PIEDRA

real monast. que fue de I’P. bernardos en la provincia de Zaragoza (.20 leg.),parí. judicial do Ateca (3 1/4), diócesis deTarazona (48 4/4), térra, jurisd. de Nuévalos (4,4). Sit. á U márg. der. del r. de su nombre, en la pendiente de una sierra que le defiende de los vientos del N., el cual se encueatra como oculto entre aquellas breñas. Le cerca una Ы ga tapia fortalecida por redondos cubos, defendiendo su entrada un cuadrado torreón con sus almenas y salientes matacanes, abierto en arcos á manera de mirador: hay otra segunda puerta mas adentro flanqueada por 2 torrecillas; y en los ¿ ouerpos de columnas empotradas en su fachada, revelan los capiteles bizantinos de las del segundo su distinta procedencia y la destrucción de una primitiva columnata de la cual debieron ser arrancados. En el interior de portal algunos rudos frescos que representan á la Virgen con los Stos. monges Benito y bernardo,y^ los Stos. caballeros Martin y Jorge, indican el remoto principio de la capilla que allí se encierra; pero al desembocar en el atrio, apartándose las miradas de las fab. circunvecinas del campanario de ladrillo v de la postiza y ya ruinosa galena pegada al froiitL del templo, se reconcentran en el portal bizantino, cuyos г arcos en degradación saludan la naciente ogiva, compla ciéndose en los foliages y triangulares colgadizos que adornan los arquivollos, en los capiteles de las bajas y cilindricas columua*, cuyas agudas hojas se retuercen en salientes florones, y en las aristas de los ángulos claveteadas con estrellas de relieve. Vénse 2 estatuas de Alonso 11 y Jaime I, siendo sensible que no correspondan estas al bello pedestal

[ue les forman 5 bizantinas columnas con sus variadoscaj¡ teles, y á los soberanos á quienes el monast. debió respetivamente su fundación en 1 4 US y su conclusión en 4248. Surgió el vasto templo á principios del siglo ХШ cuando «I irte palpitaba con el presentimiento de su periodo mas brilante: ogiva en las bóvedas, ogiva en los arcos de comunicación du las naves laterales con la principal , anchuroso crucero do – arcadas, aunque sin cúpula, con 2 capillas ogivales por frente en cada brazo, tales son los ráseos innovadores que la transición marcó sobre la mole todavía bizan.ina. Pero á últimos del siglo XV11 ó principios del siguiente se proyectó adornar aquella desnudez , respetada ‘ por Й entunas, y pilastras barrocas envolvieron los torneado* piares; una pesada cornisa se tendió á la altura del arranque de la bóveda; pésimas molduras so enredaron en las ventanas de cilindricas columnitas, y a; mu,. U ú cada pilar se apostó una colosal efigie de santo de poco mérito. Desapareció casi bajo el sobrepuesto disfraz la primitiva idea, y tan solo el áspide, con el reciento destrozo del altar mayor, ha ostentado de nuevo sus bellas formas el pardo color de su piedra, los arcos de la clave apoyados con gracia sobre ligeras columnas, el ara augusta oprimiendo robustos pilares, y las & profundas ventanas, que por cstraña transacción admitieron calados arabescos ensu marco bizantino, En las grandes hojas de sus puertas representó por la pai te esterior un pincel puristo no despreciable, O pasages de los hechos que prepararon el nacimiento del Redentor, y otros 6 do su pasión y muerte. Al penetrar en el templo se admiran 8 ángeles revestidos de alba y dalmática con arábigos caracteres en sus orlas, resallando sus bellos contornos y los vivos colores de su ropage sobre un fondo de rica tapicería y sobre un variado pavimento de mosaico bajo arcos de relieve: en la mitad superior de las puertas campea aun mas al descubierto el estilo árabe, entrelazando con su ingenioso enredo dorados cordones sobre campo azul, y matizando de encarnado y verde los cuadros que siembra do rosas y oro. En cuanto al tabernáculo mismo, depósito de reliquias numerosas deque ya no conserva sino los rótulos, fórmanlo 7 arcas, cuyos frontones piramidales y delicadas columnas, grecas y arabescos destacan dorados sobre un fondo azul Cordado con ramages de oro de osquisito gusto. Junto al áspide de la iglesia hay 3 ventanas partidas por una columna que recuerdan el estilo del siglo XV y la memoria del Papa Luna, cuyas insignias pontificales y blasones de familias, marcan la obra de su munificencia. Frente al pilar de donde colgaba el fúnebre aldabón esclusivamcnte destinado á anunciar la agonfa del religioso con sus tres fatídicos golpes,despliégase’magestuosa en 2 ramales la escalera principal, sostenida toda por arcos y cobijada por una linda bóveda de crucería : bellísimos son lo> efectos de óptica producidos por aquel conjunto de ángulos y revueltas de que se forma dicha escalera, que apenas hallaría rival en su linea, si á la disposición y grandiosidad de su estructura correspondiesen la preciosidad de la materia y el adorno de los detalles. Contigua al monast. y en el borde de un precipicio blanquea ta cuadrada ermita de Ntra. Sra. de la Blanca ó de los Argadiles, que desde su renovación en 4755 apenas se recomienda sino por el carácter puro é interesantes detalles de su gótico retablo.

El cot. red. ó término que correspondía á este monast. se estiende sobre 1 leg. , y confina con Nuévalos, montos de Lliimes é Ibdes. Comprende una laguna llamada los Argalídes donde se crian muchas truchas, 4 despeñaderos, incrustaciones de yerbas y árboles , estalactitas de varios colores, algunas canteras de mármoles preciosos y una cascada natural del r. Piedra, que corre hacia el NO. en busca del r. Mesa, después de aumentar sus aguas con el riach. Orfiz. El terreno es de buena calidad y dentro del mismo monast. hay una hermosa huerta que se riega por medio de una acequia, que procede del r. antes mencionado. La propiedad de este monast. y sus dependencias corresponde á D. Pablo Muncadas. En lo ant. fue de mucha consideración, y á los pocos años de haberse fundado , los barones y los demás de los contornos legaban sus bienes al nuevo monast., concediéndole también el monarca absoluta jurisd. sobre varios I. y facultad para poblarlos de cristianos ó de sarracenos: de esta manera Piedra se erigió bien pronto en opulento sen.,

cuyo prelado brillaba en los escalios ecl. de las asambleas legislativas, cuyas arcas aliviaban generosamente las necesidades de los reyes, sirviendo su mansión de asilo al pobre y al peregrino, asi como de solaz y hospitalidad magnífica al caballero. Es célebre ademas este monast. por baber principiado allí la reforma da esta ordenen España el monse Fr. Martin de Vargas, y por haber tomado en él la cogulla D. Hernando de Aragón, nieto del rey D. Fernando el Católico, que fue después arz. de Zaragoza, virey y ciudad g. de Aragón.