ciudad conayuntamiento ,cap. délaprovinciacivil, intend.arz. de su nombre, de la aud.terr., ciudad g. y com. g. de artillería de Aragón, de su partido judicial dividido en dos juzgados de 1″* instancia y residencia en fin, de las demás dependencias correspondientes á una población de su clase.
SITUACIÓN Se halla entre los 41° 38′ 19″ delat. N. y 2 o 471 21″ de long. E. de Madrid, tomando por base el monast.
de Sta. Engracia. Su posición, en la marg. der. del caudaloso Ebro, es la mas pintoresca que puede imaginarse, contribuyendo á embellecerla su frondosísima vega fertilizada por el benéfico influjo de dicho r . , el Jalón, el Huerva y el Gallego, y por el magnífico canal Imperial de que ya tantas veces hemos hablado. La inmensa llanura en que se encuentra, limitada al N. y S. por dos bajas cordillera que corren paralelas al Ebro, está sembrada de multitud de árboles de varia-; especies, de espesos arbustos y de álamos piramidales, que á manera de cipreses parace quieren conducir á un respetuoso monumento; viéndose también en ella multiplicadas casas decampo y de recreo, donde el hombre se estasía y el alma recibe una espansion grata y saludable. En medio de este delicioso bosque de olivos y árboles frutales se levanta la inmortal ciudad de Zaragoza, presentando á lo lejos á la vista del viagero observador los lucientes chapiteles de sus altas torres y grandiosas cúpulas, desde las cuales se divisa un magnífico y dilatado horizonte, que termina al N. en las nevadas cimas de las sierras de Jaca , estendiéndose por el O. hasta los lejanos montes de Castilla.
CLIMA. El de esta ciudad es bastante desigual y destemplado, ácausa de los vientos que en ella reinan con frecuencia, los cuales suelen producir en las estaciones de primavera, otoño y aun en el estio , bajas considerables de temperatura, llegando á observarse diferencias termomélricas de cuatro, seis y 8 grados, en el transcurso de un corto núm. de horas y á veces en un solo día. Las frecuentes lluvias, nieves y tempestades , en sus épocas propias, sobre las vecinas sierras de Guara, Pirineo y Moncayo, situado alNE., N. y NO.de la población, son el fecundo origen de las repentinas y violentas variaciones de temperatura , que accidentalmente esperimenta cada una de las estaciones indicadas. Sin estas poderosas y frecuentes causas, su clima seria mas templado é igual, puesto que el termómetro de Reaumur rara vez desciende mas de 3 grados, ni se eleva sobre 30 ; cuyas temperaturas pueden formar el tipo de mayor calor y frió, en los solsticios de sus correspondientes estaciones. Por lo demás, las lluvias suelen ser frecuentes en primavera y otoño, no menos que las tempestades en estío y nieblas en invierno, debido a la protección que á la acción de estos fenómenos atmosféricos dispensan, con su afluencia de aguas, los r. Ebro, Gallego, Jalón y Huerva, el canal Imperial, y la abundancia de acequias madres que fertilizan su dilatada campiña.
\IENTOS. Los dominantes pueden referirse á tres y contraerse mas especialmente á dos , que son; el NO. y SE. llamados por el vulgo Cierzo y Bochorno. El primero, mas frecuente en otoño, invierno y primavera que en el estío, es también mas constante por lo común que el segundo, el cual es generalmente observado en estío, y de raenos duración que aquel el tercero es el verdadero N. que reina pocas veces, siendo los demás menos frecuentes todavía.
Si bien la baja de temperatura que suele ocasionar el viento NO., unida á su frecuencia y constante duración, se ve proteger el desarrollo y la acción de algunas neumonías, catarros , reumas, espasmos y otros afectos fluxionarios, que se observan aparecer y acrecentarse bajo su influyente egida, la propiedad escitante del oxígeno en que abunda, no* solo estimula, vigoriza, activa y completa el desempeño de las funciones generales en los individuos sanos, tonizando ]a¡ fibra contráctil, sino es que depura el aire respirable de una* atmósfera sobrecargada de miasmas deletéreos, que una estensa y feraz campiña, una afluencia considerable de masas de agua, y un gran número de hab. pueden producir. Es tamuien de notar que en la epidemia de 4834 , en tanto permaneció la atmósfera colérica y ejerció su influencia sobre e s ta ciudad , dejó de dominar dicho viento,frió y seco por lo común , presentándose tan pronto como desapareció aquel/a, ó tal vez pueda decirse con mas exactitud , que la desaparición déla epidemia tuvo lugar tan luego como dominaron e s tos vientos. El viento SE. aparece frecuentemente en estío, lo cual le hace cálido, soliendo ser en todo tiempo menos frió* y mas húmedo que el NO. Estas condic iones , induciendo mayor espansion en los líquidos de la economía y relajación de* su hebra contráctil, predispone á lasafecciofles febriles ó i n flamatorias por dieba causa producidas , así como á las gástricas, biliosas, comatosas, flujos de sangre y otras, é induce la languidez y abatimiento físico, consiguiente á su mododtí obrar; observándose asimismo menos pura la atmósfera durante su dominación, que con la influencia del NO., por cuya causa es considerado este mas saludable que aquel por reglageneral.
Enfermedades. Apesar de lo que hemos espuesto , relativo al clima y vientos reinantes en Zaragoza, y de que á primera vista parece ofrecer un vasto campo de causas?
suficientes para constituir un suelo endémicamente insalubre, dista esto tanto mas de la exactitud, cuanto que la constante observación manifiesta que esta ciudad es hasta tai punto saludable, que carece muchas veces de la justa proporción correspondiente, entre el número de enfermos existentes y el que debería haber, según la población de que consta,- no siendo tampoco muy frecuentes las enfermedades epidémicas y contagiosas, relativamente á otros pueblos de c r e cido vecindario. Entre las enfermedades esporádicas puede decirse que son las mas comunes las citadas en el párrafo’ anterior, sin que por esto se deba atribuir el desarrollo de su mayor número al influjo de los vientos, debiendo solamente concederse, que varias de las dolencias que se padecen, se observan por lo regular, bajo las modificaciones que induce la diversa temperatura y condiciones de los vientos, de que hemos hecho mención.
INTERIOR DE LA POBLACIÓN Y SUS AFUERAS. Recintos. Muy bien puede decirse que la ciudad de Zaragoza ha tenido hasta el día 4 recintos enteramente diferentes el uno del otro. El pri-mero fue el que comprendió la ant. Salduba, cuya primitiva población parece haber sido muy reducida; algunos sin embargo, la han querido estender hasta Zaragoza la Vieja en las inmediaciones del Burgo, pero esto no ofrece verosimilitud alguna, atendida la larga dist. de 2 leg. en que dicho pueblo se halla. El segundo recinto era el llamado de Cesar Augusto, colonia inmune de su conv. jurídico, el cual mas bien que fundado fue ampliado por el emperador Octaviano Augusto. Consérvanse aun restos de las 2 murallas que lo circundaban, la primera de las cuales era de piedra y argamasa con torreones y 7 almenas, y en ella había 4 puertas para el ingreso á la ciudad, mirando á los 4 puntos cardinales.
Al E. se hallaba la del llamado Arco de Valencia; al N. la del Puente, hoy del Ángel; al O. la de Toledo, en el día Arco del mismo nombre, y al S. la de Cineja ó Cineraria.
Abrazaba, pues, este recinto todo lo comprendido en el círculo elíptico que forman dichas 4 puertas, ó lo que es lo mismo, desde la puerta de Valencia ó plaza de la Magdalena en dirección al monast. del Sepulcro, siguiendo al Ebro hasta la puerta del Ángel; desde este punto continuaba la línea de demarcación por la capilla de San Agustín del Pilar hasta San Juan de los Pañetes ó palacio de la Azuda, inmediato al Arco de Toledo, y dirigiéndose después por el Mercado, calle de la Albarderia, Coso (antes Corso ó Carrera esterior) hasta el Arco de Cineja, iba á encontrar por último la referida puerta de Valencia; de suerte que la ant. ciudad apenas era una mitad de lo que es en el dia. La segunda muralla, que corria por los lím. que hoy marca la población moderna, era de ladrillo, como se ve por algunos torreones que todavía se observan desde la puerta dei Sol hasta la espalda del que fue conv. de San Agustín, y cuya construcción solidísima, de un ladrillo y trabazón particular, revelan sino la época de Augusto, á lo menos la de los emperadores posteriores, antes de apoderarse los godos de Cesar Augusta. El tercer recinto se compuso con la parte de ciudad agregada desde el monast. del Sepulcro, que se estiende por el Oriente, hasta la puerta del Carmen, según lo indica la segunda muralla con torreones, cuya mayor parte se conservan, y cuyo aumento parece ser del tiempo de la dominación de los godos. El cuarto recinto por último, comprende todo lo que media desde la calle de Sta. Fé y Mercado, hasta el Portillo que abraza la estensa parr. de San Pablo, unida al resto de toda la actual c , incluso lo edificado por los moros. La líuea de demarcación de este recinto, en el cual existen actualmente 8 puertas, empieza en la llamada de Sta. Engracia, siguiendo la corriente del r. Huerva hasta llegar á la puerta Quemada; desde aqui continúa por la del Sol y la del Ángel, dejando al frente de la primera el barrio estramuros de las Tenerías; dirigese en seguida, siguiendo ya la línea del Ebro, por la puerta de la Tripería ó sea de San Ildefonso y la de Sancho, y pasando finalmente por las del Portillo y el Carmen, va á buscar de nuevo la puerta de Sta. Engracia, punto de donde habia partido.
P U E R T A S . De Sta. Engracia. Con el objeto de honrar y dejar á la posteridad una memoria de los terribles asedios que sufrió Zaragoza durante la guerra de la Independencia, se sirvió disponer el rey, por real orden de 3 de julio de 4819, que los productos de los derechos de 2 reales vn. impuestos sobre cada a. de azúcar y cacao á su entrada en dicha ciudad, se destinasen á la construcción de una puerta decorosa en el sitio llamado de Sta. Engracia, que testificara en las ruinas del mismo punto, la fidelidad y constancia de sus hab.; determinando al mismo tiempo que el sobrante de aquellos productos , concluida que fuese la puerta, se aplicara á la creación de una cátedra de mineralogía en la Real Sociedad Aragonesa. Comenzada en efecto su construcción en el año de 1830, continuó con bastante lentitud á consecuencia de las vicisitudes políticas, que obligaron á emplear estos fondos en otros objetos de mayor urgencia; por manera que en el de 1835 quedó enteramente suspendida esta obra, cuya forma, según el plano presentado para su construcción, es la siguiente. Tres ingresos en los centros de otras tantas calles de árboles, que desde la del Coso siguen paralelas hasta la misma puerta sobre un zócalo de G palmos, deberán elevarse columnas de 43 de orden dórico con su correspondiente cornisamento en toda su estension, que es de 160 palmos, y sobre la cornisa y banquillo del centro un cuerpo ático, coronado de un escudo de armas reales con trofeos militares. Las puertas colaterales, ya constiuidas, son mas angostas que la del centro, estando sin embargo las impostas de los tres arcos en una misma línea horizontal •. estas dos puertas se hallarán adornadas de pilastras disminuidas, con entrepaños almohadillados, teniendo por remate grupos de trofeos romanos en los espacios de los intercolumnios del cuerpo del centro deben colocarse dos estatuas en el frente esterior, que representarán la agricultura^ navegación, y otras dos en el interior que figurarán el comercio y la felicidad pública; y finalmente, sobre ellas y en los targetones del cuerpo ático, inscripciones alusivas á la heroica defensa de Zaragoza. Encargado el ayuntamiento constitucional de esta ciudad por decreto de las Cortes, sancionado por S M. en 27 de julio de 1838, de la continuación de la obra de que nos ocupamos, y adjudicados al mismo los productos destinados á dicho objeto, nada ha podido adelantarse en ella por efecto acaso de las circunstancias de la última guerra civil; pero es muy probable que esta corporación atienda en lo sucesivo con el ce’o que la distingue, á tan importante mejora de ornato público, poique seria una lástima que después de haberse invertido en ella 672,175 reales 8 mreales hasta el mayo de 1835, en que se suspendió su continuación, no se viese por fin completado tan glorioso recuerdo para los defensores de la ant. César Augusta, en sus dos memorables asedios por los ejércitos del vencedor de Austerliz y Jena, tanto mas cuando puede asegurarse, que está ya hecho el mayor gasto de la obra, y hay grandes acopios de piedra, empezada á labrar para su conclusión.
Puerta del Ángel. Se halla al NE. de la cap. en la plaza de La Seo, dando frente al puente de piedra sobre el r. Ebro, y á las carreteras generales de Cataluña y Francia Por el mal aspecto que presentaba, puesto que solo se componía de una entrada mezquina , por su diformidad y por encontrarse ruinosa , se derribó hace pocos años; pero según se nos ha asegurado, están ya construidos mucha parte de los cimientos para la nueva puerta, cuyo pl3no hemos tenido ocasión de ver y examinar personalmente. Consta de 3 entradas, una en el centro para carruagesde arco de medio punto de 16 pies de luz y 32 de altura , y dos postigos colaterales de arcos adintelados de 10 pies de luz y 20 de elevación , estando coronadas con la imposta del arco del centro y con dos medallones de colgadas talladas sobre las pilastras generales que se levantan en un zócalo de 4 píes de altura , corre un cornisamento dórico coronado por un banquillo, en el cual y á peso de las puertas colaterales, descansan dos competentes grupos de escultura, representando ^s armas de Aragón entrelazadas con geroglíficos de agricultura , artes y comercio. Sobre dicho^banquillo y portada del centro se eleva un cuerpo ático con su medallón para una larga inscripción, coronando toda la obra un escueto de escultura con las armas de la cap. El todo de este edificio compone 66 pies de long., 13 de lat. ó espesor, y sobre 76 de altura.
Puerta Quemada. Se halla al SE. de la población y no contiene mérito alguno artístico. La etimología de su nombre proceed de que en aquel sitio se quemaban los cadáveres de los que eran decapitados en lo antiguo por el tribunal de la Inquisición. Fue destruida enteramente en la guerra de la Independencia, de manera que en la actualidad esta entrada se asemeja mucho á la puerta de una cochera.
Puerta del Sol. Sit. al NE. de la c consta de un solo arco de piedra sillería de bastante elevación; hallándose acribillado de infinidad de balas recibidas en la guerra de la Independencia , sin que tenga ningún otro mérito particular.
Puerta de la Tripería. Se encuentra al N.de la población; es de un solo arco sin mérito alguno, mas que su antigüedad.
Contiguo á esta puerta está el palacio de San Juan de los Pañetes ó sea el ant. llamado de la Azuda, sobre el cual se elevan algunos torreones; siendo tradicional que todavía se conserva el en que firmó la capitulación el rey moro con D. Alonso el Batallador, en 18 de diciembre de 4118.
Puerta del Portillo. Sit. al O. de la ciudad.- es de un solo arco de ladrillo, bastante elevado y de un mérito regular.
Fue construida después de la guerra de la Independencia, por haber sido totalmente destruida durante la misma , la que habia anteriormente. Frente á esta puerta ocurrió, según piadosa creencia, la aparición de la Virgen del Portillo en el año de 1119.
Puerta del Carmen. Se halla al SO. de la población, habiéndose denominado en lo antiguo de Baltax. Consta de un arco de piedra de bastante altura, con algunas molduras y adornos. También padeció mucho en la guerra de la Independencia, por lo cual está acribillada por un considerable número de balas.
Puerta de Sancho. Se encuentra al NO. de la c , y no tiene mérito alguno artístico. Ademas de las puertas de que hemos hecho mención , hay dos postigos, el uno llamado de Soucal, que comunica al Ébro por la calle de Predicadores, y el otro titulado del Ángel junto á la puerta de este nombre, que está cerrado hace ya algunos años. En lo ant. tuvo también otro junto á San Felipe, que salia al nuevo de César Augusto, y por último la puerta de Monserrate, situado al E. de la c , que se halla tapiada en el dia.
CASAS. Esta c , apesar de las transformaciones que ha sufrido, conserva aun la forma elíptica que á lo largo del Ebro le dieron los romanos. El aspecto esterior de las casas ha continuado en el mismo estado que tenían desde su primitiva fundación, debiendo esceptuarse sin embargo muchas de las casas derruidas por el plomo enemigo en la guerra de la Independencia, que después se han reedificado con mejor gusto y mayores comodidades. Comprueba esta verdad la hermosa calle del Coso, que es donde mayor número de edificios nuevos se advierte; la del paseo de Sta. Engracia; la de San Miguel y la de la Soledad ; distinguiéndose en la primera muy particularmente las casas de D. Gerónimo Martin, D. Agustín Quinto, D. Pascual Liñan, D. Vicente Ibañez, D. Antonio Ballesteros , D. José Marracó , D. Antonio Luzan, D. Juan Bruil, marqués de Navianos, conde de Fuentes y la titulada de Tarazona en la segunda las de D. Joaquín Mairal, Doña Margarita Franchini, D. Felipe Almée y la que llaman de Doña toribía, y en las de San Miguel y la Soledad todas generalmente, hallándose estas ademas adornadas de hermosas azoteas y bonitos jardines. La mayor parte de las casas que componen la población son de tres pisos, las hay también de cuatro y aun de mayor número, y por lo regular contienen habitaciones cómodas y espaciosos, siendo sus portadas y patios desahogados y anchurosos. Seria muy conveniente por último que la Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de acuerdo con la municipalidad establecieran un plan uniforme y severo, á fin de que en lo sucesivo no se advirtiese la desigualdad que presenta en el dia el esterior de las fachadas en las nuevas casas que en adelante se vayan edificando, siendo también una de las mejoras que debieran adoptarse, la de no permitir bajo concepto alguno se coloquen en los rafes de los tejados las canales de metal en la forma que se verifica en la actualidad sustituyendo esta parte con conductos interiores, como se hace en Madrid y otras poblaciones aventajadas en cultura y civilización.
CALLES. El número de calles de que consta es de 213, las cuales forman una cruz perfecta dividida á manera de diámetros por dos largas carreras que atraviesan toda la o.i la primera empieza en la puerta de San Ildefonso situado en la parte del N., desde donde sigue por la calle de la Tripería al Mercado y Albardería, y continuando por el Coso y Piedras del mismo, termina en la puerta del Sol que mira al NE. la segunda parte de la puerta de Sancho al NO., y se dirige por la calle de Predicadores al antiguo arco de Toledo ; desde aquí sigue por las de la Platería, Sta. Cruz y Mayor, concluyendo en el arco de Valencia que da frente al E. Aunque la mayor parte de dichas calles son angostas y tortuosas, revelando con ello su antigua época, existen sin embargo algunas bastante r egulares como son las del Coso, Mercado, Mayor, San Gil, Cuchillería, San Pablo, San Blas, Armas y Predicadores; siendo de notar que todavía conservan sus propios nombres , las calles que componían los ant. barr. ocupados por los moros en las de la Meca, Azoque, Alfóndiga y Morería Cerrada ; y el de los judíos que principiaba en la parr. de San Salvador y se dirigía ala de San Gil, calle y plaza de la Verónica, terminando en lo que son ahora graneros llamados de la Ciudad. Consérvanse asimismo algunas vias ó comunicaciones subterráneas, ejecutadas en tiempo de la persecución de los cristianos, y algunos han querido designar un gran número de calles de esta clase, asegurando que por el rey llamado Abenalfaje , á quien se atribuye la construcción de la mezquita mayor, hoy templo de La Seo, se hizo practicar un subterráneo que conducía desde el castillo de la Aljaferia hasta la referida mezquita, y atravesaba á lo largo la mayor parte de la población, dirigiéndose por la calle de la Cuchillería, donde todavía se distinguen alguuos vestigios. Lo cierto es , que desde la capilla de Ntra. Sra. de las Nieves en la citada iglesia
de la Seo corre una bóveda subterránea por debajo de la puerta de la Pubostriaen dirección de la plaza de Sta. Marta; tres mas que paran en el cementerio de los Mártires, y otras tantas que deben terminar en la capilla de Ntra. Sra.
del Pilar; siendo con especialidad muy notable el subterráneo que se encuentia en la casa núm. 91 del Coso , propia de la familia de Asencio, el cual en la estension de 13 pasos regulares de long. con 10 de lat., se cuentan 10 columnas que forman como un templete rectangular las seis son redondas y las cuatro cuadradas, viniendo á ser su altura desde el suelo de unos 9 palmos y medio ; sus capiteles son muy toscos y sin adorno alguno, y á no ser porque en la parte superior terminan en cuadro, podrían considerarse como unos conos truncados; atribuyéndose por último toda la obra, según el remate de dichas columnas, al tiempo de la dominación agarena.
PLAZAS. Cuéntanse en Zaragoza 38 plazas, entre las cuales es la principal la de! Mercado, llamada en lo ant. Plaza del Lino •. su forma es cuadrilonga , y si bien los edificios de que se compone denotan una antigüedad tan estraordinaria que parecen amenazar una próxima ruina , tiene no obstante comenzado un porche nuevo con arcos de medio punto de piedra sillar, bajo cuyo modelo ha de continuar todo el resto; y aquí no podemos menos de invitar al ayuntamiento para que por todos los medios que estén á su alcance , ponga fin cuanto antes á tan grandioso y útil proyecto. Esta plaza es la que mas surtida se halla de mercaderías de todas clases, de caza, frutas y hortalizas, en tales términos que puede cons iderarse como una de las mas abundantes que se conocen.
También merecen particular mención la plaza del Pilar, de figura cuadrilonga y la mas estensa de la c . , estando destinada principalmente para la venta de pescados salados y corderos; la de Sta. Marta en que también se venden frutas y hortalizas; las de la Magdalena y San Felipe dedicadas á la venta de carbón ; la de Sto. Domingo á la de cabal/erias, y la de San Fernando ó sea la de la^Constitucion, que es el punto de recreo mas concurrido de la cap.
Al hablar de esta plaza debemos aconsejar igualmente al ayuntamiento, coloque la lápida que simboliza las libertades españolas en otro punto, ó cuando menos de una manera mas conforme y decorosa, porque no parece muy digno de la ciudad de César Augusto y de tantos héroes aragoneses, se mire con tanta indiferencia el emblema de su libertad. La limpieza de las calles y plazas está á cargo del presidio peninsular mediante contrata, y para cuyo objeto tiene el ayuntamiento
consignados en su presupuesto de 1850 la cantidad de 12,000 reales Corresponde ahora presentar un dato curioso , una relación por orden alfabético de todas las calles y plaza» con espresion del número de edificios tanto productivos como improductivos. (Continua en el original)