BIBLIOTECA DE SAN ISIDRO (HISTORIA DE MADRID)

‘calle de Toledo, núm. 18 .

Ya hemos indicado que esta biblioteca es uno de los e s t a blecimientos debidos á Carlos III no satisfecho este monarca con el restablecimiento de los Estudios de San Isidro, de que hemos hablado, creó esta biblioteca por real decreto de 19 de enero de 1770, mandando pasar á ella las obras que existían en los conv. de jesuítas que acababan de estinguirse por otro decreto de L.» da enero de 1786 la concedió el privilegio de un ejemplar de todas las obras que s e publicasen ó reimprimiesen en el r e i n o , consignándola Para compra de libros estrangeros y nacionales ya publicados^, así como para encuademaciones y demás gastos 43,738 r s . sobre los fondos de los mencionados estudios.

En un principio estaba servida por 2 biblotecarios, tenien- 8 3 9 i do el primero á su cargo la cátedra de historia literaria; p e ro esta plantilla se varió á la muerte del bibliotecario m a yor Dori Miguel de Manuel, quedando suprimida la indicada cátedra cn 1802, y creándose un bibliotecario y 4 oficiales . en cuyo estado ha permanecido hasta su incorporación á la Universidad literaria en L.° de noviembre de 1845.

Formada esta biblioteca de los libros que contenían las de los jesuitas , y aumentada con los nuevos que se publicaban cn España y con la compra de obras nacionales y e s t r a n geras , llegó á ser una de las primeras del reino contenia en mucho número Biblias de gran mérito , colecciones do los Santos Padres, obras teológicas y canónicas , colecciones de leyes y sus comentarios , y crónicas de Medicina y Cirujia tenia obras preciosas , especialmente españolas; pero sobre 400 volúmenes pasaron en 1802 á la biblioteca mandada establecer en el Colegio de San Carlos. Adquirió tambien una rica colección de clasicos griegos y latinos y muchas obras de literatura ; hav en gran número obras del siglo XVI y varias del siglo XV ; entre ellas se hallan las Queestiones et quod libela de Sto. Tomas , impresas en Venecia año de 1476; la Exposición del mismo Santo sobre el libro de las Sentencias , Venecia 1478 ; el Suplementum ad siunmam tisanellam , Genova 1474; la Esposicion de Sto.

Tomás sobre los Cuatro Evangelios, Venecia 1486 ; los libros de las etimologías , y el de Summo bono de San Isidro , Venecia 1483 ; el Boecio de Consolatinnc con los c o mentarios de Santo Tomás, Nuremberg 1483; la misma obra traducida al castellano por Fr. Antonio Gínebreda, Tolosa de Francia 1488 las Tablas Astronómicas del rey Don Alonso el Sabio, Venecia 1492; Diccionario universal latino y español, compuesto por Alfonso de Palencia, de orden dé la reina Doña Isabel la Católica, Sevilla 4490 , y otros muchos impresos en fines del siglo XV v principios del XVL. El bibliotecario Don Cándido Maria Trigueros c e dió á esta biblioteca un magnífico monetario, que fue t r a s ladado en v i r t ud de orden superior á la Nacional. Poseia, en fin, una preciosa colección de manuscritos, de los cuales se formó un catálogo que existía siendo bibliotecario D. Pedro de Estala en el año de 4 807 y siguientes hasta el 4813, cuyo catálogo fue impreso en Gottinga; mas cómo y quién facilitase el original para la impresión , no ha podido a v e – iiguarse. Hallándose la biblioteca en el mejor estado y c a minando á su perfección, sobrevino la guerra d é l a Independencia, en cuyo tiempo careció de fondos con que atender á la compra y conservación de libros, y cuando aquella terminó, fue ehlregada, como se ha dicho fueron los e s tudios , á los PP. jesuitas. Desde esta época empezó su d e cadencia, pues la abandonaron después de llevárselos manuscritos y obras que mas les acomodaron á la que ellos, llamaban biblioteca doméstica; y aun cuando en 1821, suprimida la Compañía de Jesus , se restablecieron los Estudios de San Isidro, nada pudo conseguir el celoso director que lo era el Sr. González Carvajal, á causa de los disturbios que dieron por resultado la reacción de 1823 con ella volvieron los jesuitas , quienes sustituyeron á los oficíales por medio de coadjutores, cuya crasa ignorancia la patentizan las papeletas de algunos libros, las que se conservan autógrafas. Suprimidos definitivamente los jesuitas en 1835 y con ellos el privilegio que gozaba la biblioteca, del ejemplar de los impresos que sé publicaran en el r e i n o , nada pudo esta adelantar, mucho menos disponiéndose como se dispuso, que pasase á la de las Cortes la librería doméstica, que hemos dicho formaron aquellos religiosos. Es cierto que se acordó suprimir la biblioteca de las Cortes, pero también lo es que se determinó quedasen allí las obras y papel que se estimasen convenientes , y por consecuencia no volvieron á la de San Isidro lodos los libros quede ella s a lieron ademas. desde 1835 basta el L.a de noviembre de 1841 no ha tenido fondos con que atender ni aun á su conservación.

En esta última fecha se la incorporó á la Universidad, y se la designó 6,000 reales anuales para gastos de compra, encuademación v limpieza de libros , para esteras y carbón, de manera (pie á fuerza de grandes economías ha podido adquirir desde entonces unos 300 volúmenes de obras modernas de la mavor celebridad en ciencias n a t u rales , lisico-matemáticas V filosóficas de que absolutamente carecía el total de volúmenes de que constaba en la c i tada época de 1845 e ra de 66,000, ordenada desde su creacion según el plan del P. D. Oliver Legipont, monge benedictino , que es el mejor método conocido hasta el dia.