ALBID

fort. de la España árabe, a media jornada de Lorca, según el Yahya, sobre un picacho inaccesible, NE. de aquella c , como se infiere de Ebn-Abd-el llolin. El Cid Campeador se apoderó de ella. Era rayana del sen. de El Molamcd, y á los valientes que encerraba, se debió el poco efecto , quo tuvo la correría de Ebn Abed en el terr. tic Murcia. Reconciliado el Cid con el rey Alfonso, recibió de este monarca un auxilio considerable de caballos, ginetes, y flecheros , para redoblar las correrías en los estados de El Motained, (pie había sido el motor de la venida de Yusuf. De este cast., dicen las crónicas árabes, caian como turbiones, mezclados ginetes é infantería, matando y cautivando diariamente centenares de fieles, tanto, que abatido el Motamcd escribió al emir El Moslemyn, pidiendo su auxilio , encareciéndole los estragos que recibía de El Kambythur (el Campeador) emir de los infieles, y en su impaciencia sin esperar la contestación , pasó á África personalmente por ella, dando asi mas fuerza á la súplica. Yusuf desembarcó cu España en el mes de rabi-clawal de 481 (mayo ó junio de 1088): invitó á todos los principes árabes á (pie le acompañasen en la guerra santa, citándolos para este cast., ante el cual sentó sus reales. Él Motasem el Daula, Saheb do Almería, y Ebn Abed, de Sevilla, con sus jeques principales, y cuantas tropas pudo reunir, se distinguían entre los que acudieron al llamamiento; el Motasem Daula el Almerí saludó al Yusuf en trage negro, distintivo de los Ahasidcs, cuya supremacía espiritual reconocía Yusuf, y la ostentaba, vistiendo este color; los demás conservaron el blanco, que era el de los < lunados, l’ué sitiado el cast. de Albid ó beblt: por espacio de cuatro meses se redoblaron los asaltos (lia y noche; pero el valor de los defensores, capitaneados por el Kambíthur permaneció invencible. Yusuf y Ebn Abed, desesperanzando de su conquista , conceptuaron mas acertado recorrer el pais , y hostilizar las fronteras: se celebró consejo ; Abdalaziz de Murcia, el Motasem, de Almería, Lebun, de Lorca.y otros emires se opusieron á (pie se abandonase la plaza basta su rendición; Ebn Abed y Abdalá bou Balkyn de Granada sostenían, que era perder el tiempo ante una fort. inespugnable ; en el calor de la cuestión Ebn Abed prnrumpió en invectivas contra Ebn Abdalaziz , acusándole de ingrato y de inteligencia con Alfonso ; Abdalaziz, mozo fogosísimo , empuñó el alfange contra él; el Yusuf lo hizo prender y con grillos lo entregó á Ebn Abed; la tropa de Abdalaziz se amotinó; rescató ásu emir; abandonó el campamento; y empezó á recorrer la campiña, privando de víveres á los sitiadores. Alfonso , enterado de esta novedad, acudió también contra su campo con crecido ejército ; los musulmanes creyeron que venía auxiliado de tropas de El Frank, y Yusuf levantó el cerco, marchando hacia Lorca. Alfonso recogió los héroes que sobrevivían á tantos padecimientos en el cast. de A Ib’ui, y lo abandonó desmantelado , por ser de imposible conservación, estando rodeado do fort. mahometanas. Ebn Abed lo ocupó al punto; y en las vicisitudes que en lo sucesivo afligieron al imperio agereno, fué completamente destruido.