ANDALUCÍA

limítase á veces esta denominación geográfica á los antiguos reinos de Sevilla y Córdoba, y entonces se divide en alta y baja, según el curso del Guadalquivir; pero generalmente se estiende también á los de Jaén y Gra nada, llamándose Andalucía todo el delicioso país meridional de España, comprendido entre los 36″ y los 38″ 48’de lat., y desde los 2″ E. á los 3″ 35′ O. long. del meridiano de Madrid. Batcnlc por el S. las olas del Mediterráneo, y sé prolonga sobre el Océano, pasando el estrecho de Gibraltar, liasta que confina con el Portugal por O.; la gran cordillera de Sierra Morena es su lim. N. j y por el E. lo son las sierres de Segura y Cazorla. Su estension de E. á O. es de 87 leg., y de 40 la de N. á S.: el desarrollo de su superficie compone 3,283 leg. cuadradas. Dividido este terr. en una multitud de valles mas ú menos espuestos á los ardores del sol y á la influencia de los ramales dé las montañas que le cruzan en varu-.s direcciones, pobladas unas de bosques frondosos , otras desnudas de toda vegetación y otras cubiertas de perpetua nieve, participando también de la acción de las aguas del mar en una costa tan dilatada, ofrece un Clima en unas parles ardiente , sobre todo hacia las costas; en otras mas ó menos templado y en otras deliciosísimo. Muy rara vez se ve la nieve en sus llanuras, y cuando en los inviernos mas rigurosos cae alguna, se derrite asi que toca la tierra; cos’ tando mucho trabajo conservarla , aun en los montes inferiores ; al paso que en otras cimas resiste á los mas estremados estíos.

La Andalucía se présenla erizada de montañas mas ó menos elevadas, muy fértiles unas, y otras muy ricas, va en pastos, ya en minas de diverso género, y en canteras de mármol y otras piedras. La ciñe por la parte del N., de E. á O., con alguna inclinación al SO., en las inmediaciones de la embocadura Sel Guadiana, la cordillera de sierra Morena, de la cual bajan hacia el S. todos los r., riach. y arroyos que desembocan en el Guadalquivir por su orilla sct., menos el Tinto y otros menores que desaguan en el Océano, en las inmediaciones de Palos, Moguer y Huelva. Casi lamisma dirección sigue la cordillera que, arrancando del confluente del Guadalmena con el Guadalioiar, y en la dirección SE., hasta Orce, del partido judicial de Huesear, provincia de Granada, se endereza luego al O. á buscar la sierra de Alhama, y llega á Ronda, donde se inclina hacia el S., é internándose un poco en la provincia de Cádiz , va á terminar en Gibraltar. Del nacimiento del r. Guadix en el partido de este nombre, sale un ramal de la misma sierra, en dirección de E. á O., que termina hacia Montilla y Lucena; y reunidas estas dos cordillera en la confluencia y el curso de aquellos dos r., por medio de algunos ramales que se desprenden de la sierra de Alcaráz hacia Puerta-Segura, forman el gran valle, ó la Cuenca del Guadalquivir, que recibo por su orilla meridional todas las aguas que bajan al N. de la segunda cordillera, menos el Guadalcte y algunos otros menores, que de la sierra de Ronda llevan sus aguas, ya hacia el golfo de Cádiz, ya hacia el Estrecho; y todos los riach. que, teniendo su origen en la misma cordillera hacia el S., desembocan en el Mediterráneo, entre Gibraltar y el cast. délos Terreros, en el lira, de la actual provincia de Almería, y la de Murcia. Los principales de estos últimos, son, el Guadiaro, el Guadajoz, el Grande, el de Adra, el de Almería, y el Almanzora; y de los que desaguan en el Guadalquivir, sonelGenil, el Guadix, el Gúadalimar, y el Corbones. El Guadiana puede también considerarse como perteneciente á Andalucía, pues la separa de Portugal porel O., hasta que se le une elr, Chanza, que continúa dividiéndola hasta ecrca de su origen y el lim, de Estremadura. Hablaremos en sus respectivos art. de cada uno de estos r., asi como de las sierras mas importantes que toman diversos nombres, según sus ramificaciones de sierra Bermeja, que con la Blanquilla forman

parte de la sierra de Ronda, sierra de Filabres, de Bujo.de .Ia» val^Cohol, Sierra-Lcita, sierra de Quesada , que con los montes de Torres en el ant. reino de Jaén, forman la unión con sierra Morena y sierra de Segura; las sierras de la Alpujarra, de Gador, y Contraviesa, la de Cazorla, sierra Susana y de Constantina.

Al penetrar en Andalucía desde las Castillas.se atraviesa un país, cuyos prod. naturales empiezan ya á indicar el infiujode un clima mucho mas que templado; pero que no se diferencia demasiado de los estremos de aquellas. Mas apenas se llega á las cimas de los montes Marianos, ó sierra Morena, parece que ya se encuentra una naturaleza distinta : la misma colina que en su pendiente set. se ve cubierta dejaras, tomillos, anlirrínos y escitas, que indican un paralelo inferior á los 13″; esa misma eslá poblada en su falda meridional de lentiscos, coscojas, anagiris, y otros arbustos de los paises ardientes, á cuyo pié crecen las plantas umbelíferas, malváeeas, y labiadas africanas. En las inmediaciones de Sevilla crecen al aire libre los plátanos, los eritales, el árbol del coral; y cuando se va uno acercando á las costas marit., ya casi ha desaparecido la vegetación europea, para (lar lugar á las plantas exóticas, ó que se miran como tales’en la flora-atlántica. Los palmitos ó palmeras enanas son, digámoslo asi, el vegetal indígena de esta parte do Andalucía ; y asi es que cubre todo el terreno que no le disputa el labrador. El alcaparro, el olivo silvestre , llamado acebnche, y los astragalos leñosos crecen espontáneamente en algunas comarcas pedregosas, y los alelíes, conocidos con el nombre de viola-matronal, se encuentran á la vez por do quiera. Por eso las pob!. están al tiempo déla florescencia de los árboles embalsamadas con el delicioso perfume délos naranjos y limoneros, que unos y otros forman bosques de una prodigiosa estension ; y cuando desaparece su verdor porestar cubiertos de blanquísimas flores, llega á ser casi insoportable su fragancia. El Terreno, aunque seco, es feracísimo; y produce tanto, que apenas hay cosa necesaria á la vida ó al capricho del hombre, que no se halle en grandeabundancia. Es copiosísima la cosecha de trigo, cebada, aceite y esquisitos vinos, de que provee á una gran parte de Europa y de América ; y variada hasta el infinito la clase de las uvas. Son muy especiales las frutas de sus deliciosas vegas, muchas de las cuales están cubiertas de árboles, asi como las huertas y jardines de naranjos, limoneros, higueras granados y otros árboles frulales^Las verduras, hortalizas y legumbres son muy apreciables, aunque escasas por falla de riego. En la costa del Mediterráneo, desde Gibraltar á Málaga, se cultiva el algodón y la caña de azúcar, y se hace gran cosecha de seda, agrios, cidras, higos, almendras y pasas. Aunque la mayor parle del terreno es suave, llano, y muy espacioso, no faltan, como hemos dicho , montes de árboles con pastos escelcntes que-mantienen mucho ganado vacuno, cabrio y do cerda, y dan abrigo á la caza, especialmente de perdices y conejos ; y en las den. de monte bajo y deliciosas riberas, se cria considerable número de ganado lanar. Hay también numerosas yeguadas en que se crian hermosos, veloces y briosos caballos, de donde han salido los mejores de España. La mayor parte de los r. abundan de buenos pescados; pero ningunos tan sabrososcoraolos sábalos, albures y róbalos: también se cogen infinitos y variados en toda la costa, y la marisma eslá poblada de aves estranrdi narias, muchas de ellas no conocidas, ni aun por sus nombres. En cuanto al reino mineral la Andalucia, tan rica bajo los cartagineses y los romanos en minas de oro, plata, y otros metales y piedras, es también en el día notable por el desarrollo que en ella lia esperimentado la riqueza minera , como ya hemos manifestado en algunos art., y tendremos ocasión de reiterar en la seguida de nuestras tareas.

En cuanto á la Ind. , Comercio , Instrucción Publica , BeNeficencia , Criminalidad, y otros detalles á que no es posible descender ahora, sin cometer repeticiones , nos referimos á los art. de las ocho provincia en que en la actualidad está dividido el terr. de Andalucía. Sin einliargo, como parte inlegrante de esle articulo , presentamos el estado que sigue.

Los andaluces son festivos, de imaginación ardiente, y con recuerdos arabescos en la pronunciación desús guturales. En Andalucía es donde residen mas familias gitanas, sin duda por lo que favorece el clima á sus grangerias y tratos, y por la consonancia de su genio avieso y decidor con el habla graciosa de los naturales.

Historia Civil. Eneslc deliciosopais, agraciado por la naturaleza con el concurso de las proporciones de todos los países; v como adjudicado con este motivo, por la misma, al dominio del mas fuerte ; habiendo de retirarse al fragoso nacimiento de los r., á adquirir nuevo vigor, en la dureza de su clima é ingratitud de su suelo, aquellos que á la feracidad y dulzura de esta region feliz le hubiesen depuesto, para volver á disputar sus comodidades á los que se las arrebataran ; en este país privilegiado no hulm de perpetuarse poder alguno, hasta que la ilustración trajera abajo la idea de conquista, y arrancase el éxito de las armas á la fuerza, confiándolo al talento. Mientras era el teatro de continuas batallas, fué también el objeto de la poesía de la Grecia, que desfiguró los hechos mas notables de su historia. Aquellos campos Elíseos donde cantó Homero soplar siempre los céfiros, y haber enviado los dioses, en su tiempo á Menelao; aunque quiso Bailly estuviesen en la Atlántula , mal podia una helada region desde los 70° de lat. boreal rivalizar con la dichosa Analucia, para dar en ella los poetas morada á los bienaventurados , cuando no pudiera ofrecer comodidad ni aun á bs lieras. Si bien se colocaron los Elíseos junto al Tártaro, que es la mansion de las tinieblas, y con esta idea parece convenir la noche de 6 meses en el norte ; también á esta noche se sigue un dia de igual duración que la repugna. La mansion de las tinieblas era ltd duda aquella region del último término de la tierra, donde el sol, después de dada su vuelta y concluido su curso, desuncía sus caballos y se entregaba al descanso. Aquella region donde se elevaban las columnas, con que se fingió haber marcado este Hércules físico el término de sus espediciones. Aquella region donde dice Homero:

Incidit Océano lux fulgentísima solis.
ytgrantem noctem et madida sidera ducens.

(Iliad. 9. v. 585.)

Era esta la region misma donde aseguró Artemidoro hacerse el sol cíen veces mayor de lo que es natural, y sobrevenir la noche al punto que se verificaba su puesta, la cual, según Posídonio, se creia realizar haciendo rechinar con grande ruido las aguas del Océano por apagarse en ellas su llama, cuyas opiniones rebaten el mismo Posidonio y el filósofo Estrabon. Mirando en los últimos término de la tierra una region, como origen de las sombras, para espresar esta idea geográfica, se la llamó el Tártaro. Eran estos últimos término déla tierra el monte Calpe y el cabo de San Vicente, según Estrabon, que colocó los lím. occidentales de la tierra en los últimos promontorios de Europa, habitados por los iberos. Plinio llamó á Calpe el monte estremo: Avieno dijo ser esta costa ora última térro?. Aquí empezaban el Tártaro y los Campos Elíseos, que estaban vecinos. Por esto Trogo Pompcyo colocó en los bosques Cuñetes la guerra de los titanos, que Homero presentó en el Tártaro, y Ovidio dijo: Presserat occiduus Tartesia litara Pfuebus. De aquí el llamarse tarlesios los dé la isla de Cádiz:

A’jm unicorum lingua conseptum locum
Gadir vacabat: ipsa tartessus prius
Cognomimata est. (Avienus.)

De aquí el nombre tartessos del r. Guadalquivir (atendiendo particularmente á sus bocas), que dijo Pausanias ser el mas considerable de España. Laciudad Tartessus de la Iberia, espresó Estephano Byzantino, tomar su nombre del r., y hubo de comunicarle igualmente á toda la Andalucía; como la comunicó después el nombre Bœtis, que le dieron los griegos, según Séneca el trágico:

Nomenque terris qui dedid Bœtis suis, (in Medea).

Asi el nombre Tarteside debió espresar no solo la region formada entre las bocas del Bœtis: sino lodo este pais, al que con venia igualmente que al г., interpretada la voz Tartessis, occasu último, por Séneca (traged. 1). De este modo dijo Estrabon , haber ocupado los tartessios la region llamada en su tiempo Turdulia, en Hcrodolo se llama Tartessis á la Bélica; los tartessios aparecen mencionados en Polybio, aunque con error de copia Thersitas por Tartesítas; Anacreon apellidó beatos y bienaventurados á los tartessios; y Avieno

dijo que habitaban un campo feraz y rico. Conforme al rigor de la idea mitológica, que se ha manifestado envolver la voz Tártaro, y su equivalente el nombre Tartessis, no podían aplicarse mas que á la costa que ve caer el sol en el Océano, reservando este campo rico y feraz de Avieno, para los Campos Elíseos; mas, por ostensión, la geografía le aplicó á lodo este país de occidente, donde se conceptuaban los últimos términos de la tierra , en cuyo concepto puede provenir el nombre Tartessis del hebreo are/z-sop, pronunciado con art. griego Tuarctsop, y de aqui Tartessos. Habrá alguno, que, colocando con Bailly en el N. el ibón del género humano , contra el fundado parecer de Pinkerton, las antiquísimas tradiciones de Platon, y la sagrada historia de Moisés, repugne esta etimología, negando á Marco Barron , grande investigador de antigüedades, la venida de iberos [y persas á este país, antes que los traficantes de Fenicia ; la población de los Thobelios á Flavio Josepho, escritor diligentísimo, que, como hebreo que era, leyó y oyó esplicar las historias de Moisés, y se ocupó en estudiar & todos los historiadores caldeos, egipcios y griegos que le habían precedido, aprovechando hasta délas tradiciones; su verdad filosófica á las fábulas de todos los pueblos contra el dictamen de Dionisio Halicarnnsco, Estrabon, Tilo Livio, Diodoro Siculo (lib. I pág. 6.): Aldrete en el origen de la lengua castellana (lib. HI cap. 1): D. Marlin Panzano en su paralelo histórico, etciudad, y los conocimientos que proporcionan á las etimologías, sin apreciar la luz que Samuel Bochart, Tomás Hide, Cristiano Wormio, Natal Alexandrine, etciudad han dado á la geografía sagrada, y al origen y propagación de las naciones. Dionisio de Halicamaseo no desdeñó las antiquísimas fábulas que escritores anteriores habían pasado por alto, no siendo de aprovechar sin dificultad y gran trabajo: Historiam autem ordior ab antiquissimis /ábulis, quas superiores scriptores prœtermisserunt, quod non sine, dificúltate et magno labore, reperiri possent (Antig. Bom., Hb. I с. 8). Según Estrabon , en las fábulas se escribieron la física y la historia de los ant. Asi bajó la fábula del Hércules, que levantó las famosas columnas al término de sus trabajos, el cual representado como piloto , es el compañero de Baco y de Pan, los Noo y Thoel de la historia, se ofrece la venida de los orientales, siguiendo al sol hasta el O., y su establecimiento en este pais. Homero coloca á los Titanes en el Tártaro, desde donde dice movieron contra los dioses la guerra lan celebrada ; de este modo se hubo de contar ya al guna guerra, sostenida por los Tartessios ó Turdetanos. para conservar sus envidiadas propiedades, invadidas por un rival

Íioderoso. La fábula del Hércules Argonauta, que vinoá robar as vacadas al pastor ¡artesiano Gerion, dice la llegada de los Fenicios á la Tartessis. Conocido es lo que, al descubrirla hubieron de cebarse eslos traficantes en sus incalculables riquezas, y el trastorno que trajeran sus contrataciones á la religion, moral, ritos y costumbres de sus pueblos , contenidas en los poemas y versos de los Turdetanos, «píe Estrabon dijo, contar en su tiempo 6,000 años de antigüedad. Adoraba la Tartessis á un dios supremo , que no podia ser nombrado, ni representado ron imagen corporal, ni cerrado entre paredes. Veneraba también al dios Endobclieo, y alguna otra divinidad, como Hércules, en cuyo templo gaditano tampoco había imagen alguna: »Sulla effigies simubicrarc nota Deorum majestate. locum, et sacro implevere timorc* (Silio Itálico lib. Ill v. 30). Los fenicios hubieron de comunicarla sus deidades y sus usos (V. España), empezando aqui la adulteración de sus ant. que habían de continuar otros pueblos. El diligentísimo Estrabon refiere el principio y progresos de sus establecimientos, conforme á las tradiciones de los gaditanos: dice que los Tirios, habiendo de enviar una colonia á las columnas de Hércules por la autoridad de un oráculo, como los gobernantes de Tiro hubieron de persuadir al pueble, para que tomase la espedicion con entusiasmo, trataron de conocer antes las ventajas del pais.

Al llegar sus comisionados al estrecho, creyendo ver las columnas de que babia hablado el dios en los montes que le forman, tomaron lierra ; pero habiendo hecho sacrificio á Hércules, y no presentando buenos auspicios las víctimas, esto es, no habiendo sido bien recibidos, desnudo de la locución litúrgica el sentido históriro, retrocedieron hacia Calpe. Pasado algún tiempo, avanzando estos mismos comisionados unos 1,500 estadios en lo esterior del estrecho, llegaron á una isla que ya entonces estaba consagrada á Hercules. Era

y pretor en la Botica , mirando á esta provincia como su ya, con especial inclinación, según resulta del citado fragmento, y con esto encareció los cargos que en su oración hizo á la provincia en general y en particular á algunas ciudades, acusándolas de haber correspondido con ingratitudes á sus beneficios. Después, según Dion Casio, fue cargando mas tributos, y quitando campos á los rebeldes ; al paso que premiaba ,i los que le habían servido , á unos con el derecho de ciudadanos romanos ó de municipio; á otros con el de inmunidad; ó concediéndoles campos; aunque también recibió algun interés por tales gracias. Con Julio Cesar, se halló en la Bética su sobrino Octavio, llamado después Augusto, y puesta en manos de este la España , concluida la guerra Cantábrica, sancionó la division en 3 provincia, en su sétimo consulado , 27 años antes de J. С Quedó entonces esta gobernación consolidada , y fijos los lim. de la Bética cuya provincia dejó Augusto al gobierno del Senado. Por el Occidente locaba con la boca del Ana («Guadiana) ; el lado setentrional se estendia por toda la orilla izquierda de esle r. hasta encontrar la Tarraconense en la Oretnnia, que alcanzaba hasta la Puebla de Alcocer; el oriental se limitaba por una línea tirada desde este pueblo, por el E. de Mengivar á Cazlona, y por el O. de Baza y Guadix, á Barca ó Vera, colocada por Ptolomeo cerca de los 12″ de long. ; y el lado meridional daba con el Océano, el estrecho Hercúleo, y el mar interno, como espresa el mismo Ptolomeo. Distintas naciones poblaban este terr. Los geógrafos del imperio presentan á los Túrdidos mediterráneos, estendidos en la parle oriental hasla Ecija ; su cap. era Córdoba por el N., y Ecija desde Jaén hasla las Alpujarras (V). Eos Titrdelanos propiamente dichos, pues bajo su nombre, sfgun Estrabon, muchos comprendían también á los Túrdulos , como Til. Liño, que no hizo diferencia entre unos y otros, pudiendo comprenderse igualmente todos los hab. de la Bética, conforme al testimonio del mismo Estrabon (V. Turdktania) , ocupaban lo interior hasla cerca de la costa atlántica; su cap. era Híspalis. La costa dicha estaba dividida entre Váslulos ó Vaslitnnos desde el Guadia na al Guadalquivir; y Túrdidos marítimos deste este r. hasta Calpe. Ocupaban la cosía del mar Ibérico los bástulos-poeuos. Sobre los Instílanos de la costa atlántica se estendia una region que lomaba inmediatamente su nombre del Bétís : la parte oriental de esta region pertenecíaálos Túrdidos; la occidental estaba habitada porlos célticos, trasladados de la Lusitania(V. Bjbturu). En tiempo de Plínio (imperíode Vespasiana), las ciudades ó cabezas de repúblicas que había en la Bélica, eran 175; y cada una tenia en su distr. ó jurisd. varios opídos, cast., montanos, vicos, y pagos, que formaban parte de laciudad De estas ciudad 9 eran colonias, 8 municipios, 29 con fuero de Lacio antiguo, 6 libres ó inmunes de tribuios legales, contribuyendo con donativos, 3 federadas y 120 estipendiarías. Para ventilar sus pleitos estaban distribuidas en 4 conventos jurídicos: el Cordubense^ Córdoba;,el Astigitano (de Ecija,), el Hispalense (de Sevilla), y el Gaditano (de Cádiz,), de los cuales los 3 primeros fueron establecidos por Augusto ; Suetonio (in CcesareJ menciona el de Cádiz, visitado por Julio Cesar. En el reinado de Olhon, se unieron en lo civil á la provincia Bética las costas mediterráneas de Africa : »provincice Bœticœ Maurorum civitates, dono dedit.> (Tácito, lib. l.J. Esto fue bajo el concepto de colonias, tomando el nombre de España Tingilana , y quedando bajo la jurisd. de la isla de Cádiz. Las costas de esta parle de Africa estaban entonces muy pobladas y florecientes, y las dos Mauritania« eran dos provincias pingües y de suma consideración. Sobre los años 171, un ejército venido de las costas y del interior del Africa, donde se han levantado el reino de Fez y el imperio de Marruecos, pasó el Estrecho, para talar las provincia meridionales de la Península ; pero el gobernador romano M. Galo ó Valió, y Severo, cuestor á la sazón de la Bética, marcharon al encuentro de los agresores, y aquel no solamente les arrojó de esta provincia, sino que los persiguió hasla el Africa, en las costas de Tánjer. Las mayores turbaciones de la Bética, ocur rieron en el siglo V con la entrada de los vándalos, godos y suevos. Compadeciéndose los mismos bárbaros de los estragos que sus mutuas hostilidades causaban en las provincia, resolvieron sortearlas, y tocó la Bcrtica á los vándalos, apellidados Silingos, según refiere Idacio en su Chronicon, sobre el año 411. Poco duró la residencia de los Silingos en ella; porque vinicnJo los godos mandados por el rey Walia, les acabó

-en el año 419. Los vándalos de Galicia, dejando á los suevos con quienes estaban en guerra, pasaron á la Bœliea el año 420. Quiso echarles de ella el maestro do la milicia romana, llamado Castino; les sitió de modo que llegaron ya á pensar en la rendición; pero comprometiéndose inconsideradamente aquel en batalla, hubo de retirarse á Tarragona por la infidelidad de las tropas auxiliares. Los vándalos, resueltos á invadir el Africa, robaron cuanlo podían bajo las órdenes de su rey Gunderico. Murió este rey, y le sucedió su hermano, quien se pasó á Mauritania con toda su gente por mayo del año 42U. De los vándalos dedujeron muchos autores el origen déla voz Andalucía, que úllimamcnte se ha dado al terr. de la Bœtica. El arz. Don Rodrigo , en la historia de los Ostrogodos (‘cap. ID dice, que por los Vándalos Silingos se llamó Vandalia y por el vulgo Andalucía-, pero es improbable que estos bárbaros, habiendo reinado tan poco tiempo en la Bética, que en 8 años se acabaran , la diesen nombre, y asimismo los otros Vándalos que salieron de Galicia, sin permanecer en este pais mas que desde el 420 al 425, pasándose al Africa en los cuatro años siguientes. Sobre ser tan corto el tiempo de su permanencia en la Bética, este fue deconlinuasguerras.desdoquclosgodosempezaron á inquietarles en el año 416. Prevalecieron eu esta provincia los godos; y si de los vándalos la hubiese quedado el nombre vandalia ó Andalucía, no hubiera de aparceír mejor este nombre en otro tiempo que en los inmediatos á su invasion, esto es, por los siglos V, VI y Vil; y hasta masde300 años después de los vándalos no-fue esta voz conocida, !o que no deja valor alguno á la conjetura que únicamenle ha podido fundarse sobre la semejanza de los nombres Vándalos y Andulucia , en los siglos de la oscuridad, como dice el P. Klorez. Quiere Bivar, concluyendo las adiciones de San Braulio, (pie el nombre Andalucía provenga del nombre Ampelusia del promontorio de Africa, y no es esto mas probable quo lo de los vándalos, sin otra autoridad igualmente que la alusión de las voccs¡ pues como habían pasado mas de 300 años desde que existieron los vándalos en Andalucía, cuando empezó á conocerse este nombre geográfico , también hacía muchos que se había anticuado y aun desconocido el de Ampelusia, fallando ademas toda razón para que un promontorio de Africa trajese, en ningún tiempo su nombre á España, habiendo en la mis ma costa á que se quiere aplicar otros promontorios mas considerables. Su origen es sin duda de la época de los árabes en España , algún tiempo después de su invasion, porque, ni el Pacense, que escribió en el siglo VIII, ni otro autor español ‘ anterior á D. Rodrigo, usan del nombre Andalucía. Antes le adoptaron los árabes, como aparece en la geografía del Nubiense, escritor del siglo XII; pero fue aplicándolo á toda España ; por lo que se dijo á Toledo centro de la Andalucía, y su parte boreal ala Galicia. En la misma geografía (Clima 4.°) se espresa que la tierra de Andalucía es la misma que se llama España. La voz arábiga Ándalos, según D. Miguel Cassíri, espresa cosa del occidente ó del fin de la luz, y es el sinónimo de Hesperia; aplicado á España, y do Tarteside, si se atribuye á la ant. Bética. El haber quedado en esla region, habiéndose eslendido antes á toda España, puede provenir de la mayor duración que tuvo en ella el dominio do los árabes. De aquí resulta quiza que el nombro Andalucía no se aplica precisamente á lo que se decia antes Bœtica, estendiéndose mas por el E. en las provincia do Jaén y de Granada; y menos por el setcntríon, dejando al nombre Estremadura la parte de la provincia de Badajoz, meridional del Guadiana, que era de aquella ant. provincia Los suevos, ausentados los vándalos de la Bética, continuaron las guerras en ella. Andevoto fué vencido por Rechila, junto al r. Singilis (Geníl), el año 438. A los tres años siguientes se apoderó el mismo rey de toda la Bética. Vito, general de los romanos, hizo, según Idacio, mucho daño en esta region, auxiliado de los godos. Los suevos, después de haber vencidoáoste ejército, tampoco fueron mashumanos. En el año 458 llegó á esta provincia el ejército que envió el rey codo Teodorico á España, capitaneado por Cirila. Este caudillo regresó á las Galias al año siguiente, habiendo llegado ala Bética el capitán godo Sunierico on mas tropas. Los godos pasaron el estrecho, aunque no les salió bien la espedicion, como refiere San Isidoro, hablando del rey Theudis. El sucesor de este rey, Theodiselo, residió en la Bética y fue muerto en Sevilla por la continencia con que miraba Alas mujeres de los mas poderosos caballeros. Agila, que reinó después

( ‘ ) Lo que en otras ciudad se llamaba correg., en Sevilla comenzó * nombrarse atittcntt desde id reinado de D. Enrique IV, con cuyo titulo gobernaron dicha e. Juan de Lujan, el I)r. Pedro Sanche! del Castillo, Diego de Valencia, Pedro de Segovi», y el conde

rameda. Jerez de la Frontera , Campo de Gibrallar, Aulequera y Cádiz.

Historia ECLESIÁSTICA. Lamisma escelencia de la Báltica, del modo (pie atrajo sobre si los infortunios, siendo codiciada de todas las naciones, y el culto supersticioso de todos los pueblos; también hubo de atraerse pronto la luz evangélica. Ilustrada con esla luz desde los primeros tiempos de ta Iglesia, mucho hubo de sufrir esta región, eminentemente cristiana, cu las persecuciones. La irrupción de los Vándalos, Suevos y Godos, si bien perturbó en ella el gobierno civil de los romanos, no conmovió menos el orden de lo eclesiástico. Cuando Recbila, vencido Andevoto, se apoderó de toda la BaMica, viósc afligir de mil maneras su espíritu religioso. Agila intentó profanar las reliquias y sepulcro del mártir San Acisclo, guardadas por los cordobeses.Leovigildo, instigado porsu mujerGosvíntha, que antes lo habia sido de Atbanagildo, persiguió duramente á ios calóricos. Gran realce dan estos acontecimientos al mérito de los prelados eclesiásticos de la Radica; pues lejos de abatirse con tantas adversidades, se hicieron siempre superiores, manteniendo en su pureza el culto de la verdadera religión, y llegando á reducir á ella á los godos, como se verá esfeiisaiñentc al tratarde su metrópoli y de las demás iglesias.