MUSEO NACIONAL (HISTORIA DE MADRID)

El proyecto de formar en Madrid un Museo central, en el que se viesen reunidas las obras de los muchos profesores, celebres que España ha producido, era un pensamiento feliz que por desgracia no llegó á realizarse; aunque no hubiera sido difícil por el considerable número de cuadros que existían en los conventos á c u v a sombra, preciso es confesarlo, se formaron los artistas. Varios hay muy apreciables que no tienen cuadros ni en el Museo del del Prado ni en e s t e , limitándonos á citar al cartujo Diego de Leyva, autor escasamente conocido y cuyas pinturas «ricas de invención como dice el gran crítico Don Antonio Ponz, y de hermoso colorido» pudieran colocarse entre las mejores que se conocen de la escuela española , como lo prueban las que se conservan en Burgos. Los inteligentes deseaban que no solo se hubiesen clasificado los cuadros del Museo nacional por escuelas, sino tambien atendiendo á que se marcase la historia del arte. Pudo en nuestro concepto h a berse hecho todo esto sin despojar á varias capitales de p r o vincia de sus museos particulares, puesto que eran tantas las Pinturas que encerraban los conventos, que para todo habia.

Mas lejos de formarse el verdadero Museo Nacional, han d e saparecido en todas partes no pocas pinturas , y en este Museo llegaron á reunirse unos 900 cuadros, procedentes de los conventos de la provincia á los que se agregó la bella colección de Don Sebastian Gabriel de Borbon. Por real orden de 3′ de diciembre de 1837 se destinó el edificio que fue convento déla Trinidad para depositar en él los objetos artísticos, jjue la j u n t a de profesores creada en 13 dc enero de 1836, h a bía reunido dc los conventos suprimidos quedando instalado el nuevo Museo en 24 de julio de 1838. Muchas reformas sufrió posteriormente el establecimiento, habiendo estado cerrado largo tiempo, durante el cual se practicaron varias obras, entre lasque se cuenta el haber dado luces al claustro alto abriendo lucernas en las bóvedas para utilizar las p a r e – oes que dan al suntuoso patio. Se formaron igualmente varias salas v se abrió al público el Museo semanalmente habiéndose celebrado en el magnífico salón, formado con el cañón de l a grandiosa iglesia la esposicion de pinturas en 1847 según nemos referido. Corta ha sido ciertamente la duración de e s t e notable Museo que se halla al presente sin local, pues el que ocupaba se ha destinado pata el Ministerio de Comercio Instrucción y Obras públicas. Habiéndose tratado de trasladarlo al Museo del P r a d o , se han hallado obstáculos insuperables, (siendo uno dc ellos la falta de espacio) de manera que el Museo Nacional, sino hay una mano benéfica que atienda ala conservación de las presiosidades que encierra; quedará oscurecido sin ser útil al público. Antes de pasar á oar una e x a c t a , si bien sucinta noticia de los cuadros y e s culturas, que mas de una vez hemos tenido el gusto de e x a minar, permítasenos hacer una digresión para espresar que l a comisión de profesores, que en un principio tuvo á su cargo este Museo, cesó en 18 de abril de 1843, habiéndose nombrado un director, cargo que desempeñaron sin sueldo primero el Señor Don Joaquín Iñigo, y después el Señor Don Javier de Quinto. Para los gastos así del personal como o r dinarios y estraordinarios señalaron las Cortes 95,200 r s . en 1842. Entre los cuadros de este Museo, se distinguen 2 magníficos de Zurbaran; un r e t r a t o de Don Juan de Austria y otro de la infanta Doña Margarita; de Velazquez; un bellísimo pais de Claudio de Lorena ; San Francisco de Paula y el retrato de un general de Ribera; llamado el Españoleto; Sant a Maria Egipciaca, de R i e c i ; San Francisco y San Antonio, de Coello; San Fernando de medio cuerpo, de Murillo, la famosa pintura del mismo autor que espresa la concesión del jubileo déla Porciuncula; varios bodegones, de Melendez, el desendimiento, de Juanes; San Bernardo y Nuestra Señora con el niño, de Cano; de quien es tambien el retrato de un fraile; un desendimiento y una Magdalena, de P e r e d a , San Sebastian, de Sebastian Muñoz; la Asunción, del Greco; un alquimista de Teniers; un Sansón, de Bubens; la muger adúltera, de Ticiano; retrato de Carlos I I , de Carreño; una transfiguración pequeña, dejulio Romano que sirvió de p u e r ta; el de Sebastian Muñoz q .e estuvo en el Carmen calzado, y representa de cuerpo presente á Doña Luisa de Orleans, esposado Carlos II con una medalla en la p a r t e superior q ue contiene el retrato de la misma señora, y por ultimóla célebre transfiguración de Julio Romano, que perteneció á las monjas de Santa Teresa, en cuyo retablo mayor existió hace pocos años.

Los principales cuadros de este Museo, ademas de los referidos según la noticia que nos remitió á principios de •1844 el Señor Quinto, consisten en la colección completa de los medios puntos de Vicente Carducho, que r e p r e s e n t an la vida de San Bruno y martirios de religiosos de su orden, se pintaron para la cartuja del Paular, en otras muchas p r o ducciones de este mismo autor, y en varios y muy notables cuadros de los célebres pintores españoles , J o s é u e Ribera, Murillo, Zurbaran, Alonso Cano, los dos H e r r e r a s , Correa, Juan de J u a n e s , Pantoja de la Cruz, Becerra, Mayno , G i – r a l t e , Carreño, los dos Rizzi, Camilo , Pareja, Tristan, R ¡ – b a l t a , Antolinez, Escalante, Ziezar, Miranda,Orrente,Salmerón , Pedro Atanasio, Sebastian Muñoz, Antonio del Castillo, Pereda , Zerezo, Alonso del A r c o , Leornardo, Palomino, Bartolomé Boman, Lanclarcs, Eugenio Caxes, los dosCoellos, Sánchez Cotan, Castillo, Saávedra, Arellano, Valdes, Mateos, Eugenio Orozco, Menendez, Diaz Moran, (ionzalez. Donoso, Carbajal, Arias, S o l i s , J u a n Bautista Ribera, Romero , Blas Muñoz , Rodriguez , López Blanco, Ignacio Buiz, Parla , Bargas, Garcia , Dionisio Alfaro , M e n a s , Bayeu, Goya, Ponz Camarón, Zacarias Velazquez, y diferentes otros de los artistas estrangeros Julio Romano, Ticiano, Palma, Alberto Durero, Lucas de Holanda, Volterre , el Giiercino , Rubens, Vandich , Andrés Pauli, Gerardo Lanotte , Tiépolo, el Greco, Martin de Voss, Angelo Nardi, ü i p i , Suiders, Banden, Teniers, Ranspe , Pietro Tempestas , Bandepere, Verbeck, Crayer, Bayeu, Jordán y otros no menos distinguidos profesores.

Entre las obras de escultura sobresalen una Magdalena atribuida á Alonso Cano, un San Francisco do Regis difunto de Cornachini y un San Francisco de Asis, de Agreda.