SANTO DOMINGO EL REAL (HISTORIA DE MADRID)

(cuesta de su nombre, n ú mero 6 , donde tiene dos p u e r t a s , una principal á la iglesia y olra á la casa de Capellanes, con otra tercera al conv. marcada con el número 8). Dicen los historiadores de la orden de Sto. Domingo, que en 1217 llegaron á Madrid los primeros individuos de aquella, y fueron tan bien recibidos de los moradores de la v . , que les concedieron terreno para fundar un conv. y bienes para sostenerlo. Vino al siguiente año á Madrid el santo p a t r i a r c a , y determinó destinar para religiosas los bienes que la piedad de los madrileños habia puesto á disposición de los religiosos. Aprobó el ayuntamiento la determinación del p a t r i a r c a , y en sus manos profesaron las primeras monjas, a l a s que d i o la regla de San Agustin y unas breves constituciones. Trabajó el mencionado patriarca en la construcción del edificio, que se redujo al principio á una ermita ( así la llaman los cronistas de la órden^, y un dormitorio común para las religiosas. Estaba dedicado á Sto. Domingo de Silos el naciente c o n v . , y s i t . fuera de la puerta de Balnadú en el punto en que se halla el actual.

Dispensó especial protección á esta casa el r ey San Fernando ; Enrique III contribuyó para levantar la capilla mayor; Felipe II hizo el c o r o , y finalmente, otros v a n o s monarcas han costeado las diferentes reedificaciones que se han hecho en este conv. No guarda sin embargo proporción por su forma con tantas muestras de aprecio de parte de los monarcas, ni con su antigüedad. El templo consta de dos espaciosas naves paralelas i en una se halla la capilla mayor con la mesa de altar aislada y en el centro y á espaldas «de esta el r e t a b l o , que se compone de tres cuerpos con tres intercolumnios corintios en cada u n o , adornados por buenas esculturas, que representan Stos. de la orden, y en la p a r t e superior Jesucristo con San Juan y la Virgen á los lados. F,s obra este altar del primer tercio del siglo XVII, y estaban dorados todos los miembros que le componen; pero en el presente siglo se han pintado los fustes de las columnas y los cornisamentos á semejanza de mármoles.

En este retablo se halla colocado en el centro del primer cuerpo el cuadro de N t r a . Sra. del Rosario con San Pío V y Sto. Domingo, (pie Ponz espresa ser tenido por original de Carlos MaratL. En las capillas del lado de la Epístola, susisten las pinturas de que habla Ponz, que son, San Agustín, de Antonio Ríci en la primera; una Sacra Familia de Eugenio Cajes en la segunda, y una Adoración de los Magos de Carducho en la tercera. En dichas capillas hay otros cuadros de buen estilo siendo igualmente notable el de la Concepción , que está colocado entre la capilla mayor y la de Ntra. Sra. de la Soledad. La nave subalterna qué es la primera, según se e n t r a , nada ofrece de particular; siendo lo mejor de esta iglesia el hermoso coro que fue hecho por Herrera, y es una pieza e-paciosa de buena forma y bien adornada.

A la cabeza de la primera nave se halla la capilla de Ntra. Sra. de la Soledacf, decorada con pilastras dóricas, hornacinas y recuadros , terminando el todo un cornisamento de poco vuelo. Cerca de cuatro-años estuvo enterrado en esta casa el principe 1). Carlos que fue llevado al Escorial en 1573. Yacen todavía en ella los restos del rey D. Pedro de Castilla trasladados en 1444 ñor su nieta Dona Constanza desde la Puebla de Alcocer. Estuvieron anteriormente colocadas las cenizas de aquel rev en un suntuoso sepulcro ; mas en la guerra de la Independencia fueron exhumadas y al presente se hallan en la sala llamada del Capítulo , conservándose en una bóveda la estatua de mármol muy deteriorada, que representa de rodillas al mencionado monarca. Fueron también enterrados en este conv. Don Juan, hijo del r ev D. Pedro ; la infanta Doña Berenguela; la infanta Doña Constanza, hija de Fernando IV ylapriara Doña Constanza de Castilla, nieta del rey D. Pedro,la CW tiene su sepulcro con la estatua echada, según estilo ue la época en que murió, que fue el año 1478; sepulcro a w verdad curioso por ser en Madrid el único de su tiempo.

Antes de terminar esta descripción debemos advertir qi aun subsiste la pila en que fue bautizado Sto. Doming ?

la cual sirve para bautiza r en ella las personas reales, cuyo efecto se traslada á palacio cuando ocurre practica aquella ceremonia. Hállase esta pila metida en otro depi con varios adornos. Habla Ponz de una portada del reí cimiento que en su tiempo aun duraba en el ingreso iglesia ; pero ya no e x i s t e , pues la que al V*™^ hay , se compone de tres arcos de medio punte nilo con pilastras intermedias, todo muy se la inmediación de este conv. se conservan dos p i e d r a s , en las que desde mnv antiguo se leen las tiernas espresiones que profirió una victima del rey D. Pedro, al espirar en la bajada de S t o . Domingo, donde hubo una cruz hasta hace poco , algo mas abajo de la indicada portería. Dichas piedras, que son unos sillares de g r a n i t o , se hallaban antes en la fachada del conv. que hacia rinconada; mas e s t a se ocupó con la casa núm. 6, en cuyo portal se halla á la izquierda una de las 2 indicadas inscripciones , y la otra está cerca de la portería. A e s t a comunidad se reunió la de monjas de Santa Catalina de la misma orden, y están servidas ambas por un vicario y un sacristán colector.

SANTO DOMINGO EL REAL (HISTORIA DE MADRID)

(cuesta de su nombre, n ú mero 6 , donde tiene dos p u e r t a s , una principal á la iglesia y olra á la casa de Capellanes, con otra tercera al conv. marcada con el número 8). Dicen los historiadores de la orden de Sto. Domingo, que en 1217 llegaron á Madrid los primeros individuos de aquella, y fueron tan bien recibidos de los moradores de la v . , que les concedieron terreno para fundar un conv. y bienes para sostenerlo. Vino al siguiente año á Madrid el santo p a t r i a r c a , y determinó destinar para religiosas los bienes que la piedad de los madrileños habia puesto á disposición de los religiosos. Aprobó el ayuntamiento la determinación del p a t r i a r c a , y en sus manos profesaron las primeras monjas, a l a s que d i o la regla de San Agustin y unas breves constituciones. Trabajó el mencionado patriarca en la construcción del edificio, que se redujo al principio á una ermita ( así la llaman los cronistas de la órden^, y un dormitorio común para las religiosas. Estaba dedicado á Sto. Domingo de Silos el naciente c o n v . , y s i t . fuera de la puerta de Balnadú en el punto en que se halla el actual.

Dispensó especial protección á esta casa el r ey San Fernando ; Enrique III contribuyó para levantar la capilla mayor; Felipe II hizo el c o r o , y finalmente, otros v a n o s monarcas han costeado las diferentes reedificaciones que se han hecho en este conv. No guarda sin embargo proporción por su forma con tantas muestras de aprecio de parte de los monarcas, ni con su antigüedad. El templo consta de dos espaciosas naves paralelas i en una se halla la capilla mayor con la mesa de altar aislada y en el centro y á espaldas «de esta el r e t a b l o , que se compone de tres cuerpos con tres intercolumnios corintios en cada u n o , adornados por buenas esculturas, que representan Stos. de la orden, y en la p a r t e superior Jesucristo con San Juan y la Virgen á los lados. F,s obra este altar del primer tercio del siglo XVII, y estaban dorados todos los miembros que le componen; pero en el presente siglo se han pintado los fustes de las columnas y los cornisamentos á semejanza de mármoles.

En este retablo se halla colocado en el centro del primer cuerpo el cuadro de N t r a . Sra. del Rosario con San Pío V y Sto. Domingo, (pie Ponz espresa ser tenido por original de Carlos MaratL. En las capillas del lado de la Epístola, susisten las pinturas de que habla Ponz, que son, San Agustín, de Antonio Ríci en la primera; una Sacra Familia de Eugenio Cajes en la segunda, y una Adoración de los Magos de Carducho en la tercera. En dichas capillas hay otros cuadros de buen estilo siendo igualmente notable el de la Concepción , que está colocado entre la capilla mayor y la de Ntra. Sra. de la Soledad. La nave subalterna qué es la primera, según se e n t r a , nada ofrece de particular; siendo lo mejor de esta iglesia el hermoso coro que fue hecho por Herrera, y es una pieza e-paciosa de buena forma y bien adornada.

A la cabeza de la primera nave se halla la capilla de Ntra. Sra. de la Soledacf, decorada con pilastras dóricas, hornacinas y recuadros , terminando el todo un cornisamento de poco vuelo. Cerca de cuatro-años estuvo enterrado en esta casa el principe 1). Carlos que fue llevado al Escorial en 1573. Yacen todavía en ella los restos del rey D. Pedro de Castilla trasladados en 1444 ñor su nieta Dona Constanza desde la Puebla de Alcocer. Estuvieron anteriormente colocadas las cenizas de aquel rev en un suntuoso sepulcro ; mas en la guerra de la Independencia fueron exhumadas y al presente se hallan en la sala llamada del Capítulo , conservándose en una bóveda la estatua de mármol muy deteriorada, que representa de rodillas al mencionado monarca. Fueron también enterrados en este conv. Don Juan, hijo del r ev D. Pedro ; la infanta Doña Berenguela; la infanta Doña Constanza, hija de Fernando IV ylapriara Doña Constanza de Castilla, nieta del rey D. Pedro,la CW tiene su sepulcro con la estatua echada, según estilo ue la época en que murió, que fue el año 1478; sepulcro a w verdad curioso por ser en Madrid el único de su tiempo.

Antes de terminar esta descripción debemos advertir qi aun subsiste la pila en que fue bautizado Sto. Doming ?

la cual sirve para bautiza r en ella las personas reales, cuyo efecto se traslada á palacio cuando ocurre practica aquella ceremonia. Hállase esta pila metida en otro depi con varios adornos. Habla Ponz de una portada del reí cimiento que en su tiempo aun duraba en el ingreso iglesia ; pero ya no e x i s t e , pues la que al V*™^ hay , se compone de tres arcos de medio punte nilo con pilastras intermedias, todo muy se la inmediación de este conv. se conservan dos p i e d r a s , en las que desde mnv antiguo se leen las tiernas espresiones que profirió una victima del rey D. Pedro, al espirar en la bajada de S t o . Domingo, donde hubo una cruz hasta hace poco , algo mas abajo de la indicada portería. Dichas piedras, que son unos sillares de g r a n i t o , se hallaban antes en la fachada del conv. que hacia rinconada; mas e s t a se ocupó con la casa núm. 6, en cuyo portal se halla á la izquierda una de las 2 indicadas inscripciones , y la otra está cerca de la portería. A e s t a comunidad se reunió la de monjas de Santa Catalina de la misma orden, y están servidas ambas por un vicario y un sacristán colector.