(calle de Toledo, núm. 45, donde tiene 6 p u e r t a s ; 3 que corresponden á la iglesia, 4 al campanario , otra á la habitación del campanero y otra esterior al edificio-convento en la calle de los Estudios , núm. 4, tiene una puerta al mismo convento , y en la de la Colegiat a (antes del Burro), núm.» 15, otras 3 ; la una que comunica a l a i g l . , otra á la sacristía y la t e r c e r a está tapiada.)
Habiendo resuelto el General de la Compañía de Jesus fundar un colegio en Madrid , se t r a t ó de erigirle en las casas llamadas del Tesoro , que fueron demolidas por los franceses en el presente siglo. Ofreciéronse algunas dificultades que no fue posible superar Doña Leonor de Mascareñas compró una casa en la calle déla Merced, hoy de la Colegiata, pues hubo dos del mismo nombre con el objeto de que la indicada fundación se llevase á cabo , como cn efecto sucedió habiéndose aumentado el terreno , empezó en 15G4 la obra de la primitiva jiglesia, que se terminó en 15G7 bajo la advocación de San Pedro y San Pablo demolida esta en el primer tercio del siglo XVII, se construyó el magnífico templo que hoy existe, con diseños y bajo la dirección del hermano Francisco Bautista, coadjutor de la Compañía de J e s u s , y con los legados que la Emperatriz de Alemania Doña María, dejó á este Colegio. Fue dedicado á San Francisco Javier y tomó la denominación de Imperial, por haber aceptado aquella Señora su patronato el mismo año en que falleció en las Descalzas Reales , según diremos al h a blar de este interesante monasterio. Muchos años tardó cl nuevo edificio en estar habilitado, pues se estrenó y consagró el día 31 de agosto de 4561 , habiendo practicado las ceremonias de la consagración el Nuncio de SS. Julio RospigliosL.
Es la mencionada iglesia de planta de cruz latina, clara y espaciosa; pero se halla decorada con unas pilastras dórico-corintias de poca gracia y muy caprichosas, habiendo sido recargado el interno con infinitas entalladuras doradas , puestas en la primera mitad del siglo XVIIL. Por lo demás , como obra del reinado de Felipe IV, en cuyo t i e m po aun subsistían los buenos principios del gusto clásico, es el edificio digno de particular atención por su planta , proporciones y cúpula, no menos que por su e s t e n s i o n , la que aun hubiera sido fácil aumentar, haciendo las capillas corridas; pero esto y el dar luces á las mas de ellas es ya imposible ó por lo menos muy difícil.
Consta la bella cúpula de cuerpo de luces, cascaron y linterna , teniendo la particularidad de ser la primera que se hizo con entramado de madera. En los 4 machones en que cargan los arcos torales, hay varias hornacinas distribuidas entre las p i l a s t r a s , ocupando las que corresponden á la nave 6 efigies de santas, y las de los brazos del crucero los 12 apóstoles. Todas estas esculturas son del tamaño natural , y aunque no se halla en ellas particular mérito, hacen su efecto. La preciosa capilla mayor debió servir de modelo para renovar todo el templo, el cual hubiera quedado en estado de contarse en el número de los primeros de Españ a , pues si bien sus dimensiones no son de tanta consideración como las de algunas cated. é iglesia célebres, debe t e nerse presente, que en la estension y en la materia no consiste esencialmente la belleza. Hállase adornada la referida capilla mayor con pilastras istriadas de orden compuesto, con el correspondiente cornisamento la bóveda que cubre este corto espacio, se ve enriquecida con muchos adornos de escultura del mejor gusto, entre los que hay 2 medallas que representan la Caridad y la Esperanza, ejecutadas por D. Francisco Gutiérrez. Dio la traza para todo el ornato que hemos espresado el insigne D. Ventura Rodriguez, quien reformó el retablo mayor, aprovechando las partes que [>udo del antiguo, que era dorado y del mismo estilo que os colaterales consta al presente ele u n cuerpo con 4 columnas istriadas de orden compuesto, que sientan sobre un basamento de mármoles y reciben el cornisamento , sobre el cual se eleva el ático que contiene un hermoso cuadro pintado por D. Antonio Rafael Mengs este célebre pintor representó en él una gloria , y á pesar de ser las figuras mayores que el natural, no lucen, como seria de desear, por la mucha altura á que se hallan. En el intercolumnio del centro hay un gran nicho de medio punto con archivolta, en el q u e , sobre un pedestal, se halla la doble arca que encierra el cuerpo incorrupto de San Isidro labrador. Dentro del mencionado pedestal está colocada la urna que custodia las reliquias de Santa Maria de la Cabeza. La imagen de San Isidro en un trono hecha por D. Juan Pascual de Mena, las estatuas de la Fé y la Humildad mayores que el natural, forman el adorno de escultura de este elegante monumento.
Diez bellisimas efigies de santos labradores hechas por Per e i r a , según dijimos al describir la capilla de San Isidro, están colocadas en 6 hornacinas entre las pilastras del presbiterio y en 4 nichos de los intercolumnios laterales del espresado retablo mayor. Aunque no tan interesantes por su arquitectura, como la referida capilla mayor, son las r e s tantes capillas dignas de particular atención por las bellas obras de pintura y escultura que encierran. Entre las ú l t i mas merecen ser mencionadas la imagen de Ntra. Sra. de la Soledad, obra del célebre Becerra; la de Ntra. Sra. de la Concepción , de Mora; las graciosas efigies de San Joaquin y Sta. Ana en la capilla del Buen Consejo; y finalmente, el grupo de la del Cristo, ejecutado por el hermano Beltran y por Pedro de Mena. Son estimables pinturas los dos cuadros de Jordán que hay á los lados de la capilla mayor , los dos de los colaterales hechos por Francisco de í t i c i , el del ático de la capilla de los hijos de Madrid, obra de Alonso Cano, y o t r o s , cuya enumeración omitimos , en atención á que presentaremos al fin de este a r tículo un curioso catálogo de los profesores que han ejecutado las muchas y apreciables obras que embellecen este suntuoso templo. La sacristía, que por desgracia tiene falta de l u z , ofrece mucho que observar en materia de pintura, pues hay un cuadro de Tiziano, otro del divino Morales, ó igualmente de Jordán, de Cano, de Ruiz González y de otros. Las pinturas al fresco de las bóvedas de la referida iglesia no merecen, como dice P o n z , particular elogio; pero hacen buen efecto los mejores frescos son los de Palomino en la antesacristía, y los de Coello en la capilla de la Soledad y sacristía; pero están en sitio de mala luz. La grandiosa fachada de esta iglesia es sin duda el mejor ornamento de la calle de Toledo. Está labrada de granito y consta de un cuerpo con cuatro columnas arrimadas eu el centro y pilastras á los lados, terminando con el correspondiente cornisamento, sobre el q u e , á l o s lados, se levantan dos torres sin concluir, en una de las cuales se halla el reloj.
Adornan esta fachada dos hermosas estatuas de p i e d r a , que representan á San Isidro y su esposa Sta. Maria de la Cabeza.
Estuvo esta iglesia en poder de los jesuítas hasta el año 4 767, en que fueron espulsados entonces, para utilizar cual correspondía uno de los mejores monumentos de la capital , accedió el Sr. D. Carlos III á que se trasladasen á su capilla mayor los restos de aquellos s a n t o s , que habian e s tado , el de San Isidro en la gran capilla de San Andrés, y el de Sta. Maria de la Cabeza en el oratorio del ayuntamiento Con este motivo se ejecutaron considerables o b r a s , por el célebre D. Ventura Rodriguez, en el templo, el cual cambió la advocación de San Francisco Javier por la de San Isidro y Sta. Maria de la Cabeza, que todavía lleva. El servicio de la capilla de San Isidro, mientras estuvo en la que hoy se llama del Obispo, consistia en 6 capellanes que dotó el l i cenciado Francisco de Vargas. El Sr. D. Felipe IV la elevó á capilla real, aumentando hasta 4 4 el número de sus capellanes ; y hecha la traslación de que acabamos de hablar se elevó dicho número á 2 4 , ademas de 4 capellán mayor, 4 t e n i e n t e , que era el ob. auxiliar, 2 sochantres, 6 capellanes de c o r o , 6 salmistas, 2 organistas, 2 sacristanes mayores, 4 menores, 40 acólitos, 4 colector, 4 celador ó silenc i e r o , varios capellanes de colecturía, 4 pertiguero y otros dependientes inferiores. Los 24 capellanes tenían obligación de confesar y predicar, y ademas ele poseer el grado mayor, debian obtenerlas plazas por oposición. Pió VI les concedió en 20 de mayo de 4 788 el título de canónigos, con las mismas prerogativas que tienen los de las iglesia cated. En el año 4845 se restituyó la iglesia á los j e s u í t a s , y en el de 48 fueron suprimidos los canónigos (restablecidos en la época constitucional de 4820 al 2 3 ; , quedando reducida la capilla á solo el coro bajo, que siguió con los jesuítas hasta su estincion, verificada en julio de 4835. En la actualidad sigue este mismo coro bajo depende en lo espiritual del arzobispo de Toledo, y en lo gubernativo, administrativo y económico delprotector. El personal de estareal capilla, es el siguiente.
El p r o t e c t o r , presidente ordinario en nombre de S. M. (*) un vicepresidente, un sochantre primero, 4 capellanes de coro, un colector, sacristán mayor y maestro de ceremonias, un silenciero, 2 organistas y otros dependientes subalternos.
De todos los bienes y rentas que poseia esta real capilla, se le han devuelto últimamente por el gobierno 9 casas en e s t a c o r t e , que darán en renta líquida 60,000 reales.