VALENCIA

ant. reino situado en la parte oriental de Españ a , que comprende 651 leg. cuadradas de superficie, emendólo por E. el mar Mediterráneo desde el r. Cenia que está mas allá de Vinaroz , hasta la torre de la Horadada en los confines del ant. reino de Murcia. Sigue limitándole dicho reino por el S. y O. (hoy provincia de Murcia y Albacete) hasta un poco mas arriba del r. Cubrid, desde donde empieza á confinar también por O. con Castilla la Nueva (provincia de Cuenca) siguiendo adelante con varios senos, de los cuales los mayores se encuentran en las cercanías de Requena y Sta. Cruz de Moya. Continuando el mismo límite con Castilla se ve luego el mojón divisorio de este reino, de Valencia y Aragón, quedando como aislado el Rincón de Ademuz, que «pertenece al de Valencia. Sigue este los límites con Aragón (hoy provincia de Teruel) con varios ángulos y dientes hasta la punta m a s s e t . del de Valencia, que es el Tosal del Rey en la Tenencia de Benifasá, en donde se encuentra el mojón trifinio divisorio de Aragón , Valencia y Cataluña, con cuyo principado (en el dia provincia de Tarragona) confina hasta la desembocadura del r. Cenia, que sirve de limite.

En todo este tan celebrado reino, cuyos confines hemos t r a zado rápidamente, se disfruta por lo común de una atmósfera clara y despejada ; sus aires son puros y saludables, á escepcion de los cortos marjales de Oropesa y arrozales de las riberas del Júcar , cuyos perniciosos efectos hemos d e mostrado en sus lugares correspondientes. El clima no es igual en todo el reino batida su parte set. por los crudos vientos del N . , y coronados sus montes con frecuencia de abundantes nieves, el frío es muchas veces insoportable en.

el interior es también bastante tria la estación del invierno, especialmente en algunos sitios elevados; pero en toda la zona que limita con el Mediterráneo , y en la parte meridio- El estado núm. 6.° se refiere ú la proporción que las diferentes especies de penas tienen con la población, los acusados y los penados ; y con estos mismos términos y entre sí las penas mayores y las menores. La primera observación que del espresado estado surge es, que siendo 35 el número de penas de muerte en proporción con la población, es de 1 á 27,341′!4; con los acusados 1 á 83’65, y con los penados 1 á 75,62, r e lación infinitamente mas desventajosa que la de todos los t e r r . escepto los de Navarra, Granada y Madrid que la in nal del reino, apenas se conocen los rigores de aquella cru – da estación. Los yelos son un fenómeno estraordinario , y en el estío, como ya se indicará en el art. de provincia, se levant a n diariamente de 9 á 10 de la mañana los vientos del mar, que, siempre húmedos y saludables, templan el calor hasta las 4 de la t a r d e ; de manera que bien puede decirse se goza de una primavera continuada en este sitio privilegiado de la naturaleza.

Por todos los confines del reino se encuentran montañas ue dificultan el paso , á escepcion de las cortas llanuras por onde se va á Villena y Murcia en el interior de este hermoso pais se levantan escarpados cerros y montes de mucha altura , entre los cuales, recorriendo e l t e r r . de N. á S , d e s cuellan los siguientes la Peña del Bel y la Muela de Ares, en el partido judicial de Morella (provincia de Castellón); el Tosal de Zaragoza en el p a r t . d e Albocacer; Peñagolosa, en el de Lucena; Desierto de las Palmas, en el de Castellón ; Pina, en el de Vivel; Pico Espadan en los confinesdel de Lucena y Segorbe; Monte-mayor en este último; Pico de Chelva en el de su nombre (provincia de Valencia), Caroche en el de Ayora; Muela de Bicorp en el de Enguera; Mondubcr en el de Gandía; Benicadelly Moncabrer en el de Concentaina (provincia de Alicante); Mongó en el de Denia; Serrellay Altana en el de Callosa de Ensarriá ; Puig-campana en el de Villajoyosa ; Peña de Jijona y Maigmóen el de J i | o n a ; el Cid en el de Monovar ; el Rollo en el de Novelda ; la sierra de Callosa en los confines del de Dolores y Orihuela, y en este último la sierra de su nombre. Toda esta gran masa de elevados montes dejan profundos barrancos formando entre sí ora grupos ó laberintos intrincados como en la parte set. del reino; en la occidental entre los r. Guadalaviar ó Turia y el Júcar, y en otros puntos, ora dilatadas cordillera

que se estíenden por muchas leg. sin interrupción aparente, siendo las principales ; la que constituye el Peñagolosa, que siendo una ramificación de los montes»ibéricos , se esparrama por el.N. hacia Morella y la ant. Tenencia de Benifasá, no interrumpiéndose hasta el Ebro y sembrando al paso de asperezas buena parte del maestrazgo de montesa ; la que forma la sierra de Espadan, que empezando por humildes colinas en las inmediaciones de Almenara y Valletes de Sagunto ó valle de Segó, sigue aumentando su latitud y altura hacia el N., declinando luego al O . , en donde se levanta el famoso pico de su nombre permite después estrechos y tortuosos pasos á los r. Mijares y Villahermosa, y cerca de la v. asi llamada se confunde y entrelaza con el mencionado Pañagolosa la que principia en las cercanías de Murriedro Í montes de Portaceli, que corre hacia el O. por muchas leg.

asta Peñaescabía y sierra de Javalambre, que pertenece ya á Teruel; sirviendo de muro meridional á la gran conca»ó valle de Segorbe por donde discurre el r. Palancia, que t i e ne su origen al estremo O. de dicha cordillera, por cuyas crestas corre la línea divisoria de las provincia de Castellón y Valencia la que comenzando en los montes de Valldigna se entrelaza con Serra-grosa que después continúa al O. por i leg. sirviendo de límite set. al valle de Albayda, y terminando por humildes lomas muy cerca de Fuente la Higuera paralela á esta cordillera de montes corre otra mas set. que baja desde el puerto de Almansa, y reducida á cerros y lomas en las cercanías de Rotglá, se dirige al puerto de Cárcer y montes de la Llosa y finalmente el monte de Benicadell que por el E se halla unido al Coll de Llanto, que sirve de estribo occidental á la huerta de Gandía , forma por sí solo el muro que separa el valle de Albayda del condado de Concentaina, queda al parecer interrumpido en el puerto de Albayda , y contíuuando luego los montes de Agullent al O., cuya unión con el Murióla es bien patente , llegan á perderse en el ant.

reino de Murcia.

Cuando se examinan los barrancos que yacen entre las montañas elevadas , todo parece confusión» y desorden . el horizonte es generalmente limitado sin descubrirse salida por parte alguna; en una parte se ven cortes perpendiculares de hasta mil palmos ; en otras , cuestas rápidas sembradas de enormes cantos, que parece van á desprenderse.

Desde las alturas se registran con sorpresa los profundos surcos que quedan entre las cordillera v los montes; se descubre que unas corren paralelas entre s í , y otras en direcciones contrapuestas Peñagolosa, Espadan v Altana ofre- 3 0 9 cen este espectáculo, y son ano dudarlo los puntos mas apropósito para estudiar la naturaleza del reino. La multitud y variedad de plantas que se pisan por mas de 3 horas, indispensables para llegar á la cumbre de estos montes; las diferentes tierras y p e ñ a s las conchas petrificadas ó sueltas que se hallan á cada paso; los «ortes pelados y desmoronados hacia el S. ó SE; la vasta estension de montes, c e r r o s , barrancos y poblaciones que se descubren; todo este cúmulo de objetos arrebata y deleita el ánimo de un atento naturalista. Los montes y cerros que cubren la mayor parte del reino, deben, al parecer, su origen á los cuerpos orgánicos que vivieron en el mar; porque no solóse componen de peñas calizas casi todos ellos, sino que también se notan bancos de hasta 30 palmos de grueso, formados de conchas amontonadas y dispuestas por familias, muchas veces con su barniz natural, y casi siempre con su forma primitiva. No cabe duda que no siempre es completa la petrificación en dichos bancos, pero su posición casi horizontal y su paralelismo dan indicios ciertos del origen que debieron tener en el fondo de las aguas. Asi se ve que en el monte Meca, que parte los terna, de Almansa y Ayora, alternan gruesos bancos de peña caliza con otros mas g r u e sos de aquellas ostras que los naturalistas llaman peines; la muela de Aras de Alpuente, cuya corona es de bancos calizos, antes de llegar á aquella altura se compone de ostras rellenadas de mármol e n l o m a s alto de Penagolosa y en los montes de Cervera se hallan buccínos petrificados, que conservan las espinales y la forma esterior; en los de Jijon a , Cullera, Castalia y otros se notan con frecuencia muchas conchas, y hasta estampas de pescados conocidos se conservan en los de Pego. Aunque comunmente es caliza la sustancia de todos los montes del reino , se encuentran, sin embargo, muchos de piedras arenisco-gredosas, mayormente hacia el N . , ya mezclados con otros marmóreos, ya encerrados entre cordillera calizas. En los calizos se ven con frecuencia vetas espáticas y ocres endurecidos de varios colores entre los areniscos y de amoladeras se observan algunos sumamente duros y otros al contrario blandos, que se descomponen y reducen á tierras arcillosas, granugientas y ásperas al principio , las cuales van adquirieudo suavidad con el tiempo, encontrándose en sus grietas espato pesado y cuarzo en los montes de Ayodar y Pavias y mucho mas en Eslida, que está en el centro de la cordillera de Espadan, se halla cinabrio, cobre, hierro y cobalto, y en los inmediatos á Segorbe minas de plomo en los areniscos de Naquera, sumamente duros, se ven vetas de mas de 4 palmos de v e r dadero alabastro, cuyas fajas varían infinito en color, posición y dibujos; y finalmente en los inmediatos á Planes, Mogente y Ayodar se halla gran número de cristales conocidos con el nombre de Jacintos de Compostela. Abundantes canteras de preciosos mármoles se encuentran en todo el reino; su minuciosa descripción sería enfadosa en este artículo, toda vez que en sus localidades hacemos mención de ellas ahora solo nos incumbe dar una noticia de los puntos en donde se hallan , que son ; en Alcublas , Alfahuir, Aspe, Biar, Buixcarró, Callosa de Ensarriá , Castellonet de la Conquista, Caudiel, Cervera, Cuevas de Viurromá, Marchuguera, Margarida, Pego, Peñíscola, Portaceli, P o t r i e s , Bollo, Rosell, Soneja y algunos otros.

Entre la multitud de rios y riacn. que bañan en distintas direcciones el terr. de este hermoso ant. reino, son los de mas consideración los siguientes el Mijares, el Palancia, el Monleon , el Bergantes, el Cenia y el Cerval, en la provincia

actual de Castellón de la Plana; el Turia, el Júcar, el Albayda, el Sellent, el Escalona, el Juanes, el Magro, el Chelva, el Clariano y los barrancos de Carraixet y Chiva, en la de Valencia ; y el Alcog, el Vinalapó, el Ja- Ion, el Segura, el Vergel, el Castalia y el Algar, en la de Alicante; de cuyas descripciones no nos parece necesario ocuparnos en este lugar, por haberlo ya hecho con bastante amplitud, no solo en~los a r t . que de cada uno de ellos figuran en nuestra obra, sino también en los de las t r e s provincia

en que se halla dividido el reino actualmente, en los cuales puede verse asi mismo las producciones y demás circunstancias relativas al terr. de que hemos hablado; concluyendo por último este art. con el estado que ponemos á continuación.