el impuesto decimal, pagando para este objeto lo menos que podia la clase labradora. Sin embargo, el importe del diezmo en la provincia de Almería en 1837 , fué, según la matrícula catastral de 1842, de 2.425,390 reales y 18 mreales Hemos dicho según la matricula, porque en otro dato oficial que tenemos a la vista, aparece qué el importe del medio diezmo en el mismo año fue de 2.317,799 reales, ó sea un diezmo de 4.695,598. Ahora bien, ¿puedo suponerse que la riqueza ha permanecido estacionaria en la provincia de Almería , cuando tal es el resultado de la prod. decimal en una época en que apenas se pagaba? Para que nuestros lectores formen una idea de lo que significa el prod. del diezmo en las provincia de Andalucía, presentamos á continuación el valor de los art. diezmados en el arz. de Granada en las tres épocas siguientes:

Año común del sexenio de

1831a 183fi 6.352,218 30

1837 3.981,080 26

1838 2.247,,>74

Con estas simples sumas se conoce la baja considerable que el prod. del diezmo tenia, desde que los pueblos hubieron de creer que esta era entre todas las instituciones laque mas próxima ruina amenazaba. Otra prueba de la proporción descendente con que caminaba el valor de los impuestos sobre los prod. déla tierra, aparece del cs’ado que sigue, deducido también de los datos oficiales, estado que manifiesta el prod. que ha tenido el noveno decimal en la díóc ‘ » los quinquenios do

1802 á 1806 416,797

1815 á 1819 378,354

1816 á 1830 219,999

siendo de advertir para mejor comprender las diferencias de prod. que el primer año, estoes, el de 1802, importó el noveno 51 i,923, y el último, esto es, el 1830, presentó única mente la suma de 161,111. Nuestros lectores podrán conocer que si en esta proporción disminuían los prod. hasta el año 1830, mayor, estraordinariaracnto mayor seria la dismU nucion del prod. del diezmo, no solo en el sexenio de 1831 á 1836, sino en el resultado de los años siguientes hasta su completa supresión. Con estos datos podrá comprenderse la importancia de la suma de 2.425,390 reales 18 mreales, importe del diezmo en 1837 , según la intendencia. Compárese la partida de 6.352,248 reales 30 mrs, prod. en Granada por el sexenio’de 1831 á 1836, con la de 2.247,571 reales, cantidad obtenida :n 1838 para apreciar el resultado que arroja el diezmo de la provincia de Almería. Y téngase en cuenta que el sexenio de 1831 á 1836 representa una disminución considerable sobre el prod. de 1830 , y éste, como ya hemos visto sobre las cantidades obtenidas á principios de este «i glo. Si nueslras observaciones no tuvieran una fuerza incontestable , la adquirirían con solo examinar la riqueza, ó mejor dicho, la prod. bruta que presentaría toda España. Calculando exacto el dato de la intendencia, el diezmo de toda España seria 115.576,065, y la riqueza imponible bruta, sujeta á decimacion , 1,155.766,650. Cuando, pues, por la relación do los mismos ayuntamiento aparece que la materia imponible sujeta á diezmo en el año 1799 era de 3,726.468,770 i puede creerse, quo hoy que el dominio agrícola se ha estendido , que los cereales lejos de escasear abundan, que nuestro afán no es como era entonces el divisar desde nuestros puertos las velas que nos trajeran los granos que necesitáKimos, sino el de ambicionar mercados estraños á donde llevar nuestros fruto» sobrantes, no llamándonos la atención la abundancia de los cereales berberiscos, sino el hambre de los ingleses, han bajado nuestras producciones hasta el punto de representar una tercera pártemenos que á fines del siglo pasado? Dupliquese , tripliqúese, lo decimos con entera confianza , la cantidad que se señala como materia imponible, cuando se busca por tipo el prod. decimal, y asi se hace un servicio á la patria, no presentándola abatida y humillada como la mas pobre de todas las naciones europeas. ¿ Qué idea formarán de la España las naciones estrangeras, y particularmente los hombres estudiosos que se dedican á conocer el movimiento de prosperidad ó decadencia en que se encuentran

desarrollo que se supone con fundamento han tenido los intereses materiales de nuestra patria ? ¿Cómo podrán conciliar la depreciación do los valores de toda clase de prod. con la idea, generalmente admitida en Europa , do que España no necesita importar ningún articulo de primera necesidad para le decorosa subsistencia de sus habitantes? No está muy lejana todavía la época en que el pueblo español sufría grandes escaseces, y hasta padecía el terrible azote do la miseria pública ; no está muy lejana la época en que los hombres de gobierno , después de oir á corporaciones ilustradas, después de escuchar el dictamen de personas entendidas, proponían y obtenían del monarca medidas saludables para evitar las funestas consecuencias do la escasez que pudieran esperímentar los mercados públicos. Pero esta época , por fortuna, pertenece á la historia: las carestías extraordinarias de otros tiempos no son hoy de temer; el cui’tivo limitado todavía á fines del siglo XVIII , se ha esteniido considerablemente desde que los españoles se han convencido que el suelo do su pais encierra tesoros mas reales y positivos que los ficticios y seductores que ofreció el terr. americano á la codicia de nuestros mayores. La España después de la guerra de la Independencia, después de la ludia de 1820 á 1823, tuvo la satisfacción de enviar parte de sus cereales sobrantes á la isla de Cuba, y de presentar parte de el’,os en los mercados de Inglaterra y de Francia. Siendo eí.te un hecho cierto, y resultando por otra parto que hoy nuestro afán, como ya se ha dicho, es buscar mercados estraños para llevar á ellos nueslras prod., existiendo co’.no existe, en el pais una opinión muy arraigada de r¡ue una serio de buenas de Almería en 1 cosechas perjudica á los mismos labradores ¿cómo hemos’ de presentar por riqueza imponible la que aparece del dato da diezmo que examinan ios? ¿Cómo hemos de decir que los valores de nuestros prod . se han rebajado del modo estraordinario que resulta de lací >mparacion del censodo 1799, aun prescindiendo de sus equi vocaciones y de sus errores con los resultados que ofrecer i los trabajos jsobre la prod. decimal á qué nos referimos? ‘Sépase, pues, que «cuantos argumentos quieran hacerse, a’ loyados en la ¡cantidad que ha producido el diezmo en este s ¡glo, muy ¡particularmente desde 1814, no pueden destruir i m hecho cierto y constante, á saber, la mayor prod. obteni da en nuestro suelo. En la categoría de las naciones agricol as, para ser España la mas feliz del mundo, no necesita mas que caminos y canales. Queda, pues, demostrado que el d; ilo de 1799, cuando la’España á pesar de las grandes ocultac iones en todos los frutos, ganados y primeras materias de las e .rtes por declaración de las mismas municipalidades, presenta! ia una suma’ de 5,143.938,355 reales, no es bajo ningún concepto exajerado al hablarse de Almería, proposición que hemos qu< :rido justificar con datos oficiales de ant. y recientes fechas.

Junta de 1841. Las v icisitudcs del pais no han permitido en este siglo erapre nder la marcha¡ trazada por alguno de los ministros de los monarcas Carlos III y Carlos IV, celosos por adquirir not ¡cías importantes para conocer la población y riqueza de la nación española. .Comenzó el siglo por una serie no interrun ipida de bastardas intrigas: siguió una guerra en que solo s e trató de salvar, con el honor del nombre español, la ind ependencia do la patria. Sucedió al triunfo de la causa legiti roa, una época de persecuciones que escandalizaron á la Eu r< >pa. La guerra civil fue la consecuencia del alzamiento <iel partido liberal en 1820. El restablecimiento del gobiciudadno absoluto, y la paz que gozó el pais por espacio de < liez años, no sirvió para emprender trabajos de <jgta esp ecie. En la última lucha por tantos años prolongad*., ni me :ncion siquiera se hizo de esta clase de trabajos, üespr.es del c< mvenio de Vergara se reconoció por hombres instruidos la r lecesidad do rendir datos para apreciar el movimier.to de núes tras riquezas; y sin duda bajo las influencias d’j estas ideas-se dispuso en 7 de febrero de 1841, una operador, Cn que se consx leró equivocadamente que existía la fiscalización necesaria par. a neutralizar los esfuerzos de los tpic ‘^dieran combinarse,. i fin de disminuir las riquezas de sus respectivas localidades. En la provinciade Almería reuniéronse personas notables, de pati ‘iotismo, conocimiento cn el’pais, sesun hemos dicho; pero qu e llegaban á la cap. resueltas por esta terrible preocupación qu e nos aniquila y nos anonada, a disminuir la materia imp. de todos los partido jad. Solo asi se

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