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VALMASEDA

v. con a y u n t . , cabecera del partido judicial de su nombre en la provincia de Vizcaya (á Bilbao 5 leg.), audiencia terr. de Burgos (22), ciudad g. de las Provincias Vascongadas (á Vitoria 12), diócesis de Santander (14). Está SIT. en un paso angosto y preciso entre la orilla izquierda del r. Cadagua y el lado menor de la base de una pirámide irregular prolongada y t r u n c a d a , de muy difícil acceso y s u b i d a , y apartada de los montes mas altos que de no muy lejos la dominan, por los profundos barrancos escavados por los arroyos Salecillo y Abeduiar , que á los dos estremos N. y S. de la v. se introducen en el espresado r .  es el primer pueblo de Vizcaya que se encuentra yendo de Burgos á Bilbao por. Villarcayo y valle de Mena, y á su salida hacia la costa se apartan los caminos de Castro-Urdiales y Bilbao. Hasta la última guerr a con D. Carlos, en que fue demolido, coronaba la cima de la susodicha pirámide un ant. cast. con su foso y barbacana, de cuyos flancos partían las murallas, que ciñendo á la v. por entre los arroyos y el r. ,*al paso que la defendían militarmente , la protegían contra los aluviones y avenidas. El CLIMA es húmedo, como se observa generalmente en la p r o ximidad de la costa cantábrica- los vientos reinantes NE. y S . , y las enfermedades mas comunes anginas, constipados y algunas afecciones de pecho.

PUERTAS. En lo ant. correspondían á las 4 calles de Valmaseda 2 puertas al N. y 2 al S . , abiertas en sus murallas, y otras 2 al r., ademas de la salida por la puente llamada vieja , que servia para el camino a n t . , y sobre la cual se levanta una torrecilla que con el mismo puente y 2 leones r a pantes en guisa de contener la t o r r e , forman las armas ó blasón actual de la villa.

INTERIOR DE LA POBLACIÓN. No son muchos los pueblos que en su interior presentan una planta mas regular que Valmaseda. Fórmanla 4 calles paralelas entre sí y con el r., cortadasperpendicularmente por otras 3mucho mas angosi rectángulos muy ‘les por N . se ena muy irregular, o mal aspecto y ó portal cubiertas lluviosos En la t a s , que dividen toda la v. en cuac proporcionados, A la estremidad cuentra el mercado ó plaza mayor¿ en la que se hallan la casa de la vasta ostensión , con una galeriaj t o , para tener aili el mercado misma plaza está también la iglesia mayor, de bella construcción en el interior y de no desagradable vista al esterior, aunque con su torre y fachadas del siglo pasado, casi del mismo tiempo que la casa de la v . , no se puede decir que presenta orden alguno de arquitectura conocido. Al estremo S. de las calles se ve la plaza vieja, en la que antiguamente se corrían los novillos, y la cual, en uno de los lados de triángulo que forma, ofrece á la vista el ennegrecido, destechado y ruinoso palacio edificado por D. J u a n O r t i z de Valmaseda, de quien mas adelante se dará razón, en la a c t u a -lidad perteneciente á los condes de Bornos. Las casas, que en lo general son de dos pisos, no corresponden de modo alguno á la planta tan regular que tiene la v. aunque hay algunas de magnifico esterior, las r e s t a n t e s , ademas de su antigüedad y de la oscuridad consiguiente de un clima lluvioso, están muy mal construidas. S e a d v i e i t e mucha desigualdad en la altura, demasiada salida en los tejados, balcones y pisos, con algo mas que desluce y no recrea la vista.

A tal irregularidad han contribuido en gran parte dos incendios ocurridos, el uno en 3 de diciembre de 1608, y el mas voraz el 8 de noviembre de 1808, en que los franceses, persiguiendo al ejército de la izquierda, abrasaron lo mejor de la v. También ha sido causa, y quizá la principal, la multitud de censos ecl., aniversarios y capellanías, impuesto.- sobre las casas, asi como el ser varios los dueños de las mismas; de suerte que aunque ha mejorado algo la población, con lo que se ha reedificado después del último incendio, todavía en partes se descubren los restos y en partes ofende al transeúnte el aspecto d e a’gunos edificios ruinosos.

ESCUELAS. NO las.¡tuvieron olvidadas los valmasedanos en los siglos anteriores, contribuyendo alguna vez los discípulos para la manutención del maestro. En el día es del todo gratuita la escuela que existe dotada por la v. con 3,000 reales

anuales, y concurren á ella 120 niños y 70 niña?. Hay ademas otra de niños y una de niñas, dirigidas por maestro y maestra particulares, á los que retribuyen los alumnos con 2 reales mensualmente. También paga la v. 200 ducados al preceptor de latinidad, por no cobrarse en los Cinco Gremios .Mayores de esta corte el rédito correspondiente al capital en ellos impuesto por el piadoso Juan de la Piedra, de que hablaremos mas adelante.

IGLESIAS Y BENEFICENCIA. Hay en Yalmaseda una igle- VAL ¡ sia parroquial con su ayuda de parr. dedicada esta á San \ Juan Bautista y aquella á San Severino ob. ó arzob. de Coj lonia, que también se cuenta haberlo sido de Burdeos, en j cuya c . , asi como en la de Paris, hay parr. que también lo tienen por titular. Esta circunstancia , y la de haber sido San Severino contemporáneo de Sau Martin, de quien fueron muy devotos los godos; y suevos , inclina á pensar que quizás lo fuesen los primeros pobladores de Valmaseda, ó tal vez de la Aquitania ó gascones, pues que San Severino, como hemos dicho , es celebrado en Burdeos como uno de sus mas venerables prelados. El patronato de las iglesia de Yalmaseda corresponde á la villa por los privilegios de los señores de Vizcaya, D. Lope Diaz de Haro y su muger Doña Urraca, de L.°»de julio de 1234 , y del rév D. Alonso el Sabio, de 24 de marzo de 1256. Con dificultad se citarán patronos que con mas celo y desprendimiento desempeñaran su encargo que los ayuntamientos de Yalmaseda , á pesar de la resistencia que por lo pasado hallaron en la pueril vanidad de un clero , que siendo todo hijo de la v., disputaba á sus padres y hermanos b á s t a la inocente autoridad de disponer de las varas del palio. Asi e s , que admira cómo un veciudadndario tan reducido e n « l número como en los recursos . pudo emprender á fines del s i glo XIV ó principios del XV, pues no hay memoria que lo indique, uu templo tan bello como es la iglesia mayor, del género gótico decadente , con tres naves y bellas ventanas caladas, que cuando tenían las vidrieras de colores, cuyos vestigios aun se observan , causarían un efecto admirable.

Por fortuna, aunque en los altares é imágenes no hay ninguno que admirar, considerados como objeto artístico, sino que por el contrario, para dar al templo mas ensanche y belleza, convendría quitar los altares pegados á los pilares,. BO h ay tampoco que deplorar la abundancia de capillas y enterratorios que suelen deslucir otras iglesia Solo hay dos de aquellas en la iglesia mayo- de Valmaseda, y ninguna de las dos ofende ni por la situación ni por su arquitectura. La de Juan de Urrutia, edificada, ó mas bien concluida en 1545, es tradición que el plano y el altar con sus imágenes vinieron de Sevilla, en donde vivió y murió aquel, dejando al Hospital de la sangre las casas de su morada. A principios del siglo pasado, habiendo cundido la voz de que el campanario amenazaba ruina, se trató primero de su repara- G , 0 , n Y después de edificar una torre nueva; la que se efect u ó siguiendo los planos y dirección del arquitecto D. Lázaro de Ainsera , vecino de Azpeitia. A esta obra sucedió la de las fachadas déla misma iglesia, siguiendo los planos de un baile , que creemos fuese el mismo hermano Marcos de Sta. Teresa , carmelita descalzo, á quien el ayuntamiento comisionó en 1730 para reconocer la obra. En aquel tiempo, y con el mismo género de arquitectura, se levantó también la torre de San J u a n , cuya iglesia debió su origen á mediados del siglo XV á Juan López de la Puente. En ella nada hay de notable , como no sean los restos del cuerpo de San Bonifacio, mártir, que á principios del siglo pasado trajo de Roma el P. Manuel Joaquín Ortés de Velasco , j e s u i t a , que algunos titulan predicador del rey. Nada tampoco ofrecen de particular las dos e r m i t a s , una á corta distancia de la v. sobre el ¡mL. camino de Bilbao, dedicada á la Magdalena, y la otra á San Sebastian eu la cúspide del elevado pico de Colisa. Una y otra sin embargo, merecen llamar la atención por la antigüedad, que no remonta al año de mil ciento y once, como se lee en este art. del Diccionario de las tres Provincias etciudad d é l a de San Sebastian, sino á tiempos muy posteriorc-;, y es bastante. Por que la de San Sebastian exist í a ya con rentas y mucha consideración en el año de 1453, en que el célebre oh. de Burgos D. Alonso de Cartagena la unió para siempre á la iglesia de San Severino. La de la Magdalena , aunque también existia en el mismo siglo, y que se sabe haber sido fundada por una muger, por las pretensiones que á principios del siglo XVI tuvieron los comendadores ó religiosos de San Lá;aro, se infiere que pudo ser una de aquellas leproserías que en lo a n l . , cuando la lepra era mas común y se la miraba como castigo del cielo, se establecieron fuera de los pueblos. Para el servicio, asi de jas iglesia corno de las ermitas , hay en Valmaseda un cabildo de 8 beneficiados que deben ser patrimoniales, y obtener los beneficios por concurso ante el ob. de Santander ó su sínodo, y desempeñan después alternativamente todas las cargas del ministerio pastoral. Entre las personas señaladas que formaron parte de tan respetable cabildo, se han contado en menos de un siglo al lllmo señor D. Martin Delgado y la Piedia, ob. de Valladolid , en donde falleció en 4753; al muy Iltre. señor D. José Antonio de Arecbe, magistrado intégérrimo, que fue beneficiado antes de ser oidor de Filipinas, fiscal de la audiencia de Méjico, visitador general de todos los tribunales de Justicia, y superintendente general y subdelegado de Hacienda de los vireinatos del P e r ú , Chile y Provincias del Bio de la P l a t a , del consejo de Indias, e t c . , que falleció en Bilbao en 1798, declarando en su testamento, que las casas que dejaba en esta v. y e n B o r t e d o las habia heredado de su padre, porque otra cosa tal vez no se creyera; y al lllmo. señor D. Manuel Gómez de las Bivas , actual a r z o b . d e Zaragoza. Solo hay en Valmaseda en el dia un hospital muy reducido.

Consta que también existia en el siglo XV . y que en su origen fue destinado como tantos otros al hospednge y albergue de los peregrinos. Su administración está á cargo del cabildo ecl.. que por medio de uno d e s ú s individúes distribuye sus escasas rentas en socorros domiciliarios en dinero á unos y en costear las medicinas á o t r o s , acogiéndose solo á los que por falta de asistencia ú otras causas no pueden permanecer en sus casas. En este si-lo , sin hacer mención de otros bienhechores ant. son dignos de la grat i t u d general, D. José Antonio de Beti , que le dejó , aunque después han sido reclamados por sus h e r e d e r a . cinco ó seis mil duros que valian sus bienes , y D Manuel de Cari a ga , hijo de Valmaseda y vcciudad de la Habana, que en 4848 le ha legado también 4,000 duros Ademas de estos y otros benéficos valmasedanos , que por la brevedad omitftimos , hubo otros en lo a n t . , especialmente en el siglo XV, que tuvieron mny presentes á los pobres. Entonces veíamos que al paso que se fundaban memorias y aniversarios en la i g l . , era muy común acompañarlos de otra tanta limosna ó de comidas en los mismos dias para los pobres. Pero desde la segunda mitad del siglo XVI, y principalmente en el XVII, se advierte mucho empeño en fundar capellanías, pasando de 30 las que hubo en Valmaseda , alguna de las cuales lo fueron por hijos de ella que fallecieron en América.

En medio de eso, sin embargo, es digno de memoria Juan de la Puente, que por su testamento otorgado en 4555 eu Arica, jurisd. de Arequipa, ademas de varios legados para la reducción y conversión de los indios, y para las iglesia y ermitas de Valmaseda, mandó 400ducados de oro, para que en ella se emplearan todos los años en trigo por julio o cuando valiese mas b a r a t o , y se repartiera á las viudas, huérfanos y pobres necesitados al mismo precio cuando valiese mas caro. A D. Francisco Ortés de Velasco, que aunque natural del contiguo L. de Aedillo en Mena, dejó por su testamento otorgado en el año de 1600 en Cartagena de Indias, un pósito de 100 fan. de trigo , para ayudar á los labradores al tiempo de la sementera; ademas de otras limosnas y piadosas fundaciones para pobres y parientes, que hoy dignamente administra el señor D. Iñigo Ortés de Velasco, marqués viudo de la Alameda; y á Juan de Elguer a , q u e por su testamento, otorgado en Valmaseda en el año de 1608, ordenó, que el producto de una media casa que tenia en Bilbao se repartiera anualmente en pan á los pobres. A tan benéficos valmasedanos , agregaremos á Juan de la Piedra, no porque en su testamento, otorgado en Panamá en el año de 1643 mandara fundar el conv. de monjas de Sta. Clara, que en el dia existe en Valmaseda , sino porque de los 3,000 ducados de renta que les dejó, mandó que se separaran 200 para un preceptor y 150 para el r e pasante que le ayudase á enseñar gratuitamente la gramática , y que se admitieran 8 religiosas indotadas, tomadas de entre sus parientes y las hijas de vecino, á las cuales diera la comunidad 200 reales anualmente para gastos estraordinurios.

A Juan de la Piedra seguirán D. Francisco de la Puente Verástegui, caballero de Alcántara y vecino de Sevilla , que en 1664 mandó el quinto de sus bienes, que pasó de 6,000 pesos á la iglesia de San Severino; el capitán [). Martin de Asunsolo , que de la misma ciudad de Sevilla y de la de L;ma. hizo varias remesas de alhajas de plata y temos para la misma iglesia, y entre ellas una lámpara de plata de cerca de 100 libras para la capilla mayor , y 300 pesos ademas para que con su rédito se alumbrase á D. Lucas de Hor casi t a s , que gasto 7,000 ducados en la obra y adorno del altar mayor, imponente en su género churrigueresco á 1). Agustín de Bado y Vedia que en el afio de 1693 en que fue alcalde , después de haber estado en Indias, donó á la iglesia una custodia, un frontal de plata maciza para el altar mayor, una silla de respaldo torrada de lo mismo, un palio con ocho varas forradas también de plata , cuatro cálices, un terno de oro y otras cosas; al capitán D. Miguel de Villa, veo. de Uuaiícavelica, que en 1699 envió una custodia y 1,100 pesos para una memoria al capitán don Francisco de Herv.oso, que en 1696 envió de Lima una custodia grande de plata sobredorada, una cruz y otras alhaj a s á D. José de Horcasitas, tesorero general del reino, que en 1747 envió la imagen de Ntra. Sra. del Pilar , toda de plata, que está en el altar mayor al lllmo. señor Delgado, ob. de Yalladolid , que envió en 1752 un riquísimo terno de oro tejido en Toledo; y á D. José Larra/aba . veciudad

de Lima , en donde falleció en 175L. dejando ademas de una multitud de alhajas de plata para adorno del a ‘ t ar y monum e n t o , que todas pesaban 400 marcos de á 8 onzas , un riquísimo y muy completo terno de tisú de oro fabricado en León de Francia, etciudad PUENTES. Con razón puede envanecerse Valmaseda por sus puentes y caminos. Tres de los primeros tiene sobre el r. Cadaijua en el mismo límite de la v . , sin contar con los de los arroyos á la entrada y salida de la misma. La puente llamada Vieja , que servia para la antigua calzada, está situado

casi al estrémo S. de la v.. representando con un arco c e n tral muy elevado v otros dos muy pequeños á los lados la edad media, en que ni el a r t e ni el acarreo habían progresado todavía. No es posible señalar la época en que se const r u y ó , aunque de algunos documentos y noticias se infiere ser anterior al siglo XV. A principios del último, cuando antes de abrirse el camino de Orduña las lanas se trasportaban desde Burgos á Bilbao por Valmaseda, para «vitar á los carros la penosa subida de este puente, se habilitó y empedró un paso del r. por enfrente ¿el conv. de las monjas.

Viene luego el segundo p u e n t e , comunmente llamado Nuevo , que se edificó el año 1G69 en el centro de la v. y en donde habia unos pasos ó atrancos para el servicio de las h e redades, cas. y tenerías. Aunque con sus arcos mas bajos ya manifiesta algún adelantamiento en el a r t e , la pesadez de sus pilares y el mal enlace de sus arranques ofrece gran desventaja, de cualquier mcdo que se le compare con el tercer puente q u e , atendida su edad y comparada con la de los anteriores, podemos llamar novísimo. Edificóse en 1843 á la salida N. de la v. y para enlazar con ella el camino que á la sazón se abria para Bilbao. Lo bajo y ligero de sus arcos sin declive á la entrada ni á la salida, contrasta notablemente con la elevación de los otros dos pueBtes que desde él se observan solo le falta esperimentar las grandes y estraordinarias avenidas del Cadayua, .semejantes á la de 480L. Fuera de la v. al S. y no muy distante, se ha construido para que nada falte, en el ano 1848, otro puente de madera y cantería está destinado para el camino que abierto por la provincia de Álava hasta su térro., lo ha continuado la v. de Valmaseda en medio de tanta desgracia y atraso como la cupo en la pasada guerra civil y en la de la Independencia; no habiendo temido desprenderse hasta de 11,000 duros para construir la parte de su jurisd. y enlazar aquel camino con el que por ella pasa á Bilbao y Castro-Urdiales.

Estos desembolsos bien merecían llamar la atención del gobierno supremo hacia un pueblo no muy rico, cuando en otros opulentos se ha invertido casi enteramente un empréstito de 200.000,000 r s . con objeto de abrirles buenas c a r r e t e r a s ; mucho mas si se tiene en cuenta que Valmaseda contribuye anualmente con 33,000 reales para el rédito que le corresponde del capital que tomó á préstamo con dicho obj e t o . Lo demás relativo á caminos se halla en el art. del p a r t . judicial

(Continua en el original)

VALMASEDA

Part. judicial de entrada en la provincia de Vizcava, audiencia t e r r . de Burgos, ciudad g. d é l a s Provincias Vascongadas y Navarra , diócesis de Calahorra y Santander comprende 4 v . , 3 a n t e i g l . , 9 c o n c . , 6 valles, incluyendo los de Llodio y Oquendo (*) en t e r r . de Álava , y multitud de L., barrios y cas., que forman en la actualidad 18 ayuntamiento, t e niendo para suministrar el pasto espiritual á los h a b . 59 parr. Las dist. de los pueblos principales entre sí y de ellos á sus cap , asi como lo relativo á la riqueza , población y reemplazo del ejército de los mismos, aparece del siguiente estado de dist. y cuadro sinóptico. (Ver en el original)

SITUACIÓN’ Y CLIMA. Se halla situado este partido al O. de la provincia, disfrutando de clima saludable y templado, aunque húmedo y lluvioso, como el general de Vizcaya los vientos reinantes son principalmente el O., NE, y S . , aunque en las cañadas y profundos valles se sienten de rechazo otros, cuando sopla alguno de aquellos.

TÉRMINO. Coníina por N. con el de los L. de Agüera y O t a ñ e s , que son déla junta de Sámano y p a r t . judicial Se Castro- Urdiales en la provincia de Santander, y siguiendo como 2 leg. por la costa del mar Cantábrico entra por la barra de Portugalete en el r . Nervion ó Ibaizabal hasta encontrarse con la embocadura del Cadagua; sirviendo en toda aquella estension de lím. entre los p a r t . de Bilbao y el que describimos por E. linda con la anteiglesia de Ceberio y valle de Orozco, que pertenecen al juzgado de Durango, y con Amurrio, cabecera de otro en Álava por S. toca con la tierra de Ayega y valle de Mena, en que aquella se comprende, y son del partido de Yillarcayo, provincia de Burgos; y en fin, por O. t o c a p r i m e r o c o n l a m e r i n d . d e Montija, que corresponde también al último citado p a r t . , y después con Soba y Ramales , que son del de este último nombre, provincia de Santander.

De modo que reasumiendo, tenemos que al part de Valmaseda lo cercan por N . los de Castro-Urdiales y Bilbao; por E. los de Durango y Amurrio; p o r S . el de Villarcayo, y por O. el mismo y el de Ramales.

No es fácil señalar la dist. en horas que hay e n t r e los puntos mas estremos del partido, atendiendo á su t e r r e no montuos o , dentro del cual á pesar de su gran desigualdad se han abieíto espaciosas carreteras asi es que desde Portugalet e , punto sept. mas dist. déla cap. del partido por esta parte, hasta el puente de Arla, que es el mas austral y divisorio de la provincia de Burgos, se puede ir en poco mas de 5 h o r a s ; en t a n t o que desde Miravalles y Llodio á La Nestosa, que son l o s 2 estremos oriental y occidental, se gastan mas de 12 horas, aunque solo se cuentan sobre 9 leg. Esta diferencia de diámetros y de tiempo para correrlos es todavía mas n o t a b l e , si en vez de tomar por punto de partida á Portugalet e , nos fijamos en el verdaderamente s e t . , que es el Son ó Somo de Samano, desde cuya cima ó cúspide, que sirve no solo de lím. á este partido y al de Castro-Urdiales, sino á las provincia de Santander y Vizcaya, hasta el puente de Arla, d i visorio de la de Burgos, apenas se cuentan 3 1/2 horas. Asi reduciendo á un diámetro medio el de los estremos, se p u e de computar como de 4 horas de dist. de N . á S. y mas de doble de E. á O. y como la cap. no se halla en el c e n t r o , se causan graves perjuicios á los hab. por razón del tiempo que se pierde acudiendo al j u z g a d o ; si bien no son tan considerables como los que sufrían antes de la creación de este en 1841, en cuya época sin embargo estaba ya planteado el Reglamento provisional para la administración de justicia, que corrigió muchos abusos.

MONTES Y SUS ACCIDENTES. NO hay en todo el p a r t . , en medio de ser t an quebrado , una cordillera ó montaña que pueda decirse principal. Sise esceptúala loma ó monte del Ordunt e , que por el alto de Cabrio fuera de este partido se enlaza con la Peña de Orduña, prolongada por aquella parte hasta las montañas de León y Asturias , todas las cumbres, picos y montes están aislados; no siendo en realidad mas que fracciones mas ó menos altas y prolongadas de una masa que allá en los remotos siglos hubo de estar unida y compacta, y que el paso continuo de las aguas ha dividido y a p a r t a d o , formando entre pedazo y pedazo, que son hoy los montes, unos profundos barrancos que constituyen los valles y vegas. Est a masa asi dividida y fraccionada, ó sea los picos que la s e ñalan , considerándola con admiración desde_algunos puntos de la elevada y sorprendente Peña de Orduña, se presenta alguna vez como un mar agitado. ¿Habrá sido por ventura dicho peñasco, que parece una muralla de muchas leg. de e s tension , el término del mar que entonces inundaría esta c o marca?

No podemos dar solución á esta duda que requiere mas detenida y científica observación; contentándonos con indicar, que en la espresaila peña se advierte hacia el N. la misma degradación y estrago que generalmente en las de e s t e partido, asi como la misma dirección de O. á E. y el estar igualmente levantada por el N. é ¡acunada hacia el S .

Desde la guerra de la Independencia data principalmente la ruina del arbolado de monte, consumada durante la última civil que terminó en Vtrgara. Esta pérdida sin embargo pudiera considerarse compensada, si solo atendiéramos a la mayor propensión que ahora se nota á la agricultura y á roturar t e r r . incultos; mas la aspereza y desigualdad de e s tos pone coto al ansia de estenderse que pudieran tener los labradores, ademas de que para ciertos usos y necesidades son indispensables los árboles y sin ellos vendria abajo la única ind. que alimenta el partido Para su fomento no basta que los propietarios vayan replantando los árboles, porque sobre haber pocas personas que pueden dejar sus capitales por muchos años estacionarios, el método de hacerlo por medio de viveros y trasplantos es dispendioso, y tiene muchas quiebras. Asi es que no faltan hombres entendidos é i n t e r e sados en el bienestar y mejoras del p a i s , que preferirían que la naturaleza funcionase libremente, con lo cual creen que el arbolado no seria tan raquítico como en el d i a , y que las hayas, robles,encinas y varios arbustos llegarían á ser g i gantescos y útiles hasta para construcción naval, cuando en la actualidad apenas sirven para el carboneo. También mejoraría el arbolado el sistema de cerramientos, si pudiera adoptarse; pues son crueles enemigos toda clase de ganados, las quemas de montes para hacer carbón, tan frecuentes en el partido, y otros varios que seria inoportuno referir. A pesar de todo se cultivan ademas de los frutales el roble común, el castaño de comer, el haya común y el nogal; el L.° por la madera y carbón; el 2° por la madera y el fruto después de ingertado y por el carbón aunque se aprecia poco ; el 3.° por su carbón que compite con el de r o b l e , y el 4.° por la madera y el fruto. Se reconocen también algunas especies espontáneas de árboles y arbustos, como el quercus ylex y el quercus cerri de Lineo; el abedul, tan apreciado en Alemania y otras naciones; el abedulillo ó carpe , el aliso c o mún , el de hoja plateada, el fresno coman, el acer campest r e ó común, el platanoides de hoja de parra , el peral silv e s t r e , el cerbal de los cazadores, el tejo común, la sabina, e l l e n t i s c o , el a c e b o , el níspero, el espino albar, el ciruelo silvestre, el saúco, el sauce blanco y el mimbre; haciéndodose mucho consumo de los dos últimos. Entre las plantas que abundan á orillas del Cadagua, se encuentra el homecillo ó lúpulo, que si se cuidara con esmero en los t e r r . b a j o s , inmediatos á aquel y otros r . del p a r t . , pudiera ser muy productivo en estos tiempos, en que t a n to se ha propagado el uso de la cerveza y hay que traer de fuera la flor i n d i s pensable para fabricarla.

TERRENO. ES en estremo desigual, y por esta causa no puede prosperar gran cosa la agricultura, á la que la n a – turalezagha puesto un límite muy reducido. El cultivo se halla muy fraccionado , y cada labrador por lo general está situado cerca del sitio en que encontró alguna poca tierra ó mejor echada ó muy profunda; teniendo en cuenta lo d e s templado del clima, que le hizo fijar su morada al lado de la t i e r r a , que habia de trabajar para su alimento. De aqui el origen de las caserías y de la gran división de la propiedad t e r r i t o r i a l , cuyo sistema de arriendos es sumamente variado. Pero sus hab. no aventajan , ni siquiera igualan á los de Guipúzcoa y ciertos pueblos de Vizcaya, que tienen sus tierras de la misma naturaleza que las de este partido; c a l i z a s , pizarrosas y areniscas, destinadas á las mismas prod. No obstante , debe tenerse en c u e n t a , que las a r c i llosas, de cuya clase participan generalmente, son tan unidas y compactas, ó t an frias, como vulgarmente se dice, que necesitan de mucho abono para que den paso á las a g u a s , y las raices puedan estenderse. En donde la cal abunda, ya suelen algunos beneficiarlas con e l l a , asociándose para sacar la piedra y cocerla; otros roturan pedazos de montes comunes, rozándolos en invierno, quemando lo rozado por julio y agosto, y esparciendo las cenizas a n tes de sembrar el t r i g o ; y por último, el estiércol del ganado en los establos, que se consigue echándole paja , noja, argomas, heléchos y brezos para cama, es un escelente abono. La laya y otros instrumentos agrícolas del pais , asi como la alternativa de cosechas, mejoran bastante las t i e r r a s .

Ríes. Los r . , que comenzando por el E . , fraccionan la superficie del p a r t . , s o n el Nervion, llamado también Orduña , que nace, como casi todos los o t r o s , en la peña de este nombre y no lejos de la ciudad que se lo da pasa por muy cerca de e l l a , y después de atravesar el t e r r . de Saraeho, Amurrio y Luyando, antes del cual se le incorpora por la izquierda el ¡zoria , entra en Llodio , donde se le j u n t a por la der. e l r . que vieue de Orozco; mas abajo y siempre corriendo al N., recibe por la izquierda al r. Belante, procedente de Zoilo, y después de cruzar los tcrm. de Miravalles, lleca á San Miguel de Basauri en el partido judicial de Bilbao , donde se confunde con el Ibaizabal ó A ervion, que navegable desde la última citada v . , desemboca á 2 leg. de ella en el m a r , bañando por su izquierda á Baracaldo, Sestao y Poitugalete.

El r. Gordejuela ó de las Herrerías, se forma de tres r i a c h . , que nacen fuera del partido y al pie de la tantas veces nombrada Peña de Orduña, siendo su caudal aun reunidos Eoeo considerable el primero viene de tierra de Ayala de . á O., y pasando por Llanteno, cuyo nombre suele dárs e l e , se j u n t a mas abajo de Arciniega con el segundo, que proceed del valle de Ángulo, y á poco de su unión, pasa al de Gordejuela, en cuyo valle y sitio denominado Allende, se reúne el tercero , que nace en el valle de Tudela y corre por San Pelayo y Arza en la tierra de Ayega; asi confundidos y en dirección de S. á N., después de recibir por der.

el r i a c h . , que teniendo su origen en los montes de Yermo en Oquendo, pasa por Zaldo, cuyo nombre toma, se juntan en Sodupe con el r. Cadagua. Este, que es el mas caudaloso é importante por las ferrerias, martinetes y molinos á que da movimiento, suele llamarse también de Salcedo ó Salcedon, por atravesar el ant. valle de este nombre, dividido hoy entre los. de Zalla y Güeñes, y aun no falta quien le denomine, especialmente en escritos y relaciones militares, r. de Valmaseda nace en el valle de Mena y L. de Cadagua, engrosándose muy luego con algunos riach., que recogen bastante agua el primero viene de mas arriba de Leciñana, sigue por Irús y Vivanco con el nombre de Hijuela, y se junta con el Cadagua en Villasuso mas adelante y también por la izquierda se le incorpora debajo de Gijan o , el que por recoger las aguas de la loma y montes de Ordunte, lleva este nombre ; y por último, junto al mismo puente de Arla, le entra otro riach., que denominaremos de Barcena, por venir de la ald. asi llamada, que está mas arriba del Berron, en el mismo valle de Mena en jurisd. de Valmaseda, cuyos muros baña dejando la v. á la izquierda, se refuerza por una y otra orilla con varios arroyos, cuyo rumbo y origen manifiestan los barrancos y hondonadas que forman; sucediendo lo mismo en los valles de Zalla y Güeñes, en donde y lugar de Sodupe, se aumenta con el Gordejuela ó Angula desde que sale de Güeñes mas abajo de la Cuadra, sirve delim. á este partido y al de Bilbao, hasta confundirse en su ria mas allá del ant. convento de Burceña, y junto á la t o r r e , hoy tan famosa de Luchana , todo en la anteiglesia de Baracaldo, por la cual cruza el pequeño r. de GaUndo, que entra también en la espresada ria. Siguiendo al Cadaua y caminando al O., sucede el r., que en la última carta e Vizcaya llaman de Somorrostro; en Somorrostro, de Sopuerta; en Sopuerta, de Labarrieta ú Olabarrieta; aqui, de Arcentales; en este lugar, de Saldoja, y que nosotros llamaremos de Cobaron, por nacer en dicho paraje al N. y casi al pie de la colina, entre la jurisd. de aquel valle y la de Valmaseda aumenta su caudal en Sopuerta 4.» y por su der. con otro riach., que nace en el L. de Avellaned a , y luego por izquierda con otro, que bajando de los montes de Tremoral y Saldamando , pasa por Labaluga y entra en Galdames, donde reforzado por su der. con el que viene del monte de Tarabolo, se introduce en jurisd. de Somorrostro á desembocar en el mar de Pobeña, dependiente de San Julián de Muzquiz, observándose en él la marea como cosa de 3/4 de leg. hasta la ferreria de Santelices. Algo mas delante y en la misma vertiente setentrional de Colisa Ír monte de la Tejera nace el r. de este nombre, que en Molinedo junta ya agua para mover una ferreria en el inviern o ; sigue por Villaverde y Trucios á unirse con el Agüera, que como el primero pertenece á Castro-Urdiales, por cuyo partido desemboca en ef Océano Cantábrico. Viene luego el r. de Carranza, formado de varios otros, y que por ef parage de su nacimiento llamaremos de Sal-viejo, por ser el punto mas central y de mas lejano curso refuérzase por su der.

con otros 4, y por su izquierda con otros tantos, cuyo origen y dirección señalan las hondonadas, y entra con poco caudal en verano y abundante en invierno en el L. de Gibaja, partido

j u d . de Ramales, donde confundido con el Ason, pierde su nombre. Nace , en fin , el último r. al N. del monte Cabrio, y desde su naci miento hasta La Nestosa, sirve de limite entre este p a r t . y el de Bamales, en cuyo pueblo se incorpora primero con el r . Soba, y luego con el Ason ya mencionado, que entra en el mar por Santoña.

Picos. Entre los citados r. hay algunos puntos rápidamente elevados, no tanto sobre el nivel del mar como sobre el lecho de los mismos r. y los t e r r . mas cercanos; demostrando su diferencia de altura la facilidad con que en tiempos lluviosos, ó cuando baja la temperatura , aparecen cubiertos de nieve. Entre el N ervion, Nerva, Cadagua y Gordejuela está dominando á Sodupe y á la Cuadra el escarpado Gallarraga, de nombre tan a n t . , como que se le menciona en el privilegio de los votos de San Millan, aplicado al r. Cadagua que en ellos aparece el primero de Vizcaya; á su frente y como manifestando que en su origen y antes de que las aguas los dividiesen, se alzaron á un mismo tiempo, se presenta magestuoso el Ereza en la jurisd. de Galdames y entre el Cadagua, el Nerva y Cobaron entre estos mismos r., casi á la orilla del mar en Somorrostro, se encuentran los dos picos de agradable perspectiva denominados Serantes el Grande y Serantes el Chico, y de forma perfectamente cónica, especialmente el mayor, lo cual indujo á Bowles á creerlos de origen volcánico; pero cuyo error ha sido corregido por el célebre Cohete en su Beconocimiento geológico de Vizcaya, donde se asegura, que no hay en ellos ninguna roca plutónica ó de origen volcánico, y que hasta la forma cónica con que aparecen de lejos es una ilusión óptica entre los r. Cobaron y Tejera se presenta bien elevado el Llangon; y entre el Salviejo, el Ason y riach. del Prado se encuentra el alto de Ubal, prolongado hasta Guardamino, que como todos los referidos tiene que ceder la preferencia al famoso y despejado pico de Colisa, de que se habló en su particular art. (V.). AGUAS MINERALES. La abundancia de mineral de hierro que de varias maneras esparcido se halla en el t e r r . , junto con la poca solidez y densidad de las peñas esquistosas y areniscas, pudo originar las muchas fuentes ferruginosas que nacen por todas partes y se llaman vulgarmente de oro, ya por el lustre dorado que presentan en la superficie, ya por el sedimento amarillo subido que dejan por donde corren.

Aunque se las llama minerales, y lo son en realidad, ningún uso se hace de ellas en la medicina, y solo de vez en cuando aparece algún aficionado, á quien no desagrada su sabor metálico, y si por casualidad le desobstruyeron mas por la cantidad que por la calidad, atribuye á tal ó cual fuente de que bebió, virtudes que no tiene, y se constituye su panegirista. Esceptúase de esta regla el manantial de aguas termales que á fines del último siglo ó principios del actual se descubrió en el L. de Molinar, perteneciente al valle de Carranza, y cuyo crédito aumenta de dia en dia.

Las dificultades que ofrecía su nacimiento en el lecho del r., cabalmente en donde mas caudaloso corre en todo tiempo, comenzaron á vencerse por una compañia de benéficos carranzanos establecidos en esta c o r t e , que deseaban facilitar el uso de las aguas á los dolientes, y al valle en que nacieron la utilidad consiguiente. Hoy continúa esta operación solo y de su cuenta í). Rafael de Guardamino, carranzano también. La madre del r. se halla ya ensanchada y apartado de ella el manantial por medio de una fuerte muralla, en términos, que aseguradas las aguas de aquel, se las puede distribuir en mas cómodos baños, de lo que se está ocupando su propietario el Sr. Guardamino. Sin embargo, como su fama ha cundido y con razón para curar dolores reumáticos y nerviosos, mas de 600 personas venidas hasta de |a corte han concurrido en el pasado año 1848 ; indicio cierto de las muchas mas que acudirán cuando el camino, los baños y el hospedage lleguen al punto á que aspira el propietario.

Estas aguas se colocan por los inteligentes en la 4.» clase con la denominación de salinas; lo cual no significa que lo sean porque solo contengan la sal marina en disolución, como las aguas de que se estrae la sal común, sino porque contienen otras que obran de distinto modo sobre la economía animal, y pueden ser varias y de muy diferente especie. Su temperatura es de 34° según el análisis practicado ea 1831 por D. Higinio de Arenaza, boticario del hospital de Bilbao, el cual dio el resultado siguiente •.

(Continua en el original)

VALMASEDA

vicaria de la diócesis de Santander, en la provincia de Vizcava. Se compone de las parr. que existen en la v. de su nombre y en los valles de Arcentales y T r u c o s.