SEBASTIAN (SAN) Ó SAN SEBASTIAN

ciudad con ayuntamiento, cabecera del partido judicial de su nombre en la provincia de Guipúzcoa, diócesis de Pamplona (45 leg ) , audiencia terr. de Burgos (38) r o .

ciudad de Navarra y Provincias Vascongadas, com. g. de la provincia con ministro principal de hacienda militar para el servicio de la misma , id de marina , id. de ingenieros, id. de artillería, id. del resguardo; intendencia, adm. principal d* aduanas, de correos, con junta y tribunal de comercio, junta de sanidad del partido y municipal de beneficencia, y residencia de los cónsules y agentes consulares de Francia, Inglaterra, Bélgica, Suecia, Noruega, Portugal, Países Bajos, Estados Unidos de América, Ecuador y Mégico; con colegio de abogados instalado en junta general de 10 de setiembr-Me 1838, compuesto M de 22 individuos, siendo su decano nuestro apreciable compañero y amigo D. Eustasio Amilivia.

SITUACIÓN. La plaza de San Sebastian, considerada desde el punto mas céntrico de la c , está situado á los 43a 19′ 34″ de lat. N . , y 4° 4 4 ‘ 38″ long. E. de Madrid , al pie de la falda meridional del monte Urgull, llamado comunmente del Castillo, por la fortaleza que con magestad se ostenta en su cúspide. Corre por el E. de la ciudad el r. Urumea , que desemboca en el Océano Cantábrico al pie del citado monte muy próximo á la población. formando una barra, que se conoce con el nombre de Zurrióla, sinduda por las muchas olas que se rompen en aquel banco de arenas es vadeable frente á población en baja marea; pero en la creciente, las aguas cubren parte de las murallas de que mas adelante hablaremos, y se estienden también por la orilla opuesta ó der., aunque no todo lo que convendría á las condiciones defensivas de la población Al O. se ve unabahia que en forma de concha cubre con sus aguas una estension prolongada basta el monte Igueldo, según después en mas pormenores esplicaremos.

La planicie’en que está fundada la c , se estiende por el S. hasta el pie de la colina de San Bartolomé, situado á mas de un tiro de fusil y desde este punto se va elevando el terreno, según se aleja de la costa. Hallándose pues á tan corta dist.

los dos brazos de mar que bañan los muros E. y O., queda reducida la población y el monte Urgull á una verdadera península , aunque es muy probable, que en sus primitivos tiempos se cruzaran las aguas de la concha y del Urumea, convirtiendo en isla al indicado monte Urgull y su planicie meridional.

Tero hoy se comunica la ciudad por una lengua de tierra firme con el interior del pais en cualquier estado de las aguas.

CLIMA. Los vientos que reinan frecuentemente, son el SE. que sopla entre el cast. de la Mota y Montefrio, y el NE., que lo hace entre el mismo cast. y el monte Ulia. La corriente de estos vientos es una barredera tan continua que hace de esta población una de las mas sanas de la costa cantábrica.

Esta circunstancia es á no dudarlo, la causa de que sea preferido este puerto en tiempo de baños por la inmensa concurrencia que acude á él todos los años. Por otra parte la campaña pasada ofrece un egempio de su salubridad mientras las población de las Provincias Vascongadas se hallaron infestadas del tifus, no se conocia en esta ciudad tal enfermedad , á pesar de encontrarse en ella mas de 2 0 , 0 0 0 hombres entre españoles y la legión inglesa. Por lo demás, las enfermedades mas comunes son los catarros, reumas y afecciones gástrico-mucosas.

FORTIFICACIÓN. La situación misma do San Sebastian que acabamos de describir forma una parte muy principal de la fortificación de esta plaza. Su posición litoral con un buen puerto , debió naturalmente inclinar á sus moradores al comercio marítimo; y bien sea la conveniencia de preservar de un golpe de mano los intereses creados, ó la s i tuación peninsular de esta c . , al pie de un promontorio tan susceptible de defensa, debieron influir en el ánimo de Don Sancho el Fuerte de Navarra para hacer construir un muro que le cubriera. Todos los que conocieron la ciudad de San Sebastian antes de su incendio el año de 1 8 1 3 , conservan el recuerdo de este muro, que con el nombre de muralla de D. Sancho, subsistía en todo el frente occidental y parte del meridional hasta el arco ó puerta que servia de entrada á la calle Mayor. Aun queda un pequeño vestigio suyo en el •^uro que separa la huerta del conv. de las monjas de Sta.

Teresa, del Callejón que conduce al camino del cast., y quizá lo sea también una parte del actual frente oriental de la pinza. Hoy seria un cuadrilátero bastante regular, si el chaflán, que con bien poca previsión varióla configuración, na lo hubiese convertido en un pentágono irregular. Desde la mitad del pie de la falda meridional del monte Urgull, y en dirección casi perpendicular á la misma, se prolonga la nueva muralla en una estension de 1 , 0 0 0 pies, cerrando el frente occidental de la plaza unos 1 0 0 pies, avanzado al de D. Sancho. En el ángulo entrante que la muralla forma por su parte esterior con el pie de la falda, está el muelle , con el que la plaza se comunica por una puerta llamada Puerta de Mar. El resto de este muro está bañado por las aguas de la concha, las que al retirarse, dejan en seco á su pie una [‘ja de arenal, por donde el sitiador podría dirigir sus columnas de ataque. Sin embargo de esta circunstancia, de que la muralla solo tiene 8 pies de espesor y de que toda su escarpa se halla descubierta desde el esterior, imposibilitando las aguas de la concha el establecimiento de, ninguna batería á competente dist. para abrir brecha , y hallándose la escarpa perfectamente defendida por los multiplicados fuegos del muelle y de la falda del monte, no es-de temer que la plaza sea en ningún caso embestida por este frente. El Que mira al S. está cubierto con una muralla en línea recta de 1 , 2 0 0 pies de estension próximamente, con 3 3 de elevación sobre el terreno natural y 3 2 de espesor, incluso el parapeto.

La Academia de la Historia en su Diccionario Geográfico supone, que en los estremos de este lienzo se construye ron dos cubos al mismo tiempo que la muralla, y un baluart e en su centro. No puede haber dificultad en admitir este supuesto, en cuanto á los cubos, por estar muy conforme el estado en que se hallaba el arte de fortificar las plazas á principios del siglo XVI, pero no asi, con respecto al baluarte que debe ser de época muy posterior. Mas probable parece que en el mismo terreno, en que está el baluarte actual, se hubiese construido uu cubo de mayor capacidad y elevación , si se quiere, que los de los dos estremos, honrándole por estas circuntancias con el pomposo nombre de Cubo Imperial, que cuadra mal á un baluarte. Aunque la aplicación de la pólvora á las operaciones de la guerra, es anterior á la gloriosa época para nuestras armas, en que floreció el emperador Carlos V, solo se empleaba este poderoso agente en aquel tiempo, en las cargas de los arcabuces, mosquetes y algunos cañones informes y cortos que arrojaban proyectiles irregulares sin taco y por consiguiente de limitado alcance y poco efecto. En este reinado fue cuando el célebre Pedro Navarro, introdujo el uso de la pólvora en el ataque de las plazas por medio de las minas; pero la artillería carecía aun de la acción necesaria para batir una muralla, y los ejércitos sitiadores no la emplearon en este objeto hasta mediados del siglo XVI, den Jues de mejórala su construcción. El empleo de la ai ti— leria en el ataque de las plazas, tuvo por inmediata consecuencia la invención de los baluartes. Errad de Bardeluc, ingeniero del,rey Enrique IV de Francia, fue el primero que á fines del siglo XVI publicó un sistema de fortificar las plazas con baluartes, y en el reinado inmediato de Luis XIII, á principios del XVH dio á luz el suyo el caballero de Vilie, á cuyas máximas está arreglada la traza del baluarte que nos ocupa, llamado impropiamente Cubo Imperial. Este baluarte, si bien de poca capacidad con respecto á los modernos, tiene uuos 2 0 pies de elevación mas que la muralla, en forma de caballero de trinchera, y bate el terreno de su trente con fuegos dominantes. Debajo de su plataforma hay un almacén á prueba de bomba con doS casamatas en cada llanco, y otro ademas debajo del anterior, con otras dos c a samatas también en cada uno de los flancos que barren los fosos de las cortinas y caras de los baluartes opuestos con fuegos rasantes. Los flancos están cubiertos con orejones, y uno de ellos cubre la puerta, única de salida al campo, llamada Puerta de Tierra. Este frente se construyó unos 1 5 0 pies mas avanzado que el de D. Saacho. Los baluartes bajos, quo reemplazaron á los dos cubos de los estremos de este frente— pertenecen también al sistema del caballero de Ville el de la der. ú occidental, llamado de San Felipe, es solo un medio baluarte, y el de la izquierda ú oriental que es entero, se denomina del Gobernador ó mas comuumente de Santiago.

Los (laucos de ambos son retirados y cubiertos con espaldas en lugar de orejones, v tienen sus poternas para las comunicaciones de lh guarnición en tiempo de sitio. Estos tres baluartes deben ser de la primera mitad del siglo XVII, y de la segunda , las otras esteriores que consisten en una contraguardia que cubre la única cara del baluarte de San Felipe, un hornabeque que abraza con sus alas el baluarte del centro y una parte de las cortinas com iguas con un rebellín al frente déla del hornabeque, que tiene una poterna por la que se comunica con el rebellín , atravesando el fo-o por una caponera doble. Las obras esteriores están arregladas al sistema del conde de Pagan. Las del recinto y esteriores de este frente, están circundadas de fosos de competentes dimensiones en su anchura y profundidad, y se hallan defendidas por los fuegos de aquellas, sin que quede ninguna parte muerta ú oculta al pie de las escarpas. Rodea ademas á los fosos mas avanzados hacia la campiña un camino cubierto con su estacada, y una’espaciosa esplanada que cubre las escarpas de las obras, dejando espeditos los fuegos do sus parapetos. A la salida de la puerta de tierra , inmediato al flanco derecho del baluarte del centro se atraviesa el foso del recinto por un puente levadizo en parte , y durmiente en otra, para llegar á la gola del hornabeque.

Desde este punto son dos las comunicaciones de la población

con el campo esterior ambas después de atravesar por un puente levadizo el foso del ala del hornabeque á que respectivamente se dirigen, dan salida al campo por dos rastrillos, situados cerca de los estremos de la estacada en las plazas de armas del camino cubierto. El frente oriental de la plaza está cerrado por un muro de 4,000 pies de estén- » sion, 42 de espesor y 30 de altura por la cara esterior, construido á la orilla izquierda del r. Urumea. Arranca este muro desde el estremo oriental del monte Urgull, sin dejar en su parte esterior mas espacio que el absolutamente preciso para un pequeño tlanco, capaz solo de una pieza, al que sin embargo se le ha dado el nombre de batería de San Telmo.

Se dirige el muro casi perpendicularmente al pie del monte en la estension de unos 500 pies, donde formando un ángulo muy obtuso se inclina á la derecha, y con otras dos inflexiones en el mismo sentido, continúa al encuentro del estremo oriental del lienzo del S . , dejando oculto el pie de la escarpa al fuego de la única pieza de la batería de San Telmo. Para remediarlo, se construyeron dos cubos, el uno llamado de los Hornos, en el ángulo ó punto de inflexión mas inmediato á la cara del S . , y el otro con el nombre de Cubo de Amezqueta en el mas distante. Estas obras, si bien podrían ofrecer bastante resistencia contra los medios de que podía disponer el sitiador en la época en que se construyeron, teniendo toda la escarpa descubierta desde el esterior, y habiéndose perfeccionado la artillería, hasta casi el grado en que hoy se halla , en el reinado de Luis XIV, la esperienf’ i ha demostrado que una batería establecida en la orilla r. del Urumea , puede en pocas horas apagar los fuegos de estos dos cubos y aun destruirlos y abrir brecha en ellos y en las cortinas contiguas en el corto intervalo de 8 dias. Por otra parte la batería de enfilada que el sitiador, nunca dejará de establecer en la altura de San Bartolomé, batiendo de flanco el ala izquierda del hornabeque y la cara también izquierda del baluarte de Santiago , cuyos fuegos deberían contestar é imponer respeto á los de la bateria de la der. del Urumea , no solo contribuye á que este ejerza con desembarazo su acción contra la muralla, sino que, enfilando igualmente el lienzo en que se abre la brecha , protege grandemente á las columnas que se dirijan al asalto. Esta es sin duda la parte mas débil del recinto , la que ha sido atacada en los dos sitios que ha sufrido la* plaza, y la que lo seria en otro que tuviese que sostener. Alguna vez se ha pensado en fortalecerla por el esterior con una^falsabraga también ha habido quien quiso cubrirla con un tenazón ; pero el medio mas eficaz seria sin duda, rebajar los arenales de la der. del Urumea hasta que las aguas de las mareas altas se estendieran á una distancia superior al alcance de punto en blanco de las piezas de batir, obra de puro peonage y de muy poco coste. .Mas insignificante seria aun el que ocasionara el rebajo de la cresta de San Bartolomé, hasta que quedaran desenfiladas las obras que domina. Probablemente bastaría autorizar á la ciudad para que pudiese cerrar y reducir á cultivo la e.stensa playa que deja la marea , al retirarse entre el monte de San Bartolomé y la orilla izquierda del Urumea, con facultad de estraer tierras de la cresta de este monte, para rellenar el cerramiento; autorización que podria concederse, sin que la plaza se resintiese en sus condiciones defensivas , puesto que las trincheras, que en el terreno cerrado quisiera abrir el sitiador, inundándose en las mareas altas por la filtración de las aguas, quedarían intransitables también en las bajas por su estado fangoso. Un ingeniero del ejército ingles, después de tomada esta plaza el año de 4 813, dirigió la construcción de una cortadura detras de las dos brechas, por donde se dio e\ asalto en dirección paralela á la parte del recinto que abraza con dos flancos, de los que el de la der.

se une al frente del S . , junto á la poterna del baluarte de Santiago, y el izquierda se adhiere al oriental cerca del Cubo de Amezqueta, quedando este dentro de la cortadura. Esta tiene su foso con escarpa y contraescarpa, revestidas de manipostería es un obstáculo nuevo que se opone al asaltante y puede contribuir eficazmente á la defensa de la brecha.

Parece verosímil que la parte de este frente, comprendida entre el Cubo de Amezqueta y el monte Urgull, formara el frente oriental del recinto de D. Sancho, y que en obsequio de la economía ú otras causas , se hubiese querido utilizar , al construir el actual, pues que á no ser asi, es de ci-eer que se hubiese dirigido este frente en línea r e c t a , desde el estremo del muro del S. al monte Urgull, dejando en la falda de este por la parte esterior del muro el espacio sufi- SEB ciente para una bateria que barriera con fuegos rasantes el pie de la escarpa en todo el frente.

El monte Urgull cierra la plaza por el lado del N . , preservándola de todo ataque por esta parte. Su base, si bien de figura irregular, puede ser considerada como un elipse de 3,000 pies en el diámetro mayor, en dirección de E. á O., y de 2,000 en el menor de N á S. Su altura sobre el nivel de las aguas de la concha es 131 pies y no de 1,000 varas, como equivocadamente dice la Academia de la Historia. Sus laderas son muy agrias y de pendiente sumamente rápida, terminando «la mitad mas oriental de la que mira al S. en la gola de la plaza y en el muelle la occidental. Las que dan frente al NE. y O. se esconden en el Océano Cantábrico, formando una orilla tan escarpada y en costa tan brava, que aparta toda idea de que pueda intentarse en ella ningún desembarco. En la cúspide del monte se eleva el cast. de la Mota , de figura casi cuadrada, de unos 150 pies de lado, sin baluartes, cubos ni ninguna otra clase de obra que defienda sus escarpas, lo que autoriza á creer, que al proyectarlo, no se propuso mas objeto que proporcionar á la «guarnición de j a plaza un refugio, desde el cual pudiese obtener una honrosa capitulación, después de haber defendido aquella, hasta haber apurado cuantos medios estaban á su alcance. Sus fuegos son de muy buen efecto, particularmente en los dias primeros del sitio, cuando el enemigo está aun distante. Son mas fijantes, y por consiguiente de menos efecto, según se va acercando el sitiador, y nulos cuando este llega ¿»ocupar las faldas del monte. No tiene á tiro de cañón ninguna altura que le domine para el uso de la bala rasa , pues la mas inmediata que es el punto de Montefrio, donde está situado el ant. faro, (*) dista (i,223 pies de la fortaleza. En el espacio cuadrado que esta encierra dentro de su recinto, hay.un cuartel capaz de 100 camas, una capilla bajo la advocación del Santo Cristo de la Mota, un pozo de agua dulce y dos almacenes á prueba de bomba, que forman el piso bajo del edificio, en que están los pabellones para habitación del gobernador y oficiales de la guarnición, con salida á la plataforma de un cubo ó macho que se eleva en el centro del tuerte , el que tiene también una cisterna de agua. Adosada á la escarpa de la cara occidental del cast., hay una bateria construida por los ingenieros franceses (cOü el nombre de Napoleón) el ano 4813 , con fuegos al N., S. y ( ) . , la que se conserva con el de Isabel II.

Al pie de la escarpa de la cara del cast. que mira al S. , hay una plataforma con parapeto do manipostería, que inmediato al fuerte termina por el E. con la bateria del Príncipe, con fuegos al S . , y por el O. con la de Sta. Clara alta, que los tiene al S. y al O., contra la isla que da nombre á la bateria.

Desde la bateria del Príncipe se desciende , resguarda do de un parapeto aspillerado , á la del Ataque ó Mirado!

que está en el cstremo oriental del monte, sobre el desembocadero del Urumea, y en los mismos términos se baja desde la bateria de Sta. Clara alta , ala de las Damas,abrazando toda la falda meridional y previniéndose contra el enemigo, que dueño de la plaza , quisiera aspirar á la ocupación del monte. La bateria del Mirador, que es mas bien un reducto, tiene fuegos á la parte del mar, y también á la de tierra. Es la destinada á inquietar á los servidores de la bateria de brecha de la orilla der. del Urumm , y á amortiguar sus fuegos con los de una barbeta, que tiene en el ángulo S E .  tiene ademas la misión de retardar y hacer mas mortífera la marcha de las columnas de asalto, y es sin duda la obra de mas importancia. Su elevación sobre el pie de la escarpa del frente oriental de la plaza es de 250 pies, y por consiguiente sus tiros son demasiado fijantes. La batería do las Damas dirige sus fuegos á la concha.

(Continua en el original)