En el espacio que ocupa la v a s ta plaza de la Armería existieron las caballerizas del antiguo alcázar , de cuva forma y construcción se hablará al describir la Armería» Fueron labradas las actuales en el reinado de Garlos III con diseños v bajo la dirección del hábil arquitecto 1). Francisco Sabatini, quien dio á esle inmenso edificio la decoración , estructura y distribución mas convenientes a su objeto. Desgraciadamente está s i t . el vasto edificio que vamos á describir en un terreno que prescnlaconsiderables desniveles , que desfiguran v deslucen su esterior.
Tiene la planta ia figura de un polígono irregular, S’eudo el mavor de sus lados el que corresponde al pa- S í o ó cuesta «de S. Vicente , cl cual présenla una estension de cerca de TOO p i e s . La fachada principal está en la calle de Bailen, antes Nueva, y tiene una sencilla portada de granito, formada por un arco rústico , rebajado, t e r minando el todo con un escudo de las armas reales.
Consiste la decoración de los vanos en jambas llanas de Piedra berroqueña, de cuya materia es el zócalo almohadi- «ado , los cantones y el cornisón. En la banda del S . , que es la correspondiente al Campo del Moro, hay otra portada jnas sencilla que la anterior , luciendo la severidad del edit i ‘ i o en dicha fachada cual en ninguna de las restantes, por serla única que se halla e n u n plano horizontal.
Entrando por la puerta principal se encuentra un patio rectangular , circundado de un pórtico cuyos pilares son de granito y sostienen arcos rebajados de fábrica , tododc b u e na forma. En el centro del lienzo del O. se halla la pequeña capilla dedicada á San Antonio Abad. Hay otros varios patios repartidos por el interior de este suntuoso edificio, que tienen fuentes de agua potable algunos, los cuales se resienten en su figura de la planta ingrata de un pentágono irresu- lar que presenta aquel. La p a r t e principal de estas obras, consiste en las estensas y magníficas galerías sostenidas por dobles filas de pilares qué constituyen las caballerizas. Const a n estas dc una espaciosa cuadra de caballos de persona, digna por su amplitud y lo bien entendido de sus plazas de toda atención ; hay otra de caballos españoles de silla y t i r o, otra de caballos y yeguas estrangeras y otra de muías. Establecimiento tan vasto y suntuoso requería cuantas dependencias le deben ser anejas, y así se observa que no se lia omitido gasto alguno para reunir dentro de él como en efecto se ha conseguido piezas destinadas para enfermerías, cuadras de forrajes y de contajio, baño frío y caliente , fraguas, herradero y holiquin, provisto de todo lo necesario.
En las caballerizas pueden acomodarse sobre 500 cabezas de ganado existiendo en el dia 115 caballos de silla, que á e s cepcion dc 5 que son estrangeros, los restantes pertenecen casi en su totalidad á las yeguadas que tiene S. M. en Aranjuez.
Cuando t a n t o se pondera la raza inglesa, creyéndose por algunos mas superior á las nuestras , cualquiera puede cotejarla con los caballos sacados de las dehesas de Aranjuez, v verá magníficos potros que en estampa, ligereza y gallardía compiten con los mejores que pueden presentarse.
Además de los caballos de silla, todos á cual mas hermos o s , hav 08 de tiro (pie llaman justamente la atención por lo raro de las capas , siendo negros 9 , igual número de b a yos cerbunos , 9 castaños, 7 t o r d o s , oíros 7 tigres , 8 perlin o s , 7 alazanes y 7 bayos claros; lambieu hay 4 tiros de á 7 yeguas estrangeras. cada uno pertenecientes al servicio de S.M. la reina v’dos troncos al del r e \ , y 172 ínulas todas de las castas de Aranjuez. Otro de los objetos dignos de verse en las caballerizas, esel guadarnés general, ó sea guarnés que es una estensa nave de 3 crujías con lOOpiesde ostensión. En los 65 armarios que en ella hay se conservan colocados con mucha simetría mangníficos y «lujosos atalajes, sillas, artolas, las ropas de los lacayos y cocheros, penachos, mosqueros, látigos y antiguos restos de mantillas, bridas y otros objetos curiosos ; en esta sala está ahora el vetusto coche que habia en la Armería real y que fue el primero que rodó por las calles de Madrid en tiempos del primer vastago de la dinastía austríaca. En las espaciosas cocheras de éste departamento se encierran 7 coches de gala de un mérito sobresaliente y que solo lucen en las grandes solemnidades; 23 de servidumbre diaria; 12 carretelas; 8 berlinas; 2 diligencias; 2 sillas de posta; 6 coches de camino ; 7 furgones de t r a s p o r t e y 13 americanas, birlochos, briskas y drovrskys.
Merece tambien la atención el picadero real construido en una de las esplanadas que miran al Campo del Moro de 190 pies de largo y 68 de ancho, la cochera de enfrente , antes cuadra de caballos padres. La dirección y administración económica de las caballerizas, está confiada á un director general, siéndolo en la actualidad el brigadier de caballería D. José Maria Marchesi, que con una amabilidad y condescendencia digna de nuestro reconocimiento nos ha facilitado la inspección de cuantos objetos contiene el edificio, p r e s tándose todos sus empleados á suministrarnos los datos que hemos creído necesarios adquirir. El personal de todo el d e partamento , consta de 136 empleados de planta v 153 j o r naleros.
Su coste anual asciende á 2.850,000 reales de los cuales L.804-,000 r s . se invierten cn sueldos de todas clases, j o r nales, mesillas, cesantias y jubilaciones; 480,000 en la manutención del ganado y el resto en obras de guarniciones, carruajes y composturas de todas clases, incluso el herrado de mutas y caballos, alumbrado del edificio y cuadras, vestuario , libreas y otros objetos.
Para formar una idea aproximada de la estension del e d i ficio baste saber, que además de las cocheras, cuadras y cuantas oficinas dejamos reseñadas, tiene habitaciones en que viven 486 personas de los empleados y sus familias. El coste general de las obras que constituyen las caballerizas, según los datos que hemos consultado, asciende á unos 34 millones de reales