ant. jurisd. en la provincia de Tuy (ahora de Pontevedra), compuesta de la v. de Puenteareas y de las feligresia de Angoares, Áreas , Arnoso, Batallanes, Bugarin, Castelanes , Cristiñade, Cumiar, Fozara, Frades, Gargamala, Ginzo, Gulanes, Meirol, Mondariz, Muuriscados, Nogueira , Padrones, Paredes, Pías, Prado, Queimadelos , Iliha de Tea, Riofrio, Sabajanes, Yaldomar y Cobelo, Vilacoba, y Vi lar; cuyo sen. correspondía al marqués de Sobroso, al de Valladares, conde de San Román, y á otros partícipes.
SIMANCAS
v. cor ayuntamiento en la provincia, partido judicial, audiencia t e r r . , o. g. y diócesis de Valladolid (2 leg ) SIT. en una ladera á la márg. der. del r. Pisuerya, con buena ventilaciou y CLIMA sano. Tiene 240 CASAS ; la consistorial, en la que está la cárcel; escuela de instrucción primaria frecuentada por 65 alumnos, dotada con 2,000 reales y habitación franca ; 2 fuentes para el surtido drl vecindario, y una iglesia parr. (el Salvador) servida por un cura y un capitulo de beneficiados.
Pero lo quemas llama la atención en esta v. es el archivo general del reino, en el que se custodian diplomas y documentos antiquísimos é importantes, no solo de la Península é islas adyacentes , sino de sus ant. estados de Flandes, Italia y Portugal ; infinidad de tratados, correspondencia, de estado, interior y esterior , libros, registros, consultas, espedientes y toda clase de papeles relativos á los ministerios, cámaras, consejos, contadurías y demás oficinas de corte, hallándose también muchos é importantes documentos pertenecientes á la ant. corona de Aragón este edificio, todo de piedra , sólido, bien \entílado, muy capaz, acertadamente distribuido y con espaciosos armarios y estanterías todas de fáb., era una ant. fort., á laque dan entrada 2 buenos puentes de piedra rodéala un foso, fuertes murallas torreadas y tiene su caba interior perteneció en partea los almirantes de Castilla , pero habiéndola rescatado los reyes, la destinaron al objeto para que hoy sirve, habiéndose ejecutado las obras necesarias al efecto, bajo la dirección de arquitectos de nota, entre ellos Alonso Berruguete, Juan de Herrera y Francisco de Mora. Tan suntuoso depósito de documentos sufrió un horroroso trastorno en la guerra de la Independencia, y muchos de sus papeles se llevaron á Paris , pero habiéndose devuelto á consecuencia de la paz , se arregló otra vez por el ilustrado canónigo de Plasencia D. To más González, comisionado al efecto-, para su servicio y custodia hay un archivero principal, secretario y el competente número de subalternos, toaos de real nombramiento.
Confina el término de Simancas con los de Ciguñuela, Arroyo, Valladolid, Puente Duero y Geria; dentro de él se encuentran varios manantiales, 3 cas., una ermita (la Virgen del Arrabal), el desp. de este último nombre, las ruinas del palacio en que se crió el infante D. Fernando hermano de Carlos V, y vestigios de la primera casa noviciado de jesuítas, que luego se.trasladó á Villagarcia de Campos-, el TERRENO en su mayor parte es de inferior calidad y ae secano ; comprende 2 montes de pino albar, una deh. y 7 prados de pastos naturales; atraviesan el término el r. Pisuerga , cuyo paso facilita un magnifico puente de piedra con n a r c o s , y el Duero; viéndose en las márg, de aquel bastante arbolado, parte de él frutal, CAMINOS los que dirigen á los pueblos l i mítrofes, todos en mal estado-, CORREO se recibe y despacha en Valladolid por balijero. PROD. trigo puro, morcajo, cebada, vino, garbanzos y otras legumbres, algunas frutas, iñon, leñas de combustible, madera de construcción y uenos pastos, con los que se mantiene ganado lanar y las yuntas necesarias para la agricultura; hay caza de liebres y perdices, y pesca de barbos, truchas y anguilas, IND. la agrícola, algunos de los oficios mas indispensables, 3 paradas de aceñas en el Pisuerga y una en el Duero, COMERCIO esportacion del sobrante de frutos, é importación de los art.
que faltan , hay 3 tiendas bastante surtidas de legumbres, paños, lienzos, hilos, sedas y otros géneros, POBL. 205 v e c , 808 almas CAP. PROD. 1 «.775,570 reales IMP. 177,557.
CONTR. 49,812 reales 22 mreales HISTORIA. ES población de grande antigüedad, como lo prueba especialmente lo inaveriguable de su origen. En el I t i nerario Romano figura como mansión bajo el nombre de Septimanca, y se hallaba comprendida en la región de los vacceos. Corriendo las vicisitudes comunes al pais, sin que aparezca especial mención, llegó al año 573 en que Alfonso el Católico la ganó á moros. Perdida de nuevo , fue reconquistada en 883 fue repoblada y engrandeciéndose con el tiempo en 897 se robustecieron considerablemente sus fortificaciones.
En 938 se dio junto á ella una sangrienta batalla , cerca de la continencia» del Pisuerga con el Duero los cristianos se atribuyeron la victoria diciendo que los moros habian perdido 80,000 hombres, y también se la atribuyeron los musulmanes, encareciéndola sus poetas entre las hazañas de Abd el Rhaman. Algunos historiadores refieren que el Hakem , emir de Córdoba , conquistó á Simancas entre otras poblaciones el año 967 ; mas lejos de constar esto, se sabe que el Hakem se hallaba entonces en paz con todos los cristianos, recibiendo sus embajadas y contestando á los walis fronterizos que le estimulaban á la guerra «Cumplid fielmente los tratados, porque de todo habéis de dar cuenta á Dios.» Esta guerra debió en su caso tener lugar hasta que en el año 965 se firmó la cesación de todas las hostilidades entre musulmanes v cristianos se sabe que en 964 el wasyr y secretario del Hakem, Ghaleb , taló el terr. castellano ; y que en el mismo 965, acompañado del gobernador de Zaragoza Aiadjiby y Hakasem , tomó la fort. de Gormaz, siendo tal vez estos avances los que movieron á los cristianos á pedirle la paz, que otorgó. Contra los que suponen esta villa tomada por el Hakem, á quien llaman Albaca, otros afirman que , habiéndola sitiado los musulmanes en dicho año 965, el conde Fernán González , que la habia poblado y fortificado grandemente, cayó sobre ellos y los derrotó , causándoles, segun Luis de Mármol, 10,000 muertos, y 15,000 segun otros.»Pero nada de esto consta por testimonios ant.
En 984 fue sitiada por el esforzado caudillo musulmán Mohamed , apellidado Almanzor, y sucumbió después de una vigorosa resistencia el vencedor llevó prisioneros á cuantos no perecieron en el trance. No vuelve á sonar Simancas por largo tiempo en la historia quizá no pudo» reponerse de esta catástrofe, mientras las triunfantes espediciones de Almanzor siguieron trabajando los estados cristianos, y aun hasta que las victorias de Alfonso VI aseguraron la posesión de este pais por medio de la célebre conquista de Toledo.- se sabe que en los últimos años de este monarca fue repoblada toda Castilla, como dice Lucas de Tuy.
En 1296 llegaron á esta v. los portugueses, invasores de ios estados castellanos, dirigiéndose á Valladolid donde estaba el rey D. Fernando; y como muchos caballeros de Castilla dejaron las banderas «de Portugal á que se habian allegado, no siguieron aquellos adelante y se retiraron con su rey por Medina del Campo. En 4 381 se reunieron en Simancas las fuerzas que debian invadir el Portugal, y apenas supo el rey D. Juan que todo se hubo aprestarlo, pasó á ponerse al frente y partió para Almeida. Lo mismo se hizo al año siguiente, en que se dirigió el rey á Badajoz. En 1426 vino D. Juan II á esta v. deseoso de algún ajuste con ¡los grandes que estaban en Valladolid ; y en vista de la petición hecha por estos, D. Alvaro de Luna fue desterrado de la corte y el rey salió á avistarse con los infantes de Aragón, en Cigales.
En 1465 vinieron las fuerzas de los conjurados sobre Simancas el rey D. Enrique despachó para su defensa al capitán Juan Fernandez Galindo con 3,000, caballos segun Mariana, 12,000 segun Castillo, número improbable «los sitiadores ubiéron de retirarse. En 1506 se criaba en Simancas el infante D. Fernando, y fue llevado á Valladolid á petición que su ayo Pedro Nuñez de Guzman hizo al presidente y oidores de la chancilleria de aquella c , temiendo oo estuviese aqui bastante segura su persona. En 1508 D. Pedro de Guevara fue conducido preso desde Pancorbo á Simancas y fueron muy notables sus declaraciones hechas á cuestión de tormento, contra el gran capitán, duque de Nájera, el conde de Creña, el duque del Infantado y otros grandes. En 1515 estuvo preso eu el cast. de esta población, el vicecanciller Antonio Agustin, con motivo de no haber servido al rey, en en las Cortes de Aragón como aquel deseaba. En el mismo año fue conducido también preso á Simancas D. Pedro de Navarra, mariscal de aquel reino y marqués de Cortes, donde pasó el resto de su vida. Entre las deplorables desgracias del ano 1521 tuvo lugar Ja ejecución hecha en el desgraciado obispo de Zamora D. Antonio de Acuña , á quien se dio garrote en esta v. En 1563, mandó el ley reunir en la fortaleza de Simancas, los documentos pertenecientes á los derechos de la corona , nombrando por depositario y director del archivo, á D. Diego de Ayala ; siendo esto nueva razón para hacer frecuente el nombre de esta v. en las crónicas; citándosela por el tesoro literario que vino á poseer. Entre las considebles pérdidas que debe lamentar la nación por la invasión francesa de 1808 debe citarse las sufridas por este archivo; padeciendo Simancas las vejaciones consiguientes de tan injusta guerra.
El escudo de armas de esta v. ostenta una torre con una estrella encima; orlándolo siete manos con alusión á la fábula de las siete mancas, inventada para esplicar el nombre SÍ7nancas por los que no conocian la antigüedad
SETADOS
ayuntamiento en la provincia de Pontevedra (7 leg.), partido judicial de Puenteareas(2), diócesis de Tuy (3), audiencia terr. y ciudad g. de la Coruña (28). SIT. á la der. del r. Miño y confines con Poitugal reinan todos los vientos; el CLIMA es en lo general templado y saludable. Comprende las fehg. de Batullanes, San Pedro; Batallanes, Sta. Eulalia; Cerdeira, San Juan; Linares, Sta. Maria; Ribarleme, San Cipriano; Ribarteme, San José; Ribarteme, Santiago; Rubios, San Juan; Setados, Sta. Eugenia (cap.); Taboeja, Sta. Maria; Tortoreos, Santiago; yVide, Sta. Maria. Confina el término municipal N. con el «de Mondariz; E. el de Arbo, part- de Cañiza; S. r. Miño; y O. ayuntamiento de Salvatierra. El TERRENO es de buena calidad su principal monte es el de San Mamed, situado al N., del que bajan distintos arroyos y se dirigen á desaguar en el Mino. Los CAMINOS son vecinales, algunos conducen á Puenteareas, y el que viene de Vigo y Tuy se dirige á Rivadabia y Orense, PUOD. maiz, centeno, trigo, patatas , castañas, vino, legumbres, hortaliza, frutas, lena, maderas y pastos; hay ganado vacuno, lanar, cabrio y algún caballar; caza de perdices, codornices, arceas, liebres y. conejos; y pesca de truchas, anguilas, lampreas, sollos, salmones’etciudad IND. la agrícola, molinos harineros, telares de lienzo ordinario y sierras al agua para el corte de maderas, POBL. 1,405 v e c , 5,020 almas CONTR. (V. el cuadro sinóptico del partido judicial) Asciende el PRESUPUESTO del ayuntamiento
á 14,000 rs que se cubren por reparto entre los vecinos.
SEGÓBRIGA
ciudad de la España antigua. Plinio menciona á los segobrigenses entre los pueblos adscritos al conv. jurídico de Cartagena, espresando la aprecíable circunstancia topográfica de que formaban el principio ó cabeza de la Celtiberia ; caputque Celtiberia? Scgobrigensis; lo que equivale á haber dicho que los segobrigensis ocupaban el punto ó territorio de la Celtiberia, considerado como mas inmediato á Roma. Ptolomeo reduce luego esta espresion á su verdadera localidad, colocando á Segóbriga en la región misma, con 13″ 30′ long., 40° -30′ lat., que vienen á caer al límite SE. de ella, y cerca del monte Idúbeda , que la terminaba por el Oriente ( Estrabon), tocando por sus estremos en parte de los 14° long., 41° 3 0 ‘ l a t , y de los 44° 20′ long., 39° lat. (Ptolomeo). Los montes idúbedos formaban la cordillera que hoy resulta del encadenamiento de los llamados Espadan, Peña-Colosa, Herrera y Moncayo. Al pie del Idúbeda estaba Sagunto Segóbriga distaba del Idúbeda por la parle que Ptolomeo dice tocar este en los 44° long., 41° 30’ lat., 3 0 ‘ long. menos y 1° lat., mas, y por donde alcanzaba á los 14° 20’ long., 39° lat., 1 5 ‘ long. menos, 1° 3 0 r lat. mas. Cortés afirma , sin embargo , que Segóbriga distaba del Idúbeda 20′ occidentales, resultado que obtendría sin duda de la aplicación que este erudito escritor hiciera de la antigua doctrina geográfica á las localidades.
También Estrabon mencionó á Segóbriga , pero solo para decir que esta ciudad y Bílbilis eran celtíberas, y haber tenido lugar cerca de ellas la guerra de Metello y SEBtorio; cuya espresion, tan lata por lo menos como distantes se hallaban entre sí Segóbriga y Bílbilis, 1° 15’ long. y 4 ° lat. en las tablas ptolemáicas, poco puede ilustrar la cuestión topográfica, sino es en razón de que por Floro se sabe haber andado SEBtorio por la parte de Valencia, peleando con Pompeyo junto á Lauro y Suero, ciudades que no cabe duda estaban próximas al Júcar. Todos estos antecedentes de Segóbriga, que son cuantos resultan de los escritores antiguos, conducen afortunadamente, con mas ó menos puntualidad, hacia una parte misma, y antes de pasar á ella para buscar la precisa situación de aquella c , conviene examinar aun otra clase de memorias, que pueden también dar mucha luz topográfica para el hallazgo de la apetecida correspondencia.
Estas son las medallas de Segóbriga; pues ¿ pesar de lo poco que acostumbra á SEBvir esta clase de monumentos para determinar la situación de la ciudad á que pertenecen, son de grande utilidad respecto de la presente; y tanto, que parece bastarían á puntualizarla, cuando faltasen documentos mas terminantes. La primera,copiada por Florez, presenta unos peces á modo de delfines, lo que señala haber sido Segóbriga ciudad de inmediata comunicación con el mar. Esta medalla ofrece ademas una palma, teniendo en medio de ambos geroglíficos, en la parte opuesta la cabeza de Augusto que mira al lado de los peces. En otra medalla se ve también la palma y i un buey con el lucero de Venus encima, y en medio el nombre Segóbriga. La palma hubo de indicar ó que esta ciudad era exaltada ó encumbrada, oque se criaban en ella muchas palmas. En este segundo concepto, por la disposición de la cabeza de Augusto entre la palma y los peces, se podría comprender que esta se criaba al O. de la c , y el r. corría por su E. Conducido ahora el obSEBvador por estos precedentes no puede menos de ir á buscar las cercanías occidentales de la sierra de Espadan con Ptolomeo, Plinio y aun con Estrabon; y en ellas una población ó sus restos con antigüedad romana, con un r. que desagüe en el mar, y con muchas palmas en su término, ó que se halle encumbrada para satisfacer á las medallas.
Pocas veces obtendrá mejor resultado, su diligencia; pues aquí no solo encontrará una ciudad que satisfaga cumplidamente á todos estos indicios, sino una ciudad que le presenta aun otros mas terminantes, cuales son el mismo nombre de Segóbriga, conSEBvado en una inscripción geográfica,y en el nombre de la población misma muy ligeramente cambiado, cual aparece en el de Segorbe. Colocado en esta ciudad ocupará el punto de la Celtiberia mas inmediato á Roma. llamado en esta atención cabeza ó principio del pais celtíbero por Plinio.
Este mismo naturalista habló también de Segóbriga con ocasión de tratar de las piedras especulares, y dijo, que antiguamente solo se hallaba en la España citerior, y no en toda ella, sino á los contornos de la c de Segóbriga, en una estension de cien millas de estos talcos ó espejos de asno, que son la piedra especular de Plinio, hay abundantes canteras cerca de Segorbe, y en muchos lugares dentro de las cien millas espresadas. Segorbe se hallainmediata á Lauro, Suero y Sagunto, en cuyas ciudad batallaron entre sí SEBtorio y Pompeyo. Reunidas las doctrinas geográficas de Polybio, Livio, Estrabon y Ptolomeo,las ciudad que formaban la linea occidental de la Edetania , eran Sagunto, Artalias ó Artana, Oleastrum ó Eslida, Castra Aelia ó Morella, Osicerda ó Mosqueruela etciudad Segorbe, principio déla Celtiberia, está lindante con Sagunto, Oleastrum y Artalias. Los indicantes de las medallas se hallan esplicados con la mayor minuciosidad por la situación de Segorbe por el E . , hacia donde está vuelta la cabeza de Augusto, un r. que entra por sí mismo en el mar, cual es el Palancia por O. palmas con dátiles, aunque hoy no son tantas como acaso SEBian en la antigüedad si la palma indicaba la posición encumbrada de Segóbriga, también Segorbe se halla en un alto.
El buey que se ve en las medallas con el lucero de Venus encima, y especialmente cuando aparece con una media luna en creciente sobre el cuello, y debajo una inscripción celtíbera que D. Miguel Cortés lee, por el abecedario del señor Rayer, lí DS. IL. TR. Sanctus et Deus Taurus, puede SEB también otro indicio exactamente contestado este buey debe SEB entendido por el Apis ó SEBapis, símbolo de la tierra para los ant. egipcios, que deificaron la luna con el nombre Isis, viendo en la conjunción de ambos planetas el principio de la fecundidad. Mela dio el nombre de SEBabis ó SEBapis al r. Palancia, y no SEBia estraño que los ant. celtíberos segobrigenses, habiendo participado de la adoración egipcia dada á estas divinidades , y de la ciencia de los geroglíficos hubiesen denominado de este modo su r. No hay ciudad celtíbera alguna que aune estas circunstancias respecto de las palmas con dátiles dice el Sr. Cortés, SEB cosa que no se habrá jamás verificado en alguna otra ciudad de la Celtiberia sino en Segóbriga y en Segorbe. Estos antecedentes bastaban ya por si solos para determinar la correspondencia de aquella ciudad á esta; pero ya hemos dicho haber mas, y mas poderosos todavía. El Sr. Cornide se espresó acerca de Seóbriga en estos términos «en honor de la verdad debo ecir que la situación de esta ciudad tiene todas las apariencias de romana, situada á la falda oriental de los cerros, de los cuales el del N. estiende su rápida pendiente hasta el r Ofrece en lo mas alto de este fragones de argamasa romana .» Bien pudo decirlo así ‘aquel ilustre académico, pues son innumerables las antigüedades, no solamente romanas, sino anteriores al dominio de Roma en Espana , que se han encontrado en Segorbe y sus cercanías.
Entre ellas debe copiarse como argumento decisivo, pues se halla en armonía con todos los demás antecedentes geográficos , con el nombre de ia población, Y su antigüedad, la inscripción siguiente L. AEMIL. L. F. GAL.
FLAM. ROM.ET DIVOR AVGG. STATVAM AER.
E Pvn. PATRIAE DECR.
E Pvn. ETIAM PECVN.
SEGOBRIGENS. EREXERE.
Esta inscripción se leyó en la base de la estatua de bronce que en la misma se manifiesta haber sido erigida por decreto y á espensas de la república Segobriense, a Lucio Emilio, hijo de Lucio, de la tribu Galeria, flamen de Roma y de los divos augustos aun se conSEBvaba á mediados del siglo XVI, y la copiaron dos hombres doctos cuales eran, D. Francisco Llansol de Romani y el bachiller Molina, en cuyos libros manuscritos la vieron Escolano y otros escritores valencianos, quienes la publicaron en sus obias. También la copiaron Scoto, de cuyas memorias la tomó Grútero y Florez , Masdeu, e t c . ; sin que ninguno haya dudado de su autenticidad.
Pocas ciudad de la España ant. ofrecen una reducción mas segura ni mejor fundada que esta. Sin embargo pocas reduccioneshay tambienquehayan sidomasdisputadasquela de la célebre Segóbriga. El error de los que no acertaron á comprender debidamente la espresion de los geógrafos ant., respecto de la situación de esta c . , ni las demás memorias de ella; la noble emulación de un espíritu de provincialismo escitado entre aragoneses, castellanos v valencianos por la fama de la antiquísima Segóbriga; y sobre todo, el interés de los que se han creído en estado de aspirar á los derechos que esta ciudad algún dia poseyera , hubiesen conseguido oscurecer la correspondencia «de Segóbriga , si los testimonios que deben apoyarla fuesen menos terminantes y pudieran SEB dominados por alguna opinión moderna. Pero felizmente nada que se separa de los principios de la ciencia puede SEB duradero en opinión de válido el error en que se incurre por mala inteligencia de una memoria ant., se rectifica por medio de su comparación hecha cou otras; y si es el interés , sin distinción de clases, lo que producé estos errores, cede igualmente desde que se acude á aquellos principios con la independencia necesaria. La verdad geográfica da por resultado la reducción de Segóbriga á Segorbe en los términos espuestos. Siendo esta reducción tan autorizada podríamos prescindir va de tomar en cuenta opiniones contrarias, que también hemos calificado; pero la consideración que nos merecen los diferentes hombres insignes de quienes las vemos prohijadas , nos obliga á examinar aun sus conceptos y las razones que les lian inducido en el error.
Gerónimo Zurita y Ambrosio de Morales, á quienes han seguido otros muchos, niegan la correspondencia de Segóbriga á Segorbe estos respetables literatos pensaron que mencionando Estrabon (cuyo testo tampoco tradujeron con la precisión debida) á Segóbriga y á Bílbilis como ciudad cetíberas, entre las que coloca la guerra de SEBtorio y Mételo (según estos escritores solamente una memorable batalla) no podían hallarse á tanta dist. como la que hay de Calatayud á Segorbe. Vieron ademas que Ptolomeo coloca una región llamada de los lobetanos , al S. de los celtíberos orientales, y sitúa su ciudad denominante en los 13° 30′ long.
40° 20′ l a t . s e g ú n lo que no podía alcanzar la Celtiberia hasta Segorbe, cayendo esta ciudad tan fuera de ella, que Albarracin donde calculan pudo haber estado Lebotum, creían hallarse ya al S. de los celtiberos orientales asi creen áSegorbe metida bastante dentro de la Edetania. Hallan á S e góbriga y á Lobetum en la misma long. v con solo 10 minutos de lat. mas la primera por ello cree» Zurita poder afirmar que apenas distaría Segóbriga unas 20 millas de la ciudad de Albarracin , siguiendo la ribera del Tajo. Tales son las razones que produgeron esta opinión, la mas atendible asi por los nombres que la autorizan como por sus orígenes.
Pero ya hemos manifestado que Estrabon no dijo haberse dado una batalla SEBtorio y Metello entre las ciudad Segóbriga y Bílbilis, sino que entre ellas se hicieron la guerra estos caudillos aunque Estrabon se hubiera espresado conforme lo entendió Zurita , tampoco se puede dar tanta precisión á su testo Plinio, hablando de las piedras especulares, entendió cerca de Segóbriga lo que podia distar de ella 25 leg.; pues dijo que aquellas piedras se encontraban intra centrum millia passum circa Segóbrigam urbem, y E s trabon pudo dar la estension misma a l a voz cerca, ó la voz entre [inter) adoptada por Zurita, y muy repugnada por Cortés, sin que sea de la mayor entidad la diferencia, siendo de todos modos vaga la esposicion de aquel geógrafo pero lo principal contra este concepto de Zurita adoptado por Mayans, es, que para aproximar en su conse- \ cuencia la o*de Segóbriga á Calatayud , era preciso aproxi- • mar también el r. Suero ó Júcar . y no menos las ciudad Suero, !
Laurona y Sagunto, por donde batallaron en efecto aquellos caudillos, y despedazar las relaciones históricas por solo atribuir unaprecision completa á la indicación vaga hecha de paso por Estrabon. Respecto déla cita que se hace de Ptolomeo , debe advertirse también que indudablemente hay error en este geógrafo aqui se hizo una región distinta de la Celtiberia con una ciudad celtibera , y la numeración ¡ de sus graduaciones tampoco es exacta. Ya vimos en el artículo de Cuenca lo muy difícil que es reducir á su verdadera situación la ant. Lobetum, y por un indicio tan dudoso, contradicho por los mejores documentos y hasta por la espresion del mismo Ptolomeo . no debe SEB removida Segóbriga de la situación á que todos los principios de la ciencia la reclaman. Decimos hallarse contradicha por la espresion del mismo Ptolomeo la existencia de la región Cobetana en los 13° 30′ long. , 40° 20′ lat., porque, según resulta de este geógrafo , hallándose Mr cesa 1° 50′ al O. y 35′ al S. Isloitium 1° al O. con 5′ al S . , y el estremo del monte Idúbeda divisorio de los pueblos celtíberos y edelanos 50’ E., 1° 2 0 ‘ S . , no podia menos de hallarse aquella ciudad en territcrio celtíbero y haberse debido contar con Segóbrigay hasta , que sehallan en la misma long., teniendo solo 10′ de lat. masque ella, diferencia admisible, si se encontrase algún punto donde poder situarla, mayormente adoptando la numeración de los grados, como lo hizo Rui Bamba, esto es, con 30′ de long. menos. Asi se desvanece la opinión del ilustrado Zurita , que dijo SEBle desconocido el sitio de Segóbriga , y que debia estar distante apenas 20 millas de Albarracin, tomando, sin duda esta ciudad por la ant. Lobetum, como Mariana, Traggia, Ferraris, Baudrand y otros aun dudó Zurita si pudo set el L. de Celia. Con las mismas razones se íesuelve sobre la respetable espresion de D. Gregorio Mayans , que siguiendo generalmente la opinión de Zurita, se separó solo para saltar toda dificultad, y decir que «Segóbriga á cada paso se nombra en los monumentos ant.; pero su sitio en ninguna parte se descubre.» Traggia y Masdeu concuerdan también , en cierto modo con Zurita, suponiendo que Segóbriga estuvo en Albarracin ó no lejos de ella, hacia donde cáela muela de San Juan en cuyo sitio la fija Traggia.
Puede obSEBvarse aun contra estas opiniones la poca dist. que hemos visto mediaba entre Segóbriga y el Idúbeda, y la considerable áque se halla Albarracin. Si hubiera sido la sierra de esta ciudad parte del Idúbeda, como también se ha pensado, ademas de no cumplirse entonces la doctrina de los geógrafos mayores, tampoco lograba su objeto Zurita; pues Celia hubiera pertenecido entonces á la Edetania , lo mismo que suponía de Segorbe. Albarracin, donde se ha querido formar la desconocida región Lobetana, pertenecía á ios celtíberos tusones, que según Estrabon, llegaban desde el Idúbeda hasta las fuentes del Tajo.
Cristóbal Celario padeció el error de citar á Ptolomeo para decir que Segóbriga no distaba mucho de Numancia, cuando en la espresion de este geógrafo, que nos detalló las diferentes regiones comprendidas en la Celtiberia , una era celtíbera propiamente dicha , y otra era arévaca , distando 1° de long. y 2° con 20’ de lat. entre sí. Harduino quiso conciliar la inteligencia de Celario con las exigencias geográficas que reclaman á Segóbriga en Segorbe, y dijo que ademas de esta Segóbriga ,habida existido otra no lejo=> de Numancia.
El anticuario numismático Vaillant, esforzó esta opinión vio que la Segóbriga mencionadada por Plinio era c estipendiaría, y creyó incompatible esta circunstancia con el derecho de acuñar moneda que habia gozado la S e góbriga de las medallas; pero este principio de Vaillant ha sido reconocido ya como falso por la ciencia numismática Toletum, Callet y otras muchas ciudad estipendiarías batieron moneda como Segóbriga la opinión de de Vaillant, combatida fuertemente por Mayans y Flores, ha sido ya abandonada.
La dualidad de Segóbrigas sobre carecer de todo apoyo SEBia un argumento de inexactitud contra todos los historiadores que hablaron de Segóbriga , y de los segobrigenses, por no habernos dicho á cual de ambas ciudad pertenecían los hechos historiados.
Cítase aun, sosteniendo la opinión de haber existido dos Segóbrigas, una medalla del monetario de San Isidro de Madrid, con la inscripción.- SEGOB EDET. Léese aqui Segóbriga Edetanorum vel Edetanim; y como Vaillant dijo, hubo en la Celtiberia dos Segóbrigas otros con el testimonio de esta medalla así espíicada hacen una celtibera y otra edetana. Pero semejante inteligencia es sumamente viciosa si es cierta la autenticidad de esta medalla (que lo dudamos) debe leerse Segóbriga Edeta; espresándose de este modo, como se verifica en otros casos, que hubo una concordia entre estas dos ciudades, lo que es tanto mas natural en razón de haber sido ciudades limítrofes , cuyos términos se tocaban enet monte Mayor y Portacili son muchas las medallas que nos han conSEBvado así noticia de semejantes alianzas. Cornide, y últimamente Cean, no han podido tener otra razón que es la inexacta deducción para decir que Segorbe fue cierta Segóbriga Edetana. De este modo habrán querido armonizar la necesidad , que no podían menos de sentir, de dar á Segorbe el antiguo nombre de Segóbriga, y la equivocada doctrina corográfica de la Celtiberia , con que Zurita la escluyó indebidamente de esta región. (V. Celtiveria, y Edetania).
(Continua en el original)
SEGEDA
ciudad insigne de la España ant., y uno de los mas altos timbres de esta nación. Era de la región de los pelendones , consanguínea y socia de Numancia, como dice Floro, y sus nombres corren unidos á la acción del mismo sentimiento, de libertad é independencia, llenándose de gloria, que á una con sus desgracias inmortalizase sus nombres, cuando la tiranía romana las desmantelara hasta los cimientos.
Habiéndose opuesto á esta tiranía la gran confederación celtíbera, desde que se la vio asomar en la Península, los segedenses, partícipes de los hechos heroicos de aquella guerra, lo fueron también de la catástrofe sufrida en las faldas del Moncayo, y comprendidos en la paz que produjo, firmada con Gracho, por la cual quedaron tributarios de Roma y comprometidos á no edificar nuevas ciudad fortificadas. Levantados después estos tributos por el Senado, se vio á S e geda emprender con el mayor empeño el ensanche de sus murallas, hasta darlas el ámbito de 5 millas ¿SEBia esto un pensamiento general de la confederación, antes subyugada, que lo creyese oportuno para alzarse un dia y contrarestar el poder estranjero? Cabe sospecharlo así; mas no lo apunta la historia; y en las obras de Segeda no se sabe trabajasen mas que los Tithios, fuera de los v e c de la misma ciudad y sus dependencias. Roma, noticiosa de esta empresa, mandó al momento que cesasen los trabajos exigiendo ademas á la ciudad el pago de los tributos firmados con Gracho. Segeda espuso la injusticia de estas órdenes , fundándose respecto de los tributos, en que le habian sido dispensados por el Senado ; y por lo que hacia al ensanche de sus fortificaciones, en que si bien se habían obligado á no edificar nuevas ciudad fortificadas, en nada se oponía esto á que ella dilatase sus antiguos muros. Pero Roma no hizo mérito de su justicia pudo haber penetrado un pensamiento hostil en la determinación de Segeda, y sin esto también pudo moverla otro impulso Roma no adoptaba siempre las justas inspiraciones de los Catones y Grachos, que á pesar de su severidad, dejaron perpetuos recuerdos de respeto y cariño en los mismos pueblos españoles que habian inundado con su sangre mascomunmente prevalecía la voz de los que ansiaban pretestos para abrir campañas, por medio de las cuales allegar riquezas. Como quiera, Roma envió fuerzas considerables contra Segeda, al mando de Fulvio Nobilior. Los segedenses nombraron por su general á cierto Caro, y saliendo al encuentro del cónsul consiguieron vencerle, con muerte de 6,000romanos. Tan señalada victoria sembró el desorden en los confiados vencedores, y consiguiendo rehacerse en su retirada los romanos, vieron que lejos de amenazarles ya el ímpetu irresistible de la primera acometida en el sistema de guerra propio dei pais . la fortuna les brindaba con una sorpresa , y volviendo sobre estos, los batieron completamente-, su general murió en el trance y los segedenses corrieron á ampararse de su aliada Numancia, que les abrió sus puertas y los acogió como á hermanos (año 453 antes de Jesucristo)». Ya vimos en el art. de esta ciudad como los romanos cuanto habian sido injustos antes con Segeda, vinieron á SEBlo entonces con Numancia, pues de esta generosa conducta tomaron pretesto para declararle la guerra Apiano atestigua la injusticia de Roma contra los segedenses, dándoles la razón en sus contestaciones dirigidas á aquella república; Floro dijo, no haberse visto motivo de guerra mas injusto que el tomado contra Numancia. Ya vimos también én el citado art. como el cónsul reclamó la entrega de los fugitivos segedenses, y que resuelta la defensa numantina, estos eligieron por su capitán á cierto Leucon para contribuir al lo- • gro de los laureles numantinos, hasta que arrancada la paz al cónsul Marco Claudio Marcelo, con la integridad de los derechos de Numancia, obtuvieron también su libre restitución á sus ant. hogares (452 antes de Jesucristo). ¿Habrían sido estos arrasados hasta los cimientos por Q. Fulvio Nobilior, después de la mencionada derrota, y mientras que los segedenses se acogían á Numancia? Es muy verosímil; pero tampoco asoma en la historia. En los 1 9 años que aun fue combatida después Numancia, no vuelve á sonar Segeda, y siendo inverosímil que sus esforzados hab. viesen á su generosa valedora hecha el blanco de la tiranía y crueldad romana, sin acudir en su apoyo, debe pensarse que, ó lo hicieron y su nombre corre envuelto en el glorioso de Numancia, ó los astutos romanos previendo esta determinación para romper la paz firmada por Marcelo, empezaron por apoderarse de Segeda, cual pudieron hacerlo sin dificultad alguna después de tantas calamidades. Tampoco apunta esto la historia; pero nada mas congeturablc desgraciadamente mientras la historia ha recibido sobre sí un tejido de repugnantes consejas, ha descuidado los mas interesantes pormenores, y por ello , apenas puede darse hoy un carácter congetural, á los hechos que presentan como necesarios, asi el aspecto de las épocas, como el encadenamiento de aquellosotros hechos que por SEBlos culminantes , no se han condenado al olvido por el descuido de los historiadores.
¿Qué estraño es que los escritores griegos y latinos se limitasen á apuntar la empresa de Segeda sobre el ensanche de sus muros, la victoria de Caro soVire el ejército consular, su derrota y muerte por este, la fuga de los segedenses á Numancia, el asilo que hallaron en esta, ios triunfos de los numantinos y segedenses sobre los romanos, y la vuelta de los segedenses á su ciudad por la paz de Marcelo, cuando apenas hay españoles que, tratando de citar pueblos ejemplares, no se limiten á Numancia y Sagunto, olvidando ó desconociendo á Segeda, cuya c s i bien es cierto que, á pesar de haber empezado matando 6,000 romanos en el primer encuentro campal, no ofreció tan admirable resistencia como aquellas otras dos ciudades escede á la segunda y no es menos en virtud que la primera, habiendo hecho como ella y mas espontáneamente quizá el sacrificio de sí misma por mero civismo? Sagunto fue conducida á hacerlo por una cuestión local sabiamente elevada á un carácter universal por la política de Aníbal; Numancia hubo de resistir desde luego á una orden estrema é inadmisible para hombres de honor, cual era la que les imponía la violación no solo del derecho de gentes, pues Numancia era una república libre y en estado de SEBvir de asilo á todos los pueblos que á ella acudieran, sino hasta las obligaciones de consanguineidad entregando los refugiados segedenses al vencedor implacable; y se la exigió ademas la entrega de sus propias armas.
Segeda llamó sobre sí la tiranía romana por solo poner en ejecución un pensamiento probablemente nacional, y no cedió en valor á las otras; pues buscando el encuentro de los romanos y matando 6,000 de ellos dieron los segedenses una prueba indubitable-, allí obró el valor si en la confianza y descuido de la victoria fueron sorprendidos y puestos en luga hasta los muros de Numancia, esto fue falta de disciplina; ni Numancia, ni Sagunto, ni por consiguiente ciudad alguna, hubiera resistido tampoco inaugurándose sus guerras con un golpe semejante.
Repuesta con el tiempo Segeda de su catástrofe y demás padecimientos que se le siguieran en la guerra numantina, brilló nuevamente por su espíritu de independencia y por ello también, socia del gran SEBtorio, que hacia la causa de los españoles, fue atacada y sometida por las armas de Pompeyo.
¿ Habría dicho mejor Paulo Orosio al referir este acontecimiento que fue Segeda nuevamente destruida para ya no volver á restaurarse nunca ? Asi se podría sospechar; viendo que desde entonces no vuelve á sonar en la historia; pero apenas hay geógrafo que no haga mención de ella; por donde consta su existencia después cíe aquella guerra. Estrabon la nombró atribuyéndola á los arévacos, ío que nada tiene de estraño, siendo arévacos y pelendones todos celtíberos.
Con la misma variedad se nombró á Numancia. Pumo la contó, aunque sin nombrarla entre las ciudades pelendonas que iban á ventilar sus pleitos al conv. jurídico de Clunia. También hizo mención de ella Ptolomeo, y su nombre aparece escrito con error en este geógrafo Savia. Aun existía en tiempo delRavenate (siglo Y I í ) , en cuya obra, adulterando como en Ptolomeo el nombre, se lee Segla; tan completas son estas adulteraciones, que se podrian creer nombres de ciudad distintas; pero habiéndonos dicho el diligente Plinto, que los pelendones enviaban cuatro ciudad al conv.
jurídico de Clunia, entre las cuales nombra solo á Numan cía, si ademas de esta ciudad lo era Segeda, como consta por Floro, y lo hubiesen sido Visontium, Augustúbriga y Savia, nombradas por Ptolomeo resultarían cinco las ciudad pelendonas (pie eran cuatro. Si Ptolomeo no hubiera querido espresar á Segeda bajo el nombre que se lee Savia, SEBia muy estraño que aquel gran geógrafo no hubiese tenido presente una ciudad tan insigne; pues tampoco la nombra entre las arévacas como lo hace Estrabon. Y sobre todo es de advertir, que no es tanta la dificultad que hay en que se haya escrito Savia por Segeda, como parece por su disonancia; el cambio de las vocales es poco notable en los ant.; en Estrabon y en Stcphano se ha escrito Segida; Ptolomeo pudo escribir’ Sagida, y por supresión de la d muy natural valiendo la a por a y o Sagia, de donde tomada la g por v, que son muy semejantes en la escritura griega Savia. La adulteración resultiva del Ravenate no merece atención alguna , cuando apenas hay nombre en este geógrafo que no se halle igualmente corrupto; son numerosísimos los desconocidos que ofrece, y que necesitan de mucho mas difíciles correcciones para SEB reducidos á su verdadera ortografía.
Después de estos escritores no vuelve á aparecer ya mención alguna de esta memorable ciudad por la cual vuelva á asomar su existencia; sita, según lo congeturaron Loperraez y y otros con el M. Florez, y se ha esforzado en probar don José Cornide en sus Memorias, tomo 3.a de las de la Academia, en una eminencia junto á la v. de Canales, no lejos del conv. de Yalvanera, cuyo terr. fue el confin mas batallado en las sangrientas y asoladoras guerras de cristianos y musulmanes por los siglos VIH y I X , probablemente vino á sucumbir á aquellos obstinados combates. Antes ya se habría menoscabado en su ancianidad su importancia política, de modo que preponderasen las memorias de otras poblaciones en el pais por mas conocidas, aunque de menos entidad, por lo betustas que se habian hecho ya las de esta cuando se trató de la repoblación del pais, y no mereció la atención de los reyes para quienes tan poco podian valer los ignorados timbres de la antigüedad histórica y geográfica.
ZARAGOZA
ciudad conayuntamiento ,cap. délaprovinciacivil, intend.arz. de su nombre, de la aud.terr., ciudad g. y com. g. de artillería de Aragón, de su partido judicial dividido en dos juzgados de 1″* instancia y residencia en fin, de las demás dependencias correspondientes á una población de su clase.
SITUACIÓN Se halla entre los 41° 38′ 19″ delat. N. y 2 o 471 21″ de long. E. de Madrid, tomando por base el monast.
de Sta. Engracia. Su posición, en la marg. der. del caudaloso Ebro, es la mas pintoresca que puede imaginarse, contribuyendo á embellecerla su frondosísima vega fertilizada por el benéfico influjo de dicho r . , el Jalón, el Huerva y el Gallego, y por el magnífico canal Imperial de que ya tantas veces hemos hablado. La inmensa llanura en que se encuentra, limitada al N. y S. por dos bajas cordillera que corren paralelas al Ebro, está sembrada de multitud de árboles de varia-; especies, de espesos arbustos y de álamos piramidales, que á manera de cipreses parace quieren conducir á un respetuoso monumento; viéndose también en ella multiplicadas casas decampo y de recreo, donde el hombre se estasía y el alma recibe una espansion grata y saludable. En medio de este delicioso bosque de olivos y árboles frutales se levanta la inmortal ciudad de Zaragoza, presentando á lo lejos á la vista del viagero observador los lucientes chapiteles de sus altas torres y grandiosas cúpulas, desde las cuales se divisa un magnífico y dilatado horizonte, que termina al N. en las nevadas cimas de las sierras de Jaca , estendiéndose por el O. hasta los lejanos montes de Castilla.
CLIMA. El de esta ciudad es bastante desigual y destemplado, ácausa de los vientos que en ella reinan con frecuencia, los cuales suelen producir en las estaciones de primavera, otoño y aun en el estio , bajas considerables de temperatura, llegando á observarse diferencias termomélricas de cuatro, seis y 8 grados, en el transcurso de un corto núm. de horas y á veces en un solo día. Las frecuentes lluvias, nieves y tempestades , en sus épocas propias, sobre las vecinas sierras de Guara, Pirineo y Moncayo, situado alNE., N. y NO.de la población, son el fecundo origen de las repentinas y violentas variaciones de temperatura , que accidentalmente esperimenta cada una de las estaciones indicadas. Sin estas poderosas y frecuentes causas, su clima seria mas templado é igual, puesto que el termómetro de Reaumur rara vez desciende mas de 3 grados, ni se eleva sobre 30 ; cuyas temperaturas pueden formar el tipo de mayor calor y frió, en los solsticios de sus correspondientes estaciones. Por lo demás, las lluvias suelen ser frecuentes en primavera y otoño, no menos que las tempestades en estío y nieblas en invierno, debido a la protección que á la acción de estos fenómenos atmosféricos dispensan, con su afluencia de aguas, los r. Ebro, Gallego, Jalón y Huerva, el canal Imperial, y la abundancia de acequias madres que fertilizan su dilatada campiña.
\IENTOS. Los dominantes pueden referirse á tres y contraerse mas especialmente á dos , que son; el NO. y SE. llamados por el vulgo Cierzo y Bochorno. El primero, mas frecuente en otoño, invierno y primavera que en el estío, es también mas constante por lo común que el segundo, el cual es generalmente observado en estío, y de raenos duración que aquel el tercero es el verdadero N. que reina pocas veces, siendo los demás menos frecuentes todavía.
Si bien la baja de temperatura que suele ocasionar el viento NO., unida á su frecuencia y constante duración, se ve proteger el desarrollo y la acción de algunas neumonías, catarros , reumas, espasmos y otros afectos fluxionarios, que se observan aparecer y acrecentarse bajo su influyente egida, la propiedad escitante del oxígeno en que abunda, no* solo estimula, vigoriza, activa y completa el desempeño de las funciones generales en los individuos sanos, tonizando ]a¡ fibra contráctil, sino es que depura el aire respirable de una* atmósfera sobrecargada de miasmas deletéreos, que una estensa y feraz campiña, una afluencia considerable de masas de agua, y un gran número de hab. pueden producir. Es tamuien de notar que en la epidemia de 4834 , en tanto permaneció la atmósfera colérica y ejerció su influencia sobre e s ta ciudad , dejó de dominar dicho viento,frió y seco por lo común , presentándose tan pronto como desapareció aquel/a, ó tal vez pueda decirse con mas exactitud , que la desaparición déla epidemia tuvo lugar tan luego como dominaron e s tos vientos. El viento SE. aparece frecuentemente en estío, lo cual le hace cálido, soliendo ser en todo tiempo menos frió* y mas húmedo que el NO. Estas condic iones , induciendo mayor espansion en los líquidos de la economía y relajación de* su hebra contráctil, predispone á lasafecciofles febriles ó i n flamatorias por dieba causa producidas , así como á las gástricas, biliosas, comatosas, flujos de sangre y otras, é induce la languidez y abatimiento físico, consiguiente á su mododtí obrar; observándose asimismo menos pura la atmósfera durante su dominación, que con la influencia del NO., por cuya causa es considerado este mas saludable que aquel por reglageneral.
Enfermedades. Apesar de lo que hemos espuesto , relativo al clima y vientos reinantes en Zaragoza, y de que á primera vista parece ofrecer un vasto campo de causas?
suficientes para constituir un suelo endémicamente insalubre, dista esto tanto mas de la exactitud, cuanto que la constante observación manifiesta que esta ciudad es hasta tai punto saludable, que carece muchas veces de la justa proporción correspondiente, entre el número de enfermos existentes y el que debería haber, según la población de que consta,- no siendo tampoco muy frecuentes las enfermedades epidémicas y contagiosas, relativamente á otros pueblos de c r e cido vecindario. Entre las enfermedades esporádicas puede decirse que son las mas comunes las citadas en el párrafo’ anterior, sin que por esto se deba atribuir el desarrollo de su mayor número al influjo de los vientos, debiendo solamente concederse, que varias de las dolencias que se padecen, se observan por lo regular, bajo las modificaciones que induce la diversa temperatura y condiciones de los vientos, de que hemos hecho mención.
INTERIOR DE LA POBLACIÓN Y SUS AFUERAS. Recintos. Muy bien puede decirse que la ciudad de Zaragoza ha tenido hasta el día 4 recintos enteramente diferentes el uno del otro. El pri-mero fue el que comprendió la ant. Salduba, cuya primitiva población parece haber sido muy reducida; algunos sin embargo, la han querido estender hasta Zaragoza la Vieja en las inmediaciones del Burgo, pero esto no ofrece verosimilitud alguna, atendida la larga dist. de 2 leg. en que dicho pueblo se halla. El segundo recinto era el llamado de Cesar Augusto, colonia inmune de su conv. jurídico, el cual mas bien que fundado fue ampliado por el emperador Octaviano Augusto. Consérvanse aun restos de las 2 murallas que lo circundaban, la primera de las cuales era de piedra y argamasa con torreones y 7 almenas, y en ella había 4 puertas para el ingreso á la ciudad, mirando á los 4 puntos cardinales.
Al E. se hallaba la del llamado Arco de Valencia; al N. la del Puente, hoy del Ángel; al O. la de Toledo, en el día Arco del mismo nombre, y al S. la de Cineja ó Cineraria.
Abrazaba, pues, este recinto todo lo comprendido en el círculo elíptico que forman dichas 4 puertas, ó lo que es lo mismo, desde la puerta de Valencia ó plaza de la Magdalena en dirección al monast. del Sepulcro, siguiendo al Ebro hasta la puerta del Ángel; desde este punto continuaba la línea de demarcación por la capilla de San Agustín del Pilar hasta San Juan de los Pañetes ó palacio de la Azuda, inmediato al Arco de Toledo, y dirigiéndose después por el Mercado, calle de la Albarderia, Coso (antes Corso ó Carrera esterior) hasta el Arco de Cineja, iba á encontrar por último la referida puerta de Valencia; de suerte que la ant. ciudad apenas era una mitad de lo que es en el dia. La segunda muralla, que corria por los lím. que hoy marca la población moderna, era de ladrillo, como se ve por algunos torreones que todavía se observan desde la puerta dei Sol hasta la espalda del que fue conv. de San Agustín, y cuya construcción solidísima, de un ladrillo y trabazón particular, revelan sino la época de Augusto, á lo menos la de los emperadores posteriores, antes de apoderarse los godos de Cesar Augusta. El tercer recinto se compuso con la parte de ciudad agregada desde el monast. del Sepulcro, que se estiende por el Oriente, hasta la puerta del Carmen, según lo indica la segunda muralla con torreones, cuya mayor parte se conservan, y cuyo aumento parece ser del tiempo de la dominación de los godos. El cuarto recinto por último, comprende todo lo que media desde la calle de Sta. Fé y Mercado, hasta el Portillo que abraza la estensa parr. de San Pablo, unida al resto de toda la actual c , incluso lo edificado por los moros. La líuea de demarcación de este recinto, en el cual existen actualmente 8 puertas, empieza en la llamada de Sta. Engracia, siguiendo la corriente del r. Huerva hasta llegar á la puerta Quemada; desde aqui continúa por la del Sol y la del Ángel, dejando al frente de la primera el barrio estramuros de las Tenerías; dirigese en seguida, siguiendo ya la línea del Ebro, por la puerta de la Tripería ó sea de San Ildefonso y la de Sancho, y pasando finalmente por las del Portillo y el Carmen, va á buscar de nuevo la puerta de Sta. Engracia, punto de donde habia partido.
P U E R T A S . De Sta. Engracia. Con el objeto de honrar y dejar á la posteridad una memoria de los terribles asedios que sufrió Zaragoza durante la guerra de la Independencia, se sirvió disponer el rey, por real orden de 3 de julio de 4819, que los productos de los derechos de 2 reales vn. impuestos sobre cada a. de azúcar y cacao á su entrada en dicha ciudad, se destinasen á la construcción de una puerta decorosa en el sitio llamado de Sta. Engracia, que testificara en las ruinas del mismo punto, la fidelidad y constancia de sus hab.; determinando al mismo tiempo que el sobrante de aquellos productos , concluida que fuese la puerta, se aplicara á la creación de una cátedra de mineralogía en la Real Sociedad Aragonesa. Comenzada en efecto su construcción en el año de 1830, continuó con bastante lentitud á consecuencia de las vicisitudes políticas, que obligaron á emplear estos fondos en otros objetos de mayor urgencia; por manera que en el de 1835 quedó enteramente suspendida esta obra, cuya forma, según el plano presentado para su construcción, es la siguiente. Tres ingresos en los centros de otras tantas calles de árboles, que desde la del Coso siguen paralelas hasta la misma puerta sobre un zócalo de G palmos, deberán elevarse columnas de 43 de orden dórico con su correspondiente cornisamento en toda su estension, que es de 160 palmos, y sobre la cornisa y banquillo del centro un cuerpo ático, coronado de un escudo de armas reales con trofeos militares. Las puertas colaterales, ya constiuidas, son mas angostas que la del centro, estando sin embargo las impostas de los tres arcos en una misma línea horizontal •. estas dos puertas se hallarán adornadas de pilastras disminuidas, con entrepaños almohadillados, teniendo por remate grupos de trofeos romanos en los espacios de los intercolumnios del cuerpo del centro deben colocarse dos estatuas en el frente esterior, que representarán la agricultura^ navegación, y otras dos en el interior que figurarán el comercio y la felicidad pública; y finalmente, sobre ellas y en los targetones del cuerpo ático, inscripciones alusivas á la heroica defensa de Zaragoza. Encargado el ayuntamiento constitucional de esta ciudad por decreto de las Cortes, sancionado por S M. en 27 de julio de 1838, de la continuación de la obra de que nos ocupamos, y adjudicados al mismo los productos destinados á dicho objeto, nada ha podido adelantarse en ella por efecto acaso de las circunstancias de la última guerra civil; pero es muy probable que esta corporación atienda en lo sucesivo con el ce’o que la distingue, á tan importante mejora de ornato público, poique seria una lástima que después de haberse invertido en ella 672,175 reales 8 mreales hasta el mayo de 1835, en que se suspendió su continuación, no se viese por fin completado tan glorioso recuerdo para los defensores de la ant. César Augusta, en sus dos memorables asedios por los ejércitos del vencedor de Austerliz y Jena, tanto mas cuando puede asegurarse, que está ya hecho el mayor gasto de la obra, y hay grandes acopios de piedra, empezada á labrar para su conclusión.
Puerta del Ángel. Se halla al NE. de la cap. en la plaza de La Seo, dando frente al puente de piedra sobre el r. Ebro, y á las carreteras generales de Cataluña y Francia Por el mal aspecto que presentaba, puesto que solo se componía de una entrada mezquina , por su diformidad y por encontrarse ruinosa , se derribó hace pocos años; pero según se nos ha asegurado, están ya construidos mucha parte de los cimientos para la nueva puerta, cuyo pl3no hemos tenido ocasión de ver y examinar personalmente. Consta de 3 entradas, una en el centro para carruagesde arco de medio punto de 16 pies de luz y 32 de altura , y dos postigos colaterales de arcos adintelados de 10 pies de luz y 20 de elevación , estando coronadas con la imposta del arco del centro y con dos medallones de colgadas talladas sobre las pilastras generales que se levantan en un zócalo de 4 píes de altura , corre un cornisamento dórico coronado por un banquillo, en el cual y á peso de las puertas colaterales, descansan dos competentes grupos de escultura, representando ^s armas de Aragón entrelazadas con geroglíficos de agricultura , artes y comercio. Sobre dicho^banquillo y portada del centro se eleva un cuerpo ático con su medallón para una larga inscripción, coronando toda la obra un escueto de escultura con las armas de la cap. El todo de este edificio compone 66 pies de long., 13 de lat. ó espesor, y sobre 76 de altura.
Puerta Quemada. Se halla al SE. de la población y no contiene mérito alguno artístico. La etimología de su nombre proceed de que en aquel sitio se quemaban los cadáveres de los que eran decapitados en lo antiguo por el tribunal de la Inquisición. Fue destruida enteramente en la guerra de la Independencia, de manera que en la actualidad esta entrada se asemeja mucho á la puerta de una cochera.
Puerta del Sol. Sit. al NE. de la c consta de un solo arco de piedra sillería de bastante elevación; hallándose acribillado de infinidad de balas recibidas en la guerra de la Independencia , sin que tenga ningún otro mérito particular.
Puerta de la Tripería. Se encuentra al N.de la población; es de un solo arco sin mérito alguno, mas que su antigüedad.
Contiguo á esta puerta está el palacio de San Juan de los Pañetes ó sea el ant. llamado de la Azuda, sobre el cual se elevan algunos torreones; siendo tradicional que todavía se conserva el en que firmó la capitulación el rey moro con D. Alonso el Batallador, en 18 de diciembre de 4118.
Puerta del Portillo. Sit. al O. de la ciudad.- es de un solo arco de ladrillo, bastante elevado y de un mérito regular.
Fue construida después de la guerra de la Independencia, por haber sido totalmente destruida durante la misma , la que habia anteriormente. Frente á esta puerta ocurrió, según piadosa creencia, la aparición de la Virgen del Portillo en el año de 1119.
Puerta del Carmen. Se halla al SO. de la población, habiéndose denominado en lo antiguo de Baltax. Consta de un arco de piedra de bastante altura, con algunas molduras y adornos. También padeció mucho en la guerra de la Independencia, por lo cual está acribillada por un considerable número de balas.
Puerta de Sancho. Se encuentra al NO. de la c , y no tiene mérito alguno artístico. Ademas de las puertas de que hemos hecho mención , hay dos postigos, el uno llamado de Soucal, que comunica al Ébro por la calle de Predicadores, y el otro titulado del Ángel junto á la puerta de este nombre, que está cerrado hace ya algunos años. En lo ant. tuvo también otro junto á San Felipe, que salia al nuevo de César Augusto, y por último la puerta de Monserrate, situado al E. de la c , que se halla tapiada en el dia.
CASAS. Esta c , apesar de las transformaciones que ha sufrido, conserva aun la forma elíptica que á lo largo del Ebro le dieron los romanos. El aspecto esterior de las casas ha continuado en el mismo estado que tenían desde su primitiva fundación, debiendo esceptuarse sin embargo muchas de las casas derruidas por el plomo enemigo en la guerra de la Independencia, que después se han reedificado con mejor gusto y mayores comodidades. Comprueba esta verdad la hermosa calle del Coso, que es donde mayor número de edificios nuevos se advierte; la del paseo de Sta. Engracia; la de San Miguel y la de la Soledad ; distinguiéndose en la primera muy particularmente las casas de D. Gerónimo Martin, D. Agustín Quinto, D. Pascual Liñan, D. Vicente Ibañez, D. Antonio Ballesteros , D. José Marracó , D. Antonio Luzan, D. Juan Bruil, marqués de Navianos, conde de Fuentes y la titulada de Tarazona en la segunda las de D. Joaquín Mairal, Doña Margarita Franchini, D. Felipe Almée y la que llaman de Doña toribía, y en las de San Miguel y la Soledad todas generalmente, hallándose estas ademas adornadas de hermosas azoteas y bonitos jardines. La mayor parte de las casas que componen la población son de tres pisos, las hay también de cuatro y aun de mayor número, y por lo regular contienen habitaciones cómodas y espaciosos, siendo sus portadas y patios desahogados y anchurosos. Seria muy conveniente por último que la Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de acuerdo con la municipalidad establecieran un plan uniforme y severo, á fin de que en lo sucesivo no se advirtiese la desigualdad que presenta en el dia el esterior de las fachadas en las nuevas casas que en adelante se vayan edificando, siendo también una de las mejoras que debieran adoptarse, la de no permitir bajo concepto alguno se coloquen en los rafes de los tejados las canales de metal en la forma que se verifica en la actualidad sustituyendo esta parte con conductos interiores, como se hace en Madrid y otras poblaciones aventajadas en cultura y civilización.
CALLES. El número de calles de que consta es de 213, las cuales forman una cruz perfecta dividida á manera de diámetros por dos largas carreras que atraviesan toda la o.i la primera empieza en la puerta de San Ildefonso situado en la parte del N., desde donde sigue por la calle de la Tripería al Mercado y Albardería, y continuando por el Coso y Piedras del mismo, termina en la puerta del Sol que mira al NE. la segunda parte de la puerta de Sancho al NO., y se dirige por la calle de Predicadores al antiguo arco de Toledo ; desde aquí sigue por las de la Platería, Sta. Cruz y Mayor, concluyendo en el arco de Valencia que da frente al E. Aunque la mayor parte de dichas calles son angostas y tortuosas, revelando con ello su antigua época, existen sin embargo algunas bastante r egulares como son las del Coso, Mercado, Mayor, San Gil, Cuchillería, San Pablo, San Blas, Armas y Predicadores; siendo de notar que todavía conservan sus propios nombres , las calles que componían los ant. barr. ocupados por los moros en las de la Meca, Azoque, Alfóndiga y Morería Cerrada ; y el de los judíos que principiaba en la parr. de San Salvador y se dirigía ala de San Gil, calle y plaza de la Verónica, terminando en lo que son ahora graneros llamados de la Ciudad. Consérvanse asimismo algunas vias ó comunicaciones subterráneas, ejecutadas en tiempo de la persecución de los cristianos, y algunos han querido designar un gran número de calles de esta clase, asegurando que por el rey llamado Abenalfaje , á quien se atribuye la construcción de la mezquita mayor, hoy templo de La Seo, se hizo practicar un subterráneo que conducía desde el castillo de la Aljaferia hasta la referida mezquita, y atravesaba á lo largo la mayor parte de la población, dirigiéndose por la calle de la Cuchillería, donde todavía se distinguen alguuos vestigios. Lo cierto es , que desde la capilla de Ntra. Sra. de las Nieves en la citada iglesia
de la Seo corre una bóveda subterránea por debajo de la puerta de la Pubostriaen dirección de la plaza de Sta. Marta; tres mas que paran en el cementerio de los Mártires, y otras tantas que deben terminar en la capilla de Ntra. Sra.
del Pilar; siendo con especialidad muy notable el subterráneo que se encuentia en la casa núm. 91 del Coso , propia de la familia de Asencio, el cual en la estension de 13 pasos regulares de long. con 10 de lat., se cuentan 10 columnas que forman como un templete rectangular las seis son redondas y las cuatro cuadradas, viniendo á ser su altura desde el suelo de unos 9 palmos y medio ; sus capiteles son muy toscos y sin adorno alguno, y á no ser porque en la parte superior terminan en cuadro, podrían considerarse como unos conos truncados; atribuyéndose por último toda la obra, según el remate de dichas columnas, al tiempo de la dominación agarena.
PLAZAS. Cuéntanse en Zaragoza 38 plazas, entre las cuales es la principal la de! Mercado, llamada en lo ant. Plaza del Lino •. su forma es cuadrilonga , y si bien los edificios de que se compone denotan una antigüedad tan estraordinaria que parecen amenazar una próxima ruina , tiene no obstante comenzado un porche nuevo con arcos de medio punto de piedra sillar, bajo cuyo modelo ha de continuar todo el resto; y aquí no podemos menos de invitar al ayuntamiento para que por todos los medios que estén á su alcance , ponga fin cuanto antes á tan grandioso y útil proyecto. Esta plaza es la que mas surtida se halla de mercaderías de todas clases, de caza, frutas y hortalizas, en tales términos que puede cons iderarse como una de las mas abundantes que se conocen.
También merecen particular mención la plaza del Pilar, de figura cuadrilonga y la mas estensa de la c . , estando destinada principalmente para la venta de pescados salados y corderos; la de Sta. Marta en que también se venden frutas y hortalizas; las de la Magdalena y San Felipe dedicadas á la venta de carbón ; la de Sto. Domingo á la de cabal/erias, y la de San Fernando ó sea la de la^Constitucion, que es el punto de recreo mas concurrido de la cap.
Al hablar de esta plaza debemos aconsejar igualmente al ayuntamiento, coloque la lápida que simboliza las libertades españolas en otro punto, ó cuando menos de una manera mas conforme y decorosa, porque no parece muy digno de la ciudad de César Augusto y de tantos héroes aragoneses, se mire con tanta indiferencia el emblema de su libertad. La limpieza de las calles y plazas está á cargo del presidio peninsular mediante contrata, y para cuyo objeto tiene el ayuntamiento
consignados en su presupuesto de 1850 la cantidad de 12,000 reales Corresponde ahora presentar un dato curioso , una relación por orden alfabético de todas las calles y plaza» con espresion del número de edificios tanto productivos como improductivos. (Continua en el original)
YEPES
v. con ayuntamiento en la provincia y dióc de Toledo (6 leguas), partido judicial de Ocaña (2), audiencia terr. de Madrid (9), c g. de Castilla la Nueva, SIT. en la parte O. de la llanura llamada mesa de Ocaña; es de CLIMA templado; reinan los vientos E. y S., y se padecen histéricos, reumas y perlesías.
Tiene 585 CASAS y 247 cuevas de habitación casa de ayuntamiento; cárcel; escuela dotada con 2,200 reales de los fondos públicos, á la que asisten I 19 niños; otra de niñas con 1,460 r s . , en la que se educan 136; iglesia parr. (San Benito) con curato de término, de provisión ordinaria; el edificio es magnífico, quizá el mejor de su clase en la provincia, por su estructura, localidad y distribución interior, y por las escelentes pinturas que encierra; un monast. de monjas carmelitas descalzas y otro de bernardas, ocupados por las religiosas; otros 2 coñv. de frailes dominicos v franciscos, suprimidos; una iglesia del hospital de San Nicolás , del que es patrono el ayuntamiento; otra del hospital de la Concepción, del que lo es D. Luis Chaves, y en los afueras la ermita de San Sebastian que sirve de cementerio.
Se surte de aguas potables en 3 fuentes á las inmediaciones, abundantes y de buena calidad. Confina el término por N. con el d e Ciruelos ó Villarreal; E. Cabanas de Yepes y Ocaña; S. Huerta de Valdecarabanos, y O. Villasequilla, estendiéndose una leg. próximamente, y comprende gran plantío de viñas y olivares, los desp. de Cinco-yugos, Pela y Cabeza y San Nicolás de Yepes , y buenas tierras de labor. El TERRENO es de escelente calidad en lo llano, estéril en las pequeñas cordillera que llaman los quemados, y todo sin riego. Los CAMINOS vecinales, cruzando de O. á E. el de Ocaña á Cuenca. El CORREO se recibe en la cabecera del partido
Por balijero tres veces á la semana, PROD. vino blanco muy famoso, aceite, trigo, centeno y cebada; se mantiene ganado lanar y mular de labor, y se cria caza menuda, IND. y COMERCIO arriería y tráfico de sus famosos vinos, POBL. 822 v e c , 2,870 almas CAP. PROD. 2.701,530 reales IMF. 81,533.
CONTR. según el cálculo oficial de la provincia, 74 48 por 100.
PRESUPUESTO MUNICIPAL 24,173, del que se pagan 4,000 al secretario, y se cubre con los ingresos de propios.
Redúcese á esta población la ant. Hippo de los carpetanos e n que se dio la céleDrc batalla que refiere Livio haber ganado los celtíberos á los pretores romanos C. Calpurnio y L. Quintio , á quienes hicieron 5,000 muertos; mas para perder otra poco después, salvándose solo como unos 5,000 de ellos.
Vénsc aun en esta v. restos de su antigüedad romana.
Es patria de Fr. Diego de Yepes, gerónimo, prior del Escorial, confesor de Felipe II; murió en 1613 á los 84 años de edad, dejando varias obras apreciables. El benito Fr. Antonio de Yepes, célebre cronista, fue contemporáneo del anterior.
VITORIA
ciudad con ayuntamiento (*), cap. de la provincia (**), intendencia y com. g. de Álava, del partido jua. y vicaria de su nombre, y déla o. g. de las Provincias Vascongadas (***), audiencia terr. de Burgos (45 leg.), diócesis de Calahorra (17) y su arciprestazgo de Armentia, admistracion principal de correos y loterías y residencia de las diputaciones foral y provincial.
SITUACIÓN. Se halla Vitoria á los 42°20’41» de latitud, 4O 0’55» al E. del meridiano de Madrid, 1790 pies elevada sobre el nivel del mar, y es la reina de la provincia por su pintoresca situación; pues colocada sobre un pequeño cerro, domina toda la llanada de Álava, y los muchísimos L. que se ven á sus alrededores, todos con sus montecillos y bonitas torres, le dan un aspecto risueño y agradable. No es menor el que contribuyen á darla sus magníficas carreteras , que arrancando de Tas puertas de Castilla, Barreras, el Rey, Urbina y Arriaga, se estienden por la provincia dividiéndose en diferentes ramales, que parecen otros tantos grandes brazos, con los cuales no solo abarca Vitoria todos los pueblos alaveses, si no también algunos otros de las provincias limítrofes.
CUMA. ES frió, húmedo y nebuloso, aunque no tanto como en otros pueblos de Álava el invierno dura de 7 á 8 meses, en los cuales llueve muchísimo, y algunas veces caen grandes nevadas; la primavera puede decirse que no existe, porque suele hacer generalmente un tiempo lluvioso y frió en esta estación; el verano es templado y benigno , y por grande calor que haga, son siempre frescas las noches y las mañanas; el otoño suele ser templado, seco y delicioso.
Los vientos reinantes son el N., SE. y rara vez el NO. y NE.; y las enfermedades mas comunes las catarrales , pulmonales , agudas y crónicas, afecciones reumáticas y las gástricas. Aparte de esto y no obstante su clima húmedo y desigual, es Vitoria población muy sana, viviendo las gentes hasta una edad avanzada.
INTERIOR DE LA POBLACIÓN. La ciudad de Vitoria marca á los ojos del viajero , y al solo golpe de vista , clara y distintamente, las 3 diferentes épocas de su construcción. La antiquísima Vitoria se encuentra en la parte mas elevada, en lo 3ue ahora se llama Campillo ó Villa-suso, y está rodeada e murallas, baluartes y torreones, aunque derruidos en su mayor parte ; es hoy la vecindad menos poblada, y solo encierra unas cuantas casas con grandes huertas y plazuelas; atribuyéndose su despoblación á un grande incendio ocurrido en 1202 (****) La Vitoria antigua se compone de las 6 calles que se formaron al rededor de Villasuso y como á sus pies.
Tratando D. Alfonso VIII de Castilla de engrandecerla población
hizo construir las calles de la Correría, Zapatería y Herrería, cercándolas con murallas que las unían con Villasuso, al propio tiempo que daban al campo por medio de 3 puertas, que aun se conservan, asi como los 4 portales (San Roque, San Pedro, Oscuro y Aldave) , que abrian comunicación á los 4 cantones que cruzaban las referidas calles de arriba á abajo D. Alonso el Sabio dio aun mas ensanche á la población hacia el año 1256, edificando al E. de las tres citadas calles, otras tres nuevas , bajo el mismo sistema que aquellas en su dirección, portales y murallas, y consiguió r e gularizar y rodear completamente con dobles fortificaciones esta antigua plaza de armas; llamáronse estas calles Cuchillería, Pinturería y Judería (Calle-Nueva, después de ia espulsion de los judíos que la habitaban), que corren de S. á N. y las atraviesan 4 cantones como á las otras, concluyendo en 3 portales al campo, que son el de Urbina, San Ildefonso y Hospicio. Posteriormente se construyeron la calle Chiquita , la de Dentro , Sto. Domingo y demás que hay desde la antigua muralla que descendía de las carnicerías, quedando con esto rodeada la población La Vitoria novísima ó moderna comprende las calles y plazas que se han edificado últimamente, fuera de las que dejamos descritas. A la parte del E. se halla la Calle Nueva de Afuera y el hospital civil de Santiago , con las casas levantadas en la salida para Navarra ó del Rey; al O. las ant. cercas con el palacio de la Diputación y calle de la Constitución, y al S. los arquillos , plazas de Castilla, Nueva y de Rilbao, calles del Prado, San Antonio, Postas y ant. barrio del Arca. De todo lo moderno y auu de toda Vitoria, es en la actualidad lo principal y de mayor importancia lo edificado al S., E. y O. entre los portales del Rey y de Aldave.
El numero de casas que tiene Vitoria asciendo á 4 221, según la estadística de 1843 , las de las dos partes antiguas son en general de mala construcción, y contrastan notablemente con las levantadas de nueva planta en algunos solares y con las que han sido reedificadas en tiempos modernos.
La parte que lleva esta denominación, cuenta muy buenos edificios, los cuales reúnen la solidez á la buena vista y elegancia, esceptuando los que se hacen ahora de ladrillo, que aunque bonitos, son en estremo endebles y no podrán resistir por muchos años al rigor del tiempo. Todas las casas tienen balcones mas ó menos» lujosos, siendo muy contadas en las que solo hay ventanas; muchas de ellas tienen huertas y jardines, y son abundantes los pozos que existen en los patios interiores y huertos. Las calles son bastante anchas, aun las antiguas, si se comparan con las de otros pueblos de su época; pero las nuevas, anchas y muy capaces, las hacen parecer algo mezquinas unas y otras van empedrándose con grande perfección y esmero estos últimos años, y las aceras que se colocan en ellas, son cómodas y espaciosas; por la noche están iluminadas , y los faroles de reverbero que existen, son escelentes y dan bastante luz.
La plaza Nueva y Jos Arquillos son las dos joyas de la moderna Vitoria ambas obras fueron dirigidas por el arquitecto D. Justo Antonio de Olaquibel, hijo de esta ciudad La Primera es un lindísimo cuadro de sillería de 220 pies, cuya línea dividen 19 arcos sostenidos en postes con pilastras arrimadas de orden dórico, á escepciou de los 3 arcos de los 3 centros que tienen columnas anichadas, y los 5 del centro Í)rincipal, que las tienen aisladas y de una pieza. En el piso laño de la plaza se hallan los famosos arcos de Vitoria, donde se pasean las hermosas y amables vitorianas. La altura de los edificios y casas de la misma , es de 50 pies todos son iguales , con dos pisos, entresuelo y balcones de hierro, descollando entre todos la casa municipal. La plaza se comenzó en 1781 y fue concluida en 1791 su coste aproximado puede calcularse en 4 1/2 millones de r s . ; pero aun debía recibir grandes mejoras en su pavimento esterior, y Olaquibel tuvo la suerte de que un paisano y comprofesor fuera el encargado de este trabajo. En el año 1824 se hizo el nuevo pavimento bajo la dirección de D. Benigno de Moraza; realzando sobre manera y dando un aspecto de novedad agradable ala plaza nueva las verjas, jarrones , asientos y garitos, que entonces se colocaron. Las casas de los Arquillos son de construcción atrevida, elegante y esmerada, y se edificaron en 1794 , bajo la dirección del referido Olaquibel.
Tiene esta ciudad buenas y saludables aguas , aunque no muy abundantes en verano, y se hallan repartidas para surtir al vecindario, en 8 fuentes; á saber la de la plaza de Castilla, la de Cristina, los Patos, Hospicio, las Animas, Aldave, Herrería y Molinaches. Hay ademas pozos en muchísimas casas; un gran depósito en las Animas y 3 lavaderos públicos, uno de ellos cubierto y con todas las comodidades apetecibles los lavaderos privados son innumerables.
E s T A B L E C i M i e T O S ECLESIÁSTICOS. La colegiata de Santa María, situado en el Campillo, es una de las parr. mas ant. de Vitoria, pues existia ya en 118L. Su fáb. es de orden gótico en su mayor parte , y tiene un pórtico espacioso sobre el V I T cual se eleva la torre, obra mas moderna, pero de un mérito artístico innegable. El interior de la iglesia con sus 3 magníficas naves, sus galerías y arcos góticos, es sumamente esbelto y agradable. ¡Lástima que los arcos de miedo que cruzan por debajo de su elevada bóveda, le hagan perder parte de su gallardía! Hay diferentes citares , capillas y sepulcros, cuya descripción minuciosa omitimos; bastando á nuestro objeto el manifestar, que el altar mayor del coro bajo de los canónigos está dedicado á la Asunción de Ntra.
Sra.; que la capilla mas notable es la de Santiago , y que los sepulcros dignos de mencionarse son los de D. Francisco de Galarreta, licenciado Pedro López de Alday, D. Francisco Antonio Echavarri y Ugarte , y Martin Saez de Salinas.
La sacristía es visitada por los forasteros, no porque deba verse por sí, sino porque encierra un magnifico cuadro de la Piedad, historiado con varias figuras de tamaño natural, el cual atribuyen algunos á Wan-dik, y otros á Murillo. En esta iglesia celebra el ayuntamiento, sus funciones á escepciou de las de Ramos, sermones de cuaresma y procesiones de Jueves y Viernes Santo á ella se trasladó la colegial de Armentia el día 14 de febrero de 1498 en virtud de bula del papa Alejandro VI, dada en Roma el 21 de setiembre de 1496. Pegante á la misma y en su parte del N. construyó un cast. el rey D. Sancho el Sabio de Navarra , cuando pobló á Vitoria ; de cuya fort. apenas queda algún pequeño vestigio.
La parr. de San Miyuel, enclavada en la parte esterior de los muros de la antigua Villa-suso, existía también antes del año 1181, y de ella se hace especial mención en el fuero de población, dado á esta ciudad por D. Sancho el Sabio de Navarra.
La iglesia es de 3 naves y contiene varias capillas, altares y sepulcros, siendo de grande mérito el altar mayor, obra de los famosos Juan Velazquez y Gregorio Hernández, que lo contrataron el año 1624 y lo colocaron en 1632 Diego Valentín Diaz y Diego de la Peña, naturales de Valladoh’d , pintaron y estofaron la imagen déla Concepción, el San Miguel y los ángeles; Diego Pérez Clsneros y Sebastian de Amezli, veciudad de Vitoria, doraron y pintaron el retablo ó hicieron su pedestal de mármol negro ; habiendo subido el coste total de dicho retablo á 82,190 reales 22 mis. En esta iglesia hay una capilla interior que acaba de habilitarse, y se venera ademas la Virgen Blanca ó de las Nieves , patrona de los vitorianos, en otra imagen de piedra colocada en el pórtico. Por último, á espaldas del altar mayor se conserva el famoso machete vitoriano, ante el cual juraba según fuero el síndico procurador general desempeñar bien su encargo, bajo la pena de que le cortarían la cabeza en caso contrarío; y como el pueblo le otorgaba sus poderes, tenía derecho á protestarle cualquier veciudad de la ciudad La parr. de San Vicente está dentro de Villa-suso y ocupa el mismo sitio que uno de los cast. construidos «por el citado Sancho el Sabio; creyéndose con fundamento que después que en 1200 se incorporó Vitoria á la corona de Castilla , fue convertida en templo aquella fortaleza. Durante la última guerra civil, sirvió de almacén militar , y posteriormente se ha colocado el telégrafo sobre la torre de la parr., en la cual está reducido el culto á la celebración de una misa en los dias festivos como en una capilla ú oratorio.
La iglesia es de buena arquitectura, con 3 naves, varios altares y capillas , siendo la mas notable de estas la de la Vera- Cruz ó de los Pasos. Llaman la atención en esta iglesia dos grandes conchas de Manila , que regaló el marqués de Montehermoso y sirven de pilas de agua bendita; pesan seis arrobas cada una y son iguales á las que hay en la parr. do San Eustaquio de París, regaladas por uno de sus reyes al pie de las citadas pilas se hallan 2 sepulturas de piedra negra, una de las cuales servia para los ajusticiados y la otra para los verdugos.
La parr. de San Pedro, construida en la ant. muralla de la calle de la Horreria , es sin duda mas moderna que las anteriores, y debió edificarse poco después de las 3 calles del O. Consta su iglesia de tres naves, y se parece algún tanto á la de la colegiata hay en ella diferentes altares, capillas y sepulcros; siendo lo mas notable una estatua de bronce, trabajada en Milán , que representa al Illmo. Sr. D. Diego de Álava , ob. que fue de Córdoba , y una mesa de mármol negro de Anda (Cuartango) de 13 pies y 9 pulgadas de largo, con 5 y 4 de ancho.
La parr. de San Ildefonso fue fundada por D. Alonso el Sabio de Castilla, al E. de la ciudad en la calle Nueva ó ant.
Judería; y derribada para la fortificación durante la última guerra civil, se ha convertido su solar en un patio para el Hospicio.
EÍ número de clérigos destinados al servicio de las parr.
debió ser muy escesivo, cuando tuvo que reducirlos á 50 el ob. de Calahorra por disposición del rey D. Alonso el Sabio; posteriormente se rebajó aun á 22 el número del único cabildo de beneficiados para las 4 parr., en el orden siguiente San Pedro 7, San Miguel 6 , San Vicente y San Ildefonso á 4, debiendo el último délos 22 pasará servir la parr. aneja de Gardelegui. En Sta. Maria había ademas 7 beneficiados, al trasladarse á esta parr. los canónigos de la colegiata de Armentia , y se pactó elevarlos á esta dignidad , con lo cual llegó el número á 22; pero en la actualidad solo hay 7 , estando vacantes las demás canongias. Las parr. de San Miguel y San Pedro se hallan en el dia servidas por 11 heneficiados de media ración.
EX-CONVENTOS ns FRAILES. El magnífico conv. de San Francisco , situado al S. de la c , se cree que debe su origen á la capilla que á su tránsito por Vitoria en 121 i-, dedicó aquel patriarca á Sta. Maria Magdalena, y la cual fue incluida en el actual conv. fundado por la infanta Doña Berenguela, que murió el año 1296. Su fáb. es de grandes dimensiones y construida á todo lujo. En otros tiempos celebrábanse en este conv. las sesiones del ayuut. de Vitoria, y las juntas generales de Álava. Desde la espulsíon de los traites sirve de cuartel, hospital y almacenes militares.
El de Sto. Domingo, al N., fue fundado según la opinión mas común por el mismo santo de su nombre en el ant. palacio de los reyes de Navarra, el año 1225, en virtud de cesión que Sancho el Fuerte le hizo del referido palacio ó casa fuerte que tenia en esta c , aunque ya no dominaba en ella como monarca. Todavía se conservan algunos vestigios de aquel ant. edificio. El que después se levantó es magnifico; la iglesia de una sola nave, con crucero de escelente arquitectura.
Durante la última guerra civil fue destinado á cuartel, y aun sigue con el mismo uso.
El de la Concepción, conocido por el de San Antonio, ocupa el centro de la nueva población, levantada á sus alrededores fue construido el año 1608 por Doña Ana Maria de Guevara, viuda de D. Carlos de Álava. La fachada de la iglesia con sus dos magníficas estatuas de piedra representando á San Antonio y San Francisco , y trabajadas por el célebre Gregorio Hernández, así como el altar mayor y los dos retablos colaterales, es uno de los mejores monumentos artísticos que posee Vitoria. En el dia pertenece á la condesa de Montehermoso, que lo ha destinado á almacenes.
CONVENTOS DE MONJAS. El de Sta. Clara se halla casi enfrente del de San Antonio, y fue edificado á espeosas de un legado de la infanta Doña Berenguela el año 1296, estendiendo el ant. beaterío de San Damián, que existía en el lugar donde segur, tradición, dando este santo con la mano en una piedra dijo aqui se edificará un monasterio de religiosas de mi orden; cuya piedra la conservan las monjas, y parece tiene gravada uña mano. Es propiedad del ayuntamiento
ele esta ciudad por haberlo comprado de bienes nacionales está destinado á cuarteles y almacenes, y las religiosas habitan en una casa particular desde la última guerra.
El de la Magdalena, conocido vulgarmente por Sta. Brígida, se halla á espaldas del anterior, y tan inmediato que solo le separa de él la carretera de Castilla. Ignórase la época precisa de la fundación de este conv., que vemos mencionarse ya en documentos del año 129L. En su orí-íen fue destinada esta casa, nombrada de la Magdalena ó San Lázaro, á establecimiento de beneficencia, en el cual se recogían los pobres y enfermos de esta ciudad En 1582, después de hacerse varias obras, se colocó la comunidad de carmelitas descalzas; mas habiendo estas abandonado el conv.
en 1651, lo ocuparon en 1653 otras de Sta. Brígida, que son las que aun permanecen. Es lindísima la fachada de la iglesia, construida eu 1784 bajo la dirección de D. Justo Olaquibel, que tantos recuerdos de su talento ha dejado en Vitoria.
Ésta ciudad es dueña y patrona del conv., por lo que no ha sido comprendido entre los bienes nacionales.
El de Sta. Cruz, situado en la puerta de Urbina ó de Francia, debe su origen á dos beatas que vivian el año 1510 en una pobre casa que habia en aquel punto; mas habiendo aumentado el número de aquellas y no habiendo podido conseguir el licenciado D. Fortuno Ibañez de Aguirre, que su esposa consintiera en fundar un conv. en el palacio que hoy posee en el Campillo la condesa de Montehermoso, edificó la iglesia y conv. de Sta. Cruz en 1530, el cual ocup¡¡n todavía las monjas.
PALACIO DE LA DIPUTACIÓN. Este edificio es sin disputa el mas suntuoso de todos los modernos que tiene la ciudad.
Abriéronse los cimientos de e>ta fáb. el año 1833 (siendo diputado general D. Iñigo Ortiz de Velasco , marques de la Alameda), conforme al plano trazado por el arquitecto vitoriano D. Martin de Saracibar. La guerra civil hizo suspender los trabajos, pero continuados después de hecha la paz, se concluyó la obra en el año 1844 , en que fue elegido diputado general D. Francisco Urquijo de Irabien. El edificio es de buen gusto arquitectónico, y ademas de la magnífica sala de sesiones con capilla, oficinas, archivo, almacenes de tabaco y viviendas para porteros y otros empleados; tiene una buena habitación destinada para el diputado general le dan mucho realce una plazuela que hay delante, los jardines que tiene á las espaldas, cercado todo con onitas verjas de fierro. Su coste ascendió á 960,000 reales
En esta casa se han recogido como unos 15 lienzos de los mejores que pudieron salvarse á la estincion de los conv.; entre ios cuales merecen particular mención 4 magníficos cuadros del Españoleto, que son un San Pedro, un San Pablo, un Sto. Cristo y una cabeza.
La casa consistorial está en el centro del frente de Mediodía de la plaza Nueva; tiene magnífica escalera doble y puerta gigantesca á la calle de San Francisco, que sirve de entrada y tránsito por aquella parte; el balcón de piedra, muy bonito , y la fachada almohadillada , están coronados por 2 escudos de armas de la ciudad, que campean sobre el tejado.
El interior se halla muy bien distribuido para el objeto á que se destina ; pues hay grandes salas con cocinillas, buenas oficinas, archivos y habitaciones para la familia de un alguacil ó conserge que la cuida.
Las casas llamadas de Echevarría se levantaron el año 4840, según el plano de D. Silvestre Pérez; son en estremo sólidas y elevadas, pues tienen hasta 4 pisos; pero merecen aun la preferencia las que se han construido en la plaza de Bilbao y calles de Postas y San Antonio.
La academia de dibujo, la casa de la sociedad Vascongada , el hospicio y el hospital son edificios importantes, y de los cuales nos ocuparemos al tratar de los establecimientos de instrucción pública y beneficencia.
Son notables por los recuerdos históricos las casas números 22 de la calle de la Cuchillería, la del núm. 72 de la Pintoreria y la del 3o de la Zapatería; porque en la primera se hospedó el célebre cardenal de Utrech el año 1522 y recibió en ella la noticia y pliegos de su exaltación al pontificado, en el que fue conocido bajo el nombre de Adriano VI en la segunda habitó D. Alonso el Sabio cuando se aumentó esta ciudad, y en la tercera estuvo alojado Erancisco I y preso el famoso capitán de los comuneros alaveses Gonzalo de Baraona, desde la derrota en el puente de Durana hasta que lo sacaron por justicia para degollarlo en la plaza , pocos dias antes de la aciaga batalla de Villalar en 152L.
El teatro es uno de los mas lindos edificios que embellecen esta ciudad Levantó su plano D. Silvestre Pérez, y fue construido en 1821, habiéndose pintado entonces primorosamente por el famoso Mazonesqui. La elegancia y sencillez que denota en su fachada asi como en su interior, son dignas de examinarse por los inteligentes lástima que no se hubiera colocado un poco mas abajo, donde están las casas de ligarte y dando su frente por S. á la plaza de Bilbao. Su coste fuede 386,750 reales vn. sin contar los materiales del ant. edificio, que valdría de 6 á 8,000 dures. Hace poco tiempo se han gastado 8 ó 10,000 duros en arreglar su maquinaria , en decoraciones nuevas y pintarlo por la parte interior, donde para su servicio hay un café.
Tiene ademas Vitoria un liceo artístico y literario, una sociedad llamada de Minerva y otras asociaciones dramáticas.
También hay 3 casinos titulados Gabinete de lectura, Sociedad, Vitoriana y Circulo de Recreo
(Continua en el original)
VISO
L. en la provincia de Pontevedra, ayuntamiento de Setados y feligresia deSta. Eulalia de Batallanes.
Alava. Historia civil
HISTORIA CIVIL. LOS escritores mas ant. De quienes aparece conocida esta provincia Con el nombre Álava, son el ob. D. Sebastian , y el Albeldense ; en las escrituras y privilegios desde el siglo X en adelante es muy frecuente. Muchos por verlo introducido después de la irrupción de los árabes , buscándolo en su idioma, lo han querido derivar de Arab; Covarrubias de Arabia; pero estas etimologías carecen de todo fundamento , como resultará al tratar de esta invasión. Garibay opina, derivarse de Uraba, nombre propio de una de sus montañas; mas se ve muy clara la diferencia entre ambos nombres , y sin esto, no es probable que el monte Uraba lo diera á toda la provincia: Oihenart, Florez , Bisco , Cortés etciudad . Lo atribuyen á la ciudad Alba , que Plinio menciona, diciendo, que los várdulos acudían á pedir justicia al conv.
Pueblos, de los cuales « no hay mas que los albanenses, que plazca nombrar; pero entonces mas bien llevaría este nombre la provincia De Guipúzcoa, en la que los várdulos ocupaban mucha mayor estension; y aunque también resulta laciudad Alba en Tolomeo y en el Itinerario de Antonino, tal vez este nombre latino sea debido únicamente á la costumbre de Plinio en traducir á su idioma los nombres que mencionaba ; sin embargo que Pedro de Marca, en su historia del Bearnes, dijo, que Alba habia sido ciudad ep.
En tiempos de los godos: cuando menos es evidente, que antes de conocerse por el nombre Álava este terr., el de Alba habia desaparecido de él (V.) Sin duda el nombre Álava es una ligera adulteración de Arava ; no del árabe indicado , como han creído algunos ; sino legítimo del vascuence , nombre puramente geográfico, como lo afirma Uzaeta y Gallaiztegui, aunque, con lo que se ha es tendido su aplicación , aparezca hoy en él alguna impropiedad; nombre peculiar del pais ; quizá recuerdo de su última época de verdadera Independencia. D. Bernardo Ibañez, y otros escritores, viendo en los montes, rios y pueblos de esta (omarca, nombres muy semejantes álos déla región, donde quedó en seco el arca deNoé, como el de la montaña Gorbcga, de Gordiego, en Armenia (Flav. Joseph. De ant. Jud.), Armentia, antes Armetegui ó Armetegi, que se interpreta pueblo de armenios, etciudad, han atribuido su población á los Tubalistas ó T/iobeitos , de Thobel nombre hebreo sinónimo del egipcio Fhana, del griego Pan, y del latino totum, todo, cuando este nieto de Noe, de su orden , pobló la Iberia, después del Diluvio. Nosotros no citaremos la escritura, que manda creer este cataclismo universal, ni nos empeñaremos en persuadirlo y demostrarlo , como el sabio Bailly, porque no es de la naturaleza de nuestra obra, y considerado geológicamente nuestro pais, nadie puede negar su despoblación, en algún tiempo, al impulso de las aguas , sea de diluvio universal, al que , ademas de la escritura , lo atribuye la tradición de todos los pueblos, ó de parciales. La nomenclatura primitiva fué sin duda puramente topográfica; después la mas natural e s , ó por traslación, tal vez siguiendo cierta semejanza, en el dulce recuerdo de los pobladores hacia el país que de jaron, ó en memoria délos caudillos ó gefes colonizadores.
Qué en Atara es común una nomenclatura de raiz conocidamente hebrea, no tiene duda, y la congetura que de su gran semejanza con la de Armenia resulta, para conocer la región de los orientales, que en algún dia la poblaron, no parece lan dcsestimablc , como ha sido en la severa crítica de algunos.
En este pais, privilegiado por su posición, en las grandes vicisitudes que han afligido á la Península Ibérica, se han conservado mas puros los restos de aquellas antiquisimas edades , no habiendo sufrido el yugo de tantos estrangeros , como otras regiones, los cuales los adulteraron ó convirtieron en sus idiomas. Eslos primeros pobladores , ocupados en descuajar sus tierras, y conducir sus ganados, como los que Oenotro halló en la Saturnia ó Italia, al conducir la primera colonia griega, á quienes, dice Dionisio llalicarnaseo, enseñó á edificar pequeñas ciudad en los collados, ni tuvieron histpria, ni hechos que transmitir á ella. Otros nombres de distinta raiz , que aparecen entre los orientales , indican el primer grande acontecimiento, después de su población: la época en que los hijos del norte unieron sus costumbres guerreras á las pacificas de los Aborigénes de la oriental alcurnia , aunque Bailly ponga en el N. el ibón del género humano , contra el fundado parecer de Pinkerton, las antiquísimas tradiciones de Platón , en el Timeo y el Erythias, y la sagrada historia de Moisés. Los celtas invadieron su pais , y del idioma grecó-scitico, (pie á él trajeron, se llamó parte de Várdulos (V.) Parte de Carietes (V.’j. Ellos les comunicaron también sus dioses ; les acostumbraron á la leche de las yeguas; les enseñaron el uso de las armas, dando motivo á que también se comprendiesen en la espresion de Justino, cuando dijo, que amaban mas la guerra, que el descanso el si extraneus deest, domi hostem queeruni (1), como de ellos mismos dijo Josefo, que eran guerreros hasta el delirio.
Este carácter marcial les hizo buscar las banderas de Cartago, y bajo ellas dar ya á conocer al mundo entero su valor, su constancia, y talentos militares. Cuando el grande Aníbal pasó los Alpes, el cántabro llevaba la vanguardia de su ejercito, insensible al frió ,_á la sed, y a ia hambre, como refiere Silio Itálico; y entonando el himno de Hércules, que Tácito recuerda de los germanos , al entrar en los combales. Bajo el nombre cántabros se comprendían también entonces los várdulos y cañetes, y se comprendieron aun por mucho tiempo. A ellos debió en gran parte el cartaginés la gloriosa jornada sobre el cónsul Flaminio, y también precedían su ejército en la batalla de Caimas. Algunos, fundándose en un pasage oscuro del epítome de Livio (lib. 48), han ere i d o , . Que el procónsul Lucio Licinio Lóculo quitó su libertad á este pais, el año 150 antes de J. C.; pero este codicioso fué enfrenado en sus crueles deseos por el valor cántabro unido al pallautino, bajo las murallas de esta heroica c . , y repelido no solo á la otra parte del Duero, sino hasta la Turdetania (v. Pallantia vacceorum): los caristos y várdulos conservaron mucho mas su independencia. Ellos tuvieron aun gran parte en las gloriosas empresas del malogrado Sertorio , y en otros muchos laureles conseguidos sobre los conquistadores del inundo, que, por ser comunes á toda la cantabria, se presentarán en su art.
El Sr. Marina, en el Diccionario geográfico-histórico de- Navarra, Señorío de Vizcaya y provincia De Álava y Guipúzcoa por la Academia de la Historia atribuye como un hecho inconcuso, su conquista á Pompeyo; pero se apoya solo en el auxilio, que refiere César, en la historia de la guerra civil, prestaron á A franco , legado de Pompeyo; en Ta España interior, y en el pasage de Floro, que dice: «Nocontentos (los cántabros) con defender su libertad, engreídos de que los romanos no se hubiesen atrevido á invadirlos, tomaron las armas contra estos; instaron á las naciones confinantes á la rebelión; intentaron enseñorearse de sus v e c , y trabajaban con repelidas invasiones y correrías á los vacceos, curgonios (debe corregirse turmodigos) y autrigones, solo porque eran aliados de los romanos. Casi en los mismos términos se espresó Paulo Orosio; mas nada de esto prueba que Pompeyo les conquistase, salvo el respetable juicio del seiior Marina; ni de aquí resulta mas que una alianza; aunque en la palabra vacceos se corrija várdulos, y se aumenten al testo los cañetes ó caristos, que ni Floro ni Orosio han di cho sufriesen las correrías de los cántabros (V. Car tetes y varduli.) Concluida la famosa guerra cantábrica, y cerrado el templo de Jano por Augusto, quedaron fijos los lím. De las regiones, alterados continuamente autes por incesantes guerras, se levantaron cartas geográficas, y se prensentó exactamente descrita toda esta nación á la curiosidad del mundo, que por siglos la habia admirado en palpitante espectacion. El terr. De Álava en lo que hoy comprende las herm.de Zuya, Villareal, Aramayona , toda la llanada de Álava, las de Arana, Campezo, Marquines, Araya, Bernedo, tierras del Conde, y conde de Treviño, pertenecían á los cañetes (Ptolomeo los llamó caristos, esto es, agraciados*, dando al nombre pureza griega, V. Curíeles); lo de las herm. De Asparena, San Minan, Salvatierra, Ubarrundia, é Iduraiz era de los várdulos (V. Varduli). Recibió leyes del pueblo rey: siempre correspondió á la provincia Tarraconense; en lo judicial fué adscrito al convento de Chuna, como resulta de Plinio. Su población, según Ptolomeo, constaba de tres ciudad car istias; ó de los cañetes, llamadas Suestassium, Tullica, y Velia ó Beleia como se lee en un códice manuscrito, y cuatro de la Vardulia, Geballa, Gabalaca, Tulonium, y Alba, (V. Su correspondencia en los respectivos art.). Por espacio de mas de cuatro siglos mostró á los romanos su carácter de lealtad, y de nobleza: las muchas inscripciones que se han encontrado en todo este país, las estatuas , pavimentos mosaicos, barros saguntinos, y particularmente trozos bien conservados del camino , que desde Astorga dirigía á Burdeos por medio de esla provincia, descrito en el itinerario de Antonino, cuyas mansiones eran: Deobriga, Veleya ó Velia, Suissatio, Tullonium, Araceli (V.), lo convencen, contra la opinión de los que dijeron , que el universal dominio de los romanos no habia comprendido á Álava. A principios del siglo V conservábal e aun el nombre Várdulos, como consta de Idacio, quien, imitando á Mela, que repartió entre cántabros y várdulos el trecho de costa que sigue al E. de los asturianos, escribe oc los Erutos , gente del N . , canlabriaruin et varduliarum loca marítima crudelíssime deprcedate sunt. Varios escritores afirman, que en el siglo VI se habia introducido por el nombre várdulos el de vascones, porque estos, que eran sus v e c . , se habían apoderado de sus tierras; pero esta opinión quedó debidamente refutada por el M. Risco, en el (61. 32 de la España Sagrada, pág. 31G y 344 , probando , que no hay en los escritores ant. Memoria alguna de tal suceso. El nombre de los cántabros por su dignidad, adquirida en defensa de las libertades patrias, y en el sosten de los derechos de la naturaleza misma, en un sentido estensivo, como Florian de Ocampo dijo, que muchas regiones se apellidaron celtíberas, sin embargo de tener otros nombres mas ant. Y mas particulares, se aplicó al terr. De Álava del mismo modo <pie habia sucedido an les de la célebre campaña de Augusto , porque no eran aun los otros nombres conocidos de los escritores del Imperio: por igual razón recibieron después el de los vascones, de cuyas eminentes glorias, ganadas contra los últimos invasores del N . , también participaron los hab. De Álava, como se verá en el art. Vasconia. Es le pais estuvo también sujeto á los duques de Cantabria, dignidad que los godos establecieron en su tiempo. Destruida la monarquía goda por el poderoso Islam, es cuando la ant.
Libertad cañeta y várdula, que por mas de 7 siglos estuviera retirada en los sagrados y desiertos lucos del encumbrado Edulio, volvió á ocupar su asiento , al abrigo de las altas cordillera Que , como fuertes murallas, desprende el monte mismo en defensa déla deliciosa Arava. Los nombres de cañetes y várdulos habían desaparecido en las vicisitudes del pais; pero se conservaba en él este otro mas ant. Aun; todo espresivo de su geografía. El pais de los éuscaros (la relea vascongada) respiró sin señores: aunque sus usos y costumbres , idioma y fisonomía presentaban un solo pue blo, bien distinto de la restante España, como menos adulterado con el trato de advenedizos; cada una de sus población Fueuna república independiente, y , sin que el agareno osara penetrar en la feliz Arava, mientras que en las montanas de Asturias se encendía el espíritu guerrero y de reconquista, aqui no se pensaba mas que en defender la libertad conseguida , así contra la invasión del E . , como después contra las pretensiones ele los reyes ele Asturias. «Los sarracenos, elicc el arz. D. Rodrigo , hollada la’virtud y fortaleza de los godos, se apoderaron sin resistencia de toda España, á escepcion de algunas pocas reliquias , que se conservaron en las montañas de Asturias, Vizcaya, Álava etc » El autor anónimo de las genealogías de los reyes de Castilla afirma, que « D. Alfonso el Católico guerreó bien á moros… et conquirió luego de moros á Tuy et Portugal, et Braga… et poblólas ele cristianos: Caliza, Asturias, Álava… en tóelos tiempos fueron de cristianos, que nunca las perdieron.» Mariana creyó, que , perdida la batalla de Val ele Junquera por los reyes de León y de Navarra , Álava quedó por los moros; pero esla aserción carece de todo fundamento .- ademas ele las autoridades citadas, el Silense dijo, que I). Sancho el Mayor, habiendo estendido gloriosamente sus dominios ,*y arrojado á los mahometanos desde el Pirineo hasta Nájcra, dejó libre y desembarazado el camino de la peregrinación á Santiago, la cual antes se hacia por las estraviadas sendas ele Álava, por temor á los bárbaros: tóelo lo que prueba igualmente lo inexacto que estuvo el mismo Mariana al atribuir su conquista á D. Alonso el Católico. Las peemeñas repúblicas ó concejos del terr. Ele Álava, reunidas en el Campo de Arriaga, formaron un estaelo soberano é independiente. Se estableció la famosa Cofradía del campo de Arriaga, que con tanta autoridad se presentó luego. Componíase esta junta ele los infanzones hijosdalgos , ricoshomes, caballeros y escuderos; del ob. De Calahorra, su arcediano , y clérigos de la provincia; y de las señoras y damas alavesas. Su reunión era anual.
Practicados varios oficios civiles y religiosos , se procedía á la elección de cuatro a l e , y jueces universales, para el gobierno de un año: ele estos uno era siempre justicia mayor, á quien competían las apelaciones y los fallos definitivos.
Nombrábase también para el gobierno militar y político un señor ó conde, que servia de capitán general, ó gefe de guerra, en las que pudiesen ocurrir ofensivas ó elefensivas. La convocación estraordinaria se hacia por medio elel pregón. Con estasjuntasy sus acertadas providencias se conservaban ilesas las leyes, usos y costumbres, esenciones, franquezas y libertades ele los pueblos. Los lím. Ele este estado eran casi los mismos que ahora tiene la provincia; por N. Vizcaya y Guipúzcoa, por S. la Rioja, por E. Navarra, y por O. Castilla. Garibay, Moret, y Risco creyeron, que por S. comprendía lo no pasaba de Buradon: Cellorigo y Pancorbo pertenecían ya á Castilla. No supieron los bravos alaveses mirar pasivos la heroica empresa de Pelayo. También acudieron á ella bajo su bandera independiente, y la dirección del gefe, ó señor , libre y espontáneamente elegido , en el campo de Arriaga, y contribuyeron no pocoá sus gloriosas empresas (V. ASTURIAS.)
La relación que por este motivo hubo de mediar entre el estado de Arava , y los príncipes y reyes asturianos, ha persuadido á algunos, que dependía de estos. Fúndanse ademas en que el arz. D. Rodrigo dice, que «Alonso el Católico fortificó en ella muchos cast., para defensa de los cristianos,» y el ob. D. Sebastian refiere , que «D. Alonso no tuvo necesidad de repoblar esta provincia, por no haber entrado en ella los moros: » pero aquel pudo referirse á las fort. Boreales de Castilla, que algunos , como se ha dicho , han querido atribuir á Álava, y uno y otro , conocido es lo que abultaron las gloriosas acciones de este rey. Sin embargo, también pudieron ambos hablar asi por la mera alianza del alavés con el asturiano, á cuyas órdenes militaban los tercios de la república ; y con mas razón pudieron decirlo, si este rey fué elegido señor en el campo de Arriaga, como pudo suceder, de cuya cofradía debió ser bien conocido su nombre, siendo hijo del duque de Cantabria, y por el prestigio de su valor y virtudes militares, conseguido al lado de Pelayo.» La tierra de Álava, dice el cronista de D.Alonso XI, siempre ovo señorío apartado, y era este señorío cual se lo querían tomar los fijosdalgo y labradores naturales de aquella tierra de Álava, y á las veces tomaban por señores algunos de los fijos de los reyes de Castilla, y á las veces al señor de Vizcaya, y á las veces al señor de Lara, y á las veces a! Señor de Cameros, y en todos los tiempos pasados ningún rey no ovo sen. En esta tierra, nin puso ni oficiales para facer justicia Y aquel á quien ellos daban el sen., dábanle servicio muy granado demás de los otros pechos foreros que decían ellos el sen. Y el boy «de marzo.» Salazar de Castro refiere, que
D. Ñuño González de Lara tuvo este s e n . , «que era separado de la corona, y tan libre que los naturales de aquella provincia Elegían señor á su arbitrio;» Garibay añade: «que los alaveses y su herm., llamada cofradía, nunca tuvieron justicia de las reyes de Castilla , ni se incorporaron á la corona real hasta el rey D. Alonso.» En Mariana se lee, que «estando el rey en Burgos le vinieron embajadores de aquella parte de Cantabria y Vizcaya, que llaman Álava, ofreciéndole el sen. De aquella tierra.» Los que se han separado de la uniforme doctrina de tan acreditados escritores, y la han creído fundada solo en consejas y fábulas, teniendo ¡i la vista , para contradecirla, nada mas los dos pasajes citados de D. Sebastian y D. Bodrigo, que, como hemos visto, nada significan, y mucho menos en aquellos exageradores de la historia di España, son los que tal vez siguieron, sin observarlo, un rasgo de adulación hacia los sucesores de Don Alonso. No asi adulará á los alaveses, sin embargo de la respetable opinión del Sr. Marina, quien apoye el empeño y tesón con que han sostenido y sostengan su primitiva independencia y sen., y que su gobierno municipal no permita publicar en el distr. De su jurisd. Papel ni libro alguno, en que se ofenda ó contradiga aquella prerogativa; no les adulará quien repita con su junta general ordinaria de 22 de noviembre de 1656, «cuan debido es á lailustrísima antigüedad y nobleza de esta provincia, el que haya historia aparte de ella , para que sus hijos sepan su grandeza, antigüedad, su nobleza, sus esenciones y preeminencias, y lo pródigamente que después que siendo libre, sin reconocer superior en lo temporal, se entregó á la corona real de Castilla de su mera y espontánea voluntad.» Esto es lo que presenta claramente la verdad histórica, cualquiera que haya sido el empeño de oscurecerla. Moret, y aun el moderno Romey, han creído que Fruela, sucesor de Alonso, sujetó á los alaveses, entendiéndolos bajo el nombre vascones, en la espedicion que contra estos hizo, según refiere Sebastian de Salamanca; pero la crónica, albendense solo trae este brevísimo testimonio del reinado de Fruela.-» Hijo de Alfonso , reinó once años. Alcanzó victorias; pero de costumbres inhumanas, por afán de reinar, mató á su hermano llamado Vimaran, y luego le cupo á él mismo, por su braveza, ser muerto en Canicas.» Aun cuando la relación de Se bastían, abultador de cuanto relata , sea exacta, el monge de V A Silos la entendió mas bien y dijo terminantemente haber sido contra los navarros: «Domuit quoque navarros sibi reveíanles.
» D. Alonso el Casto, arrojado del trono por el tirano Mauregato; en Álava encontró un puerto de seguridad protegido por susjaonas, (1) hasta que fué restituido al trono.
Alonso III al principio de su reinado, contando solo 14 año» de edad, según Sampiro; mas bien 18, como resulta del albeldense, fué también despojado del reino por el conde de Galicia , Froila, y como D. Alonso el Casto , corrió á refugiarse^ entre los libres y bravos alaveses , donde permaneció hasta que , muerto el tirano por el senado de Oviedo, regreso á esta c . , que le recibió con grandes demostrado nes de alegría. No tardó este mismo rey á sentir los movimientos de su ambición hacia el libre estado de Álava , que le habia patrocinado con tanta generosidad:» vino un aviso de tierra de Álava, dice Sampiro , de que se habían engreído sus ánimos contra el rey, el cual, oyéndolo, determinó ir allá. Con el espanto de su llegada, compelidos, y reconociendo su derecho, se le humillaron, prometiéndole fidelidad y obediencia: de esta suerte obtuvo á Álava reduciéndola á su señorío, y á Eylon, su conde, se llevó preso en cadenas.» En aquel tiempo el nombre Álava se estendia tam • bien á las provincias de Guipúzcoa y Vizcaya ; aunque no de otro modo que posteriormente se las ha hado el de Vizcaya , lo que, como dice el Sr. Larramendi, en el prólogo á su Diccionario, suele ser causa de enojos y disturbios: esto persuadió á Mariana, que fué Vizcaya la (pie con quistó el rey : nada tendría de estraño que hubiera sido la misma Álava, pues repetidas veces vio caer sobre sí la ambición de los reyes; pero aun cuando, en alguna cediera ti la fuerza, solo fué condicional y temporalmente. En el año 861 sufrió una correría del rey de Córdoba. En el de 882, el señor ó conde de Álava, Vigila, defendió, por el rey de León, de los ataques agarenos el cast. De Cellorigo, que era de Castilla, y al año siguiente hizo la misma defensa el conde D. Vela. En 927 aparece Fernán González-, conde de Castilla, revestido con igual dignidad por la eofradi;?
Del campo de Arriaga; y aunque se espresa en algunas escrituras su dependencia de los reyes de León, esto se entiendo solo respecto al estado de Castilla. De este conde se dice, que antes de emprender contra el sarraceno una campaña, que se pinta con innumerables fábulas, fue al santuario de
S. Millan, donde hizo voto de un donativo anual y perpetuo en nombre de los pueblos. Léese en el becerro de su archivo, revestido de todas las circunstancias de monumento apócrifo como dice el Sr. Marina. Es útil, sin embargo, porque en él se demarcan los lím. D é l a provincia, diciendo.
«Álava, con sus v\, que pertenecen á su jurisd. Esto es, desde Losa y de Buradon hasta Eznate , de fierro por todas sus v., entre 10 casas, una reja.» A consecuencia de este documento se formó otro el año 1025, el cual se hallaba en el mismo archivo; y en el siglo XVI, habiéndose negado muchos pueblos á contribuir con su cuota, se siguió pleito, que terminó por transacción, y se formó un catálogo de los pueblos contribuyentes, marcando la cantidad que cada uno debia pagar en la forma siguiente: Á l a v a .
«Los 1. Que pagan este voto, que se llama comunmente la »Reja de Álava, son los siguientes: Luco, Arzamendi paga.
»31 mreales: Mendivil 30: Vitolaza: Ciriano 50 : Nafarrete 40: »Luco 31: llermua 25: Froconiz 60: Maistu cada veciudad 3 «blancas.» H e r m a n d a d de A r r a y a .
«Arroslegui, Honrategui , Arrienza, Uñarte, Otouri, «Mizgtigni, Virgala la Mayor y Virgala la Menor , cada veciudad
»3 blancas: Acoceta 374 mreales: Hizona 36: Herendum 50: «herm. De Zuya 374: herm. De Zigoytia 600.» l i a s q u e p a g a n t r i g o. «Mendoza 3 celemines: Zurbano 6: Arróyame 2: Dura^ »na 5: Lamia 5 : Zuazu 4 : Orenchun 4: Otaza un cuar- »tillo: Marieta 6 celemines : Arrioga 6 celemines: Hordoa 6 «celemines: Narbaja 6 celemines: Galarreta cuartilla y 1/2:
^Caldacendo 3 c u a r t a s : Ezchcrícoiía 4 celemines: Luzcannlo 2 celemines: Cureña 6 celemines: Langarica 4 celemii> n e s : Margarita 2: Anniz 5 : Lupidana30: Elquesa 3 cuar- »tas.»(V. HILLAN S.). Garci Fernandez y Sancho García fueron condes de Álava, del mismo modo que Fernán González. Como los reyes de León atentaron contra la libertad de esta p r o v . , lo hicieron también los de Navarra, después de su engrandecimiento, en el reinado de D. Sancho el Mayor. Este aparece ya en 1022 titulándose rey de Álava, cuya provincia Dejó á D. García en la división que hizo de los estados entre sus hijos. En 1076 D. Alonso VI de Castilla, creyéndose con derecho al reino de Navarra, marchó á ella con su ejército , y subyugó igualmente las provincia De Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, no con mejor título, ni mucho mas duraderos resultados en rigor, que los que antes la conquistaron. En 1125 fué invadida por el rey de Aragón, D. Alonso el Batallador. Volvió aserio por el castellano, en 1134. La estension , que en este tiempo se daba al nombre de Álava, comprendiendo las provincia De Guipúzcoa y Vizcaya, consta de varios privilegios é instrumentos públicos. Los reyes de Navarra D. García Ramírez, I).
Sancho el Sabio, y el Fuerte, se abrogaron también el título de reyes de Álava. Los alaveses acudieron , unidos al ejército d e B . García Ramírez a l a conquista de Almería. D.Sancho el Sabio, y I). Sancho el Fuerte, fuera del nombre de reyes dé Álava , que usaron sin derecho alguno, poseían en esla pro- \ incia algunos solares: aquel engrandeció y fortificó el pe queño pueblo llamado Gazteiz; este robusteció sus murallas
(V. Qazteiz y Vitoria;, y concedieron varios fueros y privilegios á otros pueblos, que les pertenecían. En 1200, D. Alonso VIH se enseñoreó de toda la provincia: no cabe apurar bajo que obligaciones para el pueblo vencido, y con (pie ventajas para el vencedor, lo mismo que en las anteriores épocas, (pie como en esta, fué afligido el pais, que , avezado á gobernarse por s í , con sus jetonas, y avasallándose á la fuerza por precisión, y temporal, ó condicional mente, como dice un historiador moderno, se allanaba al yugo; puesto sin embargo siempre cu guardia. El señor Marina, con la mayor diligencia trata de persuadir y probar esta conquista: ol arz. D. Rodrigo, Lúeas de T u y , la crónica general escrita de orden del rey D. Alonso el Sabio, Fr. García de Eug u i , ob. De Bayona, Garibay, y Mariana, que son las autoridades que c i t a , ni remotamente contestan, que D. Alonso conquistara ni hostilizase á la cofradía de Álava, sino los estados y pueblos del rey de Navarra, de los cuales se comprendían muchos en el t e r r . , conocido con el nombre Álava, á que tan lata aplicación se daba , asi como se comprendían también muchas posesiones del mismo D. Alonso, adquiridas por uno y otro rey por cambios y convenios amistosos, ó en las calamidades del pais; por lo (pie el cronista de D. Alonso XI, dijo… «y en todoslos tiempos pasados ningún rey no ovo sen. En esta tierra, nin puso ni oficiales para facer justicia; salvo en las villas de litaría g Treviño que eran sagas del rey, y aquellas tierr a s , sin aquellas v. llamábase cofradía de Álava.» En ninguna parte resulta (pie D. Alonso ejerciera su autoridad real en otros pueblos, que en aquellos, que eran ya anteriormente suyos, ó del Navarro; por el contrario, la cofradía del campo de Arriaga aparece ejerciendo sus actos de libertad, como antes; pero, como en nada perjudica á la idea de la libertad alavesa la demostración, que el señor Marina se propone, pues el derecho del mas fuerte ya no es derecho ni puede exist i r , sino mientras dura la misma fuerza sea material, ó de preocupación, y los alaveses, al menos es constante, volvieron á su anterior independencia; ellos mismos no deben repugnar convenir con el señor Marina; y asi se lleva concedido. En 1283 aparece D. Diego López de Salcedo titulándose «Adelantado en Álava ct en Guipúzcoa.» Tampoco esta nueva autoridad, por los reyes de Castilla, ejerció en su nombre poder alguno sobre la cofradía de Arriaga; ni lo ejerció después como prestamero, que aparece siendo en 1275; sino siempre sobre las posesiones reales, que habia en la p r o v . : él mismo fué elegido señor por la cofradía de Amag a : esto resulta de un instrumento del archivo de S. Miilan, carta partida , fecha en Vitoria, en el conv. De San Francisco á 7 de diciembre de dicho año, por cuyo instrumento se ha querido probar, (pie era señor de la cofradía, y su presidente, dándole una lectura viciosa; sin (¡ue 211 ya de por sí sea monumento que merezca la fe bastante en prueba de tanta consideración ; pero aun cuando en él resultara cuanto se ha querido, y fuese exacto, nunca podría acreditar mas que la duración en aquella época de un efecto de la violencia de D. Alonso , con la que se ha convenido , sin que nada baste jamás á autorizar semejantes derechos. En un privilegio dado por D. Alonso el Sabio en 1258 se lee: « Todos los vuestros vasallos de Álava, ó collazos , ó barqueros, que á las nuestras pueblas de Vitoria é Salvatierra vinieron poblar fasta el dia de la era de este privillegio, que finquen en aquellos lugares de las nuestras pueblas, do,ellos fincar quisieren, et los heredamientos quo obieren en Álava, sacado ende aquello , (jue vos á nos diestes , en este privillegio que es escrito, et sacado en nuestro heredamiento que nos habernos en Álava, (pie fué de D. Sancho Ramírez, que lo al que han en Álava que finque a vos libre é quito.» Por este previlegio dirigido á los caballeros y fijosdalgo de la cofradía de Arriaga se vé , que aquel monarca se reconocía sin derecho en, ni á las posesiones , que tuviesen en el sen. De Álava los que iban á poblaren sus reales dominios. En 1310 se concedió á la v. de Azpeitia por D. Fernando IV un privilegio de fuero que dice: «Y sobre lo dicho mando á Sancho Sánchez de Velas – co, mi adelantado mayor en Castilla, y á cualquier otro adelantado que fuere de aqui adelante , ó á los merinos que anduvieren por él en la provincia De Álava, que los amparen é defiendan en esta merced que yo le fago, é non consientan á nin gimo que les pase contra ella. » Esto se entiende respecto a las mismas posesiones reales t como se entiende (letales po sesiones ó de señores subditos del rey de Castilla cualquiera otra disposición de la corona. Grandes disturbios se levantaron entre la real v. de Vitoria y la cofradía de Arriaga: basta con las armas llegaron á disputarse el dominio de 45 ald.. á ipie unos y otro se creían con der.: en su vistaD. Alonso XI envió á su merino mayor de Castilla Juan Martínez de Leyva, para que pusiese término á aquellos trastornos: ambas partes se comprometieron en él, eligiéndole arbitro, y de su imparcialidad resultaron la avenencia, la confirmación real, y el privilegio cuyo principio dice: « Por ende nos ca lado todo eslo. é porque el conceio de Vitoria nos envió mostrar por Sancho Martínez, é por Pedro Ibañez Davala, é Martin Pérez de la Caleia, sus personeros, en como la v. de Vito ria estaba enmedio de Álava, éque eran poblados en derredor dalla ricos bornes é infanzones, é caballeros, é otros mu chos homes fijosdalgo poderosos, de que habían rescibido grandes premias de muertes de bornes , é de muchos otros males, é porque la dicha nuestra v. fuese meior po blada é ellos oviesen masen que v i v i r , é el nuestro ser vicio meior guardado…. é por partir contiendas é daños ó males que reerescian de cada dia cutre los dichos ca baberos é fijosdalgo de Álava, ó el dicho conceio de Vitoria.» Poco después de este acontecimiento, la co (radía de Arriaga Ubre y espontáneamente depositó todo su poder en la corona de Castilla; pero bajo ciertos pactos y condiciones. El instrumento y privilegio de 2 de abril de 1332, dice asi: «Porque D. Lope de Mendoza, é l). Bel tran Yañez de Guevara, señor de Oñale, é Joan Furtado de Mendoza, é Ferrant Roiz, arcidiano de Calahorra . ó Boi López, fijo de D. Lop de Mendoza, é 1). Ladrón de Gueva ra E todos los otros fijosdalgo de Álava, asi ricpsho mes, é infanzones, é caballeros, é clérigos , é escuderos Ii josdalgo, como otros cualesquier cofrades que solían seer en la cofradía de Álava , nos otorgaron la tierra de Álava que oviesemos ende el señorío, é fuese regalenga, é la pusieron en la corona de los nuestros regnos, é para nos , é para los que regnasen después de nos en Casticlla é en León. E renunciaron , c se partieron de nunca haber cofradria nin ayuntamiento En el campo de Arriaga , nin en otro lugar, ninguno á voz de cofradria, nin (pie se llamen confradres. Kf renunciaron fuero, é uso, é costumbre que habían enes ta razón para agora, é para siempre jamás. Et por eslo liciéronnos sus peticiones.» Incorporado esto terr. á la Mo narquíaCastellana, sus hab., sin embargo, quedaron con grandes preeminencias y exenciones.’ Otorgamos, dice el instrumento de voluntaria entrega, á lodos los fijosdalgo de Álava, é tenemos por bien . Que sean libros e quitos de todo pecho, ellos, é los sus bienes (pie han, v ovieren daqui adelante en Álava» con otras concesiones . (¡ue. On el citado privilegio de no poder ser enagenado de la corona; pero, á pesar de esta concesión , varios pueb. Fueron dados a algunos caballeros, en recompensa desús méritos, y por otros motivos particulares. Pidieron al rey que les otorgase el fuero, é los privilegios, que á Portiella Dibda; y hubieron en contestación «que otorgamos é tenemos por bien, que los fijosdalgo hayan el fuero de Soportiella para ser quitos, é libres ellos, é sus bienes de pecho. Et cuanto en ios otros pleitos, é en la justicia, tenemos por bien que ellos, é todos los otros de Álava hayan el fuero de las leyes.» El año 1 3 4 0 concurrieron los alaveses á la célebre batalla del Salado, acaudillados por D. Pedro Nuñez de Guzman, donde acreditaron su valor ant., y lo acreditaron también en el sitio de Aigcciras , comandados por D. Ladrón de Guevara y D. Beltran Yelez, su hermano,, hijos de la misma provincia; el rey D. Alonso premió este valor con nuevas exenciones, fueros y privilegios. En los bandos y parcialidades que á principios del siglo XV agitaron las provincia Vascongadas, los alaveses supieron conservar su tranquilidad, á pesar de los esfuerzos de los grandes, en particular del conde de Castañeda,
D. Iñigo López de Mendoza y D. Pedro López de Ayala.
Don Enrique IV confirmó á la provincia Sus privilegios. Los alaveses le sirvieron decididamente en la guerra, que, en 1 4 6 1 , emprendió contra el rey de Navarra. También prestaron señalados servicios á los Reyes Católicos en sus guerras contra
D. Alonso V de Portugal, contra los franceses, y en las espediciones de Málaga, Yelez Málaga, y Granada. El Rey Católico les concedió permiso para conquistar por sí la fort.
Del Estella : «Ya sabéis (dijo al dip. General en la carta que le escribió al efecto ) como me escribisteis que esa provincia
Bogaría que se le diese la empresa de la toma de la fort.
De Estella: é vo con la confianza que tengo de los de esa tierra, que harán en ello, lo que siempre^ han hecho en las cosas de nuestro servicio, he acordado de daros la dicha empresa etciudad» Hasta el mes de agosto de 1520 no se esperimentaron en Álava los trastornos que , con el nombre de comunidades, tanto agitaron á Castilla, y permaneció siempre fiel al emperador, á pesar de las instancias de las
ciudad de Burgos y Nájera, y de la v. de Haro. En 1 5 2 1 , el conde de Salvatierra se presentó en el campo de Arriaga, haciendo esta provincia El teatro de la guerra civil. En junta celebrada en Vitoria á 9 de abril, se decretó: que todas las herm.
Acudiesen armadas , ó á lo menos con la mitad del importe de sus fogueras, y víveres para ocho dias, al lugar de Arauguiz. Se confió el cargo de capitán general á D. Martin Ruiz de Gamboa y Avendaño. Este á su frente, y con a l gunas otras tropas, que le reforzaron , buscó al conde, y le derrotó : prendió á Gonzalo Baraona , su principal capitán, hizo 6,000 prisioneros, y ganó muchas armas y banderas.
Como en los tiempos ant., han dado los alaveses en el presente siglo eminentes pruebas de ejemplar lealtad, haciendo los mayores sacrificios en sus mejores hijos y en sus fortunas , para sostener la independencia nacional, combatiendo las huestes del capitán del siglo , bajo las banderas del inmortal general Mina , y particularmente en la célebre jornada de Vitoria, donde vino á estrellarse el ejército francés , que fué batido por las tropas españolas á las órdenes del general Álava, y las inglesas á las de Yv’ellington. Como para formar contraste con la unión de los españoles en la guerra de la Independencia , hubieron de presentarse d i v i didos los españoles en la lucha de la segunda época constitucional , en la que, no pocos alaveses, bien por conoceF comprometida la causa de sus fueros, bien porque creyeron en peligro otros intereses no menos caros, para aquel pais, combatieron el régimen liberal, por el que suspiraban otras provincia Fatigadas de las demasías del gobierno absoluto.
En la última guerra, una gran mayoría de alaveses siguieron el pendón de D. Carlos, siernpre creyendo en inminente riesgo la causa de s u s fueros. Inútil es decir, que en esta terrible lucha han acreditado su proverbial valor v constancia, prestándose á toda clase de sacrificios por aquel á quien juraron fe y obediencia: llegó un dia memorable; el del Convenio deVergara, y en él l o s batallones alaveses abrazaron como hermanos á los que antes h a bían combatido como enemigos. Álava celebró aquel acontecimiento, no apreciado en l o d o su valoré importancia, porque deseaba la paz ardientemente. En octubre de 1 8 4 1 ere y ó , no la provincia De Álava, sino algunos alaveses, quedebian alzarse contra la regencia del Duque de la Victoria: hubo de comprometerse en aquel movimiento una persona distinguida y aprcciable, el dip. General de la provincia, Don Iñigo Orles de Velasco , marqués de la Alameda: la junta general reunida á los pocos dias no hubo de aprobar aquel alzamiento, y el marqués de la Alameda afectado y conmovido resigno su autoridad ante los representantes de la provincia
Posteriormente, comisionados de la provincia Han conferenciado con el Gobierno, para el arreglo de los fueros, sin que se haya concluido tan delicado negocio. Ojalá presida á esta difícil operación el tino indispensable, dejando terminadas todas las diferencias entre provincia Digna de altas distinciones y el Gobierno ; esto debe mirarse como cuestión en que reside la felicidad de los leales, virtuosos, y bravos alaveses , y la paz de todos los españoles. En los momentos de imprimirse este art., se halla nuestra inocente Reina en Ja provincia De Álava, recibiendo inequívocos testimonios de aprecio, hasta de parle de aquellos que siguieron las banderas de
O. Carlos.
Si la célebre cofradiadel Campo de Arriaga merece tan distinguido lugar en la historia , también lo merece el gobierno que después se estableció en esta provincia Ademas de los ale. Ordinarios, procuradores generales, regidores, dip.
Y otros ministros inferiores;, a quienes correspondiera el gobierno ,político y económico, y la adm. De la justicia civil y criminal, conforme al derecho y leyes del reino, y fueros municipales, en la parte que no estaban derogados por aquellas, en sus respectivos pueblos y v., como se dice en las descripciones particulares, se formó un código legislativo , ^conocido con el nombre de Ordenanzas de las herm. De Álava, común á toda la provincia Y á cada una de estas pequeñas herm., y pueblos, comprendidos en ellas, según sus mutuas relaciones, y con el cuerpo de provincia, de que eran parte. La primera memoria de herm.
Se halla en un privilegio rodado de D. Fernando IV, á favor de Vitoria, fecha en Burgos á 2 7 de Julio de 1 3 0 2 , por el cual confirmó su herm. En 1 8 1 5 se agregó Vitoria con otras v. de Álava á las célebres herm. De Castilla, Galicia, Asturias y León, cuyos procuradores suscribieron, lo que se acordó sobre sus -demandas, en las C o r les de Burgos de dicho año. Después de los de esta ciudad filman en segundo lugar, por Vitoria, Yañez y Martin Juan: en cuarto, por Treviño, Fortun Pérez Eyenego Pérez , por Salinas de Anana, Rui Martínez: por Berantevilla y Portiella Dibda, Sancho Pérez y Martin Yañez: y por la v. de Peñacerrada, Gonzalo Sánchez. Por instrumento que para en el archivo de Anana, fecha en la v. de Haro á 6 de agosto del año de 1 3 5 8 , consta que la v. de Vitoria formaba herm. Con las de Haro, Logroño, Nájera, Sto. Domingo, Miranda, Treviño, Briones, Navalello, La-Bastida, Salinillas, Porti lia, Salinas de Anana, La Puebla de Arganzon, Peñacerrada, y Sta. Cruz de Campezo. Para mejor régimen y gobierno de esta herm., se dispusieron varios capítulos de ordenanzas que están insertos en el citado instrumento, en la junta que celebraron en la v. de Haro, los respectivos comisionados.
Pero ni estas herm. Habían sido generales ni autorizadas competentemente por los soberanos, ni tuvieron por objeto, reunir y enlazar entre sí todos los miembros y partes del cuerpo de provincia, hasta el año de 1 4 1 7 , en que las
v. de Vitoria, Treviño y Salvatierra, con el motivo de muchos y graves delitos, como que asi de dia, como de noche se cometían en ellas y sus comarcas , para remedio de estos desórdenes, formaron entre si herm., y un cuaderno de treinta y cuatro ordenanzas para su gobierno, que enviaron al rey D. Juan II, pidiéndole tuviese á bien confirmarlas, como lo hizo en Valladolid á 6 de abril de dicho año. En la 3 4 , dice el rey: que para bien gobernarse y guardarse esta herm., era necesario que entrasen y fuesen en ella la Puebla de Arganzon, con su jurisd., Nanclares de la Oca, Ollavarri, la herm. De Ariniz, la de Cigoitia, Zuibarrutia, hoy Zuya, Ubarrundia, Villareal de Álava y su jurisd., Éguilaz, Barrundia, Gamboa, Ururaiz, Arrayo, Araya, Contrasta, Peñacerrada con su jurisd., y los otros 1. Que están enmedio de ellos. Manda también á la herm. Requiera á los dichos 1. Entren en ella; y esto hecho si alguno ó algunos de ellos no quisiesen entrar ó ser en ella, que en tal caso, si en el que no quisiese se cometiese algún delito, hur lando ó robando algún v e c . , ú áotra persona sin razón, la herm. No tenga obligación de ayudarle, ni á seguir al delincuente ni á practicar en ello diligencia alguna. Confirmó esta herm., igualmente que su cuaderno de ordeaanzas, con algunas ligeras alteraciones, el rey D. Enrique IV en Madrid á 2 2 de marzo del año 14 5 8 , como todo consta de una real cédula del rey Católico del año 1 4 8 8 , que para en el archivo de la provincia Y se dice en ella:» Por cuanto el rey D. Juan el II, de esclarecida memoria, que Dios haya, mandó facer y fueron fechas las herm. De Alav a , con la ciudad de Vitoria, y las v . Y 1., y tierras sus adherentes, porque la dicha tierra estuviese en paz y sosiego y justicia, é los malhechores fuesen castigados y punidos, y les confirmó y aprobó un cuaderno de ciertos capítulos y ordenanzas por donde se rigiesen y gobernasen las dichas herm., y ejecutasen la justicia, y castigasen, é impusiesen los malhechores, é después el muy alto, é muy escelente príncipe, y muy esclarecido rey é señor, nuestro rey D. Enrique IV, reinante en estos tiempos en los reinos de Castilla é de León, y aprobó y confirmó las dichas herm., é les dio otras ciertas, sus cartas y provisiones por dó se rigiesen y gobernasen las dichas herm.» Por estas ordenanzas, que jamas llegaron á publicarse, ni tuvieron uso, se arregló toda la economía pública; en ellas se fijaba la jurisd. De lósale, y á cuantos se estendia, así la de los de herm. Como la de los ordinarios: se determinaban los delitos y casos de herm.
Y las penas de los delincuentes: algunas de ellas parecían sanguinarias y demasiado crueles, acaso lo exigirían asi la enormidad de los delitos y la perversidad de los malvados.
Tales son la 6.», en que se establecía, que si el delincuente robó ó hurtó en cualquiera parte de diez florines del cuño de Aragón para arriba, siendo villano, fuese ahorcado, y si hidalgo, empozado, hasta que se muera, y teniendo bienes satisfaciese las costas á la herm,, y al agraviado el hurto, y en el caso de ser el hurto de cantidad de diez florines abajo, se le cortasen las orejas á raiz del casco, pagarle lo robado, con las setenas si tuviere bienes, las costas á la herm., y siendo notado de otros delitos anteriores fuese muerto. Todas estas leyes y ordenanzas se anticuaron, porque Enriqne IV, sin embargo de haberlas confirmado, tuvo por conveniente formar otras nuevas, á cuyo fin dio comisión á varios sugetos de su confianza, para que juntos con algunos procuradores y dip. De las herm. Estendiesen los convenientes reglamentos, para su gobierno, como lo hicieron, insertando en el nuevo cuaderno algunas de las ant.: el congreso se tuvo en Rivabellosa el año 1 4 6 7 (V.), y en el mismo las confirmó el rey D. Enrique, y después los Reyes Católicos en Zaragoza á 1 5 de enero de 1 4 8 8 , y Carlos V en Valladolid á 18 de mayo de 1 5 3 7 . Este cuaderno es, por el que se gobernaban desde su publicación. La herm. Nombraba dos comisarios de provincia, empleos primeros, y los mas honoríficos de la herm., y eran como superintendentes de todos los negocios y asuntos políticos y económicos, y jueces supremos en las causas y casos de herm. Por la ordenanza 7 . A del año 1483 se mandó, que los dos comisarios fuesen nombrados en la junta general, que por el mes de noviembre celebra anualmente la provincia, debiendo recaer la elección del uno en sugeto que fuese de la ciudad ó v., y la del otro en alguno de los pueblos, comprendidos en el resto de su terr. Fue muy respetable en Álava el oficio de Ale. De herm.: en la segunda de las leyes municipales del año de 1 4 1 7 , se establecía: «que haya ale. En esta herm., para que los querellosos querellen de los malhechores á estos ale., ó cualquier de ellos mas comarqueros, para que los alcancen é cumplan de derecho, y los tales ale. Que fueren puestos en las dichas herm. é en cada una de ellas, que sean bornes buenos, llanos, é abonados é comunes, sin sospecha, tales que teman á Dios, é al rey, é amen de facer justicia.» En la ordenanza 4 . A de las dispuestas en el año de 1 4 6 3 , se espresaban las facultades de estos a l e , y los cinco casos en que debian conocer’, que son; incendios, hurtos, robos, muertes, quemas y quebrantamientos de casas, etciudad Tenia la provincia 7 5 a l e . , repartidos en sus 5 3 herm., las cuales hacían el nombramiento en el primer dia del año, con arreglo á los últimos arreglos de provincia En el término de 1 5 dias después de su elección, debian presentarse al dip. General para ser confirmados en sus empleo!, y concluido el año de estos, eran residenciados en junta general, á donde debian acudir con testimonio, que acreditara haber desempeñado fielmente su obligación. Pero el empleo mas señalado y honorífico de la provincia Era el de Maestre de Campo y dip. General, gefe y superior de toda la provincia, á quien estaban sujetos y subordinados todos los ale.
De herm., y demás ministros de ella, en calidad de juez supremo: tenia su tribunal separado, donde daba aud. á las partes en todos los negocios civiles y criminales, que tenian conexión con los negocios de provincia: á él se dirigían y comunicaban las órdenes del rey , ministros, consejos y cnancillerías. En las juntas generales y particulares, era el presidente de las asambleas; pero no tenia voto alguno ni podia impedir que cualquiera de los constituyentes propusiera en ellas lo que tuviese por conveniente; y todo el tiempo que duraban estos congresos, cesaba el ejercicio del empleo de dip. General en cuanto á los negocios de gobierno político y económico de la provincia Y sus herm., en cuyas circunstancias residían en la junta todas las facultades. El dip., como maestre de campo y comisario general, era gefe militar de la provincia , y á él se dirigían las órdenes superiores, y con él debian entenderse los oficiales de cualesquiera regimientos que transitasen por Álava , les daba los itinerarios, señalaba los alojamientos y veredas que debía seguir la tropa con arreglo á la real cédula de 5 de octubre deM621. Gozaba, en fin, de otras muchas regalías y facultades, de los ant. Comisarios de herm., cuyos oficios se redujeron á muy poco, después del establecimiento de dip. General en el año de 1 4 7 6 , que se titulaba juez ejecutor de los casos de herm. Como puede verse por estenso en la historia civil de Álava, publicada por D. José Landazuri y Romarate. Habia ademas y hubo siempre, á lo menos desde el año 1 4 6 3 , dos escribanos fieles de fechos, empleos recomendables y que obtuvieron en todas ocasiones personas muy señaladas. Tenían por oficio asistir al dip. General en cuanto se le ofreciera, así en los asuntos políticos y económicos, como en lo civil y criminal, y concurrían á todas las juntas generales y particulares de provincia En virtud de ordenanza, se celebraban siempre en Álava dos juntas generales anuales, una desde el dia 4 de mayo, y otra, que llamaban de Sta.
Catalina; daba principio en 1 8 de noviembre: se componían del presidente, que era el dip. General, procuradores de las herm., sus ale., el tesorero de provincia Y los dos escribanos mencionados. Los congresos de mayo se celebraban en aquel pueblo que eligiese la mayor parte de votos de las juntas de noviembre, y estas siempre en la ciudad de Vitoria , y en la magnífica sala que construyó la provincia
En el conv. De S. Francisco, destinándola para este efect
o , y custodia de su archivo, y armería ant. Y moderna.
Por un efecto de estas leyes y gobierno municipal, y de los sabios acuerdos de las juntas generales, se desvanecieron los bandos, y guerras intestinas, que tanto habían conturbado la provincia: cesaron los atentados, crímenes y violencias.
Desaparecieron los enemigos del sosiego público, y los alaveses, comenzando á disfrutar las ventajas de la libertad civil, pudieron desde luego resarcir las quiebras pa – sadas, y convertir el acero y el hierro empleado hasta entonces en derramar sangre humana, en rejas y azadones para romper la tierra yerma, y buscar en su seno las verdaderas riquezas del Estado.
HISTORIA ECLESIÁSTICA. Tratando el M. Argaiz de las antigüedades ecl. De la provincia De Álava, dice, que en los cuatro primeros siglos de la iglesia Estuvo sujeta, en lo espiritual, á los ob. De Flaviobrigo, (V.), de Alverito (V.), de Valpuesta, ó á otros de los que partían término; y que en el año de 4 3 1 se erigió la sede ep. En Armentia; pero este autor se funda solo en las conocidas invenciones de Antonio Lupian. La silla de Valpuesta no se halla mencionada hasta el año 8 0 4 en que vivia su primer prelado Juan. En la epístola de los PP. Tarraconense al pontífice Hilario consta, que en elsiglo V el obispado de Calahorra era el último de la provincia Tarraconense por la parte que confinaba con Galicia.
El licenciado D. Bernardo Ibañez , deseoso de honrar el ob.
De Álava, publicó como auténtico, el testamento de un caballero llamado Ildemiro, en el cual se nombran algunos ob. Inmediatos á la pérdida general de España, y sedienta la tradición de los ant. Alaveses, sobre que la espre sada iglesia Fué fundada por S. Saturnino. Quien fuera el autor del dicho documento, no se ignora, asi como se sabe la invención de las actas de S. Prudencio, que el misino Ibauez imprimió en la historia del mismo santo. Después que faltó el título de Calahorra se dividió el terr. De su diócesis En dos ob. Porque pertenecía á dos diversos dominios: entonces se erigió en la ant. Armentegui ó Armentegi, hoy Armentia (V.) La silla ep. De AlaVa. Los autores están notablemente discordes respecto á la fecha exacta y precisa, en que tuvo lugar esta erección. Oihenar afirma no haber noticia de ob. De Armentia, que presidiese antes del siglo XI; por lo que pone en primer lugar á D. Munio, que gobernaba este ob. En el año 1014. Pero aunque es cierto que en tiempo de este prelado empezó á sonar en las memorias el título de Álava, desconocido en las (jue se escribieron culos siglos anteriores, debe creerse que este ob. Se estableció mucho antes. Se persuade esto fácilmente atendiendo al estado que tuviéronlas provinciade Álava y Vizcaya, en todo el siglo X. Libres de los moros, y ocupadas de un gran número de cristianos, mayor que antes de la venida de los bárbaros, de cuya persecución escaparon muchos retirándose á ellas; sccolige no haber impedimento; antes sí un motivo muy particular para tener ob. Que gobernase aquellas iglesia Ademas de esto, no hay vestigio por donde pueda venirse en conocimiento, que alguno de los ob. Confinantes, es á saber, el de Valpuesta ó el de Nájera, tuviesen jurisd. En*las dichas provincia, y solo consta, que el primero gobernaba desde su cap. Hasta cerca de Miranda de Ebro; de lo que parece, tuvo principio la sede Alábense en el siglo X, cuando cesó el título de Calahorra, como sehadicho,y Be instituyó el ob. De Nájera.
También, una escritura que existe en el archivo de S. Millan perteneciente al año 927, debe estimarse como prueba evidente de (jue la silla ep. De Álava, se erigió, asi que la Rioja fué conquistada por los reyes de Navarra. Confinaba esta diócesis Por E. con la de Pamplona , por S. comprendía bástala Sonsierra de Navarra, y Rioja, confinando con el ob. De Nájera; por O. se estendia hasta el r. Oroncillo, como baja desde Pancorvoá Miranda, donde entra en el Ebro, partiendo término Con la diócesis De Valpuesta; finalmente por el
N. era de este ob. Toda la provincia De Vizcaya; de manera que los límites de esta, y de Álava encerraban te do el distr. Que tocaba á la sede establecida en Armentia. Esta diócesis, muerto su ob. Fortunio, sobre los años 1087 ó 1088, volvió á ser agregada al ob. De Calahorra por el rey D. Alonso. (V. En el articulo Armentia el catálogo de los ob. Que en ella residieron).
ÁLAVA. INTENDENCIA: Desgracia ha sido, y por cierto no pequeña, después de tantas dificultades; después de tantos contratiempos con que hemos debido luchar para reunir los dalos necesarios , haber de principiar los art. De intendencia por una provincia Exenta, en cuya administración no han tenido parte alguna los empleados del Gobierno, y donde las imposiciones no han g r a v i t a d o con la debida propon – clon sobre la respectiva riqueza de cada uno de sus veciudad
Mucho hubiéramos deseado poder aprovechar en el primer art. De esta clase, las noticias que sobre otras prov, hemos reunido , si bien nos consuela la esperanza que tenemos de que nuestros lectores, aun por los datos que presentamos , comprenderán fácilmente que no han sido pocos nuestros desvelos, ni escasos los resultados que hemos po dido obtener para presentar noticias nuevas , y deducir también nuevas observaciones.
SISTEMA DE HACIENDA. Siu entrar ahora en el examen de las causas que motivaron la exención de tributos que ha gozado y todavía goza la provincia De Álava, diremos : que su sistema de hacienda, que encomian los hab. D e aquel pais, es sumamente sencillo, al paso (jue esíraordiuariamonte económico: Álava reconoce dos clases de contr., una directa , o!ra indirecta-: consistiendo la primera en una cantidad mensual que satisface cada uno de los veciudad Conocidos con el nombre de pagadores, y la segunda, en una imposición sobro ol vino y licores del consumo do la j>rov. , imposición que se designa con la denominación de Sisa. La contr. Directa ha consistido por mucho tiempo en la suma de 3 reales Mensuales , cantidad que ha ido creciendo según asi lo han reclamado las necesidades del país ó los gastos estraordinarios que han ocurrido on
• \lava , por la parte que han tomado aquellos hab. En las guerras contra Ronaparte, en la lucha do, 1820 al 23, y en la prolongada y sangrienta contienda que luvo término f o n el memorable convenio de Vorgara. El núm. Do pagado res que tiene la provincia De Álava es de 9.800 á 10.000, y son las personas en quienes se reconoce alguna riqueza , y por consiguiente cap. Imp. ¡ ya porque tengan algún arriendo, ya porque posean algunas fincas, ya porque ejerzan alguna ind., ya porque se dediquen al comercio. Todos los demás veciudad No comprendidos en la (lase de pagadores, como los braceros, jornaleros, y domas que se apellidan proletarios, se contemplan como moradores, y se hallan por consiguiente exentos déla contr. Directa que paga la provincia La Si sa y la Sisita son los arbitrios provincia Y municipales, y hasta cierto punto se observa el decreto do 20 do enero de 1834, puesto que es libro la venta do todos los art. Do comer, beber y arder, siempre y cuando se paguen los derechos |)rov. Y municipales: los géneros de consumo deben ser presentados so pena de comiso en las albóndigas dé los pueblos á satisfacer los derechos detallados, ya para la diputación, ya páralos ayuntamiento; estos para asegurar el abasto sacan á público remate todos los años el producto de los arbitrios ; pero cualquiera puede vender en los pueblos de 30 veciudad Satisfaciendo los derechos indicados é indemnizando á prorata al arrendador.
Con los prod. De los arbitrios en la parte destinada á las municipalidades, y con ol rendimiento de algunas fincas dejadas ppr hab.. de esto jiais que fueron á las Américas, se cubren los prosupuestos municijiales.
La contr. Directa conocida con el nombre de mensual ó / o – gueramienlo, aunque ha tenido apologistas, es considerada por nosotros como injusta ó desproporcionada. El pago de una cuota lija é igual en una provincia Que cuenta 10,000 contribuyentes, no puede guardar la proporción (jue reclama la justicia, la moralidad y la conveniencia pública. «Que osla muy subdividida la riqueza do la provincia De Álava» dicen los que apoyan la contr. Por fogueramlento; pero esta subdivisión no impide (jue sea muy distinta la condición social del rico propietario , del acaudalado capitalista y del grande comerciante que vive en Vitoria ú oirás población De animación y de vida, de la condición al contribuyente apagador, que tiene un pequeño arriendo ó una reducida projiiedad on la ald. Mas insignificante de esla laboriosa provincia No se nos oculta que el escándalo de esta desigualdad ha producido en un pais tan justificado como Álava, que en algunas herm.
I para obtener la cantidad impuesta se ha hecho la correspondiente clasificación de veciudad Pagadores, abandonando esa igualdad de cuotas que nunca reconoceremos como útil ni como equitativa, y que siempre calificaremos de jierjudicial y de odiosa.