RONCESVALLES

1. con ayuntamiento en la provincia de Navarra, partido judicial de Aoiz (6 leg.), audiencia terr. y diócesis de Pamplona (71; es aduana terrestre de primera clase desde que en a*oito de 1815 se suprimió la de Valcárlos. Sit. al píe dtil Pirineo 4 </4 leg. de su cima por S., en la garganta misma y camino de Pamplona á San Juan de Pie del Puerto , en medio de una pequeña llanura rodeada de cerros de alguna elevación; el Clima es muy húmedo y frió, propenso á reu

matismos y afecciones del pecho. Tiene 34 Casas que forman 2 calles y una plaza, y fuente de »cuas esquisitas; pero lo que hace not-able esta población es la real casa é insigne colegiata dedicada á Ntra. Sra de Rónceseles ; esta igl está bajo la protección imne.líala de la Silla apostólica y es de patronato de S. M., quien on las vacantes nombra prior, que ero do su real consejo ; tiene uso de pontificales y jurisd. cuasi fiui/¡u;; también si; intitula gran ahad de Colonia, aunque 110 consta por lo? varios incendios del archivo, de donde le viene esto dictado. Como es iglesia recepticia , no hay nú.nero fijo de canónigos, eligiendo estos y el prior los que pueJan mantenerse con las rent., si bien según el úllirno arregl> de cuando los poseía, no han de pasar de 45; en la actualidad está vacante el priorato, y solo quedan 6 canónigo*, existiendo también 2 bajo« ó sochantres, que son racioneros perpetuos, lo mismo que otro que sirve la secretaria capitular, y el quo desempeña la cura de almas, con mas un sacristán encargado d; la penitenciaria, y organista, que debe ser sarcerdote y regir la capilla, compuesta de un tenor, un bajonista , Ï bajeles y 6 infantes. El prior y canónigos llevnn en su ropa esterior y parle iza. del pecho una cruz de terciopelo verde en forma de espada, y una medalla de pla’a ú oro en la sotana ó levita con la misma cruz, que es el distintivo с insignia de la antiquísima orden militar de Roncesvalles, á que pertenecen, y la cual mantuvo tropas en tiempos pasados, teniendo á su rargo la defensa del cast, de S-^g un, cerca de Urroz, cuya fortaleza existia en 4474. Es ademas Roncesvalles uno de los mas célebres santuarios de la cristiandad, ocupando el primer lugar después de los de Jeru-irilen, Roña y Santiago, y que por lo mismo ha sido frecuentado por los peregrinos y par varios personages ilustres, entre losctialei.se cuentan muchos reyes de Navarra y pririíipos estranjeros, señaladamente la reina de Portugal Sta. Isabel, que regaló á la Virgen un manto de seda encarnada bordado de oro por sus propia:.- manos, que aun se conserva. La iglesia en que primero se veneró la santa imagen de Ntra. Sra. después de su aparición, es el edificio destinado hoy á otros usos, y que solo dista 200 pasos del sitio en que suceJió el milagro, en el cual está la llamada fuente de la Virgen. La actual fue fundada por el rey de Navarra Sancho el Fuerte, cuyas cenizas con las de su eposa Doña Clemencia descansan en el presbiterio al lado del Evangelio en una urna de jaspe, sobre la cual se hallan en actitud muv devota los bustos de ambos, trabajados ron bastante perfección , y á sus lados cuelgan dos trozos de las cadenas qua díi-ho rey ganó en la batalla de las Navas de Tolosa. La sacristía es «moderna , espaciosa y alegre; se conservan en ella candeleras y ramos de plata, y especialmente cMjces.cuya eslraña configuración denolaba su mucha antigüedad, y los cuales enagenó la coleg. para atender á los gastos de’la guerra de la Independencia Solo han quedado algunos relicarios; siendo notable uno de plata sobredorada en forma do cruz, que en dos canutillos tiene dos espinas de la corona de Jesús, y otro cuadrado en forma de juego de agfdrez que contiene 32 reliquias en otra« tantas casillas oi-rradüs con cristal y con sus correspondientes letreros, según lo mandó hacer D. Francisco Navarro siendo prior. También hay un rúa 1ro do Ntra. Sra. de muchísimo mérito; vario-; efectos pertenecientes al pontifica’ del arz. de Reims, Turpin, que acompañaba al ejército de Carlo-Magno en la famosa batall i de Roncesvalles el libro con cubiertas de plata, sobre el cual se recibía el juramento á los reyes de Navarra cuando por ausencia del ob. de Pamplona» ó por otra causa lo prestaban ante el prior de la coleg. ; otros libros antiquísimos que contienen fundaciones y otras piezas curiosas, y un ant. calendario. La biblioteca es todavía numerosa y selecta, contando millares de volúmenes, entre lo> qué merece particular mención la Filosofía de Confucio, escrita con caracteres chinescos, encuadernada en pasta fina y en 2 tomos en 4.° mayor. Ademas de la igl mencionada existe otra pequeña con la advocación de Santiago, que está casi arruinada, y las basílicas de Ibañeta y Sancti Spiritus, levantada esta sobre la hoya en que fueron, según tradición, enterrados los oficiales de Carlo-Migno. y la cual sirve generalmente de cementerio; la primera tiene vertientes al Océano y Mediterráneo. El TÜrm, confina: N. Francia y Valcárlos; E. Orbaiceta; S. y O. Hurguete; den

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tro de su circunferencia se cria arbolado de hayas y buenos pastos que se aoroyechan para el ganado vacuno y mular. El Tkr:ieno, fertilizado pur 2 arroyos, pro lu -e heno y patatas; pesca de truchas y anguilas,» y caza mayur y menor; la de palomas es abundantísima, y se с igen como en Echalar (V.l. El Correo se recibe do Pamplona. Ind. Un molino harinero. Pobl. : 3i veciudad, 89 aim. Riqueza: 40.650 reales.

Historia. Muríana llama á Roncesvalles : I. bien conocido por la malanzi y destrozo que allí se hizo de la nob’eza de Francia, ciudaduan lo Carlo-Мацпо quiso por fuerza de armas. entrar en España.» Habíanlo con p-ecision, fue esto en su retirada. En electo-, en el año 778, segun todos los Cronicones, el emperador franco entró en España por esle desfiladero, no para echar de ella á los musulmane;, como han creído muchos. ni con el único objeto de proteger á los rebeldes que se habían apoderado do Z inigoxa , segun han pensado otros ; sino con el de apoderarse de aquella ciudad » sujetar á su dominio el pais cislirenaico , </ue sulu había

Kcarfo su protección. Traslucido este intento, \i,’t Carlos la oposición del pais; y n.i hibiendo conseguí Jo apoderarse de Zaragoza, regresaba á sus estados por este mismo punió con la gran presa que arrastraba de los pueblos españoles , saqueados sin distinción de musulmanes y cristianos. Los vascones al verlo metido en estcdesfi a lero», caveron sobre su ejército; volcaron sobre él los peñascos de las cumbres que lo estrechaban ; acorralaron su relaguiínlia y la hicieron victima de su indi’pen-lencia ofen.lidi. Fenecieron en el tranc« Rolando llruodlandn, prefecto de la Marca de Bretañ.i; Eguinhardo, prepósito de la mesa del rey; Anselmo, conde del palacio, y otros magnates. Keninlnrdo , en los anales de Francia, y en la vida rie Carlo-Magno, y el anónimo astrónomo en la de Lu loviro Tío. hablan de esta derrota, que tan latal fue para la gloria de su emperador y de su nación. La relación de este triunfo de los vascones se conserva aun entre los descendientes de aquellos bravos, trasmitida de padres á hijos en una hermosa canción, sencil a, guerrera y muy libro, atribuida por algunos al siglo X, y aun por otros al IX : es conocida por el Altabizaren cantua, que puede verse en la colecccion de Mr. Francisco Michel. Segun cierto docum*nto de Alaon , el duque Lupo H, hijo de Wifredo , acaudilló aquella emboscada; pero la autenticidad de este códice es muy dudosa : 3t años después volvió sobre la Navarra por este célebre punto el poder ullrapirináico, y al regresar de su espedicion, quisieron reproducir en éílos vascones su anterior gloria ; pero Luis hizo registrar to las Ins inmediaciones del desfiladero, y recorrer los valles; ahorcó á uno de los caudillos de sus concejos, y estos montañeses hubieron de respetar ^u tránsito, porque no fuesen sus mujeres y niños las primeras victimas, viendo que ihan en el centro del ejército, cuya sabia precaución de Luis pudo únicamente libertarlo. Asi lo confirmó el mpvo acontecimiento de últimos del año 823: los conde.! Eblo y Asenario, tenientes del rey de Aquilauia , en las Mircas de Vasconia, penetraron igualmente por este desfiladero, y al retirarse por el mismo, ios vascones, ausiliados esta vez por los árabes, los asaltaron, derrotaron toda su hueste, y los hicieron prisioneros. Tanta es U importancia de Roncesvalles en la historia de Navarra. Esta importancia naturalmente debió atraerle desde lo mas ant. la consideración y lo« beneficios de sus reyes: esta santa localidad. consagrada por el valor de las naturales á la independencia del píi.s, no pudo tardar tampoco en serlo ú la religión , segun costumbre de los tiempos. Sin embargo , basta el reinado do 1). Sancho el Fuerte, nada con-ta. E<le rey fun lo la iglesia de Sta. Maria, donde él y sus descendientes debían ser enterrados ; y la dotó generosamente para hospedar á los peregrinos. Los revés D Teobaldo I y II, 1). Felipe III y Doña Juana, D. Car/os 111, D. Juan II y la princesa Daña Leonor , continuaron colmándola de merce.les. Un ducumenio sin facha , atribuido al sislo XV . contiene una súplica que los fratres de Rancesvalles dirigían al rey. Segun este documento. I). Sancho edilicó en la cumbre del monte, junto á una capilla titulada de. Car/o-Mar/no, un hospital, donde se recibía à los peregrinos y pobres enfermos Este hospital fue dotado y eariquecido por los reyes de Nevar i ra, que lo miraron romo á su propia cámara ; existiendo en ‘ él desde lo ant religiosos, clérigos , legos y hermanos que servijn á los enfermo; y recibían á los peregrinos : todos tiaian un misini hi’iilo. y al lado izquierda una cruz verde: siempre habían usado e-te hibito y el nombre de /reiré»: i por tales IVeires los había reputado siempre la Santa Sede | en los privilegios apo4óhcos; concediéndoles que dentro i del cercado do su ru.jiiaslerio pudiesen llevar un sobrepeI luz blanco. Después, algunos hermanos del hospital, des: donándose de vestir el mismo hábito que los legos, y de recibir el titulo de hermanos, se propasaron á llevar el sobrepelliz fuera del ámbito del hospital, abrogándole el dictado de canónigos. Otros hermanos lo resistieron y particularmente el rector, prior, y el ordinario y capitulo de la iglesia de Pa.nplona. El abad de Montearagon . juez ejecutor de ciertas constituciones , vino a este hospital á solicitud de los de aquella prelension, é intimó y mandó al prior y demás hermanos. observasen las constituciones apostólicas como canónigos regulares. El prior y demás hermanos que sostenían el instituto primitivo, cspusieron ser esto contra la fundación у с i ,n ¡i’.n ; pero el mencionado abad. lejos de convencerse por ello, se llenó de indignación v fulminó contra estos sentencia de descomunión y entredicho coutra el h ispitül Asi cesaron el uficio eciesiáslico y limosnas, y carecían de sepultura eclesiástica los viajeros que aqui morian. En su consecuencia suplicaron al rey dirhos fratres que, condoliéndose de tales miserias, diese orden para el levantamiento de las cen-uras y continuación con el mismo hábito y en el estado que ha>la allí habian tenido. Esto no obstante la pretensión de los freires, que habían motivado tantos trasto-na«, hubo de prevalecer, como resuit» del principio de este articulo. Por lo que respecta al pueblo de Roncesvid es , fue concedido á la mencionada te\. En 135ß contaba 79 veciudad Por los años de 1400 se incendiaron la iglesia y pueblo. En 1472 murió en Roncesvalles, Gastón, conde de. Fox, aspirante á la corona de Navarra por su esposa Doña Leonor F.n 4 cíe enero de 1559, llegó á Roncesvalles la reina Doña Isabel de la Paz, viniendo de París, acompañada del cardenal Borbon v del duque de Vandoina: lúe recibida ñor el cardenal Mendoza , arzobispo de Toledo; el du’jue del Infamado y otras muchas personas principales : de allí we fueron á Guadalajara. En las últimas guerras con ¡a Francia ha figurado también Roncesvalles, aunque no du un modo tan considerable corno en la antilúl-dad. Debe sin embargo citarse el ataque dado en este punto el 25 de julio de 1813 El ejército francés en número 33,000 hombres al mando y dirección de Soult, acometió por este punió en la mañana de dicho dia , mientras que Drovet. conde de Kilon, embestía con 13.000 hombres por Maya. El general Bving, apoyado por Sir Lowry Colé,sostuvo vigorosamente la posición de Roncesvalles: por la lárdela vieron espuesta á ser envuelta, y se replegaron ambos á Lízoain y cercanías de Zubiri.