SIERRA NEVADA

recibe este nombre una gran cordillera de montes , que empezando en el término de la v. de Padul, provincia de Granada, partido judicial de Orgiva á 3 leg. de la cap., corre hacia el E. 45° N. hasta las fronteras del ant. reino de^luroia, ó sea hoy hasta la provincia de Almería , partido judicial

de Gcrgal, térra, de la v. de Fiñana. Alli se enlaza con la sierra de Raza , que después toma el nombre de Filabres, Y va á perderse cerca del Mediterráneo en pequeñas ramificaciones La Sierra Nevada, denominada asi por las nieves y hielos que perpetuamente coronan sus cimas, constituye una de las principales partes del sistema bético, el cuál, sino es el mas estenso de los siete en que se consideran divididas las montañas de la Península ( ‘ ) , es sin duda alguna el mas admirable por su estraordinaria elevación principia en Gibraltar (V. CALPE monte), y continuando por las sierras de Ubrique y Grazalema , Serranía de Ronda, sierra de Abdalagis, entre la cual y la anterior se abre paso el r. Guadalhorce, sierra de Alhama, Tejeda y la Nevada, va á perderse, como digimos antes, en el Mediterráneo, después de haber dejado en todo este dilatado pais considerables ramificaciones. En este número se cuentan como mas importantes, en la parte meridional de Sierra Nevada, la Contraviesa, que le es paralela ; la de Lujar, continuación de la Contraviesa; la de Gador, situado entre los r. Adra y Almería, y por el N. la de Baza y otras, cuyas descripciones se hallan, bien en sus art. respectivos ó en los de las provincia de Granada y limítrofes. Las 48 ó 49 leg. de estension que tiene Sierra Nevada desde el Padul á Fiñana, y las 40 próximamente de N. á S . , pertenecen á la provincia

de Granada, asi como los pueblos situado en sus faldas N. y S.; y solo son de la de Almería el mencionado Fiñana y algún otro que se halla en el estiemo mas O. de dicha provincia

De los que se encuentran situado en las faldas set. de la sierra en su dirección de O. á E . , corresponden los primeros á la fértil vega de Granada, y los últimos al marquesado del Zenet; y los del lado opuesto, los unos al valle de Leer in (V.), entre los que descuella Lanjaron, célebre por sus aguas medicinales, y los otros á las Alpujarras (V.). Alto y magestuoso es el pico de San Cristóbal en las sierras de Ubrique y Grazalema , pues se le divisa desde la Giralda de Sevilla, que está á 25 leg.; culminantes son también las cumbres de la Serranía de Ronda, en las cuales, y especialmente en el parage de la ermita de Ntra. Sra. de las Nieves, no suelen estas desaparecer totalmente en algunos estíos aunque calurosos; pero la sierra mas alta y magestuosa de todo el sistema bético, es la que ahora nos ocupa. Sus empinadas cimas, á la vez que dominan un inmenso horizonte, matizado de pueblos y de cas., con praderas llenas de verdura, e9tan cubiertas» de nieve y de nielos, que á la altura de 9,4 80 pies son perpetuos, apesar del apacible clima del pais pintoresco que las rodea. El punto mas elevado de esta sierra, y aun de todo el sistema bético, es el pico de Mulahacen , cuya altura sobre el nivel del mar es de 1,823toe.sas, ó 4,254 varas, que hacen 42,762 pies castellanos ( » ) , y el picacho de Veleta que está á su inmediación al O. 4,780 toesas, 4,453 varas ó 42,459 pies.

Desde sus cimas se domina casi toda Andalucía y la costa del Mediterráneo , desde Gibraltar hasta Sierra Cabrera, y desde Sierra Morena hasta las llanuras del ant. reino de Sevilla bañadas por el Guadalquivir; y si es admirable que se divise hacia el N. Sierra Morena , que so halla á 30 leg. de dist., mucho mas lo es que por et S. se distingan con suma claridad las costas de África. que dist. 54 leg.

por la linea mas corta, en una estension de otras tantas.

Y mas se descubriera todavía, sino fuera que tan largas distancias, superiores á nuestras facultades naturales ó artificiales, forman un estado de confusión tal, que imposibilita el esclarecer los objetos que se presentan. Magnifico y sorprendente es el panorama que se ofrece á la vista del observador colocado a tanta altura; nada hay sobre su cabeza mas que el firmamento, y como si se revistiese entonces del sublime carácter de»representante de Dios sobro la tierra, admira la grande obra de la creación, y se enorgullece al pensar, que entre todos los seres creados , solo á él le ha sido concedido el privilegio de estudiar la naturaleza , y aun de sorprenderla á veces en el laboratorio de sus misteriosas combinaciones. Granada, la bella Granada con sus jardines y sus rios, y su vega riquísima de 42 leg., aparece’ como recostada á los pies del enorme picacho de Veleta ; por otra parte se ve al Mediterráneo, cuyas hondas espumosas s-> estrellan contra la costa, irse estrechando hacia Gibraltar, y apresurar el curso magestuoso de sus comprimidas aguas; antes de llegar á estas se presentan en vistoso anfiteatro los pueblos de la Alpujarra, pais tan fértil como poco cultivado, tan pacifico hoy como turbulento y aun temible en otras épocas; y en fin, por todos lados se divisan campos lozanos de verdura y llores, alegres pueblos y vistosos caseríos, que deben su existencia, y algunos su prosperidad á los elementos de riqueza con que les brinda la magnífica Sierra Nevada. Asi es que cuando se llega á dominar su cima, se abandona siempre con pesar, y movidos especialmente por dos poderosas consideraciones , la del intenso frió que se siente , y el peligro que se correria permaneciendo alli mucho tiempo, á causa de la prontitud conque sobrevienen las borrascas.

Los parages que en estas dos elevadas montañas, Mulahacen y Veleta, y en sus inmediaciones, se hallan cubiertos de perpetuas y endurecidas nieves, cuyas capas ó estratificaciones se’pueden contar fácilmente en muchas desús quebradas, se llaman en el pais corrales •. el mas considerable de todos ellos es el nombrado de Veleta, el cual por su situación entre el pico de su nombre y el de Mulahacen presenta la figura de un gran circo, en’cuyo centro brotan las primeras aguas del Genil. La nieve, acopiada por los vientos, que encierra el grandisimo depósito de este corral, está tan petrificada, que tiene la consistencia del mármol mas duro y cuesta trabajo hacer en ella la mas pequeña incisión aun»con una herramienta muy fina. No es posible saber la cantidad de nieve que alli está reconcentrada con el trascurso de los siglos; pero tampoco fuera aventurado el suponer, que se halla todavía en su fondo el primer copo que dirigió á aquel punto la mano del Omnipotente, sino es que infiltrada la nieve por la tierra, busca su difícil salida hacia el Genil. En los puntos verticales de los espresados cerros, y 4/2 leg. antes de llegar á ellos es desconocida toda vegetación, y ni aun tierra se ve en su superficie, cubierta de lajas sueltas y sonoras, semejantes al carbón de encina, que son fragmentos de los minerales que constituyen la sierra solo se encuentran á últimos de julio y primeros de agosto, época en que estos puntos son accesibles, en medio de estas lajas en el pico de Veleta, ó mejor dicho en la esplanada que hay antes de llegar al pico, algunas matas de manzanilla muy raquíticas, pero sumamente aromáticas.

La Sierra Nevada está compuesta de gneis folicular, de gneis pizarroso, de pizarrea micácea ó Gusneschiefen de los alemanes, de cuarzo, de Bomblenda, que alternan formando bancos ó grandes masas; y en el barranco de San Juan, situado en la ladera N., hay un gran banco de serpentina noble.

En el Glisneschiefen se hallan granates, y en el cuarzo cristalizaciones de gran tamaño, pero poco trasparentes, y t e ñidas muchas de ellas por óxido pardo de hierro. Son. muy comunes en esta sierra los criaderos de hierro, y aun en el borde occidental de la profunda cavidad llamada Corral de Veleta, se encuentran á cada paso fragmentos de escorias de hierro que acreditan que en tiempos muy remotos se esplotaron en aquellos puntos minas de dicho «metal, y se verificaron fundiciones del mismo. En el dia se laborean varias minas en la ladera que mira al N. y O., principalmente en Lugros y Jerez del Marquesado, pueblos ambos del partido judicial

de Guadix; existiendo también en las cercanías de Alcudia, que corresponde al mismo partido, gruesos bancos de hierro arcilloso. Es de presumir con fundamento que también haya en la sierra minerales de otra especie, como cobre y plata, atendida su estructura, la naturaleza de los fósiles que la constituyen, y la colocación y alternativa de estos. En tiempos muy recientes se han hecho catas y calas en sus dos lad e r a s » y se han hallado pruebas de existir hierro , hierro mezclado con cobre, cobre en combinación con el oxígeno y -con el ácido carbónico y sulfuro de plomo en el barranco úe üenabre. término de la v. de Aldeire, situado en la falda iN. de SIE la sierra, dentro del partido de Guadix, se encuentran minerales de zinc, plomo argentífero y antimonio, en cuya esplotacion se ocupan muchas personas , existiendo restos de grandes trabajos ant.; y junto al mencionado pueblo de J e rez del Marquesado hay también filones de cobre. Algunos rios que salen de la sierra, como el Parro, que pasa por Granada ; el Guadalfeo, cerca de Orgiva, etciudad, arrastran en ocasiones entre sus arenas pagitas de oro que se dedican á coger algunos infelices; mas no se ha podrdo descubrir hasta ahora el sitio de donde proceden, siendo de temer que se hallen muy diseminadas en la roca ó en el criadero , si es que existe, y que por lo mismo no fuese conveniente ni lucrativo su beneficio. La roca eruptiva que ha formado el relievede la sierra, no se halla al descubierto; solo se ve la serpentina en el barranco de San Juan, cerca de Granada, roca de que se ha sacado mucho partido en otro tiempo para la decoración de edificios; pero es de creer que su aparición sea de tiempos relativamente muy modernos, tal vez.

del último período de los terrenos secundarios. Las canteras de Lanjaron son de bellísimo jaspe blanco y encarnado, y las de Escusar son de piedra franca, de las cuales se sacan sillares para construcción.

La dist. de uno á otro de los cerros Mulahacen y Veleta e s , al parecer, de 4 leg. corta; están enlazados en su parte inferior por unas cordillera que forman vertientes entre los dos cerros, unas para Granada y otras para las Alpujarras, las cuales dan principio en el barranco de Pequeña. Este barranco viene á formar en sus primeras vertientes un ángulo que nace de las mayores alturas meridionales de la sierra, pues cada uno de sus lados parece que emana respectivamente de las vertientes de Mulahacen y Veleta, y recoge todas las aguas que bajan de la cordillera que los une, en la cual se encuentra la laguna de la Caldera, que conserva casi siempre heladas sus aguas. El vértice del ángulo llega con su corriente al r. de Orgiva, y en sus costados se descubren algunos L. de las Alpujarras. En las faldas orientales de Veleta se encuentran una porción de praderas, rodeadas de otras eminencias, que vienen á dar origen al barranca de Guadarnon , el cual recoge también las vertientes» setentrionales de dicho cerro, y de parte de la cordillera que lo une con el de Mulahacen. Hacia el lado N. de la misma nace otro barranco, que llaman del Aceral, y desagua en el anterior por encima del de San Juan ; asimismo se encuentra el del Real, que recibe los de Valdcinfierno y Valdecasillas, que corren al O. de Mulahacen y el de Peñapartida.

Por el S. de este gigantesco cerro se desprenden otros muchos barrancos, entre ellos el de Z’revelez; al N. se encuentra la deh. del Calvario, y al E. al pie de un precipicio de 400 varas de altura, la laguna de Bacares, de 200 varas de long., 4 40 de lat. y 45 de profundidad, la cual se seca en los años de escasas lluvias sin embargo, jamas falta el agua en un pozo que hay abierto en su fondo por la mano del hombre , cuyo trabajo se infiere fue hecho por los moros para surtirse de agua en la sequía de los 40 años que esperimentaron en la época de su dominación en E s paña.

En la cima del cerro Mulahacen, que forma una planicie bastante estensa, se hallan también vestigios de muros, formados de piedra de una mole inmensa, casi superiores á las fuerzas humanas, los cuales por sus divisiones y traza parece que indican haber estado poblado aqueL sitio en algún tiempo. Tanto en las inmediaciones de dicho cerro, como en las de Ve!eta, hay otras lagunas menores, cuyas aguas, lormando ráfagas dé colores eu toda la superficie, presentan el aspecto del arco iris. Las vertientes de los espresados barrancos van á parar á las hoyas del Genil, donde incorporadas con las del barranco de San Juan, situado entre el de Guadarnon y el peñón de San Francisco, todos en la parte N. de Veleta forman el r. Genil, ‘que se encamina hacia Güejar-Sierra. Reunidas las aguas cíe los barrancos del Panderon, Cobatillas, Gavilanes y Santiago, constituyen el arroyo de Maitena, que á la dist».

de 4/2 leg. de Güejar se incorpora al Genil. Igualmente le es tributario el arroyo de Aguas-blancas, que nace en la espresa J a jurisd. de Güejar, de varias fuentes de agua cristalina; pero que á 4/4 leg. de Qüentar se enturbia con la agregación de otro arroyo gredoso, desde donde toma el indicado nombre. El Darro, cuyo origen se halla en el término y sierra de Huetor-Santillan, ramificación de la Ne vada por el N., se encamina hacia Granada, cuya ciudad atraviesa de NE. á S . , y á su salida desagua en la orilla der.

del Genil. La loma de Maitena es una cuerda atravesada en la sierra de E. á O., en una estension de 3 leg. próximamente que habrá desde Güejar al marquesado del Zenet.

Del S. del picacho de Veleta sale en dirección al O. otra cordillera, cuyo lim. está en el cerro del Caballo, última eminencia que domina al valle de Lecrin dicha cordillera que tiene por nombre los Toréales de Cartuja, da origen en sus vertientes N. y O. al r. de Dilar, en cuyo principio y en los sitios de las Lagunillas y Borreguiles se hallan hermosas y dilatadas praderas, donde pastan ganados de todas clases, como se observa desde la cueva de la Ermita. Esta cueva , único refugio de los transeúntes en aquellas alturas (pues las ventas, de que luego hablaremos, se hallan á larga dist. hacia el E ) , tiene difícil su entrada y su salida, y solo puede dar albergue con trabajo á 6 hombres tendidos viene á estar hacia el S. y frente á los Toréales de Cartuja, y la forman varias lajas pizarrosas que , como hemos dicho, es 1a única clase de piedra que se encuentra en aquellos par’agés. De las alturas de este sitio, de sus vertientos -etentrionales, y de las que bajan también del Poniente de Veleta hasta llegar al peñón de San Francisco, se forma el r. de Monachíl, que desagua en la vega de Granada, para fertilizar sus tierras como el anterior. Ader mas de los espresados r. Dilar, Monachil, Genil, arrovo de Aguas-blancas y r. Darro, cuyo origen se halla en la parte N. de Sierra Nevada, caminando de O. á E . , todavia se, encuentra en la misma dirección otro r . , el de Guadix, que recoge las aguas del resto de las vertientes del mismo lado.

En la parte meridional, sumamente quebrada, y en la que á cada paso se encuentran cañadas profundas y colinas mas ó menos altas, que pueden considerarse como sierras ó montañas de tercera formación , son muchos los arroyuelos, ramblas y barrancos que resultan de la estructura particular del pais; pero todos ellos se reúnen y forman 2 r. principales, que son el r. Grande de Orgiva ó Guadal feo , en cuyo artículo especial hemos hecho espresa mención de todos sus afluentes y de los distintos nombres con que es conocido, y el de Ügijar, tributario del Adra, el cual forma el lím entre las provincia de Granada y Almería. Las fuentes de agua dulce y cristalina son infinitas, y también abundan las salinosas y termales, cuyo uso es muy eficaz para la curación de varias dolencias, por inveteradas que sean. Los célebres baños de Graena, 1 leg. al O. de Guadsx; los de Lanjaron en el estremo opuesto, ó sea en la parte meridional de la sierra; los de la Mala, 2 leg. al S. de Granada; los nacimientos de Portubus, Alcolea, Mecina-Bombaron, Valor y Paterna , pertenecientes á la Alpujarra ; los de Dolar y Ferreira al N . , todos son de virtud especial y producen saludables efectos en el tratamiento de muchas enfermedades. Como en el art. de la provincia de Granada, sino en los de los respectivos pueblos, hemos hecho un análisis mas ó menos detenido de cada una de estas aguas, indicando ala vez su aplicación á determinados padecimientos, nos creemos ahora dispensados de repetir dichas noticias.

Éntrelos diversos pasages, gargantas y puertos que se hallan en Sierra Nevada , son los principales el puerto de la Ragua ó de Laroles y el del Lobo ó de Berchul, los cuales sirven para la comunicación de las Alpujarras, situado al S., con los pueblos del marquesado de Zenet, que corresponden al part de Guadix-, y los del de Baza, todos colocados al N. El primero, esto e s , el de la Ragua, único transitable en el rigor del invierno, situado entre los término de Laroles, Bayarcaí y Ferreira, suele quedar cerrado por varios dias y á veces por un mes en los inviernos de muchas nieves, y cuando esto sucede es muy peligroso pasarlo por haber parages donde la nieve sube á mucha altura. Con el objeto de evitar estos peligros, se construyeron á principios del presente si «lo , y sobre terreno seguro, una serie de atalayas como de cuatro varas de elevación á todo lo largo del puerto y á la der. del camino marchando de las Alpujarras al marquesado , y adernas dos ventas convenientemente situadas estos postes ó pilares sirven de guia á los tragineros , quienes gradúan la posibilidad del tránsito por lamparte que las cubre de nieve, y desechando el camino, que está mas bajo, marchan en dirección de aquellas sin esperimentar contra tiempo. A pesar de esto tiene á su cargo el puerto de la Ragua algunas víctimas, porque los transeúntes confiados en los dias serenos se encaminan á aquella altura , y en su dilatada travesía de 2 leg. se improvisan tan fuertes chubascos de ventisca , que cegado el camino por la nieve que cae y la que aglomeran los vientos traída de los cerros inmediatos, les obliga a sucumbir si no vienen á estar cerca de las espresadas ventas. El otro puerto, esto es, el del Lobo , se j encuentra entre los término de Nechite y Aldeire; y, sea ó no I rigoroso el invierno, se pone intransitable desde que prinj cipian las nieves en noviembre hasta que comienzan á der- ] retirse en abril. Ademas de estos dos puertos principales, se atraviesa también la sierra en la estación de verano por hombres escoteros y aun sobre bestias del pais, para pasar á Granada desde los» pueblos de las Alpujarras, por varios senderos, siempre difíciles y peligrosos, que hay á las inmediaciones de Veleta y Mulahacen, á descender al término

de Güejar-Sierra, que se halla á la falda opuesta , á la vista de dicha c .  de este modo se ahorran unos una jornada y otros aun mas, pues desde muchos puntos se hace toda la travesía en menos de un dia.

No hay en esta sierra grandes bosques y espesuras porque está muy cultivada y muy poblada; «sin embargo, á poca dist. de casi todos los pueblos se hallan montes de encina mas ó menos considerables, que por lo general pertenecen á los-propios, y no faltan tampoco trozos de monte bastante estensos , de robles, castaños , fresnos, cerezos y manzanos silvestres, alisos , tejos y bojes; los álamos blancos v negros son muy corpulentos en los sitios húmedos ó de riego, y especialmente en las riberas del Genil; entre los árboles de fruta se crian nogales de gran tamaño, cuya madera es muy apropósito para muebles de gusto. El TKRIIUN’O, aunque escabroso , es fértil y de escelentes produc-‘ ciones de todas clases, cereales, hortalizas, legumbres y frutas, como detalladamente se espresa en el artículo de la provincia de Granada; cria naturalmente un número considerable de plantas aromáticas y medicinales, buscadas con avidez en las respectivas épocas por herbolarios y botánicos, aquellos para utilizarse de las que les son conocidas, v estos porque siempre encuentran algo nuevo, digno de estudio , en este manantial inagotable de rica y variada vegetación.

Sus hermosas praderas y sus deh. ofrecen pastos sabrosos y abundantes para toda clase de ganados, espej cialmente el lanar; en el verano suben á disfrutarlos eu toda la estension de la sierra no solo los de los pueblos de la costa, sino de los que se hallan entre esta y aquella los mayorales dejan abandonadas las toradas por dos, tres y cuatro meses , y cuando ya amenaza la intemperie, vuelven á recogerlas para trasladarlas á otros puntos. La caza es también abundante y variada , y no faltan en los principales r. anguilas, truchas y peces de distintas clases. Las faldas de la sierra, laboreadas en bancales por su escesivo declive, donde alfombran el suelo verdes prados surcados por cristalinos arroyos; donde crece la vid enlazada al moral y al olivo , al «limonero y al naranjo; donde se goza en fin , de una temperatura tan benigna, que por diciembre embalsama la atmósfera el aromático perfume del azahar y de la rosa, ofrecen sorprendentes paisages y productos riquísimos, apesar de los cuales, los habitantes viven sumidos en la miseria, por falta de caminos que faciliten la esportacion.

Y es de notar , que mientras la suave temperatura que se goza en las faldas de la montaña , fomenta el desarrollo de multitud de plantas propias de los paises mas cálidos, á mayor altura solo se observa la escasa vegetación de las tierras polares, sino es que las perpetuas nieves que cubren algunos puntos, impida toda clase de vegetación.

En esta escala gradual y admirable de temperaturas, es muy común observar, que mientras una planta inmediata á los ventisqueros de nieve, está naciendo, otra igual, mas separada de ellos, está al mismo tiempo retallando; otra, colocada en sitio mas bajo y abrigado, se encuentra en forma de capullo; y por fin, la que está situado en el llano, defendida de los vientos y recibiendo la benéfica influencia del sol, ha adquirido todo su desarrollo y llegado al estado de la florescencia Cuanto pudiéramos decir de la ind. y del comercio que se ejerce en los pueblos de la sierra, no seria mas que una repetición de lo que dejamos espresado en el artículo de la provincia de Granada á él, pues, remitióles á neslros lectores para dicha clase de noticias