BASCARA

v. con ayuntamiento  De la provincia, partido  Jud.  Y d i ó c de Gerona ( 4 1 /2 horas), aud.  Terr.  Y ciudad g. de Barcelona(22 1/2); SIT.  Sobre una colina, á la inmediación del r. Fluvia, y combatida por el viento N.; su CLIMA es sano; tiene 2 4 CASAS, una lorre que sirve de cárcel y una iglesia  Parr.  (Santos Acisclo y Victoria)servida por un cura de entrada; confina el término,

N. r. Fluvia, E. Calabuig , S. Orriols y O. Parets y Gallinés; en él se encuentran dos fuentes de buenas aguas; el TERRENO es de mediana calidad; le cruzan diferentes Veredas y CAMINOS de herradura, la carretera que conduce de Barcelona á Francia , otro camino carretero que dirige á Calabuig y los de la misma clase que van á Vila de Muís y Parets; recibe el CORREO diariamente de la adm.  De Gerona por el conductor general; PROD.  : cereales, vino, aceite, legumbres, hortaliza y algunas frutas; cria caza , y en el Fluvia hay pesca , anguilas y otros peces; POBL.  : 2 8 v e c , 1 1 9 almas; CAP.  PROD.: 2 .  1 1 8 , 4 0 0 reales; IMP..- 5 2 , 9 6 0 ; el PRESUPUESTO MUNICIPAL que asciende de 2 á 3 , 0 0 0 reales  Se cubre por reparto vecinal.

HISTORIA.  Esta población  Opina el Sr.  Corles y López ser la ant.  Deciana, que figura en las tablas de Ptolomeo y en el corto fragmento que nos ha quedado de la tabla Peulingeriana.

Pero el mismo Sr.  Cortés persuade no haber otra guia que Ja sinonimia para la reducción de Deciana, y en ella se afirma solo para determinarla así.  No contradiremos en esta ocasión á este erudito geógrafo, porque como faltan pruebas para la afirmativa, tampoco las hay negativas: mas preciso es confesar que no podemos avenirnos con este señor en la facilidad y frecuencia con que cree encontrar los nombres que los iberos diesen álos objetos en su primitivo idioma, suponiendo haÍH- rsido vertidos luego al idioma de los pueblos que poste

Nórmente dominaron el pais, volviendo á encontrarlos por fin con sus primitivas raices.  Concedemos que algunos escritores , tales como Plinio, se han complacido en dar la traducción de muchos nombres, y que esto no debe obstar á que se conservase el primitivo con frecuencia en su original idioma, y que por fin este nombre prevaleciese; porque no todos recibirían la traducción, y muy pocas veces tendría acogida sobre el mismo pais.  Pero un escritor griego como Ptolomeo, caso de traducir un nombre ibero, no le hubiese dado versión latina, como resultaría si Deciana se derivase de decem, según pretende el Sr.  Cortés; ni hay razón para asegurar que Ptolomeo tomase esta traducción de ningún autor latino.  No es de presumir siquiera que este modo de presentar los nombres de las población, se adoptase al formar un itinerario como la tabla Peulingeriana; y mucho menos cabe que una vez vulgarizado el nombre con la innovación ó traducción, loque es muy de pensar cuando se encuentra coustanlemente usado de una misma manera por todos los escritores, haya de haber vuelto á sus primitivas raices.  Con frecuencia se esponen algunos á estender tinieblas en vez de luz sobre la ciencia geográfica, dando esta escosiva lat, al recurso que se proponen encontrar en las etimolojías y sinonimia: nosotros las reconocemos de gran valor; mas no cuando, como en el caso presente, es preciso saltar, desde un nombre que se trata de afirmar ser conservado de los ant.  Iberos, sobre otros árabes , latinos, griegos, etciudad, para suponerlo existente otra vez allá en la oscuridad de los tiempos, sin que de parte alguna asi conste y por medio de conjeturas las mas veces puramente voluntarias.

La traducción de la voz Ebnra en Coerealis que ofreció Plinio, la de Ccprealis en Granada que conjetura el mismo Sr.  Cortés, nodeja de ser muy natural, como la de Akra-Leuke en Cherronesos, y la de Cherronesos en Peníscola, y asi otras muchas que siguen el mismo curso desde el origen del nombre con la lengua española; pero cuando se ha de faltar á este orden cronológico de las voces, creemos necesario algim otro fundamento que no sea únicamente prod.  De nuestra imajinacion, pues, esto, repetimos, siempre es muy espuesto , siendo rara la voz que , si se la quieren buscar, no se la encuentren raices que parezcan las propias porto naturalmente que se la ve proceder de ellas en muy distintos idiomas , y asi vemos que los mas profundos conocedores, en llegando á esto de etimolojías é interpretaciones, cada uno deriba 1os nombres del idioma que le es favorito: todos son para unos hebreos, todos fenicios para otros, todos célticos para muchos, todos para otros del vascuence, e t c .  , y cada uno viene de este modo á resultar con sin fin de significaciones.  Puede por tanto ser Bascara la ant.  Deciana, y resultar entonces esta población  De un origen común á los pueblos mas ant.  Da la Península, y haber sido de consideración bajo la dominación romana , gozando el fuero de Lacio ant., y hallarse entre los adscritos al conv.  Jurídico de Tarragona, aunque en casi todas las ediciones de Plinio se ha escrito con error Edatani por Deciani, y haber servido de mansión á las legiones del imperio, pasando por ella la calzada romana según resulta de la tabla Peutingeriana ; aunque en el itinerario atribuido á Antonino se haya omitido esta mansión: y asi parece apoyarlo aun las señales de antigüedad que se observan todavía en esta v. y su posición mediterránea en el terr.  De los indigetes, á la orilla del Fluvia, pasándose por ella en lo ant.  Este r., lo que es indicio de haberse dirigido por allí la calzada descrita en la mencionada tabla: nosotros sin embargo no la presentaremos como cosa averiguada, haciéndolo solo como una reducción que ofrece cierta probabilidad.

En Bascara sentó su campo el mariscal Belfonds el 3 de mayo de 1 6 8 3 , habiendo sido enviado por el rey de Francia á la guerra de Cataluña : puso en esta v. sus almacenes para proveerse en el sitio de Gerona.  Llegó á Bascara el ejército español, persiguiendo al francés, en 2 7 de marzo de 1 6 8 9 : supieron los españoles que estaba acampado el enemigo entre Cabanas y Peralada; pero este se retiró al Bosellon , rehusando la batalla á qup le instigaban los españoles.  Bascara fué uno de los puntos forlificadosque el mariscal Suchet voló en 1 8 1 4, viéndose en la necesidad de juntar las reliquias de su ejército bajo el cañón de Figueras.

Habíase dispuesto á recibir al rey D. Fernando VII á su e n trada en España, en marzo del mismo año 1 8 1 4 D. Francisco de Copons, general del primer ejército español , y al efecto trasladó su cuartel general desde Gerona á Bascara en 2 1 de

Dicho mes.  Avisado deque S. M. se acercaba, colocó sus tropas el dia 24 á los primeros rayos del sol, en la orilla der.

Del Fluvia.  Lo mismo hicieron los generales franceses en la opuesta, y se formó un vistoso anfiteatro.  Oyéronse muy luego alternativamente en ambos campos salvas y músicas que retumbaban por el valle, y se mezclaban al ruido y algazara de los soldados y paisanos que acudieron de la comarca.  Un saludo de 9 cañonazos, precedido de un parlamento, ¡.nuncio la llegada del rey Fernando, quien al poco rato se dejó ver en la ribera izq, del Fluvia, acompañado de su tío et infante

D. Antonio y del mariscal Súchel con alguna caballería.  Et gefedc estado mayor francés Mr. Saint-CyrNugues se adelantó para poner en conocimiento del general español, que iba á pasar S. M. el r., lím enlonces de ambos ejércitos.  Sucedió asi, y al sentar el revá hora de mediodía el pié en la márg.  Der., solo ya con el infante su tío y la comitiva española, ofrecióle

D. Francisco de Copons, hincada la rodilla en tierra y con el acatamiento correspondiente, sus respetos, y pronunció un breve y gratulatorio discurso, adecuado al caso, poniendo ademas eii las reales manos un pliego cerrado y sellado que le habia sido remitido por la Regencia del reino, conforme á loque prevenía el art.  3 .  » del decreto de 2 de febrero; bajo cuya cubierta venia una carta para S. M., informándole del estado de la nación con varios documentos y comprobantes adjuntos.

Llegaron entonces al colmo de la alegría y entusiasmo, viendo los concurrentes al rey entre ellos al cabo de 6 años de ausencia.  Revistó en seguida S. M., acompañado del infante.  D. Antonio, las tropas que desfilaron por delante formadas en columna: todo era aclamarse unánimemente al rey con vivas de efusión verdadera, sin que asomase entonces el amargo presentimiento que hubiera sido oportuno, estando inmediato el premio con el derrivo de las instituciones.  Continuaron

S. M. y A. su viaje, entrando el mismo dia 2 4 en Gerona; y después decretaron’ las Cortes que se levantase sobre aquél mismo sitio un monumento que perpetuara la memoria de este noble acontecimiento.