TENERIFE

una de las s i e t e islas que forman el grupo del Archipiélago c a n a r i e n s e , en el Océano Atlántico. Corresponde á la provincia y c g. de Canarias , c o n r e s i d e n c i a las a u t o r i dades en S a n t a Cruz de T e n e r i f e ; audiencia t e r r . de aquella denominación , si bien reside en la c . de las P a l m a s ; diócesis de T e n e r i f e , cuyo o b . se halla en la c de la Laguna. Dista 10 l e g .

de G r a o . C a n a r i a s , 46 de L a n z a r o t e , 30 de Fuerteventura, 15 de la Palma, 7 de la Gomera , 1 7 de la de Hierro y 2 3 0 de Cádiz. La situaciou topográfica aparece del siguiente cuadro (Ver en el original)

El CLIMA de esta i s l a es por lo general templado y apacib \ e los vientos que reinan con mas frecuencia son las b r i – s as ó u o r t c s , aunque á v e c e s soplan también los del S . y E . , que de vez en cuando la inundan de cigarra de las costas de África,!que destruyen los sembrados causando daños de mucha c o n s i d e r a c i ó n las enfermedades mas comunes son catarros, biliosas, algunas pulmonías v perlesías. Comprende esta isla una c , 29 v., 7L. y multitud de pagos que forman 37 a\ unt.

con 20,580 v e c , 83,421 almas, los cuales se hallan distribuidos en los tres partido judicial de la Laguna, Orotava y Santa Cruz de Tenerife, si bien á este último se le han agregado ocho población de la isla de la Gomera y una de la de Hierro.

La capital de la isla, asi como de»la provincia, es Santa Cruz, donde residen todas las autoridades civiles y militares, á escepcion de la aud terr. y diócesis de la Gran Ganaría , que existe en la ciudad de las Palmas, y la silla de la dióc de Tenerife en la ciudad de la Laguna distribuyese esta isla en dos distritos electorales, cuyas cap. son lá Laguna y la Orotava; la defienden 20 fortalezas, siendo la única plaza de armas de la isla y aun de la provincia, la cap. Sta. Cruz, y la guarnecen tres batallones provinciales con sus respeciL.vos estados mayores ; el de la Laguna es el primero, segundo el de Orotava y tercero el de Abona.

TERRITORIO. Irregular en estremo es la forma de Tenerife; estiéndese esta isla de NE. á SO. eu una línea de 21 leg. de costa sobre 12 en su mayor latitud, ocupando una superficie de cerca de 54 leg. La parte que se prolonga bacía el NE. es la mas estrecha*, pues cuenta menos de 4 leg. de una costa á otra y en sus estremidades ofrece altas riberas escarpadas y profundas desigualdades en la salida de los valles costaneros; del centro de lá isla se eleva un pico gigantesco, cuya cima piramidal aparece sóbrelas nubes, y al rededor <le»subase se apiñan montañas de segundo orden, al paso que en E. y O. dos cadenas de alturas prolongan sus contrafuertes hacia la costa, lanzando sobre el Océano dos promonto- .ios escarpados, conocidos con el nombre de cabos de Teño y Anaga. La ciudad de Sta. Cruz está situado en la banda oriental de la isla, al pie de una cuesta, cuya rápida pendiente se halla cruzada de infinitas torrenteras ó quebradas la costa se estiende por un lado al NE. y por otro al SO., y esta disposición del litoral es la que forma la bahia de Santa Cruz, hallándose la rada propiamente dicha en el fondo de este circulo , entre el punto fortificado Faro Alto y la embocadura del Barranco-Hondo que defiende la torre de San Juan. Desde Santa Cruz al valle de Guimar, la escarpa de la isla es mucho mas inclinada, sus costas mas quebradas y el único punto á que puede-abordarse sin peligro es la playa de la Candelaria; elévase en anfiteatro el fondo del valle y se estiende después hacia el mar en una llanura de piedra toba y arena hasta cerca de los tres grandes mamelones yo’.cánieos, que dominan la costa dos poderosos contrafuertes rodean el valle; el de O. ó el de la Ladera, está casi cortado á pico del lado del mismo valle, y forma una de las bargas de la gran quebrada de Badajos, que circula su base-, para salir de este sitio es indispensable atravesar la quebrada hacia su embocadura y vencer el formidable tajo por un camino de cornisa desdé este punto la escarpa de la isla no ofrece ya anchas depresiones, es un terraplén continuado si bien cubierto de barrancos estrechos que no se distinguen hasta pasarlos. Costeando la isla por el S. se suceden ios tajos de la costa sin mas interrupción que las quebradas ; es todavía mas difícil hallar en esta parte buenos desembarcaderos, pues las inmediaciones del puerto Abona se hallan erizadas de basaltos, que no ofrecen abrigo ninguno á buques mayores la isla presenta casi igual aspecto hasta la playa de Medaño, limítrofe al pequeño promontorio de la Montaña roja, y solo aparecen en mucho mayor número los conos de erupción que ofrecen las escarpas desde este sitio hasta la punta Basca , el terreno desciende hacia el mar en pendiente mas suave y la costa se halla hermoseada por las playas Conlital y las Galletas. Doblando á punta Basca huye la costa al ONO.; se repiten á cada paso las quebradas que llenan los macizos, y las ant. corrientes de lava desbordan el litoral con aglomeradas masas, ningún atractivo ofrece el paisage de esta parte de isla; su localidad es triste y monotona , porque eslendiéndose por todas partes la acción volcánica , ha esterilizado todo el suelo; pero á pesar de esta inundación de materias desnaturalizadas y modificadas por el fuego, se presenta el valle Adexe como un oasis, y fertilizan sus tierras las abundantes aguas del barranco del Infierno.

Es aun mucho menos abordable la isla por O.; aseméjase su suelo al de las montañas orientales con idénticas rocas igualmente estratificadas, y valles semejantes unidos entre sí por contrafuertes ó estribos, que coronan los puntos llamados Archefe, Avach e. Arazá, Taroucho, Guama y Tourco, denominaciones primitivas, cuya etimología no es» fácil esplicar hoy, porque reliquias de una lengua muerta, nada pueden enseñar á la historia.

La resaca se hace sentir con una violencia estraordinaria al aproximarse al cabo de Teño, porque las capas de iava sucesivamente sobrepuestas, se elevan por grados á lo largo de la playa, y á poca dist. levantan repentinamente la n>sta los prismas basa Iticos, cuya situación es muv remarcable; estos grandes pedruscos, colocados por su posición vertical en columnas de cuatro frentes, se hallan estrechamente l i gados unos á otros y sostienen el macizo del litoral todas las cabezas ó remates de estas columnas se elevan á la misma altura, y forman por su nivelación una especie de empedrado monstruo, que recuerda la famosa calzada de los Gigantes de la costa de Irlanda, y la mar ha minado la base de las alturas basta una grande dist.; bate con impetuosidad tan formidable dique, y esto no obstante se conservan tan unidas las columnas, que cediendo muchas á las conmociones del suelo , no se ban destruido las de las inmediaciones; de aquí han resultado profundas, cuevas semejantes á las del macizo que atraviesan, y que producen esas enormes trompas perfectamente caracterizadas con el nombre de Bufaderos cuando la mar está borrascosa penetra en las cabernas que ha abierto bajo la playa; el aire impelido se escapa por los vacíos que encuentra y surge una masa de agua en columna levantándose á mas de 100 pies los dias de tempestad ofrecen un espectáculo imponente, pues embravecido el Océano parece que mina la isla en sus cimientos, los golpes redoblados de la resaca conmueven toda ia playa, y los Bufaderos despiden sus mangas en los aires. Constituye el territorio de Teño parte del marquesado de Celada; altas montañas flanquean este pequeño valle, que abierto solo á la mar, abraza el espacio que existe desde la puerta de la Aguja hasta el cabo mas occidental, la Punta de Teño. Digna es’de la observación de todo viagero la cadena de montañas cuya punta prolongada forma esta última parte saliente de la isla ; rocas agudas designan sus crestas y una pronunciada depresión señala el punto llamado el Risco los naturales del pais cruzan sin temor este jaso peligroso, no obstante sus precipicios , y al conduciros al valle de Rujamé les facilita la comunicación con los distritos del NO. Doblado el cabo de Teño se descubre la punta de Buenavista , fácil de reconocer en el cono volcánico que la domina , la montaña de Taco de este punto á Garachico la costa es mas baja, la pendiente menos rápida y huyen las montañas del litoral los ricos viñedos, la variedad del cultivo, las palmeras, naranjos, plátanos y otros frutales ofrecen un contraste agradable con el aspecto desconsolador de la banda del S . r . Pasado ya Garachico, apesar de que la vegetación presenta el mismo aspecto, vuelven á recobrar las formas geognósticas su primitivo carácter ; observada la isla en su latitud parece hallarse rodeada de murallas, y siguiendo las masas de rocas á pico que cubren la costa, se descubren por intervalos grandes quebradas, que, desde los flancos de la montaña, desembocan en la mar de las escarpas aplomadas en dos sitios han resultado de este lado los valles de Icod v de Orotava , naciendo de la región alta de la isla dos poderosos estribos completamente análogos, que van á cerrar al O. estos fértiles distritos no son menos elevadas que las de la parte opuesta las montañas que limitan al E. el valle de Orotava ; bosques de laureles y de arbustos adornan sus ribazos, y se e s – tiendeu en una línea de verdor, que rodea este circuito ; y los viñedos escalonados en las pendientes , forman un poco mas abajo otra zona de vegetación. En el centro del valle y en medio de los planteles de las inmediaciones, se levanta la ciudad y arrabales reunidos de los dos Bealexos y se descubren hacia la costa las montañetas ó sean los conos volcánicos de las Arenas, de los Frailes y del Bealexo; el puerto y las pintorescas situaciones déla Bordejuela y de la Bambla , y sobre este magnifico anfiteatro se ostenta el pico de Teyde, penetrando la cortina de nubes que oculta su base, y apareciendo en los aires como un punto separado de la isla. Los puertos de Garachico y de Orotava, no ofrecer ninguna ensenada cómoda á las embarcaciones europeas, y el primero, á quien hace reconocer el islote de el R o – que, fue el mejor fondeadero de Tenerife antes que le des truyera la erupción volcánica; pues en 4706 le cegaron casi completamente los torrentes de lava, que arrojáronlas alturas inmediatas; la ciudad nueva fundada sobre las ruinas de la ant., perdió también su importancia marítima, y sus playas cubiertas de escorias, atestiguan todavia su desastre desde esta época el comercio de esta costa ha l-omado un rumbo diferente, y el puerto de Orotava ha llegado á ser la cita de los buques estranjeros y de los de cabotage, pero su fondeadero espuesto á todos los vientos y rodeado de arrecifes es muy peligroso en invierno. Remontando hacia NE., la costa es siempre escarpada y sus fragosidades no permiten abordar en ella á causa de las rompientes. Las pendientes pintorescas de Sauzal, Tacoronte y Valdeguerra se apoyan sobre estas alturas, y se hallan asi mismo dominadas por las agrestes campiñas de Victoria y Mantanza; un poco mas arriba los bosques de Agua Garcia proporcionan su fresca sombra, mientras que en la región superior se agrupan algunos pinos solitarios sobre las crestas desbastadas de la cumbre. Hacia Texina la playa uo se vé ya estrechada por las montañas de la costa, y un terreno accesible al riego ha favorecido el cu tivo y modifica repentinamente el litoral; pero á medida que se aproxima la punta del Hidalgo, principian de nuevo los tajos, 9 y hasta el cabo Anaga se perpetúan las gargantas encajonadas entre los ramales de la cadena de NE. ; espesas nieblas cubren frecuentemente estas montañas llenas de bosque , y á las veces en medio de las ráfagas de vapor se separan las crestas mas salientes sobre un fondo azul, distinguiéndose entonces á lo lejos las masas de un verde sombrío, que indican la situación de los grandes bosques.

Antes de pasar adelante en el examen de la isla debemos dar una idea de las quebradas ó barrancos en general, fijando las diferencias que deben establecerse entre sí; aplicase en Canarias ordinariamente el nombre de barranco á las largas hendiduras que separan las montañas, y que surcan sus pendientes; estas especies de quebradas tienen un carácter propio, que lasdistigue de los valles enclavados entre dos estribos cuasi paralelos, y á las veces llaman también barranco ¿ las gargantas á que mas particularmente debian llamarse valle. Los barrancos son averturas del sueio, y su estension alrededor de la isla indican al parecer, que se debió su fundación á una causa única, cuya acción fue ref ientina y general; no entraremos en consideraciones geoógicas que no son de este lugar; pero debemos observar, que los barrancos no pueden considerarse como valles de evasión , porque la acción lenta de las aguas no puede admitirse sino como una causa secundaria; creemos pues, y tal vez con mayor fundamento , que estas hendiduras profundas han sido el resultado del levantamiento de las rocas y del momento de su enfriamiento nacen algunos barrancos de las mesetas superiores y se ramifican con otras antes de llegar á la mar; pero en su mavor parte nacen de las montañas y siguen una misma dirección hasta la costa. Por valle debe entenderse las gargantas que forma la prolongación de las montañas, segun Tos ejemplos que ofrece la c a dena de NE. de la parte occidental de la isla. Estos largos desfiladeros, ó son secanos, ó se hallan abonados por corrientes de agua; y remontándolos se llega al punto de partida de los estribos y sobre los collados que atraviesan la cumbre.

Tal es el aspecto de Tenerife y de sus infinitos barrancos si nos lanzamos ahora en lo interior y examinamos su superficie; si dirigimos nuestro pensamiento hacia aquella época de tormenta geológica, en que se levantaron del seno de los mares poderosas formaciones, no podemos persuadirnos de que la isla ofreciese la singular configuración que presenta en el dia sus costas cortadas á pico , sus cabos despedazados, las masas desmembradas de sus montañas, vienen á señalarnos las reacciones mas terribles, que separando del altas las grandes cadenas de los montes canarios, la dividieron en muchas islas, que la acción volcánica destruyó de nuevo ; y aun hoy mismo observamos esa acción, cuya violencia calmaron los siglos para reaparecer por intervalos y surgir repentinamente como las ultimas chispas de un grande inc ndio las revoluciones físicas que se han sucedido han castigado mas ó menos la superficie de Tenerife , y es probable que á consecuencia de estos desastres, ¡senté hoy el sistema orográfico de esta isla tres grupos de montañas bien marcados, y que designaremos con los nombres de, Grupo Central, del Oeste, y del Nordeste.

GR U P O C E N T R A L . Este primer grupo abraza todas las alturas que rodean el pico de Teyde y los grandes estribos que se unen á esta cadena. La linea de circunvalación que forman estos montes Trachíticos, abraza mas de 40 leg. de circunferencia, y este circuito volcánico, que indicó primero Mr. Cordiel, y describió después Escolar, ha fijado de nuevo la particular atención de los geólogos desde que Mr. de Buch le señaló como un vasto cráter de movimiento.

Los naturales del pais conocen á este circo, cuyas causas de formación no discutiremos, con el nombre J e cañadas, gargantas, en razón á los desfiladeros que le recorren, y en los que es indispensable entrar para llegar al pico; y sin duda les llaman cañadas en razón á su situación y á su meseta; su altura absoluta varía desde 4,300 á 4,500 toesas, y vistas dichas montañas desde lo interior del circo, presentan en algunos sitios un baluarte de cerca de 900 pies de elevación; pero en la parte opuesta, sus pendientes son menos rápidas y descienden en escarpas hasta la costa. El Teyde, uno de los mayores conos volcánicos conocidos, ocupa el centro de la meseta y lanza su punta á mas de 4,900, toesas sobre el Océano; es verdaderamente sublime el espectáculo que se desarrolla al llegar á la cima, porque su vista alcanza todo el Archipiélago Canario, y el observador aislado en este punto perdido del espacio se cree separado de Tenerife, Esta isla que descubre á sus pies se presenta entonces bajo un aspecto estraño ; el circuito de sus costas, los diferentes encadenamientos de sus montañas y sus pendientes y valles pintorescos forman un panorama lleno ae interés; pero colocado á tan grande distancia para apoderarse de todos los detalles, sus ojos vagan largo tiempo sobre esa multitud de vacíos y relieves, que le indican el juego de las sombras, y en vano quisiera adivinar todas las localidades y reconocer cada uno de los accidentes, porque desde esta elevada región se confunden las alturas y las distancias, y parecen disminuirse bajo el Teyde las mismas montañas. El cráter que hoy ocupa la cumbre del pico está reducido á una mina de azufre de cerca de 300 pies de diámetro sobre 400 de profundidad; este capitel volcánico cuenta cerca de 500 pies de altura, y descansa sobre un circuito de lava, que se ha estendido en anchas corrientes por lo largo de las pendientes del cono; en la base del Teyde dos considerables eminencias forman un solo y mismo grupo, y ocupan juntos el centro de las cañadas sin la menor interrupción; una de ellas es la Montaña Blanca, inmenso montón de escorias y cisqueros, que es indispensable atravesar para llegar á la Estancia, ó sea el punto de descanso cuando se quiere llegar á la cumbre del pico; la otra eminencia, mucho mas elevada, forma*una masa con el pico grande, y solo es visible desde algunos puntos de la Isla; ios guias’la llaman ordinariamente Pico Viejo ó Pico Quebrado; este volcan, mas ant. que el Teyde, debió tal vez escederle en altura, y ofrece en su cumbre un enorme crát e r , el mismo que Mr. Cordier reconoció en 4803; los inmensos torrentes de lava que ha vomitado después de haber iuundado la meseta central, se han estendido como una capa en los valles inferiores En 4798 los fuegos subterráneos taladraron de nuevo la base de la montaña, y las materias en fusión aumentaron el desorden de esta región. La parte de la cadena de las cañadas, que cerca la gran meseta, se halla rota en diferentes puntos; estas brechas, proporcionando paso á lo interior del circo, comunican con los valles de la costa enclavados entre los estribos unidos á las montañas centrales; en ciertos sitios producen estos pasos la brusca depresión de las crestas; pero en otros la línea de circunvalación se halla completamente interrumpida, y no es posible llegar á la meseta sin vencer grandes obstáculos, pues las inmediaciones de las cañadas son inaccesibles por todo otro punto. Es de la mayor importancia conocer la situación de las gargantas y otras grandes brechas, y las indicaremos brevemente 4.° la garganta ó paso de Guaxava, sendero estrecho por el que se comunican los naturales de la costa meridional con los de la parte opuesta; 2.° la garganta ó degollada de Ucanca, desfiladero erizado de precipicios y que únicamente frecuentan los pastores de Chasua; 3.° la garganta de las Arenas Negras, formada por grandes hundimientos, facilita el acceso del Llano de Manja, otra meseta superior situado al E. de las cañadas; 4.° las bocas del Tauzé, garganta profunda que corta las montañas del Arco al S. del Teyde; o.° el portillo de la Villa, paso por el cual se dirige ordinariamente para subir al pico, partiendo de la Orotava cierra á esta garganta por un lado el estribo de Tygayga, lomado en su punto de partida, y por otro la e s – tremídad oriental de las montañas del circo tí.» la garganta ó pozo de Guimar sirve de comunicación del distr. de este nombre, al de Orotava, atravesando la cumbre la erupción de 1705 amontonó mucha escoria en las orillas de este paso, y la entrada del desfiladero, ya muy estrecha por las montañas de las inmediaciones, «se halla casi completamente ocupada por los dos mamelones volcánicos, cuyas lavas han invadido el valle de Guimar; 7.° la interrupción de las montañas del Circo de la parte de O. forma uua ancha abertura y deja á descubierto toda la escarpa de Vilsua, y por este punto desbordaron las corrientes del Pico Viejo; la multitud de conos volcánicos y el escombro de las escorias que cubren esta escarpa prueban evidentemente, que las erupciones han castigado mas de una vez esta parte de la isla; elevadas en ciertos puntos y mas bajas en otros, las pendientes rápidas de la montaña solo ofrecen por dó quier quebradas, socavamientos, cráteres ó inmensos montones de materias solidificadas; 8.° y último el Circo de las Cañadas está todavia desmantelado hacia la escarpa de Icod, sin que haya dejado de ser de tanta ó mas consideración el daño que han causado las lavas vitrificadas, que estendióndose como una capa de nieve lo hau invadido todo. Muchos estribos ó contrafuertes se apoyan en los fragmentos de la cadena central; el de Tygayga, eu el N. del Pico , parte de las alturas de la Fortaleza y se prolonga hasta el mar en una larga plataforma; esta montaña presenta por la parte de la Orotava una muralla continua; su parte superior no ofrece ninguna cresta saliente; es un macizo uniforme cortado por grandes barrancos y que ocupa el espacio que media entre los valles de Icod v de Orotava. El otro estribo ó lomo de la Vega forma parte del macizo de Garachico; hacia el S. las rocas de Cavasco y de tlyo realzan las crestas de otro ramal que se une á las cañadas por las bocas del Tauzé, y estas alturas, que se descubren de la banda oriental, dominan el pequeño valle de Adexe. Las montañas del Arco se ensanchan considerablemente al E. del Pico, y cercan enormes eminencias la pequeña meseta del llano de Manja; Izana y Pedro Gil son los puntos culminantes de este grupo (montaña Blanca, volcan Rojo, montaña del Rosal y montana del Cedro), y constituyen el nudo de donde parten los otros estribos de Guimar y Orotava. Izaña, cuya altura absoluta se ha fijado en 6,920 pies, es uno de los puntos mas interesantes para las observaciones orográficas, puesto que de su cumbre se descubren los dos distr. opuestos, la linea divisoria de cada vertiente y las últimas ramificaciones de las cañadas; de la otra parte de Pedro Gil la cresta de los montes llamada el Cuchillo es una punta cortada, y esta prolongada cadena conserva todavia una elevación de 3,180 pies sobre la Esperanza, y concluve por descender completamente debajo de Fuente Guilieus; entonces principia la hermosa llanura de los Rodeos, que separa el grupo central del de NE. ó de Anaga.

(Continua en el original)